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Edad
Resumen
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4
Título original:
La omnipresencia del proletariado: el papel de los
trabajadores y del socialismo, en el desarrollo presente y futuro
de la humanidad.
Registro derecho autoral: IEPI, 08-04-2011
Certificado Nro. 035491.
Diagramación: Darwin Gualotuña
Roberto Conrado.
Edición informal, de prueba: febrero del 2012.
Quito-Ecuador.
5
SUMMARY
Philosophical question, theoretically resolved: a sense of history:
progress Promethean; function of human life: "... your
understanding and mastery ... [control] ... of nature ..." (K.
Marx); purpose of intelligence produce "self-consciousness" of
reality as such (the idea reflects the essential features of the
subject, describes the dynamics of it: the law of motion and their
current trends-moving-but, above all, the rudiments of this new
reality, in which the current exceeds human reason is made,
consistent with the objective scientific concept of "human
development": nature, nature/human, human/nature, be "divine").
Sculpts Matter "God" (Meat Enverbada) in the development of
productive forces, the Universe forging its ruler in his own
unique way: the neocortex, overcomes the indeterminacy
heisenbergiana in science and technology: absolute
consciousness, the nature is humanized, is subjectivizes is
"divine" (man blows in the "nose" of mechanics, artificial
intelligence, neural networks/simulator thought, robot sapiens,
posthuman). In the logic-historical, religion (Christian, Hindu)
becomes the "self-movement metaphysical guise" of humanity.
Human Being: I am understanding, he who seeks the truth and
that goes to the grave, which is like me, he will live forever I'm
the one who wants to be, who I am being, which I'll get to Self
death/live is no longer a mystery. The end is only the power you
are looking for a new act: the mass and primitive property (the
polarity): the self-movement, the essence of the matter is there,
be, remain, "there is nothing outside eternal eternally moving
matter and the laws under which moves and changes "(the word
will, but it will not matter). So far she heard the “Worl of God”;
it sounds hereinafter provided the voice of conscience matter.
RESUMEN.
Cuestión filosófica, teóricamente resuelta: sentido de la historia:
progreso prometeico; función de la vida humana: “… su
comprensión y su dominio… [control]… de la naturaleza…”
(K. Marx); propósito de la inteligencia: producir la “conciencia
de sí”, de la realidad en tanto tal (la idea refleja los rasgos
esenciales de la materia, expone la dinamia de ella: la ley del
movimiento presente y la de su tendencia –mudanza-; pero,
sobre todo, los rudimentos de esa nueva realidad, en la que se
supera la actual y se realiza la razón humana, en coherencia con
el concepto científico objetivo de “desarrollo humano”:
naturaleza, naturaleza/ser humano, ser humano/naturaleza, ser
“divino”). La Materia esculpe a “Dios” (La Carne Enverbada)
en el desarrollo de las fuerzas productivas; el Universo forja su
regente en la forma singular suya: el neocórtex, supera la
indeterminación heisenbergiana, en la ciencia y en la técnica: la
conciencia absoluta; la naturaleza se humaniza, se subjetiviza, se
“providencializa” (el ser humano sopla, en la “nariz” de la
mecánica automatizada antropomórfica, el aliento de la
inteligencia artificial -redes neuronales/simulador de
pensamiento, robot sapiens, posthumano). En la lógica-histórica,
la Religión (Cristiana, Hindú) viene a ser el “disfraz metafísico
del auto movimiento” de la humanidad. Ser Humano: yo soy la
inteligencia, el que produce la verdad y que va a la tumba; el que
es como yo, no vivirá para siempre; soy el que quiere ser, el que
estoy siendo, el que voy a llegar a Ser. La vida/la muerte han
dejado de ser el misterio. Al final queda tan sólo la potencia, que
busca un nuevo acto: la masa y su propiedad primigenia (la
polaridad): el autocinetismo; la esencia de la Materia es existir,
ser, permanecer; “nada hay eterno fuera de la materia en
perpetuo dinamismo y de las leyes con arreglo a las cuales se
mueve y cambia” (la Palabra pasará, pero la Materia no
pasará). Hasta ahora se ha escuchado la “Palabra de Dios”; en
adelante sonará la voz de la materia provista de conciencia.
6
DESCRIPCION DE LA FIGURA.- Antorcha y fuente-pileta:
luz y saber.
Las tesis insertas en las presentes anotaciones, se han
generado en Quito-Ecuador; esperan su difusión, más allá de
su perímetro. En 1492 la “civilizada” Europa inicia la labor
evangelizadora de los pueblos “bárbaros” del actual
continente americano (balcanización: ruptura de la unidad
ideológica de las colectividades precolombinas). Hoy se les
devuelve la “cortesía”; nada más, que Quito no cuenta con las
armas para imponer una visión del mundo, pero sí se dispone
de la razón lógica, del poder de la argumentación inscripta en
el sistema vocacional ethos axiológico, conducente a retirar la
venda hedonista mitológica de la subjetividad de los otrora
“pueblos cultos”, y en su lugar forzar la apertura de la mente,
para que ésta dé cabida al supraparadigma (el marxista), en el
que residen la verdad y la veracidad de la praxis de estos
“tiempos” y de los que vienen.
7
A la memoria de:
Atahualpa (Tixi Capac)/Rumiñahui (Isamina)
Manuela León
Manuela León
Jossif Stalin
Agustín Cueva D.
Hugo Chávez Frías.
A: Toa Atenea, María Encarnación y Blanca Rosa.
Hijo del Sol.
El Inca es “Ra” en la Tierra.
Soberano del Reino de Quito y último Señor del Tawa Inti Suyo.
El Cóndor Curaca plegó sus majestuosas alas:
“anocheció a la mitad del día”.
Luto eterno por él.
“YO VOLVERÉ EN FORMA DE AMARU”.
India Puruhá, alzada, de lujo.
Revoltosa; lugarteniente del gran Fernando Daquilema.
(Y de Lorenza Avemanay Tacuri)
Koba. Ser humano: ¡verdaderamente de “hierro”!
El comando del segmento humano, más maravilloso de la
historia: la Comunidad de los Soviets (de Kalinka malinka, de
Vladimir Ilich Ulianov Lenin, de STALINGRADO).
“El mayor filósofo social ecuatoriano”.
Imbabureño ilustre.
PROLETARIO por, ¡SIEMPRE!
“Amor” filial, “Amor” fraterno, “Amor” terreno,
incondicional, agradecido, solidario,
eterno. inolvidable. de compromiso social.
Ser humano grande y valiente, que ha inscrito con letras
doradas su nombre en la historia. Ejemplo, inspiración.
Sesudas reflexiones se ensayarán sobre Ud.
“A mí no me parece muerto: aún percibo su vida, escucho
su palabra”.
8
9
TABLA DE MATERIAS.
Criterio de ordenación del discurso 11
Introito 13
RESUMEN EJECUTIVO 33
O., M. y P.F. 39
Tratamiento: la teoría de la “propiedad” (de la inteligencia), fuente epistémica de la
“nueva concepción de la historia” 41
Epítome 41
Proyección histórica: estructural-coyuntural-prospectiva 100.
SINOPSIS GENERAL
PARTE PRIMERA: INTRODUCTORIA.
CATEGORIAS CLAVE 173
OBJETO,… METODO… Y POSICION FILOSOFICA,… 173
Aproximación a la tópica 173
Objeto 180
Método 184
Despliegue 186
Resultados generales de la investigación 187
Consideración previa 187
Avance 188
Las tesis sustantivas 235
Posición filosófica 236
Generalización cosmo-político-filosófica 244
Observaciones 245
PARTE SEGUNDA: CONTENIDO.
EXORDIO 257
Sumario 257
DESARROLLO 268
La nueva concepción de la historia (esbozo/borrador) 268
La omnipresencia del proletariado: el papel de los trabajadores y del socialismo en el
desarrollo presente y futuro de la humanidad 363
El sujeto del proceso 363
El capitalismo está muerto 364
Tesis 368
Clausura 369
CIERRE 373
ESQUEMA GENERAL DE LA IDEA 391
BIBLIOGRAFIA 393
PARTE TERCERA: ANEXOS.
1.- Algunas ideas adicionales sobre este documento (una exposición sinóptica más) 405
2.- “Post scriptum” 409.
10
Advertencia. El presente (“Oh my Goddees!”): ¡no se trata de un documento para la
crítica a priori (sin haber digerido todo su contenido), de debate o para
convertirlo en objeto de impugnación!; sino, el mismo: es de estudio, de
reflexión (strictu sensu, en las ideas desplegadas, no se contiene una
nueva versión de la historia; proponen, más bien, un renovado principio
[teleológico/metodológico/práxico] de intelección del proceso histórico
en sentido proactivo [metahistórico]); quién no lo vea de ese modo,
¡bien hará en dejarlo de lado! (en realidad, si este escrito en algún lugar
polemiza, rebate, anatemiza con y a alguien, en su orden, se debe a que
previamente, por parte de sectores bien definidos, se ha aludido de mala
manera a Marx, a Engels, a Lenin, a Stalin [a la doctrina filosófico-
revolucionaria marxistaleninista y su praxis]; caso contrario, no habría
razón para entrometerse, de cruzarse en el camino de otras vidas; en
sentido inmanente solipsista, las presentes anotaciones responden a la
plasmación de la inquietud reflexiva, que ha dado salida a
preocupaciones existenciales de orden personal [se indica, luego, que
estas ideas tienden a generar análogo tipo de depresión]).
11
CRITERIO DE ORDENACIÓN DEL DISCURSO.
El propósito de este documento, es exponer los rudimentos de la ley filosófica, que mueve a la
humanidad, a la naturaleza y al Universo (a la Materia toda), cuyo instrumento último y esencial, es el
neocórtex (Del caos total al orden: reinado de la racionalidad; ésta, la ley más general de la materia).
Realidad: lo que es, que existe por siempre, que se reconoce y se afirma en su concepto.
Materia: movimiento y desarrollo a través de la acción de la polaridad (contradicción) de la masa
(“bosón de Higgs”).
Universo (Big bang; 4´ [cuatro segundos] primeros: fijación de las “7 constantes cósmicas”; “5
interacciones”): forma organizada, determinada, de la materia (ciclo).
Naturaleza: vida orgánica protoracional, presupuesto de la conciencia.
Neocórtex: la materia ha producido el instrumento material creador de su alter ego (la idea).
La historia (sucesión progresiva de formaciones humanas -modos de reproducción) ha realizado el
mecanismo de la racionalidad.
La “explotación del ser humano por el ser humano” es la determinación darwiniana del progreso
(material y espiritual), la realización de la historia: el movimiento inmanente material, que
tiende a su representación.
El capitalismo (está cumplida su misión histórica: “crear la base material del mundo nuevo”):
sistema senil, en deceso; ha sobrevivido al socialismo (1960; “motor dual” al principal
burgués de desarrollo de las condiciones materiales de reproducción) por un tramo de
aproximadamente 5 décadas (mutatis mutandis: 2050), para completar el desarrollo de las
fuerzas productivas: la automatización completa (ley de la tendencia decreciente de la tasa de
ganancia: composición orgánica absoluta del capital).
El proletariado ha tornado en realidad su papel histórico:
Se forjó como sujeto consciente (conciencia y práctica política de clase).
Hizo la revolución (de Octubre).
Impuso el régimen de su dictadura (el Socialismo de Lenin-Stalin).
Organizó la comunidad socialista en un sitio, para un segmento de la humanidad (la ex URSS
1917-1956 y su Campo), a nombre de ella y de la historia.
La ideología rectora del proceso: el marxismo, soportó la prueba de los hechos, habiéndose
superado a sí misma, con su realización efectiva.
A inicios del nuevo siglo (XXI), la humanidad (comunidad de destino) atraviesa un momento
de transición (época cambiada: cambio de época a través del proceso época de cambios).
La transición (1970-2050) no tiene carácter capitalista ni socialista: la historia avanza montada
sobre esas dos coordenadas (reproducción humana –“economía”- mixta): paso de la
producción de “valor” del trabajo a la máquina: outputs esraffianos (robotización).
La humanidad se encamina al comunismo (“economía”: automatización, “política”:
democovivencia, “ideología”: racionalidad objetiva).
El nuevo ser humano (poshumano-robot sapiens) vive del neoesclavo: la producción
artificial, se integra y funciona por “ajuste mutuo”, conforme al objetivo de redondear el
saber, uncido por la red de cordones umbilicales a la matriz mecanizada de proveeduría (Ley
del “valor” de usufructo).
El motor que mantiene vivo el escenario es (la racionalidad superior: la voluntad) el
compromiso “social” de actuar de manera formal en la producción del concepto (neuronas
intermedias [asiento de la memoria adquirida] y neocórtex [neuronas de la asociación
-pensamiento] del tamaño del Universo: interface entre cerebros humanos y de éstos con un
centro de inteligencia artificial –robot sapiens).
La ley que mueve a la “sociedad” comunista, es la contradicción entre ser y conciencia; su
resolución: la idea absoluta.
El proceso de evolución natural se sella con la producción del neocórtex; ésta (la evolución) continúa
en forma artificial, y concluye con la creación del sucedáneo del humano: el robot sapiens
antropomorfo; luego se hace presente una forma de progreso adicional de las “fuerzas productivas”,
que opera en sentido de elaboración de instrumentos y formulación de métodos necesarios para
producir la idea total; a continuación: termina todo.
Inquisición final: ¿por qué existe la realidad?; ¿por qué su esencia es sólo existir? (búsqueda, no en el
sentido de las antinomias aporéticas kantianas [preguntas por resolver]).
La idea producida: el concepto total (el Universo muestra su viabilidad y optimidad de
consuno: cierre del ciclo).
Fin de la historia (concluye la razón de la existencia del órgano de la representación [del cerebro, del
neocórtex, de la inteligencia, del ser humano]).
Big crunch, Big rip (Universo oscilante, de acordeón, corazón material: sístoles y diástoles).
12
13
INTROITO.
También esta historia se llama Chávez.
Las presentes anotaciones proceden de la “esfera artesanal”, de producción filosófica.
Constituyen: cuerpo de inferencias abstractas, en el que no se incluye modelos de demostración
matemática; empero, las “máximas” en proposición entrevén su significado a nivel de los “grandes
números”, en cuya dimensión se manifiesta su “exactitud” (la Filosofía: no se puede matematizar, es
decir, no es posible pragmatizar las pretensiones de B. Russell). Y, las mismas propenden postularse
como formalizaciones nomotéticas circunspectas, en compromiso con el marxismoleninismo: doctrina
científico-revolucionaria rigurosa, frugal, objetiva (¡Filosofía ideológicamente situada, políticamente
comprometida, racionalidad en lucha! El desarrollo discursivo de las materias: su sentido inmanente,
trae aparejada dicha peculiaridad).
El trabajo rescata, relieva y hace eje de todo el análisis, a la joya racional más rara, valiosa,
del espíritu humano, generada por la mente del señor doctor Karl Marx, en la que está
comprehendida la premisa, que fija la posibilidad de inteligir el mundo (cuestión filosófica,
teóricamente resuelta), la misma se halla expuesta en Los grundrisse (1857-58: “el pasaje sobre las
máquinas” -tomo segundo, pp: 592-594 [18, 1975]): cuando el autómata ponga a un costado al
trabajo humano, en ese instante termina el modo de producción fundado en el “valor”; el ser humano
se dedica a aprovechar de la fuerza productiva constituida, a conocer y a DOMINAR (“señorear el
Universo”) a la Naturaleza. Prognosis metarelevante la de Marx, que en este documento toma la
nominación de ontopraxeologoteleología (dialéctica del “ser” [naturaleza –F. Engels
{“ontologismo”; “materialismo ingenuo”, “cosmológico”, “intuitivo”, lo llama el “sapientísimo”
señor E. Dussel}], dialéctica de la historia [Humanología -praxis], dialéctica de la mente [lógica]
–B. N. Biessonov- y dialéctica teleológica [meta {“filosofía de la historia”}]: refracción de la
subsunción del trabajo al capital y del ser humano a la naturaleza, y formación de su propio ser: la
posthumanidad [El marxismo ha considerado dos dimensiones de la realidad: naturaleza e historia
{Marx lo ha hecho con las tres: naturaleza, historia y fin}; la presente idea pone la monta en la
tercera, en composición orgánica y determinante: el proceso cósmico y el de la acción racional, con
su dirección: el Telos {“La Trinidad”}]). “¿Nacemos para morir (para crecer, multiplicarse, ser
felices)?”. ¡No! El ser humano brota para PENSAR, luego para decesar: esa la distancia, la
diferencia radical de la persona con el resto de seres vivos.
Los sucesos 1956 (restauración capitalista en la ex URSS), 1989 (crisis y caída del
socialimperialismo soviético) y 1991 (desbandada de los Estados del ex Bloque Oriental), situaron en
la mente de la persona que escribe, la inquietud sobre la existencia de una inconsistencia en la
conformación epistemológica de la concepción marxista: la historia, ¿da marcha atrás? (la
expectación develó la ley general: la historia crea/“admite” formas de organización, que realizan su
determinación: el progreso [los sistemas clasistas/el socialismo –irrupción de la voluntad-: estructura
de acumulación –si este papel concluye, la historia lo orilla y relanza la competencia]). El año 2000
no adviene luego del 2001, la pubertad no retorna, una vez que ha acontecido la adolescencia; no
puede restaurarse un modo de producción, que la historia ya realizó. La historia: ¡jamás retrocede!
Enfrentar la aporía exige realizar un “pase de mano”: reubicar el “objeto-problema” en el aspecto
material del modo de reproducción: las fuerzas productivas; su desarrollo es permanente a través del
o de los sistemas que lo propician (capitalista, socialista o mixto, como en la actualidad -2015-
ocurre). Tres formas de organización dispone la historia para concretarse: 1) la “ley del valor” (libre
mercado), 2) la “ley del valor socialista” (planificación) y 3) la “ley del valor con regulación”
(política económica); las citadas han demostrado volatilidad (la historia retira de su seno, “formas de
organización [de propiedad], que no son o que ya no son escenario de desarrollo”), mientras que las
fuerzas productivas experimentan estabilidad en su carácter progresivo continuo. El progreso
material nunca se detiene; en la ex URSS, la forma socialista de organización devino: este
componente de la historia cedió, pero el proceso de progreso continuó, a instancias del sistema
global. En el comunismo, el desarrollo sigue en la esfera de la conciencia (en esta etapa, no interesa
el desarrollo de las fuerzas productivas en la región de la reproducción material, sino en el de las
ideas [la especie se inclina hacia la consecución de la mejor utilidad efectiva con el menor nivel de
consumo; la vida se encuadra en cánones de excelencia en la satisfacción: menos vehículos, artículos
de madera, de hierro, de petróleo…; la conducta paradójicamente cambia: frugalidad en medio de la
abundancia, a la manera de Diógenes: rechazo a los bienes materiales]).
Actualización del paradigma –marxista- (Historia: progreso; el producto cumbre del proceso:
la idea absoluta; la fase más importante de ese trayecto: el capitalismo [antinomia: elongación
máxima, determinación necesaria]); posición petulante: en estas anotaciones es Marx quien existe,
las cuales contradicen a las eminencias, que dicen ubicarse en su perspectiva. La mente realiza su
potencia en la coyuntura; establece: “cuál es el estado de la humanidad frente a su desarrollo” (el
paso de las leyes del “valor” y de “uso” a la “de usufructo” [automatización {salida de la escena
histórica del trabajo –desarrollo de las fuerzas productivas/lucha de clases-; instalación en ella, del
comunismo}]). Desarrollo (meta): producción de la entera conciencia por la persona colectiva (en
14
este todo orgánico de lógica, el individuo es la célula: una unidad mínima de pensamiento).
Evaluación de la actuación humana en relación con su porvenir (la ley del progreso: mientras no se
haya concretado el desarrollo de las fuerzas productivas [en tanto la reproducción humana tenga
lugar con trabajo], la lucha de clases en la región de la reproducción material [de las condiciones
materiales de desarrollo], va a continuar [este concreto llega con el robot inteligente y la
automatización completa {En un momento dado el “tener” es la razón fundamental de la vida, patrón
psicológico que contrasta con el mito antihistórico de la igualdad hedonista, presente en los teóricos
de la “filosofía de la liberación”}]); el ser humano debe: 1) completar el proceso de automatización;
2) superar la formación clasista; 3) dejar atrás el trabajo físico (la región de la emocionalidad); 4)
formar el órgano cognoscente del tamaño del Universo: fusión de los cerebros entre sí, con un centro
de inteligencia artificial (Transición); y, 5) convertir en idea la entera realidad. Itinerario: de la
primera naturaleza (el ser humano vive en y de la ella) a la segunda naturaleza: cultura (la persona se
dedica a “autoproducir su propia existencia material” –y a crear la conciencia) y, de esta última, a la
tercera naturaleza]: generar el mecanismo encargado de hacer lo hecho por la naturaleza y por el ser
humano: la mecánica inteligente, momento en el cual se aparta de las dos (de la naturaleza y de la
mecánica): se instala en la Corte “celestial”.
¡Increíble!, ¡impresionante!: la naturaleza de modo aleatorio se ha ido
acomodando para crear y sostener la especie que debía representarla (la
producción de la idea). Ese: ¡el sentido de todo!
Inmediatamente se infiere cuál es la función del ser humano (de la historia, de la praxis) en la
existencia (en la realidad, en la materia, en el Universo o en el mundo): producir su concepto
(conocimiento total). Si llega a dicha suprema meta: perfecto; si no lo hace, en todo caso fue una
aspiración teleológica monumental, suprema, máxima; llena de carácter, de prepotencia.
La humanidad ha recorrido las ¾ partes de su ruta (de la historia, de la praxis), pues, se halla
a portas de producir el sucedáneo “de sí” (El prodigio cumbre de la evolución material es el
neocórtex [categoría nodal del pensamiento filosófico marxista ampliado]. Telos: propósito y
término; la Materia va a ser representada; el instrumento, creado por la propia realidad, es el
sistema neuronal: fundamento material de formación de la idea]. Todo el drama se reduce a una
figuración hipotética simple: el ser humano avanza de la ignorancia absoluta al saber total, de la
materia como substancia orgánica hacia su representación, proceso en el que el protagonista es la
historia: la praxis humana [la materia, al llegar a un determinado grado de su desarrollo, se dota del
ser a simbolizarlo; el Dios de los hebreos se demoró 6 días en materializar la idea, el ser humano
subjetiviza la materia en miles de años {este es un proceso cruento, esquizoide: como las
transnacionales, la naturaleza genera muerte, pero también historia}. Todos los procesos habidos y
por haber en el Universo: el Universo mismo, se comprehenden en esta ruta: “… en el movimiento
absoluto del devenir…”]). Ahora bien, el capital ha cumplido su misión histórica, básicamente es un
hecho del pasado (la Revolución de Octubre, el socialismo de Lenin-Stalin, el imperialismo social
Jruschov-Gorbachov, las luchas populares desplegadas en la historia y en el Planeta, y el desarrollo
“autónomo” de las fuerzas productivas, son los responsables del deceso del capital); empero (el
“capital”), es quién ve el futuro, se proyecta; mientras que quienes se proponen superarlo, plantean
la vuelta al “valor de uso” (regresar a la naturaleza, en lugar de salir de ella [A una persona
moderna, no le interesa tanto el pasado, sino a dónde va con la humanidad del futuro {no le atraen
sus padres, tanto como el ser de sus hijos}]; el ser humano, al término de su jornada, pasará a ser,
con o sin Babel, el dueño del Universo, no parte de él [no obstante, “salirse de la naturaleza”: es sólo
un decir, o sea, una forma de nominar a la acción de crear la conciencia, de producir el concepto,
para lo cual debe abstraerse [imaginativamente] de la materia, tomar posesión subjetiva de la
realidad [también la idea de “Dios” es parte de la historia, de la naturaleza, de la materia, de la
realidad]).
¿Para qué la inteligencia? ¿Para resolver problemas (atender necesidades de reproducción
hedónica)?; o: ¿para superar deficiencias corporales a la hora de afrontar los obstáculos que impone
el entorno (y aprovechar sus recursos) a la sobrevivencia, esto es, para mantener la vida como
instrumento para producir la idea? Definitivamente: esta última función. Strictu sensu, la categoría
abstracta de la totalidad, es la de neocórtex (neuronas de la asociación simbólica, base material del
pensamiento): ella es (en sentido óntico-histórico) presupuesto del comienzo y fin; la frontera del
proceso cósmico-natural (en la ciencia y en la técnica se plasma, se advierte, el verdadero ¡poder del
ser humano! [Todo lo demás son supercherías distractoras, entretenedoras]); el comienzo de la
historia: su realización progresiva, la que produce la idea; y, es el límite de todo: el conocimiento
absoluto, singularidad (salto dialéctico colosal) en la que el ser humano alcanza la libertad: el
derecho de negarse (para dejar de ser por designio propio), de anular el poder: tanto el ciego
inherente a las determinaciones de la materia, como el consciente de la historia. Ahora bien, si ya
todo está dicho (conocido): ¿tiene sentido la inteligencia (el neocórtex)? Por más que se haya
alcanzado la inmortalidad, la inteligencia, una vez que todo está conocido, se vuelve un fastidio, está
demás, deviene en órgano inútil. Si la historia tiene sentido y la vida humana es su realización, ésta
15
no es más, que una marioneta, un títere, simple payaso de circo (in fact, el individuo burgués
educado, es el más conspicuo monigote consciente de la historia); el león (que devora herbívoros) sin
conciencia cumple una función en el sostén de la “armonía” de la naturaleza; el ser humano deja
atrás la fatalidad cuando adquiere conciencia de su papel: pasa a realizarlo de modo consciente,
simple giro mental por el cual logra el estado de emancipación y el acto máximo (único) de
realización de la libertad históricamente aprehendida al “fin de los ´tiempos´”, es la negación
absoluta de la negación (frente al status de sabiduría completa, el margen de decisión es estrecho: la
anulación del ser dispuesto para conocer: la libertad [momento y facultad fugaces] y su realización).
La inteligencia, en la historia, ha propendido entender la realidad, usufructuarla,
prospectarla, encontrar su lugar en ella y suponer la naturaleza “de sí”, en el futuro. La mente
deduce la contradicción absoluta de la historia, la regularidad que precede la praxis, la “ley general
que preside el movimiento humano”, que dinamiza todo el evento: “el enfrentamiento entre el carácter
procesal del ´ser´, que se abre al infinito, y la conciencia, que se propone atrevidamente alcanzarlo”
(dos movimientos antinómicamente enfrentados: el de la realidad y el de la inteligencia [think tank
integral: Dialéctica Total, metaley: aproximación/alejamiento e igualación creciente entre el
movimiento de la realidad y el de la conciencia –luego la mente se adelanta a los hechos y pasa a
modelar –gobernar- el mundo -proyectación]; última, que es parte eventual de la primera). Patrón,
que empuja al homo sapiens sapiens, al status de experticia suprema: Know-how total, la perfección
(“cero defectos”), “puesta en valor” la libertad –acto, potencia y voluntad (la socio-psicología
–Humanología- deviene “Teología”). La realidad progresivamente se gesta en el desarrollo de las
tendencias objetivas (con lo que el ser humano “intuitivamente” hace [sujeto a la dirección de ella],
produce la historia: ésta se realiza; la revolución, en tanto partera de la historia y la “lucha de
clases”, en cuanto determinación de su movimiento progresivo [la historia es implacable: contraría el
trabajo de Teresa de Calcuta o pone sus presupuestos {en la historia están trabados, se confunden el
“bien y el mal”: su beneficiaria es la determinación del progreso}]). La línea general de la historia:
su “pedigrí” (ascendencia) y la descendencia: animal, barbarie, comunidad primitiva, esclavismo,
feudalismo, capitalismo –socialismo; transición (la coyuntura de entre siglos y milenios):
capitalismo/socialismo-, comunismo, ser trascendente. Concepción dinámico-antropocéntrica la
citada: el ser humano evoluciona (“el objetivo final de la evolución” humana: simbolizar el “ser” y el
modo de ser de la realidad; producir la idea: la conciencia universal, y dirigir con respeto y sometido
a su “autoridad”, a su Madre –la “Pachamana”).
La preocupación espiritual de Marx, no se detiene en la vida humana per se (en la praxis),
sino en el “sentido de esta existencia” (“¿cuál es la razón por la que la materia se tomó la molestia
de integrar en su movimiento, el de la conciencia?” [El objeto de la vida humana, no es la realidad en
modificación {materia convertida en producto “para sí” mediante el trabajo}; más bien lo es su
conocimiento {aunque para llegar a éste, deba elaborar la naturaleza y subsumirla en la
reproducción de su ser, como presupuesto de formación del background}]). Carlos asume carácter
filosófico vitalista antropocéntrico, en tanto ésta es una condición-medio para que el ser humano
supere la contradicción social, la natural, la filosófica (la hedónico/racional) y se eleve hacia la
comprensión y dominio de la naturaleza (el género “… torna material su querer…, incorpora en su
gran universo espiritual a la naturaleza entera…” –dixit Alfredo Castillo Bujase; el señor doctor, “…
cruzó la utopía: momento estremecedor de la tempestuosa aproximación de la conciencia a la
realidad…”): cree su “cielo”, construya su trono, y se vuelva “providencial” (en realidad, Marx:
vitalista de izquierda [en el momento de su primera reflexión]; en la perspectiva histórica, Marx:
racionalista trascendente [En este punto tempranamente se desoye la admonición del Sr. Dr. James
Petras {dejar de recurrir, como se suele, al pensamiento de exponentes del stablisment para certificar
el de la izquierda} y se apela a la conciencia de Marx {al Marx –a Engels-, verdaderamente
revolucionario} para fundar la legitimación de la personal {La materia –la realidad, el mundo, el
Universo, lo que existe- es masa y movimiento –la acción recíproca entre las propiedades de la
masa-; y, cuando el subjetivismo, el idealismo más ramplón –el proto concepto de “energía”- había
resurgido y se tomaba una vez más las Ciencias Naturales en la “posmodernidad”, reemerge en
“auxilio” del materialismo: el bosón de Higgs –la partícula hasta entonces faltante en la Tabla
Periódica subatómica, que “da la masa a la materia” –sic-: el modelo de la Física de Copenhague}]).
El pensamiento racional se consolida a partir de finales del siglo XVII y tendrá su reinado (en
ciencias sociales y humanidades -sic) hasta bien entrada la segunda mitad de siglo XX; es el período
en el que campea la trilogía: lucro (acumulación de riqueza), racionalidad positiva (iluminismo,
ilustración, la razón, el enciclopedismo) y la idea de progreso (prometeico: dominarlo todo, apología
a la tecnología [“… si se despoja a la riqueza de su limitada forma burguesa, ¿qué es la riqueza sino la
universalidad de las necesidades, capacidades, goces, fuerzas productivas, etc., de los individuos
creada en el intercambio universal… el desarrollo pleno del dominio sobre las fuerzas naturales… la
elaboración absoluta de sus disposiciones creadoras… la cual no busca permanecer como algo
devenido sino que está en el movimiento absoluto del devenir?” –Marx: Formen]; el “ansia de lucro”
es una variable sobredeterminante del progreso histórico [“juicio de hecho”, no de “valor”]). En
efecto, “saber absoluto”: la proyección de la tendencia del proceso de dominio intelectual del mundo
16
(la ciencia –y la técnica) conduce lógica e inevitablemente hacia allá (a la producción del saber total
[el ser humano: ¡no tiene elección! {En la naturaleza –en la formación del ADN, en el que se hallan
las instrucciones genéticas para la formación del neocórtex- se halla el curso del destino de la
humanidad}]); de similar modo, la propensión en la formación del instrumento: la integración de
todos los cerebros en interface con un centro poderoso de inteligencia artificial (concreto: cerebro
natural-cerebro artificial –las 5G a portas), se insinúa de análoga forma como su soporte material.
Para llegar a ser “Dios”, el ser humano tiene que comportarse primeramente como productivista
(“Para dominar la naturaleza primero hay que aprender a obedecerla”: W. de Baskerville a Adso de
Melk en El Nombre de la Rosa de U. Eco), extractivista, antrópico,…, en contradicción con la
naturaleza) en una concreta fase de su existencia (o crear un momento mixto: progreso y equidad,
esto es, pragmático materialista, colectivista [en verdad, Marx condujo su pensamiento de la
impugnación radical al capital {humanismo antropológico hegeliano} a la comprensión del papel de
este período: de la fase burguesa, en la historia]; en realidad, a la “teoría frankfurtiana de la praxis”
debe hacérsela preceder de la “ontología” y suceder de la “teleología”).
La conclusión general a la que se ha llegado, luego de realizar un recorrido analítico sobre la
descripción histórica, ha sido que la primera tarea humana cumplida, ha consistido solamente en
reproducirse: mantener este tipo de ADN (el último segmento evolutivo natural: el neocórtex) y crecer
vegetativamente (replicarse), el proceso ha tenido en frente en pro (banco de recursos) y en contra
(escenario adverso) a la naturaleza (propósito necesario, exitoso, lustroso, meritorio, en su momento:
la inteligencia finalmente se ha enseñoreado y paulatinamente se impone sobre todo); la segunda fue
desarrollar la ciencia y la técnica para preparar la base material del mundo nuevo, labor realizada
en el marco de cruentas contradicciones a lo interno de la especie, el peso de cuyas secuelas soportó
la mayoría de la población trabajadora (la fase capitalista, en especial); la nueva (última) misión
consiste en sacudirse del pasado animal (“carne con necesidades” [Marx], “reino animal del
espíritu” [Hegel]), tanto como del estado superior de la materia: “conciencia sensible”, para pasar a
desarrollar el pensamiento y crear la conciencia (insensible) total (universal): autoproducir la
“trascendencia”. Es verdad, que todavía queda una subtarea paralela en la coyuntura que realizar:
cremar (literalmente) los restos del capitalismo (ascendiente perverso, sobre cuya tumba de todos
modos se deben derramar lágrimas: [“me río para no llorar”] sentimientos encontrados de
admiración y censura), puesto que el proletariado, la historia y los pueblos en general, no han
cumplido totalmente la faena política: liquidar de una buena vez al sistema de free trade, pero la
misma está en realización “de cajón” (“de oficio”) en los ajetreos globales en ciernes del género
entero (en la globalización, la reproducción material humana y las formas de conciencia social se
vuelven hemisféricas, mientras que la superestructura se queda formalmente en el estrecho marco de
los Estados “nacionales”: los push políticos guardan coherencia).
La nueva realidad que ha nacido, que se expresa en los procesos anotados, deposita la
pulsión de ser reconocida en aquellas mentes que se atienen al curso de su “lógica”; dinamia
inmanente, primigeniamente recogida por Marx (“determinismo histórico de Marx”: la máquina, el
domino de la naturaleza, el desarrollo de la conciencia). De cara al carácter actual y futuro del
movimiento del mundo, el pensamiento de Arrighi/Wallerstein (el hegemón dominante [EU] ha
llegado a la cima: al otoño le va a seguir una nueva primavera; el capitalismo se bifurca, la confusión
reina a su interior, pronto habrá un nuevo sistema que lo substituya y ponga orden en los hechos)
capta una forma de ser, una determinación dinámica de la realidad de modo abstracto; Fiori, por su
parte, da cuenta subjetiva de un frente significativo de los sucesos (núcleos conflictivos, que se
expanden: acumulan en competencia y crean orden inestable en un marco potencial de guerra). El
señor J. L. Fiori -como lo hacen A. Shaikh y D. Guerrero- considera, que explosión tras explosión el
capitalismo se ha expandido en el Planeta hasta el presente (empero, el citado señor, proyecta esta
imagen al futuro de modo espinocísticamente regular); no obstante, las evidencias advierten, que está
por llegar al concreto el desarrollo de las fuerzas productivas (la mecanización, la automatización, la
robótica inteligente [conclusión a priori, en cuanto la monta está puesta en la verdadera
determinación del desarrollo humano: en el motor que mueve al conjunto {por oposición al
codeterminismo sistémico de los “campos” de Dussel}, o sea, la esfera objetiva de reproducción de la
vida]); ahora bien, si el capitalismo ya no se expande debido al freno y conclusión del desarrollo de
la base material de su reproducción (el espectacular crecimiento del sector financiero, si bien
coadyuva en el desarrollo de la ciencia y de la técnica, no implica paralelo incremento del valor),
quiere decir, que la contradicción se ha detraído, que ha dejado de ser. ¿Cuál la razón? La
Revolución de Octubre, el socialismo de Lenin–Stalin, las luchas populares planetarias y el desarrollo
de las fuerzas productivas. Fiori pone las razones del proceso; Wallerstein describe el culmen del
mismo (en el presente documento se adelanta esbozo de explicación).
En una palabra, en la competencia intermonopólica global, en el tornasiglo, en el movimiento
en curso de la humanidad, es un grupo económico con asiento en un específico lugar del mundo
(Estados Unidos de América con su punto de apoyo: la Unión Europea –atlantismo [dixit S. Amín]- y
Japón) el que es desplazado de la cima (Arrighi) y reemplazado por un nuevo sistema de gobernanza
(“hegemón”). Esta vez la supremacía es variada y balanceada (Fiori, Amín): es la forma
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precisamente en que todo poder se enrumba hacia su dilución (Wallerstein). Según enfoque
formalista, la onda financiera kondratieff (financierización monetario/tecnológica) decae (burbuja
especulativa): con los BRICS, no procede ya el inicio de una nueva onda larga (productiva, de
crecimiento –Mora Henry: ¿Marx o Kondratieff?) ni intermedia (ciclo juglar) ni siquiera corta (ciclo
comercial, ciclo kuznets, onda larga kondratieff, función de onda humana), puesto que concluye, más
bien, la larga onda tecnológica –onda extensa clasista- una vez devenido el “ciclo transicional” (de
la “revolución industrial” a la inteligencia artificial) e inicia la fase propiamente histórica del
pensamiento (economía del conocimiento, sociedad de la inteligencia, era de la espiritualidad –sic-,
según es el decir de la prospectiva eurocéntrica; en realidad, la formación humana simplemente
comunista, equivalencial, democovivencial). Al interior de las citadas coordenadas y de dicho límite
–señor Dussel (16 tesis de Economía Política: Tesis 1 –en la web)- van a proceder la práctica política
y la ciencia futuras, no sobre quién debe (producir) manejar el excedente: si el sector privado (el
capital), el comunitario (la “sociedad”) o el estatal (la burocracia -sic). En la conclusión general: los
males humanos sólo cesan, cuando el ser humano deja de trabajar (onda de automatización); esa
condición la pone el capitalismo, y al lograrlo: muere (Las fuerzas productivas: ¿ya no necesitan del
capitalismo [de la contradicción, de la competencia, de la guerra] a fin de continuar y completar sus
desarrollo [el robot sapiens antropomorfo]? De ser así, este desarrollo se habría vuelto autónomo o
un segmento hegemónico de la humanidad debe haber alcanzado el nivel de racionalidad, que
permita continuar con ese progreso, en condiciones de “equivalencialidad”).
Marx piensa al ser humano futuro fuera del trabajo, que sólo usufructúa de la máquina y de la
naturaleza, a la cual somete a comprensión y a dominio; en suma, asigna la posición más elevada de
la realidad toda a la historia: forjar la conciencia total. El contexto para el marxismo es la formación
social capitalista (en su bagaje categorial no tiene lugar histórico de periodización la noción sobre
eras: antigua, medieval, moderna, posmoderna, etc.); esta etapa ha llegado a su fin con la creación
de las condiciones materiales del mundo nuevo (en realidad, Marx maneja el criterio histórico de
“formaciones humanas” en el marco de la idea de progreso, no el formalista de eras [piedra, metales,
industrial, tecnológica, digital], edades, hegemones [superestructurales de dominación], etc.; en el
interior de estos grandes períodos advierte su fundamento: el modo de producción y a su interior los
aspectos componentes pareados, contradictorios, en movimiento: las fuerzas productivas y relaciones
de producción, la gestión y la conciencia; totalidad estructurada concreta, la que posee fenómenos
colaterales, expresión y complemento funcional). Todas las corrientes (contrahegemonía intelectual,
filosofía latinoamericana, descolonización epistemológica, filosofía de la liberación, epistemología
del Sur, desglobalización [antiglobalización: S. George], contracultura, antieurocentrismo,…), que
asumen formas pasadas a ser recuperadas como fórmula de tratamiento de fricciones actuales tanto
de la humanidad como entre ésta y la naturaleza, se hallan descontextualizadas: del sistema que se
va, de la estructura de mediación (la transición) y de la forma humana que se empieza a afirmar (no
se niega el esfuerzo y la genialidad de sus más representativos exponentes [Benjamín, Dussel {quién
más sabe sobre Marx}, Echeverría, Lowy, de Sousa Santos, Bartra, Kohan, Arismendi,…]: realmente
son genios, formal y técnicamente lo son; lo que se impugna, es que su modelo mental se mantiene en
premisas previas, cuando la intelección de la realidad y la praxis demandan realizar un giro radical,
cambiar de frente en el objeto tras el concepto [y sobre todo la hostilidad contra Stalin, que se deriva
de animosidades]). La mediación: ¿cambio de época?, ¿época de cambios? (En realidad, la época ha
cambiado).
Para las personas citadas en párrafo precedente, el estalinismo no fue más que terror,
caricatura; no alcanzan a ver la función real de esta personalidad, de su pueblo y del período, en
relación con la historia; en realidad, querer reducirlo (pretender subvalorar su personalidad), es una
forma de demostrar, que no se ha comprendido la magnitud y significación del momento histórico
aquel: mofarse del gran pueblo soviético, del proceso y de la coyuntura, al frente del cual estuvo este
gigantesco líder proletario del mundo. La historia de forma natural creó al capitalismo como último
modo de producción contradictorio, instrumento de su progreso. A la mitad del camino, la voluntad
forja en una zona y para un segmento humano, el socialismo (1917-1956); el mismo enfrenta al
capitalismo, se plantea la igualdad, pero amenaza con ralentizar o eliminar el desarrollo de las
fuerzas productivas al inhibir la “lucha de clases” (la contradicción que mueve y dinamiza el
proceso); la historia interviene: bloquea al socialismo como forma de acumulación paralela en
importancia a la capitalista, pero este ensayo (el socialista) ya había operado (calado en la
conciencia) y, en los hechos, convertido en “motor dual” (espuela en las posaderas del capitalismo)
obligándole (contribución; aporte socialista al progreso de las fuerzas productivas, que es visto
comúnmente como simple vía capitalista alterna a la principal burguesa) a acelerar el interrumpido
proceso de desarrollo de las condiciones materiales de reproducción (Incluso sobre la globalización
el proletariado, luego el seudo socialismo soviético de 1956-89, pusieron su impronta, puesto que EU
para frenarlo [al “comunismo”; en Chile: “no se va a permitir que la irresponsabilidad de un pueblo
permita el avance del comunismo” -sic], impulsó la formación de la “economía-mundo capitalista”).
Toda vida es progreso: de otro modo no puede existir; progreso cíclico y repetitivo en el follaje y en
las criaturas desprovistas de neocórtex, cíclico ascendente en el ser humano; la conciencia propendió
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evadir la determinación-sacrificio del progreso, con la intención de realizar de otro modo ese mismo
proceso de progreso (Stalin), empero la historia implacable “no se confió”: relegó a segundo plano
al socialismo (el cual no está muerto, como el capitalismo no está del todo vivo), experiencia que
aparece en la mente común insidiosa en cuanto fracaso, implosión, inviabilidad, etc., mientras que
ratificó al capital (por un lapso efímero: hasta que la automatización se concrete) como la forma
contradictoria moderna por excelencia forjadora del progreso con el sacrificio de las 9/10 partes del
género (y en el presente: con afectación de la naturaleza).
De modo coetáneo la realidad se halla inmersa en el hecho (cambio de época) y en su
despliegue (época de cambios); momento y proceso, que no solamente involucran a la historia, sino
también a la naturaleza: a eso se reduce la alharaca catastrofista respecto de las llamadas “crisis
global del capitalismo” y de la naturaleza (crisis civilizatoria -sic). En realidad, en esta ocasión el
cambio se produce en la historia y en su ontología (no se trata de “vino viejo en odres nuevos”, sino:
nueva gente en casa nueva [La acción humana in abstracto, ha obligado a cambiar el “estilo de vida”
a la naturaleza; esa mudanza rebota sobre el “ser”, proceso que produce metamorfosis de consuno]).
¿Se desprende de eso, la imagen de que este pensamiento se ha vuelto burgués, pro antrópico e
irresponsable? En absoluto. Solamente se deja entrever, que no se condesciende con el catastrofismo
ecologista, con el rechazo a ultranza al capitalismo y con la torpeza banal inscripta en la concepción
hedonista de la vida; pero, sobre todo, que no se puede sacrificar el sino superior humano a la
felicidad e intocabilidad de la naturaleza y, en su defecto, se preconiza el carácter sinérgico entre
desarrollo material, transformación controlada de la paisajística natural y estructuración de la
conciencia concreta: neopormeteia, percepción que no es igual a la trilogía “buen vivir, derechos de
la naturaleza y justicia social”. El verdadero problema, la cuestión fundamental, la auténtica “crisis
civilizatoria” se ubica en la dimensión de la historia: consiste en el bloqueo de parte del ser creado
por la naturaleza para realizar de modo racional su movimiento, al progreso; en efecto: o ganan los
que blanden la muletilla del ecocidio y los crímenes de lesa humanidad que perpetra el capitalismo y
se liquida el progreso en cuanto proceso que realiza el neocórtex hacia la consecución de la dignidad
superior humana en el conocimiento total, o un frente humano consciente (por sobre las condiciones
inevitables de la realidad) niega a la burguesía y al hedonismo de izquierda, y asume la tarea de
imponer la justicia como instrumento para dar continuidad al desarrollo de las fuerzas productivas,
hecho en el que deben beneficiarse el sujeto, la historia, la naturaleza, el Universo, la materia, en fin:
la realidad toda, con su representación.
Transición (mutatis mutandis: 1917-2050). Las dos leyes fundamentales de la historia: la ley
del valor de uso (reproducción natural: primera naturaleza –comunidad primitiva [uso de los bienes
naturales y trabajo propio]) y la ley del valor de cambio (reproducción social: segunda naturaleza
–formaciones humanas clasistas: esclavismo, feudalismo, capitalismo de modo concreto, sobre todo),
está por dejar su lugar a la ley del usufructo (reproducción artificial: tercera naturaleza –la
democovivencia: el comunismo [el Paraíso/el “Cielo”]); los factores y el proceso implicados en este
colosal salto (equiparable al surgimiento de la vida orgánica, del neocórtex, de la división de la
humanidad en clases y a la Revolución de Octubre) son la “lucha de clases” y el desarrollo de las
fuerzas productivas: la automatización (el trabajo sale de escena histórica y el ser humano se dedica
por entero a las faenas del pensamiento –luego de un período de concupiscencia generalizada del
género, por supuesto). “El capitalismo encontrará sus límites cuando conquiste el mercado mundial”
(D. Harvey); es una forma de advertir (con ubicación en el ámbito del intercambio, de la magnitud
espacial de realización de la mercancía) la frontera del sistema; sin embargo, la perfecta visión debe
ubicarse en la dimensión profunda: en la producción, por tanto, el capitalismo cae, cuando ésta (la
producción) se haya vuelto automatizada (Marx en Los grundrisse). Dicho sea de modo esquemático:
la mediación y todo el proceso comprehendido en el tránsito de la formación clasista a la no clasista
de la humanidad, es la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, la cual reestructura y
realza a la de la lucha de clases, esta última incide de modo directo en la de la composición orgánica
absoluta del capital, la cual deriva en la automatización, la que deviene en base de la ley del
usufructo y por la que se impone el régimen de democovivencia, o sea, el comunismo, orden en el que
la humanidad se ha tornado espiritual, se ha vuelto trascendente; ahora bien, mientras el sustento
material humano se realice con mediación necesaria del trabajo (producción, reproducción), la ley
del valor se mantiene (dígase: como el socialismo es una fase de transición, la referida regularidad
opera –operó- también en dicha experiencia).
La renovación generacional humana y de la historia (grados de civilización), tiene sentido
inmanente, sólo en el marco de realización ininterrumpida de la potencia de la inteligencia hacia el
“saber absoluto” (en el marxismo, el “milenarismo” –sueño- lo forja el ser humano científico-
revolucionariamente); aparte de esta misión, nada tiene razón en el Universo. En realidad, el objeto
de la inteligencia, no reside (aunque sea su medio, su presupuesto necesario) en el diseño y aplicación
de estrategias conducentes a formar riquezas, forjar aparatos de dominación y explotación globales
(la Trilateral, la ONU, el FMI, el BM: nuevas determinaciones trasnacionales del capitalismo
[Gramsci] o contratendencias dilatorias [Keynes/Nicolaus]), organizar harenes, mejorar la
gastronomía, construir mitos religiosos o artísticos in abstracto (la anodina “civilización del deseo y
19
la creatividad” de B. Echeverría), incluso revoluciones sociales en interés de vivir simplemente con
felicidad en igualdad en el “reino de la libertad”, encerrados en el status de desarrollo multifacético
del individuo (desarrollo integral: únicamente modernos animales, formalmente racionales, en gozo
de altos estándares equitativos de vida y de sensualismo, según parámetros de calidad; o sea,
plantear el “comunismo” como la meta de la acción política –esa es la frontera de la conciencia en la
actualidad); de conformidad con esta “filosofía optimista de la historia”: ella tiene el propósito
superior de develar los misterios del Universo y permitir el gobierno de éste, por aquella. Tampoco
reside en las preocupaciones parroquianas de momento; desgraciadamente es el caso del gran
pensador ecuatoriano: don Juan Montalvo Fiallos, quién invirtió talentos sobre el tratamiento de
problemas domésticos y sobre figuras de tercera, lo cual fue óbice para proyectarle a nivel mundial;
lo que –a su vez- contrasta con la conducta de Nietzsche, el que se ocupó de los grandes temas de
convicción global (los filosófico-religiosos), que le confirieron un lugar en el pensamiento universal
(no obstante, un intelectual debe asumir las tareas teóricas de su tiempo y de su lugar; de allí procede
su definición –¿si el gran cosmopolita ecuatoriano hubiese tenido como marco cotidiano de su vida al
escenario más alto de desarrollo de Occidente por entonces?).
El propósito de este documento es exponer los rudimentos de la ley, que mueve a la
humanidad, a la naturaleza y al Universo (a la Materia toda), cuyo instrumento último y esencial es el
neocórtex (la “teoría …[filosófica]… que explica todas las cosas”: la determinación última, que
supone a las de orden física, química, biológica: la “socio”-conciencial [filosófica]). La explotación
del ser humano por el ser humano es la ley darwiniana del progreso, del desarrollo de las fuerzas
productivas, de la formación y despliegue de la conciencia, o sea, de realización de la historia
(percepción [continuum temporal, teleológico, regular] ubicada: en clara oposición a la noción, que
sobre la historia promueven Benjamín y Althusser): el cinetismo de la esencia material, que tiende a
la creación de su alter ego: su representación simbólica, conceptual: su retrato hablado. La
humanidad pudo rebasar la formación comunista primitiva: salirse de la armonía y de sólo marchar
en el propio terreno, efecto del modelo de reproducción simple, para instituir las formaciones
clasistas, en las que la contradicción inauguró la senda del desarrollo: la diferenciación “social”, la
división del trabajo, la explotación, la acumulación; proceso que concluye con la forma de
producción capitalista, una vez que ésta ha cumplido su misión con la creación de la base
automatizada de reproducción, con lo cual llega a término el desarrollo de las fuerzas productivas
por vía humana. Al sistema burgués toma la posta el comunismo. La diferencia entre el comunismo
primitivo (primera forma de organización humana: inicio del camino racional) y el supramoderno
comunismo ya en el horizonte (última forma de organización humana: conclusión del viaje de la
inteligencia), radica en que el primero instauró relaciones fraternas, equivalenciales de colaboración
efecto del exiguo grado de desarrollo de las fuerzas productivas (inteligencia colectiva
generacionalmente ontologizada, acumulada y potenciada); el segundo hace lo mismo, pero como
resultado del máximo desarrollo de las fuerzas productivas, que libera al ser humano de los conflictos
“sociales” intrínsecos y le permite disponer de toda su vida para entregarse a la producción de la
idea; la fraternidad, en este caso, emerge de la abundancia, faculta el imperio de la racionalidad, ésta
(racionalidad) es el motor del movimiento cuando este último no proviene de la antinomia; sin
embargo, la armonía lleva en potencia la cesación del movimiento: la muerte.
¿Es todavía temprano para pronunciarse de este modo? Es posible que estas hipótesis de muy
largo aliento en la progresión humana, a pesar de que las mismas cuentan a su favor, con la
evidencia contenida en el desplazamiento histórico tendencialmente progresivo de la ciencia y de la
técnica (en la práctica y en el pensamiento prospectivo hasta ahora desarrollados: Marx, Engels,
Sagan, Wallerstein, Moravec, Vinge, Kaku, Penrose, Hawking; en el mundo fantástico que viene,
presentado por el espeluznante desarrollo de la ciencia y de la técnica: la nanotecnología, la
robótica, la biotecnología (bebés a la carta; materiales autosaneables; la investigación y conquista
espacial, la inteligencia artificial, Internet de la cosas, la creación del poshumano –singularidad
tecnológica), para la mentalidad humana actual: no sean admisibles (plausibles), pues, “no se puede
pedir a un ser, que haga …[piense en]… algo, que todavía no está en su naturaleza” (K. Marx dixit);
en realidad, por el momento no existen condiciones para proceder a orientar a la humanidad con
argumentos. No obstante, ellas tienen el mérito de apuntar una salida honorable para la especie, en
cuanto la rescata de las garras de la depresión existencial, de la torpe inserción de la inteligencia
insumida en la sola recirculación hedónico-teológica retardataria generación tras generación (en
verdad, el arte, el deporte, la “cultura” [“formas elevadas del espíritu humano” {Ecuador tiene una
Casa de la cultura; en realidad, Casa de la esfera sensorial, en la que opera el cerebro derecho de
ciertos sujetos}] han sido otras tantas distracciones, que han impedido, que imposibilitan y sostienen
el freno, para que la conciencia se vea inmersa en la depresión existencial). Si poseo la tecnología,
puedo desarrollar la conciencia, pues, la tecnología es tanto más importante que defender mi posición
espacial para vivir (demarcación del territorio), en tanto ella permite contar con la incidencia sobre
la mente, de los substratos materiales y espirituales, que representan la acumulación de los resultados
de la praxis de la inteligencia colectiva plasmada (conciencia superior: conocimiento sin la sensación
[estados emocionales], es decir, la estática).
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Como se podrá advertir, la temática tratada es muy sensible en los planos de la tradición
filosófica, de las “fibras más íntimas” de la persona y en la dimensión política (negación
–morigeración- de la esfera hedónica del “ser”, asunción de una postura conductual hierática; la
constancia inferencial, que tanto el capitalismo de inspiración neoclásica como el socialismo radical
han sido rebasados por la historia; empero, cuesta creer esta penosa verdad, a uno y otro sector,
pues, el primero quiere eternizar la juventud: el capitalismo, el segundo hacer lo que ya fue hecho en
un sitio y en un momento a nombre de la historia y del género: Octubre 1917 y la dictadura del
proletariado 1917-1956 en el ex Bloque Oriental), de manera que la misma demanda de fundamento y
justificación (el método en orden es la “tecnología inversa” [luego de haber hipotetizado el escenario
futuro] en el laboratorio de la mente –teleologopraxeoontología-; dialéctica prospectiva [“valor
futuro de una anualidad”]-retrospectiva [“valor presente”]: de la etapa superior simulada
[omnisapiencia, omnipotencia, omnipresencia, humanovivencia {humanidad sin trabajo, sin clases,
sin mitos, hermanada en sentido simplemente genético, cohesionada por la “actitud fuerza” de
alcanzar el dominio subjetivo de la realidad: emulatividad sistémica}] camino de retorno al presente
y al pasado –“valor pasado de una anualidad”- [Marx: elucidar el presente para entender el pasado:
las formas que devienen “para sí” {la anatomía humana da la clave de la del mono}; conocer la
coyuntura para suponer el futuro: las estructuras desplegadas “de sí”]). En suma: ¿cuál ha sido la
entrada a partir de la que se ha producido la intelección esbozada de los hechos? De carácter
prospectivo/retrospectivo. Naturalmente, la doctrina y la metodología marxistas están presentes en
los dos momentos: con el primero (prospectiva) se formula la hipótesis sobre el escenario tope; con la
otra (retrospectiva) se revalúa el proceso (el hacia atrás) y se pone las premisas (el hacia adelante:
“deber ser”, denomina el pensamiento burgués) para la praxis (las que [premisas] de todos modos
están dadas: sólo su racionalidad consciente representa el resultado del esfuerzo de reflexión).
Para efecto de estimar las ideas prevalecientes en el plano sociofilosófico, fue impráctico
dedicarse a leer a todo Holloway, Benjamín, Gramsci, Habermas, Arendt, Weber, Foucault, Lowy,
Dussel, Echeverría, de Sousa Santos, Kohan, Mandel et al (cuando se tenía, además, la prioridad de
adentrarse en el pensamiento de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Newton, Sagan, Penrose, Hawking,
Asimov, Dobb, Cueva, Shaikh, Grossmann, Althusser, Castells, Biessonov, Leontiev, Garner,
Garnier): sería imposible, una labor ímproba, la que de alcanzársela, pondría de pies en el
manicomio (por tanto, para que no se diga que se es un farsante, este punto tiene que ser aclarado:
de ningún modo se ha leído todo de todos, pues, son muchos y muy complejos); para el efecto, se
buscó encontrar un atajo: “encorvar el Universo” –conseguir que el principio se ponga en contacto
con el fin- (buscar una muralla, un agujero negro, que permita entrar e inmediatamente salir al otro
lado del Cosmos). Y esa abreviación se encontró: 1) ir a la base del pensamiento de los exponentes
más mediáticos del saber universal interdisciplinario, sea por descubrimiento propio mediante la
lectura de sus principales obras y, de ellas: los acápites más significativos, o con el concurso del
parecer de sus adherentes, difusores o críticos (entre tanta “información” [los desarrollo teóricos en
las diferentes áreas del saber] encontrar la ruta corta y certera hacia la esencia). 2) Oponer a la
médula de dichas propuestas paradígmicas, las posmisas avanzadas: la posaxiomática (centrarse en
los puntales de esos discursos, más no caer en el ovillo de sus ideas desarrolladas ), o sea, la
formulación hipotética de los fines últimos de la existencia humana: la configuración lógica deductiva
del escenario superior de civilización por venir, más allá del cual no queda más que la nada: el
comunismo en su máxima realización racional; caracterizar ese estado y armado con dicho material
futurista, justipreciar la parte medular del pensamiento burgués y la del socialista/comunista. 3)
Hacer intervenir en la evaluación el postulado: el ser humano debe producir la idea total; para el
efecto dispone del producto evolutivo mayor: el neocórtex (categoría teórica absoluta), su realización
se da en medio de la determinación del movimiento natural: la contradicción (Darwin/Hayek); las
ideas avanzadas por la humanidad (por su intelligentzia) han sido advertidas, luego valuadas con el
racero adelantado: si concuerdan o se distancian con y de este principio, con y de esta axiomática.
Precisamente el haberse apartado del susodicho pensamiento, ha sido el giro nocional, que
ha permitido no se continúe “la marcha en su propio terreno”, siempre en torno de “su centro de
gravedad”, pues, los señores niegan la “ley del valor socialista”, disienten con la noción de
“socialismo como sistema de acumulación” (progreso), mantienen gratuito furor antiestalineano (la
planificación, el desarrollo proporcional y planificado, el Gosplan –“control consciente de la ley del
valor”), aversión a la “dialéctica de la naturaleza” (con eso: a F. Engels), critican a la ciencia
positiva y a la técnica (hacen maromas mentales por volver a Marx antiproductivista), trasuntan
apego al atavismo práxico neoempirista de: “se hace camino al andar” (consideran absurda la idea
de: “la historia como sentido”), la negación de la determinación “económica” (de la producción
material) en cuanto base de todo el proceso humano (voluntarismo especulativo gramsciano; el
“comunista sardo: negó la existencia de una “objetividad social” y subrayó el “papel de la voluntad
humana”); en suma, no se ha dejado subyugar por los cantos de sirena hedonistas y, más bien, se ha
retornado a Marx. En verdad, fue una tarea difícil entrar a categorizar, in abstracto, el pensamiento
filosófico prevaleciente en la esfera toda (no se hace alusión directa al de tipo burgués y al religioso
en particular, puesto que el mismo es de orden escatológico, finalista, de fe), pero se lo logró; luego
21
de lo que se pudo iniciar la exégesis: a.- dar con la substancia filosófica común del pensamiento
llamado de “izquierda” (gramscismo, neomarxismo, trotskismo, socialdemócrata, latinoamericanista;
b.- iniciar la contrastación con un cuerpo de nuevos supuestos; y, c.- exponer el distanciamiento y la
crítica. ¿Cuál es, mutatis mutandis, el denominador común del estatuto ideológico de esta pléyade de
pensadores (Holloway-Kohan [aunque este exponente del pensamiento trotskista-gramsciano: Kohan,
como “leninista”, está lejos de Dussel] y del resto de personajes citados en parágrafo precedente, así
como de otros del mismo género?):
1.- La historia no es concebida en términos de progreso (“esencialismo”, se dice
peyorativamente), por tanto, no está dentro de su horizonte perceptivo, la noción sobre su
desenlace (proclaman la existencia de varias opciones de futuro);
2.- No confieren importancia a la tesis coevolutiva: ser humano-naturaleza, de Marx (en
referencia al ecocidio, al ecosocialismo, al decrecentismo);
3.- Desconocen el papel que desempeñan el ser humano en la historia y ésta, en el Universo (o
sea, la tesis de que la persona se auto produce como sujeto de pensamiento, cuyo fin es
dotarle de conciencia a la materia, en su orden);
4.- Impugnan al capitalismo: sostienen que su presencia no es necesaria en la historia (crisis
capitalistas, crisis civilizatoria, fracaso capitalista,… [Pero el capitalismo ni está en crisis
ni ha fracasado: sólo ha cumplido –sigue en esa tarea, aún en su etapa senil- su misión
histórica]);
5.- Creen que el trabajo es esencialidad histórica (determinación concreta) eterna de la
humanidad;
6.- Su percepción omite la noción hipotética sobre el momento cumbre de la evolución natural y
el papel del neocórtex: la ley que preside el movimiento de la realidad;
7.- Sostienen que en la ex URSS, jamás se organizó el socialismo (la “revolución
traicionada”);
8.- Carecen de la intelección sobre el papel del “socialismo real” y la razón de su “implosión”
(La ley del valor socialista, la acumulación socialista [intento racional de compatibilizar
progreso y equidad; la historia devolvió la primacía al capitalismo en la senda del
progreso]);
9.- No está a su alcance la repuesta a la pregunta: ¿qué le pasa a la humanidad? (Transición
hacia el sistema democovivencial: la historia marcha por rieles capitalista y socialista);
10.- Ignoran la progresión: instrumento mecánico, máquina, automatización, robot inteligente, y
la razón y conclusión del proceso (esto es, la primacía de las condiciones materiales);
11.- Tienen la tendencia a plantear la felicidad humana en la vuelta al “valor de uso”
(epistemología del Sur, Filosofía latinoamericana, ethos estético,…); y,
12.- Han dejado de lado, en el análisis de la historia, el papel modelador histórico de las fuerzas
productivas (inteligencia objetualizada, positivamente alienante); el carácter regular de la
historia (la ley general y las particulares de cada etapa).
Para morigerar toda posición de valoración peyorativa a priori (de la legitimación dada)
sobre estas líneas, se hace la advertencia en torno de que en el presente opúsculo se conviene en
exponer las ideas de modo que contraríen el modelo sistemático de la “epistemología” burguesa
(empirista, racionalista, positivista). En tal sentido, quién se interese por este manuscrito: por su
trama y objetividad, debe darse el trabajo: dispensar el favor de descubrirlos, y éste es un requisito,
anterior a cualquier recusación. El “efecto de verdad” (M. Foucault) de estas ideas reside en su
coherencia argumental; su veracidad guarda relación con ello, pues, ningún miembro de las
generaciones maduras actuales, estará presente para comprobar o “disprobar” lo dicho, esto es,
para asistir al momento en el que la humanidad se vuelve “racionalmente totalitaria”. A de
advertirse, por otra parte, que el abordaje discursivo de un tema a través de formular los contornos
de la totalidad inscritos en una perspectiva histórica de largo plazo, puede incomodar; no obstante,
quien tenga la bondad de seguir estas reflexiones, tiene que estar dispuesto a descender de lo general
a lo particular, en la medida en la que –aquí- el método de exposición –se insiste- se halla invertido:
se procede de lo concreto a lo abstracto, del futuro lógicamente hipotetizado se viene
especulativamente al presente y se va al pasado (“sabemos quiénes somos, qué fuimos y ahora nos
preguntamos: quiénes seremos”; la respuesta a esta última inquisición redefine el concepto vigente
sobre el mundo). En la consideración coyuntural, las premisas del discurso son: la nueva
contradicción imperante es entre la producción automatizada y la apropiación privada de los frutos
del “trabajo” maquinizado; cada vez más el capital se automatiza, con lo cual mata al trabajo y a sí
mismo; el capital se coloca fuera de la producción real, puesto que la sobreacumulación incrementa
la producción que no tiene demanda; y, la emergencia de la forma “economía popular alternativa”,
de la desconexión (“salirse del metabolismo capitalista”) definen el carácter devenido del modo de
producción burgués (el proletariado ha herido de muerte al capital [la Revolución de Octubre], pero
éste ha decesado a aquel: la automatización [se trata de una argumentación filosófica, que espera
corroboración de parte de la realidad]).
22
Comienzo del discurso, inicio de la preocupación: si la revolución ya fue hecha por un
segmento humano, si el socialismo resultó ser una casuística admitida por la historia como
participación en ella del “ser” en cuanto divertimento y puesta de su impronta, si el “cambio de
época” es precisamente el resultado visible de la política proletaria (¿Cambio epocal? Pero los que
lo proclaman ignoran el porqué, quién [el sujeto-actor] y hacia dónde [la “historia como progreso”;
el proletariado; al comunismo, en su orden]); si la mitología religiosa es eso: ilusoriedad; luego:
¿qué diantre queda hacer y cual la razón de la existencia del neocórtex? La exterioridad: el comienzo
de esta reflexión (para discursear sobre la tópica en cuestión, por la dimensión absoluta de la misma,
existen múltiples entradas hacia ella). Mirar la vida, no sólo la presente o la realizada, sino deducir
la que viene, lo empezaron a hacer los clásicos. Marx y Engels formularon tesis, más allá de la
historicidad (puesta a un costado el carácter epistemológico de la percepción: la correspondencia
entre concepto y substrato); en efecto, la conciencia de que sus ideas iban a ser superadas (en el
frente de las categorías [“economía” {proceso de reproducción material}, política e ideología, o sea,
la cultura total], que aprehenden la realidad de un momento, debido al perpetuo cambio y
transformación de ésta), pero no con la negación de las mismas, sino con su perfección y desarrollo
teórico/real (en el caso de Marx: la noción visionaria en torno de que la realización de la vida
humana consiste en volver espiritual la realidad toda; y, de Engels: la descripción de la operación
dialéctica de la formación de esa realidad dual: hecho y representación, la que en un principio es sólo
dialéctica, luego deviene dialéctico-histórica y, finalmente: racional, precisamente cuando la
existencia ha saltado hacia su próxima condición: la divina. A continuación se cierra el ciclo y se da
curso a un nuevo Big Rip. La tarea, de todos modos en la circunstancia presente, ha consistido en
anotar puntos de vista, que en unos casos explican los hechos, en otros se contraponen a las
comprensiones vigentes o que resuelven ciertas inquietudes, en terceros (El enfoque es ultramoderno
en su postura frente a las “fuerzas productivas” [la ciencia y la técnica] y tozudamente arcaica en las
“relaciones ´sociales´” [la comunidad primitiva]).
Las hipótesis prospectivas científicas que se sostienen (strictu sensu, epistémicas; se
sustentan: 1.- en la mecánica de las inferencias lógica y estadística, 2.- en el criterio de la totalidad y
3.- en el movimiento de las tendencias empíricas [“mantenerse siempre en el plano real”], se hallan
revestidas de carácter objetivo; por ejemplo: que el ser humano va a llegar a ser el “regente del
Universo”), se preasume: se cumplirán. En lo tocante al carácter gnoseológico formal inherente al
proceso de aprehensión mental del curso de la vida que viene como con el que topa la realidad en su
totalidad y su proyección, las presentes notas aluden al efecto de abstracción (“experimento del
pensamiento”, lo llama Einstein), en cuanto condición de proceder, conducido de conformidad con la
modalidad argumental de "pensamiento lateral": “provocación” (“proyecto filosófico desafiante”), esto
es, en acto de “abrupto cambio de conceptos de aceptación universal”, sobre el cual opere el artificio
de desbloqueo de la ruta por la que fluya la búsqueda del conocimiento –pues, “... la humanidad aún no
ha parido un nuevo ´Manifiesto Comunista´”-; “nueva concepción de la historia” (“economía”: la
automatización; “política”: la democovivencia; e, “ideología”: el saber objetivo universal), que un día
experimentará también su trasformación como idea -J. Derridá). La comprensión del Universo no se
formulará en los términos clásicos del lenguaje actual (Godel); será ideada una forma conjunta de
representación entre imagen y sentido (nuevo lenguaje que supere a los conocidos, a los idiomas: a esas
diferentes maneras de combinar los sonidos [fonemas] en subordinación al orden de los sentidos
[contenidos, significados] por parte de un mismo neocórtex, inteligencia situada en diferentes
geografías). En el cerco de las limitaciones pasadas, los grandes exponentes en su momento han
pretendido ver el todo con la mirada: La Odisea, la Física Clásica, la Sinfonía Coral, Los grundrisse,
la hipótesis del Universo oscilante y, ahora: la Teoría de las cuerdas cósmicas (Sin desmerecer las
sesudas interpretaciones existentes y en mientes, sobre todo del momento geopolítico actual del
mundo, este trabajo mira de otro modo la coyuntura y el proceso cósmico, natural e histórico).
Las categorías del sistema filosófico implicado (con el cual –a su vez- se critica y niega el
sistema teórico-filosófico oficial), son: categoría general, absoluta: ontopraxeologoteleología
(Cosmología/Naturología, Historia [Antropología, Sociología, Economía; reproducción social,
progreso prometeico –neoprometeia, metahistoria], Lógica, Telos [objetivo y término del proceso
antropo/cósmico]); inteligencia, saber absoluto, “Dios”/ser humano (tercera naturaleza). 1)
Inteligencia (necesidades [Humanología/”Teología”]/recursos del entorno [activos naturales,
contabilidad ambiental, depreciación {“huella ecológica” -sic}]; neuronas intermedias –memoria
adquirida-, neuronas del córtex nuevo –asociación, pensamiento [mesología, proceso ergódigo]). 2)
Saber absoluto, racionalidad teleológica (Teleología, robot sapiens, posthumano, 5 interacciones
[gravitación, electromagnetismo, atracción fuerte y débil de protones, e integración de estas cuatro]:
Teoría M, racionalidad [campo de conciencia]). 3) “Dios”/ser humano (homo divinus:
omnisapiencia, omnipotencia, omnipresencia, inmortalidad; universo oscilante: Big Bang, Big
Crunch, Big Rip; “gerencia” cósmica; libertad: decisión sobre la vigencia del “Dios”/posthumano;
negación absoluta: el proceso racional ha devenido). Categorías específicas: automatización
[segunda naturaleza], “valor” de usufructo (base económica –modelo esraffiano), democovivencia
(“superestructura”), saber objetivo (forma de conciencia -ideología). El principio de funcionalidad
23
del discurso, por su parte es: allí donde viven seres humanos hay desarrollo de las fuerzas
productivas; allí donde hay desarrollo de las fuerzas productivas, existen sistemas humanos clasistas
y, de modo especial: capitalismo; y, allí donde hay sistemas clasistas (fluye contradictoria,
asimétricamente la vida) hay historia, progreso (El esbozo más general del discurso propende
formular una teoría filosófica, una cosmológica, una histórica, una política, una “económica” –de
reproducción humana).
La heurística marxista deriva, que no es producto de la inspiración, de la genialidad, de la
imaginación o de la creatividad espontánea, arbitraria de persona alguna, el aparecimiento de los
pensamientos, de las formaciones ideológico-teóricas, de los enfoques; pues, toda reflexión surge por
determinación, por necesidad de la realidad (Marx-Lenin); para entenderla, es necesario inteligirse
las condiciones materiales, que fueron su fuente y su impulso. El presente criterio, no se aparta de esa
ley. Por tanto, existen supuestos reales que columbran su formulación (ese fundamento, grosso modo,
es: el ser humano ha generado ya la inteligencia artificial -el desempleo actual, no es únicamente
efecto de la política de reestructuración de costos de los empresarios ni consecuencia automática de
la crisis capitalista [o en EU el impacto del traslado de las empresas a países con mano de obra
barata, lo cual ha llevado a duplicar la producción y a exacerbar la crisis de sobreinversión {el
exceso de producción debido al salto del proceso hacia un nuevo nivel de productividad de orden
automatizado, es la forma más alta y final de la razón de la crisis: la sobreproducción}], es, más bien,
una determinación abstracta predecesora [la juventud se queda sin profesión y sin trabajo: why?;
porque se acerca cada vez más la hora de la clausura de la “civilización del trabajo” y de su
reemplazo por la “civilización del robot” {o sea, la clausura de la “civilización”, pues, la
“civilización” empieza una vez que el ser humano produce el primer instrumento: el palo que toma
directamente de la naturaleza al cual incorpora modificaciones para que cumpla una función y al que
lo guarda para su reutilización modificada, y concluye –la “civilización”- con la producción del
último instrumento: el robot sapiens, esto es, cuando el ser humano deja de producir instrumentos}]-,
el sistema burgués se halla en el momento de descomposición senil [por primera vez la humanidad
está políticamente informada, despierta: advierte la pobreza, la desigualdad {“la crisis actual ha
hecho evidente el mecanismo del poder”}: el poder mundial no puede someterla –dixit Z. Brzezinski],
ya existe una forma humana que propende crear “otro mundo posible y necesario”, se percibe el
objetivo que debe enmarcar la vida: la producción de la conciencia total; se cuenta, por tanto, con las
premisas de programación para generar lineamientos de regulación de la actuación humana, en este
momento histórico y en proyección teleológica).
La reflexión –en el frente operativo- se centra –por su parte- en la categoría “fuerzas
productivas” (civilización [en realidad, el principal eje de análisis es el aspecto atinente al desarrollo
de las fuerzas productivas, concebidas como pensamiento materializado y progresivamente
cualificado {aspecto que establece las relaciones de producción}]), en la de inteligencia (neocórtex)
y, en suma: en la de “inteligencia ontologizada” (“vida objetivada”): la ciencia y la técnica (como,
en verdad, la categoría materia-propiedades [arjé hilozoísta] -contradicción-movimiento-, es la
filosófica general). En realidad, las fuerzas productivas no consisten en simples substratos materiales
alienantes u objetualización de la idea surgida por presión de necesidades en ascenso permanente;
constituyen, más bien, el reflejo del grado de conciencia (“cultura”) de un momento. Por tanto, si la
productividad del trabajo mide, expresa, es el verdadero índice de desarrollo humano, el estado de las
fuerzas productivas es el indicador del avance en el proceso de hominización (A. Leontiev); la flecha,
por ejemplo, revela un grado de conciencia, la máquina lo hace con otro, la inteligencia artificial
trasunta el nivel cuasi completo del status de la mente: el poder de la inteligencia presente
objetualizada (Contrario sensu que el amor. “Haz el amor y no la guerra”. El amor se ubica en la
esfera del hedonismo [amor: cerebro izquierdo –táctica- del macho sobre el cerebro derecho de la
hembra, para que el cerebro izquierdo –estrategia- de ésta, se someta al cerebro derecho –logística-
de aquel y de ésta: la reproducción mediada por el placer]; la guerra lo hace en la dimensión de la
“racionalidad”. Fornicar implica tan sólo acomodarse; la guerra involucra: colectivos, objetivo,
reflexión, estrategia, táctica [arte], estratagema, logística, ejercitamiento, disciplina, complejo
industrial, simulacros operativos, negociación, esto es, paradójicamente desarrollo civilizatorio y
cultural [algo análogo debe decirse del patriarcado y del machismo {Las enfermedades, las plagas,
los siniestros, las guerras fratricidas, verbi gracia, no tienen sólo función negativa en la vida del
género –a los monos en los zoológicos se los engaña, si no se fastidian; tanto peor la inteligencia:
guerras, disputas, lobbies, acuerdos, expresión del movimiento de la historia-; por el contrario, su
papel prometeico hace avanzar el saber, la técnica, con lo cual empujan al ser humano a conocer y a
dominar a la naturaleza: a saltar de la hominización a la divinización}]; en efecto, de Arpanet a
Internet y a la cibersociedad, producto de la “guerra fría”).
Hay una gran diferencia entre la Lagarde y Dilma: pero las dos son necesarias para el
itinerario histórico. Si se trabaja con la premisa, de que en el ser humano la propiedad máxima efecto
directo del desarrollo culmen de la materia (el neocórtex) preestablece su misión en tanto productor
de la idea total, mientras pasa ésta a ser la tarea central y final de su existencia, el concepto
vernáculo sobre el ser humano se ve forzado a dar un giro de 180 grados (el hedonismo salta hecho
24
añicos y la racionalidad se enseñorea de modo absoluto; por supuesto, la imagen negativa clásica del
capitalismo en la percepción de la izquierda se suaviza, mientras que los desvelos revolucionarios
antiburgueses palidecen). Si EU se ha convertido en una economía desindustrializada, no real, no
productiva (sólo monetaria, especulativa, únicamente de “reproducción de utilidades”,
retroalimentada por los “diezmos” monopólicos modernos), la locomotora imperialista se ha
convertido en una auténtica “economía de papel” y “tiene los días contados” (la tecnología y el
conocimiento, con toda su versatilidad, importancia y signo archí moderno, no tienen la catadura
para sostener al poder efectivo); por fortuna los BRICS han tomado la posta del desarrollo científico-
técnico ligado a la economía real (la que satisface las necesidades primarias, básicas, demandas que
siempre estarán presentes aunque se reduzcan en proporción) y por esa vía continúa el desarrollo
material y, por tanto: la historia se substancia. Infame, irónico tener que pensar de este modo: las
manifestaciones populares masivas en Nueva York, Londres, París, Atenas,… que propenden hacer
caer el capitalismo son peligrosas para la historia, puesto que si bien son “bien intencionadas”
socialmente, pueden hacer fracasar (o por lo menos postergar) el propósito de la historia (aquello
que ésta tiene reservado como misión para el ser humano: llevar la objetividad al plano de la
subjetividad), debido a que el desorden y la toma del poder por fuerzas que promueven objetivos de
coyuntura, que no tienen conciencia sobre el papel del capitalismo, sobre la razón del ser humano en
el Cosmos y de su directa relación con el progreso de las fuerzas productivas, puede castrar los
propósitos de la vida.
En materia cosmovisiva se insiste, el momento indica proceder reflexivamente de modo
heterodoxo sui géneris, pues, si se razona en la “continuidad del objeto” de la metafísica, del
marxismo clásico, del gramscismo, del neomarxismo o del postmarxismo, no es posible romper el
círculo vicioso de la Teología, de la simple coyuntura: del sociologicismo (etnicismo culturalista), del
revisionismo marxista academicista panpoliticista (Teoría de la praxis frankfurtiana), del hedonismo
(Reubicar la reflexión en el frente del marxismoleninismo [de Marx, Engels, Lenin y Stalin], esto es,
lejos de los marxismos oriental y occidental [por más connotados que sean sus exponentes], del
eurocentrismo y del panlatinoamericanismo de consuno, y seguir la perspectiva de la vida en el
pensamiento). A menester posarse, más bien, sobre los hombros de K. Marx (de Homero, Herodoto,
Hegel, Engels, Lenin, Newton, Darwin, de Chardin, Sagan, A. Cueva, A. Leontiev, I. Stalin, Dobb,
Biessonov, O´Connors, Shaikh, R. Penrose, A. de Janvry, Venter, Harnecker); sin Ud., insigne
Maestro: “me sentiría derrotado” (que disculpe el profesor R. A. Carcanholo). En realidad, son las
condiciones ontológicas las que determinan la calidad de los gnoseólogos, de los práxicos, de los
axiólogos, de la presunción teleológica. El capitalismo es la fase cimera contradictoria de la historia;
como en ningún otro momento en el pasado y en el futuro, se necesitaba de la mente más genial para
elucidarlo: para formular el marco teórico que lo reconoce; proeza espoleada por la marcialidad
apoteósica de L. van Beethoven, H. von Karajan (abstracción hecha de su proclividad nazi) y la
Filarmónica de Berlín: la obertura Egmont de la ópera Fidelio ([música incidental al Drama de
Goethe] esa magnífica explosión de acordes, “campo” -de Beethoven- que induce la “visibilización”
del Bosón de Higgs: “partícula que da la masa a la materia”), música racional, henchida de carácter,
madura, de todos los tiempos, patrimonio espiritual de la humanidad.
Se demuestra, luego, que los modelos filosóficos dejan su trono, cuando otro sistema alcanza
ese sitial y los sustituye; la simple crítica o el ignorarlo, no anula a una cosmovisión anterior,
“pasada” (B. N. Biessonov); en el instante en el que la humanidad dispone del paradigma filosófico
alternativo más completo y de mejor contenido que el vigente (lo cual indica que un nuevo sujeto ha
saltado a escena histórica, es decir, que el proletariado se ha vuelto humanidad, por lo que ésta
constituye la superior y definitiva actora de la historia), este último automáticamente cae en
desgracia. El suceso descrito no ha ocurrido en el marxismo. Respecto de él se han levantado voces
aisladas en su contra, pero nada más. El supuesto “error práctico” de una vía de aplicación de sus
premisas políticas, no anula su vigencia filosófico-teórica. El marxismo tampoco ha entrado en crisis,
como ciertos teóricos de entre “sus filas”, practicándose hara-kiri, suelen afirmar. El marxismo debe
desplegarse mucho más a tono con el movimiento objetivo de los hechos; en verdad, la formación
filosófica marxista es de tipo procesual: pensamiento rumbo a la totalización y a la objetividad. El
marxismo se desarrolla, sobre todo en la dimensión subjetiva, en la entera geografía del Planeta, no
solamente en cuanto “conciencia de sí, de la etapa burguesa” (J. P. Sartre), se expande, sobre todo,
como forma de conciencia filosófica coextensiva con el movimiento de la entera realidad (dixit
Agustín Cueva Dávila). Se prevé, como consecuencia, que quién no reflexione sobre las tesis en
proposición: puede resignarse a vivir y morir, en significativos niveles de oscuridad.
Las presentes ideas van encaminadas a demoler la acción de la mayor colusión maligna que
se cierne sobre la historia presente y la que viene: los hedonismos ecologista (que plantean, que no
hay que tocar a la naturaleza, que el ser humano es un elemento más del entorno, que hay que volver
a la naturaleza), culturalista (etnicista, de las diversidades nacionales, culturales, etc.), socialista
(ortodoxia: equivalencialismo sensualista ilustrado) y religioso (convertir a la vida presente, sometida
al poder y legitimada por éste, en instrumento masoquista de la felicidad en la “otra vida”); peligro,
que si bien por su conformación dialéctica, por una parte propende precautelar la vida del ser
25
humano, la base de sustento material de ésta y del impacto nocivo de la zozobra que sobre la
conciencia pone la noción sobre la finitud de la existencia (bálsamo: la explicación mitológica
religiosa); por otra, se opone a la idea del progreso: salto de formas inferiores a superiores (las
trágicas evidencias de la brecha entre seres humanos, bloquea la comprensión de las razones reales
de la vida) y la tribulación existencial es procesada en la propuesta de la ilusoria felicidad
posmoderna, la cual es aliada y se hace de lealtades con la conciencia común (Un brillante profesor
de la persona que borronea los presentes pensamientos [Econ. René Báez], sostuvo en una ocasión,
que no solamente se hace [participa en] la revolución con las armas, sino también mediante la
creación de ideas, su difusión y recirculación). En suma, este opúsculo es un “guante que se hecha” a
la mente -con las ideas en desarrollo: “no se deja títere con cabeza” (En el circo de las elecciones
burguesas, los candidatos se esfuerzan “por quedar bien con todo el mundo”; este pensamiento, por
el contrario, se pelea con todo el mundo)-; esto es, sobre el esfuerzo, se podrá incluso pensar, que
consiste en un intento de forjar una de las “teorías” –hipótesis- más ambiciosas de la historia, puesto
que “desde tiempos inmemoriales el ser humano ha tratado de contestar las impresionantes preguntas
filosóficas consabidas y no lo ha conseguido” (dixit Sr. Econ. Claudio Katz [Pascal ha dicho, que
“era ridículo a través de la razón pretender encontrar las respuestas a las preguntas filosóficas
fundamentales”; pues bien, este documento: “¡hace el ridículo!”]).
“Honestidad intelectual”, se dice: la reflexión está encasillada en el marxismoleninismo
(sujeción y fidelidad, estricta consecuencia con la doctrina [“Se debe ser objetivo, sincero, auténtico;
no por ganarse la simpatía, la aprobación, el apoyo de alguien, se tiene que hablar mal
{suavizamiento, alteración u omisión de los hechos, sobre Stalin}, por ejemplo”]). Si se asumen las
tesis, de que el concepto es la realidad traspuesta en la mente y allí elaborada (teoría del reflejo
dinámico de Lenin); la de la “unidad material del mundo”; y, que el marxismo es la doctrina que
busca mantenerse siempre en el plano real, la citada es la Escuela acertada. Todo marxistaleninista
que respira, es un “clon” de Marx; en el presente: un clon de clones (concreto de clones [Marx,
Engels, Lenin, Stalin, Mariátegui, Dimitrov, Cueva]; clon concreto: “síntesis de múltiples
determinaciones” desarrolladas). La conciencia es la penetración de los mundos natural, social y
espiritual, mediante la fijación de esta información en las zonas específicas neuronales de la
memoria, en el hardware humano; vive en cada cerebro en el que se ha asentado (Newton sostuvo
haberse subido sobre los hombros de los mejores [que para el eran dos: Galileo y Descartes]; Marx
tuvo como fuentes a Hegel [idealismo alemán], a Feuerbach [materialismo] y al socialismo utópico
francés; Einstein declaró [pero más bien Mileva Maric], que apareció en la historia [requerimiento],
cuando en el rompecabezas [mampostería] de la ciencia le faltaba una pieza [un bloque]; estas ideas,
en cambio, emergen en momentos en que es necesario arrimar el hombro para redescubrir al
marxismo). El “alumno” no puede superar al maestro; ontológicamente la estructura cerebral es la
misma siempre; es la experiencia acumulada en instrumentos (no es lo mismo con ábaco, que con
ordenador), métodos, conocimientos, quienes consiguen que una mente actual se desempeñe
cualitativamente mejor que las anteriores (ahora bien, la experiencia no es algo distinto al
conocimiento; en verdad: las dos son lo mismo). Pero hay cerebros, por cuanto se han precipitado
para ellos las condiciones que permean la realización de sus potencialidades, que se proyectan al
futuro y atalayan de modo más profundo el presente, lo cual produce la sensación de superioridad.
Luego de haber leído a varios pensadores de izquierda se ha llegado a la conclusión de que
después de Lenin (la “teoría del imperialismo”, la del “eslabón más débil”, las de la “revolución
proletaria” y del “socialismo en un solo país”) el verdadero continuador de Marx y de Engels
(aunque muy poco de Engels) ha sido Louis Althusser (algo han hecho Gramsci y Habermas; mientras
que G. Lukács personifica una de tantas posiciones marxistas veleidosas); el resto (Marcuse,
Benjamín, Echeverría, Lechner, Morín, de Sousa Santos et al, muchos de los cuales ya no son
marxistas), han promovido ciertos aspectos del marxismo, centrados en sí mismos. En efecto,
Habermas ha desarrollado la teoría de la “táctica defensiva” de Lenin: saber operar en el interior de
toda organización burguesa con fines de cambio, mientras las condiciones para la revolución no se
hallen a punto (alcanzar la hegemonía no solamente en los movimientos sociales, políticos, etc., en el
seno de la clase obrera y el campesinado, sino en el conjunto de la “nuevas determinaciones del
Estado”: la institucionalidad burguesa [“instituciones políticas de la racionalidad instrumental del
derecho positivo de la modernidad” ], o sea, operar en el momento del reflujo revolucionario [y esto
es verdad, tanto que en Economía se hable de institucionalismo y neoinstitucionalismo]); Gramsci: ha
desplegado el lado hegemónico de la “dominación” de Lenin (coerción y consenso [el defecto al que
ha llevado Gramsci: pensar que la “sociedad civil” está desconectada de la “sociedad política”
{Para Gramsci, la dominación es equivalente a hegemonía; para Lenin, la dominación es sinónimo de
sometimiento político-ideológico, o sea, la supeditación, sea por coerción –fuerza- o por hegemonía
–supremacía subjetiva-, o por la fuerza y el consenso, a la vez}]); Foucault: la teoría del “control y el
disciplinamiento” (la parte concreta, disgregada práctica de la dominación). El pensamiento-
Althusser, es el auténtico despliegue del marxismo (aunque no de la parte ontológica, a la cual más
bien objeta): el estudio de la sociedad mediante la metáfora del edificio, que constituye una de las
conceptualizaciones teóricas más ricas (verdadera contribución científica, antidemagógica) del
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La omnipresencia del proletariado y el socialismo

  • 2. 2
  • 3. 3
  • 4. 4 Título original: La omnipresencia del proletariado: el papel de los trabajadores y del socialismo, en el desarrollo presente y futuro de la humanidad. Registro derecho autoral: IEPI, 08-04-2011 Certificado Nro. 035491. Diagramación: Darwin Gualotuña Roberto Conrado. Edición informal, de prueba: febrero del 2012. Quito-Ecuador.
  • 5. 5 SUMMARY Philosophical question, theoretically resolved: a sense of history: progress Promethean; function of human life: "... your understanding and mastery ... [control] ... of nature ..." (K. Marx); purpose of intelligence produce "self-consciousness" of reality as such (the idea reflects the essential features of the subject, describes the dynamics of it: the law of motion and their current trends-moving-but, above all, the rudiments of this new reality, in which the current exceeds human reason is made, consistent with the objective scientific concept of "human development": nature, nature/human, human/nature, be "divine"). Sculpts Matter "God" (Meat Enverbada) in the development of productive forces, the Universe forging its ruler in his own unique way: the neocortex, overcomes the indeterminacy heisenbergiana in science and technology: absolute consciousness, the nature is humanized, is subjectivizes is "divine" (man blows in the "nose" of mechanics, artificial intelligence, neural networks/simulator thought, robot sapiens, posthuman). In the logic-historical, religion (Christian, Hindu) becomes the "self-movement metaphysical guise" of humanity. Human Being: I am understanding, he who seeks the truth and that goes to the grave, which is like me, he will live forever I'm the one who wants to be, who I am being, which I'll get to Self death/live is no longer a mystery. The end is only the power you are looking for a new act: the mass and primitive property (the polarity): the self-movement, the essence of the matter is there, be, remain, "there is nothing outside eternal eternally moving matter and the laws under which moves and changes "(the word will, but it will not matter). So far she heard the “Worl of God”; it sounds hereinafter provided the voice of conscience matter. RESUMEN. Cuestión filosófica, teóricamente resuelta: sentido de la historia: progreso prometeico; función de la vida humana: “… su comprensión y su dominio… [control]… de la naturaleza…” (K. Marx); propósito de la inteligencia: producir la “conciencia de sí”, de la realidad en tanto tal (la idea refleja los rasgos esenciales de la materia, expone la dinamia de ella: la ley del movimiento presente y la de su tendencia –mudanza-; pero, sobre todo, los rudimentos de esa nueva realidad, en la que se supera la actual y se realiza la razón humana, en coherencia con el concepto científico objetivo de “desarrollo humano”: naturaleza, naturaleza/ser humano, ser humano/naturaleza, ser “divino”). La Materia esculpe a “Dios” (La Carne Enverbada) en el desarrollo de las fuerzas productivas; el Universo forja su regente en la forma singular suya: el neocórtex, supera la indeterminación heisenbergiana, en la ciencia y en la técnica: la conciencia absoluta; la naturaleza se humaniza, se subjetiviza, se “providencializa” (el ser humano sopla, en la “nariz” de la mecánica automatizada antropomórfica, el aliento de la inteligencia artificial -redes neuronales/simulador de pensamiento, robot sapiens, posthumano). En la lógica-histórica, la Religión (Cristiana, Hindú) viene a ser el “disfraz metafísico del auto movimiento” de la humanidad. Ser Humano: yo soy la inteligencia, el que produce la verdad y que va a la tumba; el que es como yo, no vivirá para siempre; soy el que quiere ser, el que estoy siendo, el que voy a llegar a Ser. La vida/la muerte han dejado de ser el misterio. Al final queda tan sólo la potencia, que busca un nuevo acto: la masa y su propiedad primigenia (la polaridad): el autocinetismo; la esencia de la Materia es existir, ser, permanecer; “nada hay eterno fuera de la materia en perpetuo dinamismo y de las leyes con arreglo a las cuales se mueve y cambia” (la Palabra pasará, pero la Materia no pasará). Hasta ahora se ha escuchado la “Palabra de Dios”; en adelante sonará la voz de la materia provista de conciencia.
  • 6. 6 DESCRIPCION DE LA FIGURA.- Antorcha y fuente-pileta: luz y saber. Las tesis insertas en las presentes anotaciones, se han generado en Quito-Ecuador; esperan su difusión, más allá de su perímetro. En 1492 la “civilizada” Europa inicia la labor evangelizadora de los pueblos “bárbaros” del actual continente americano (balcanización: ruptura de la unidad ideológica de las colectividades precolombinas). Hoy se les devuelve la “cortesía”; nada más, que Quito no cuenta con las armas para imponer una visión del mundo, pero sí se dispone de la razón lógica, del poder de la argumentación inscripta en el sistema vocacional ethos axiológico, conducente a retirar la venda hedonista mitológica de la subjetividad de los otrora “pueblos cultos”, y en su lugar forzar la apertura de la mente, para que ésta dé cabida al supraparadigma (el marxista), en el que residen la verdad y la veracidad de la praxis de estos “tiempos” y de los que vienen.
  • 7. 7 A la memoria de: Atahualpa (Tixi Capac)/Rumiñahui (Isamina) Manuela León Manuela León Jossif Stalin Agustín Cueva D. Hugo Chávez Frías. A: Toa Atenea, María Encarnación y Blanca Rosa. Hijo del Sol. El Inca es “Ra” en la Tierra. Soberano del Reino de Quito y último Señor del Tawa Inti Suyo. El Cóndor Curaca plegó sus majestuosas alas: “anocheció a la mitad del día”. Luto eterno por él. “YO VOLVERÉ EN FORMA DE AMARU”. India Puruhá, alzada, de lujo. Revoltosa; lugarteniente del gran Fernando Daquilema. (Y de Lorenza Avemanay Tacuri) Koba. Ser humano: ¡verdaderamente de “hierro”! El comando del segmento humano, más maravilloso de la historia: la Comunidad de los Soviets (de Kalinka malinka, de Vladimir Ilich Ulianov Lenin, de STALINGRADO). “El mayor filósofo social ecuatoriano”. Imbabureño ilustre. PROLETARIO por, ¡SIEMPRE! “Amor” filial, “Amor” fraterno, “Amor” terreno, incondicional, agradecido, solidario, eterno. inolvidable. de compromiso social. Ser humano grande y valiente, que ha inscrito con letras doradas su nombre en la historia. Ejemplo, inspiración. Sesudas reflexiones se ensayarán sobre Ud. “A mí no me parece muerto: aún percibo su vida, escucho su palabra”.
  • 8. 8
  • 9. 9 TABLA DE MATERIAS. Criterio de ordenación del discurso 11 Introito 13 RESUMEN EJECUTIVO 33 O., M. y P.F. 39 Tratamiento: la teoría de la “propiedad” (de la inteligencia), fuente epistémica de la “nueva concepción de la historia” 41 Epítome 41 Proyección histórica: estructural-coyuntural-prospectiva 100. SINOPSIS GENERAL PARTE PRIMERA: INTRODUCTORIA. CATEGORIAS CLAVE 173 OBJETO,… METODO… Y POSICION FILOSOFICA,… 173 Aproximación a la tópica 173 Objeto 180 Método 184 Despliegue 186 Resultados generales de la investigación 187 Consideración previa 187 Avance 188 Las tesis sustantivas 235 Posición filosófica 236 Generalización cosmo-político-filosófica 244 Observaciones 245 PARTE SEGUNDA: CONTENIDO. EXORDIO 257 Sumario 257 DESARROLLO 268 La nueva concepción de la historia (esbozo/borrador) 268 La omnipresencia del proletariado: el papel de los trabajadores y del socialismo en el desarrollo presente y futuro de la humanidad 363 El sujeto del proceso 363 El capitalismo está muerto 364 Tesis 368 Clausura 369 CIERRE 373 ESQUEMA GENERAL DE LA IDEA 391 BIBLIOGRAFIA 393 PARTE TERCERA: ANEXOS. 1.- Algunas ideas adicionales sobre este documento (una exposición sinóptica más) 405 2.- “Post scriptum” 409.
  • 10. 10 Advertencia. El presente (“Oh my Goddees!”): ¡no se trata de un documento para la crítica a priori (sin haber digerido todo su contenido), de debate o para convertirlo en objeto de impugnación!; sino, el mismo: es de estudio, de reflexión (strictu sensu, en las ideas desplegadas, no se contiene una nueva versión de la historia; proponen, más bien, un renovado principio [teleológico/metodológico/práxico] de intelección del proceso histórico en sentido proactivo [metahistórico]); quién no lo vea de ese modo, ¡bien hará en dejarlo de lado! (en realidad, si este escrito en algún lugar polemiza, rebate, anatemiza con y a alguien, en su orden, se debe a que previamente, por parte de sectores bien definidos, se ha aludido de mala manera a Marx, a Engels, a Lenin, a Stalin [a la doctrina filosófico- revolucionaria marxistaleninista y su praxis]; caso contrario, no habría razón para entrometerse, de cruzarse en el camino de otras vidas; en sentido inmanente solipsista, las presentes anotaciones responden a la plasmación de la inquietud reflexiva, que ha dado salida a preocupaciones existenciales de orden personal [se indica, luego, que estas ideas tienden a generar análogo tipo de depresión]).
  • 11. 11 CRITERIO DE ORDENACIÓN DEL DISCURSO. El propósito de este documento, es exponer los rudimentos de la ley filosófica, que mueve a la humanidad, a la naturaleza y al Universo (a la Materia toda), cuyo instrumento último y esencial, es el neocórtex (Del caos total al orden: reinado de la racionalidad; ésta, la ley más general de la materia). Realidad: lo que es, que existe por siempre, que se reconoce y se afirma en su concepto. Materia: movimiento y desarrollo a través de la acción de la polaridad (contradicción) de la masa (“bosón de Higgs”). Universo (Big bang; 4´ [cuatro segundos] primeros: fijación de las “7 constantes cósmicas”; “5 interacciones”): forma organizada, determinada, de la materia (ciclo). Naturaleza: vida orgánica protoracional, presupuesto de la conciencia. Neocórtex: la materia ha producido el instrumento material creador de su alter ego (la idea). La historia (sucesión progresiva de formaciones humanas -modos de reproducción) ha realizado el mecanismo de la racionalidad. La “explotación del ser humano por el ser humano” es la determinación darwiniana del progreso (material y espiritual), la realización de la historia: el movimiento inmanente material, que tiende a su representación. El capitalismo (está cumplida su misión histórica: “crear la base material del mundo nuevo”): sistema senil, en deceso; ha sobrevivido al socialismo (1960; “motor dual” al principal burgués de desarrollo de las condiciones materiales de reproducción) por un tramo de aproximadamente 5 décadas (mutatis mutandis: 2050), para completar el desarrollo de las fuerzas productivas: la automatización completa (ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia: composición orgánica absoluta del capital). El proletariado ha tornado en realidad su papel histórico: Se forjó como sujeto consciente (conciencia y práctica política de clase). Hizo la revolución (de Octubre). Impuso el régimen de su dictadura (el Socialismo de Lenin-Stalin). Organizó la comunidad socialista en un sitio, para un segmento de la humanidad (la ex URSS 1917-1956 y su Campo), a nombre de ella y de la historia. La ideología rectora del proceso: el marxismo, soportó la prueba de los hechos, habiéndose superado a sí misma, con su realización efectiva. A inicios del nuevo siglo (XXI), la humanidad (comunidad de destino) atraviesa un momento de transición (época cambiada: cambio de época a través del proceso época de cambios). La transición (1970-2050) no tiene carácter capitalista ni socialista: la historia avanza montada sobre esas dos coordenadas (reproducción humana –“economía”- mixta): paso de la producción de “valor” del trabajo a la máquina: outputs esraffianos (robotización). La humanidad se encamina al comunismo (“economía”: automatización, “política”: democovivencia, “ideología”: racionalidad objetiva). El nuevo ser humano (poshumano-robot sapiens) vive del neoesclavo: la producción artificial, se integra y funciona por “ajuste mutuo”, conforme al objetivo de redondear el saber, uncido por la red de cordones umbilicales a la matriz mecanizada de proveeduría (Ley del “valor” de usufructo). El motor que mantiene vivo el escenario es (la racionalidad superior: la voluntad) el compromiso “social” de actuar de manera formal en la producción del concepto (neuronas intermedias [asiento de la memoria adquirida] y neocórtex [neuronas de la asociación -pensamiento] del tamaño del Universo: interface entre cerebros humanos y de éstos con un centro de inteligencia artificial –robot sapiens). La ley que mueve a la “sociedad” comunista, es la contradicción entre ser y conciencia; su resolución: la idea absoluta. El proceso de evolución natural se sella con la producción del neocórtex; ésta (la evolución) continúa en forma artificial, y concluye con la creación del sucedáneo del humano: el robot sapiens antropomorfo; luego se hace presente una forma de progreso adicional de las “fuerzas productivas”, que opera en sentido de elaboración de instrumentos y formulación de métodos necesarios para producir la idea total; a continuación: termina todo. Inquisición final: ¿por qué existe la realidad?; ¿por qué su esencia es sólo existir? (búsqueda, no en el sentido de las antinomias aporéticas kantianas [preguntas por resolver]). La idea producida: el concepto total (el Universo muestra su viabilidad y optimidad de consuno: cierre del ciclo). Fin de la historia (concluye la razón de la existencia del órgano de la representación [del cerebro, del neocórtex, de la inteligencia, del ser humano]). Big crunch, Big rip (Universo oscilante, de acordeón, corazón material: sístoles y diástoles).
  • 12. 12
  • 13. 13 INTROITO. También esta historia se llama Chávez. Las presentes anotaciones proceden de la “esfera artesanal”, de producción filosófica. Constituyen: cuerpo de inferencias abstractas, en el que no se incluye modelos de demostración matemática; empero, las “máximas” en proposición entrevén su significado a nivel de los “grandes números”, en cuya dimensión se manifiesta su “exactitud” (la Filosofía: no se puede matematizar, es decir, no es posible pragmatizar las pretensiones de B. Russell). Y, las mismas propenden postularse como formalizaciones nomotéticas circunspectas, en compromiso con el marxismoleninismo: doctrina científico-revolucionaria rigurosa, frugal, objetiva (¡Filosofía ideológicamente situada, políticamente comprometida, racionalidad en lucha! El desarrollo discursivo de las materias: su sentido inmanente, trae aparejada dicha peculiaridad). El trabajo rescata, relieva y hace eje de todo el análisis, a la joya racional más rara, valiosa, del espíritu humano, generada por la mente del señor doctor Karl Marx, en la que está comprehendida la premisa, que fija la posibilidad de inteligir el mundo (cuestión filosófica, teóricamente resuelta), la misma se halla expuesta en Los grundrisse (1857-58: “el pasaje sobre las máquinas” -tomo segundo, pp: 592-594 [18, 1975]): cuando el autómata ponga a un costado al trabajo humano, en ese instante termina el modo de producción fundado en el “valor”; el ser humano se dedica a aprovechar de la fuerza productiva constituida, a conocer y a DOMINAR (“señorear el Universo”) a la Naturaleza. Prognosis metarelevante la de Marx, que en este documento toma la nominación de ontopraxeologoteleología (dialéctica del “ser” [naturaleza –F. Engels {“ontologismo”; “materialismo ingenuo”, “cosmológico”, “intuitivo”, lo llama el “sapientísimo” señor E. Dussel}], dialéctica de la historia [Humanología -praxis], dialéctica de la mente [lógica] –B. N. Biessonov- y dialéctica teleológica [meta {“filosofía de la historia”}]: refracción de la subsunción del trabajo al capital y del ser humano a la naturaleza, y formación de su propio ser: la posthumanidad [El marxismo ha considerado dos dimensiones de la realidad: naturaleza e historia {Marx lo ha hecho con las tres: naturaleza, historia y fin}; la presente idea pone la monta en la tercera, en composición orgánica y determinante: el proceso cósmico y el de la acción racional, con su dirección: el Telos {“La Trinidad”}]). “¿Nacemos para morir (para crecer, multiplicarse, ser felices)?”. ¡No! El ser humano brota para PENSAR, luego para decesar: esa la distancia, la diferencia radical de la persona con el resto de seres vivos. Los sucesos 1956 (restauración capitalista en la ex URSS), 1989 (crisis y caída del socialimperialismo soviético) y 1991 (desbandada de los Estados del ex Bloque Oriental), situaron en la mente de la persona que escribe, la inquietud sobre la existencia de una inconsistencia en la conformación epistemológica de la concepción marxista: la historia, ¿da marcha atrás? (la expectación develó la ley general: la historia crea/“admite” formas de organización, que realizan su determinación: el progreso [los sistemas clasistas/el socialismo –irrupción de la voluntad-: estructura de acumulación –si este papel concluye, la historia lo orilla y relanza la competencia]). El año 2000 no adviene luego del 2001, la pubertad no retorna, una vez que ha acontecido la adolescencia; no puede restaurarse un modo de producción, que la historia ya realizó. La historia: ¡jamás retrocede! Enfrentar la aporía exige realizar un “pase de mano”: reubicar el “objeto-problema” en el aspecto material del modo de reproducción: las fuerzas productivas; su desarrollo es permanente a través del o de los sistemas que lo propician (capitalista, socialista o mixto, como en la actualidad -2015- ocurre). Tres formas de organización dispone la historia para concretarse: 1) la “ley del valor” (libre mercado), 2) la “ley del valor socialista” (planificación) y 3) la “ley del valor con regulación” (política económica); las citadas han demostrado volatilidad (la historia retira de su seno, “formas de organización [de propiedad], que no son o que ya no son escenario de desarrollo”), mientras que las fuerzas productivas experimentan estabilidad en su carácter progresivo continuo. El progreso material nunca se detiene; en la ex URSS, la forma socialista de organización devino: este componente de la historia cedió, pero el proceso de progreso continuó, a instancias del sistema global. En el comunismo, el desarrollo sigue en la esfera de la conciencia (en esta etapa, no interesa el desarrollo de las fuerzas productivas en la región de la reproducción material, sino en el de las ideas [la especie se inclina hacia la consecución de la mejor utilidad efectiva con el menor nivel de consumo; la vida se encuadra en cánones de excelencia en la satisfacción: menos vehículos, artículos de madera, de hierro, de petróleo…; la conducta paradójicamente cambia: frugalidad en medio de la abundancia, a la manera de Diógenes: rechazo a los bienes materiales]). Actualización del paradigma –marxista- (Historia: progreso; el producto cumbre del proceso: la idea absoluta; la fase más importante de ese trayecto: el capitalismo [antinomia: elongación máxima, determinación necesaria]); posición petulante: en estas anotaciones es Marx quien existe, las cuales contradicen a las eminencias, que dicen ubicarse en su perspectiva. La mente realiza su potencia en la coyuntura; establece: “cuál es el estado de la humanidad frente a su desarrollo” (el paso de las leyes del “valor” y de “uso” a la “de usufructo” [automatización {salida de la escena histórica del trabajo –desarrollo de las fuerzas productivas/lucha de clases-; instalación en ella, del comunismo}]). Desarrollo (meta): producción de la entera conciencia por la persona colectiva (en
  • 14. 14 este todo orgánico de lógica, el individuo es la célula: una unidad mínima de pensamiento). Evaluación de la actuación humana en relación con su porvenir (la ley del progreso: mientras no se haya concretado el desarrollo de las fuerzas productivas [en tanto la reproducción humana tenga lugar con trabajo], la lucha de clases en la región de la reproducción material [de las condiciones materiales de desarrollo], va a continuar [este concreto llega con el robot inteligente y la automatización completa {En un momento dado el “tener” es la razón fundamental de la vida, patrón psicológico que contrasta con el mito antihistórico de la igualdad hedonista, presente en los teóricos de la “filosofía de la liberación”}]); el ser humano debe: 1) completar el proceso de automatización; 2) superar la formación clasista; 3) dejar atrás el trabajo físico (la región de la emocionalidad); 4) formar el órgano cognoscente del tamaño del Universo: fusión de los cerebros entre sí, con un centro de inteligencia artificial (Transición); y, 5) convertir en idea la entera realidad. Itinerario: de la primera naturaleza (el ser humano vive en y de la ella) a la segunda naturaleza: cultura (la persona se dedica a “autoproducir su propia existencia material” –y a crear la conciencia) y, de esta última, a la tercera naturaleza]: generar el mecanismo encargado de hacer lo hecho por la naturaleza y por el ser humano: la mecánica inteligente, momento en el cual se aparta de las dos (de la naturaleza y de la mecánica): se instala en la Corte “celestial”. ¡Increíble!, ¡impresionante!: la naturaleza de modo aleatorio se ha ido acomodando para crear y sostener la especie que debía representarla (la producción de la idea). Ese: ¡el sentido de todo! Inmediatamente se infiere cuál es la función del ser humano (de la historia, de la praxis) en la existencia (en la realidad, en la materia, en el Universo o en el mundo): producir su concepto (conocimiento total). Si llega a dicha suprema meta: perfecto; si no lo hace, en todo caso fue una aspiración teleológica monumental, suprema, máxima; llena de carácter, de prepotencia. La humanidad ha recorrido las ¾ partes de su ruta (de la historia, de la praxis), pues, se halla a portas de producir el sucedáneo “de sí” (El prodigio cumbre de la evolución material es el neocórtex [categoría nodal del pensamiento filosófico marxista ampliado]. Telos: propósito y término; la Materia va a ser representada; el instrumento, creado por la propia realidad, es el sistema neuronal: fundamento material de formación de la idea]. Todo el drama se reduce a una figuración hipotética simple: el ser humano avanza de la ignorancia absoluta al saber total, de la materia como substancia orgánica hacia su representación, proceso en el que el protagonista es la historia: la praxis humana [la materia, al llegar a un determinado grado de su desarrollo, se dota del ser a simbolizarlo; el Dios de los hebreos se demoró 6 días en materializar la idea, el ser humano subjetiviza la materia en miles de años {este es un proceso cruento, esquizoide: como las transnacionales, la naturaleza genera muerte, pero también historia}. Todos los procesos habidos y por haber en el Universo: el Universo mismo, se comprehenden en esta ruta: “… en el movimiento absoluto del devenir…”]). Ahora bien, el capital ha cumplido su misión histórica, básicamente es un hecho del pasado (la Revolución de Octubre, el socialismo de Lenin-Stalin, el imperialismo social Jruschov-Gorbachov, las luchas populares desplegadas en la historia y en el Planeta, y el desarrollo “autónomo” de las fuerzas productivas, son los responsables del deceso del capital); empero (el “capital”), es quién ve el futuro, se proyecta; mientras que quienes se proponen superarlo, plantean la vuelta al “valor de uso” (regresar a la naturaleza, en lugar de salir de ella [A una persona moderna, no le interesa tanto el pasado, sino a dónde va con la humanidad del futuro {no le atraen sus padres, tanto como el ser de sus hijos}]; el ser humano, al término de su jornada, pasará a ser, con o sin Babel, el dueño del Universo, no parte de él [no obstante, “salirse de la naturaleza”: es sólo un decir, o sea, una forma de nominar a la acción de crear la conciencia, de producir el concepto, para lo cual debe abstraerse [imaginativamente] de la materia, tomar posesión subjetiva de la realidad [también la idea de “Dios” es parte de la historia, de la naturaleza, de la materia, de la realidad]). ¿Para qué la inteligencia? ¿Para resolver problemas (atender necesidades de reproducción hedónica)?; o: ¿para superar deficiencias corporales a la hora de afrontar los obstáculos que impone el entorno (y aprovechar sus recursos) a la sobrevivencia, esto es, para mantener la vida como instrumento para producir la idea? Definitivamente: esta última función. Strictu sensu, la categoría abstracta de la totalidad, es la de neocórtex (neuronas de la asociación simbólica, base material del pensamiento): ella es (en sentido óntico-histórico) presupuesto del comienzo y fin; la frontera del proceso cósmico-natural (en la ciencia y en la técnica se plasma, se advierte, el verdadero ¡poder del ser humano! [Todo lo demás son supercherías distractoras, entretenedoras]); el comienzo de la historia: su realización progresiva, la que produce la idea; y, es el límite de todo: el conocimiento absoluto, singularidad (salto dialéctico colosal) en la que el ser humano alcanza la libertad: el derecho de negarse (para dejar de ser por designio propio), de anular el poder: tanto el ciego inherente a las determinaciones de la materia, como el consciente de la historia. Ahora bien, si ya todo está dicho (conocido): ¿tiene sentido la inteligencia (el neocórtex)? Por más que se haya alcanzado la inmortalidad, la inteligencia, una vez que todo está conocido, se vuelve un fastidio, está demás, deviene en órgano inútil. Si la historia tiene sentido y la vida humana es su realización, ésta
  • 15. 15 no es más, que una marioneta, un títere, simple payaso de circo (in fact, el individuo burgués educado, es el más conspicuo monigote consciente de la historia); el león (que devora herbívoros) sin conciencia cumple una función en el sostén de la “armonía” de la naturaleza; el ser humano deja atrás la fatalidad cuando adquiere conciencia de su papel: pasa a realizarlo de modo consciente, simple giro mental por el cual logra el estado de emancipación y el acto máximo (único) de realización de la libertad históricamente aprehendida al “fin de los ´tiempos´”, es la negación absoluta de la negación (frente al status de sabiduría completa, el margen de decisión es estrecho: la anulación del ser dispuesto para conocer: la libertad [momento y facultad fugaces] y su realización). La inteligencia, en la historia, ha propendido entender la realidad, usufructuarla, prospectarla, encontrar su lugar en ella y suponer la naturaleza “de sí”, en el futuro. La mente deduce la contradicción absoluta de la historia, la regularidad que precede la praxis, la “ley general que preside el movimiento humano”, que dinamiza todo el evento: “el enfrentamiento entre el carácter procesal del ´ser´, que se abre al infinito, y la conciencia, que se propone atrevidamente alcanzarlo” (dos movimientos antinómicamente enfrentados: el de la realidad y el de la inteligencia [think tank integral: Dialéctica Total, metaley: aproximación/alejamiento e igualación creciente entre el movimiento de la realidad y el de la conciencia –luego la mente se adelanta a los hechos y pasa a modelar –gobernar- el mundo -proyectación]; última, que es parte eventual de la primera). Patrón, que empuja al homo sapiens sapiens, al status de experticia suprema: Know-how total, la perfección (“cero defectos”), “puesta en valor” la libertad –acto, potencia y voluntad (la socio-psicología –Humanología- deviene “Teología”). La realidad progresivamente se gesta en el desarrollo de las tendencias objetivas (con lo que el ser humano “intuitivamente” hace [sujeto a la dirección de ella], produce la historia: ésta se realiza; la revolución, en tanto partera de la historia y la “lucha de clases”, en cuanto determinación de su movimiento progresivo [la historia es implacable: contraría el trabajo de Teresa de Calcuta o pone sus presupuestos {en la historia están trabados, se confunden el “bien y el mal”: su beneficiaria es la determinación del progreso}]). La línea general de la historia: su “pedigrí” (ascendencia) y la descendencia: animal, barbarie, comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo –socialismo; transición (la coyuntura de entre siglos y milenios): capitalismo/socialismo-, comunismo, ser trascendente. Concepción dinámico-antropocéntrica la citada: el ser humano evoluciona (“el objetivo final de la evolución” humana: simbolizar el “ser” y el modo de ser de la realidad; producir la idea: la conciencia universal, y dirigir con respeto y sometido a su “autoridad”, a su Madre –la “Pachamana”). La preocupación espiritual de Marx, no se detiene en la vida humana per se (en la praxis), sino en el “sentido de esta existencia” (“¿cuál es la razón por la que la materia se tomó la molestia de integrar en su movimiento, el de la conciencia?” [El objeto de la vida humana, no es la realidad en modificación {materia convertida en producto “para sí” mediante el trabajo}; más bien lo es su conocimiento {aunque para llegar a éste, deba elaborar la naturaleza y subsumirla en la reproducción de su ser, como presupuesto de formación del background}]). Carlos asume carácter filosófico vitalista antropocéntrico, en tanto ésta es una condición-medio para que el ser humano supere la contradicción social, la natural, la filosófica (la hedónico/racional) y se eleve hacia la comprensión y dominio de la naturaleza (el género “… torna material su querer…, incorpora en su gran universo espiritual a la naturaleza entera…” –dixit Alfredo Castillo Bujase; el señor doctor, “… cruzó la utopía: momento estremecedor de la tempestuosa aproximación de la conciencia a la realidad…”): cree su “cielo”, construya su trono, y se vuelva “providencial” (en realidad, Marx: vitalista de izquierda [en el momento de su primera reflexión]; en la perspectiva histórica, Marx: racionalista trascendente [En este punto tempranamente se desoye la admonición del Sr. Dr. James Petras {dejar de recurrir, como se suele, al pensamiento de exponentes del stablisment para certificar el de la izquierda} y se apela a la conciencia de Marx {al Marx –a Engels-, verdaderamente revolucionario} para fundar la legitimación de la personal {La materia –la realidad, el mundo, el Universo, lo que existe- es masa y movimiento –la acción recíproca entre las propiedades de la masa-; y, cuando el subjetivismo, el idealismo más ramplón –el proto concepto de “energía”- había resurgido y se tomaba una vez más las Ciencias Naturales en la “posmodernidad”, reemerge en “auxilio” del materialismo: el bosón de Higgs –la partícula hasta entonces faltante en la Tabla Periódica subatómica, que “da la masa a la materia” –sic-: el modelo de la Física de Copenhague}]). El pensamiento racional se consolida a partir de finales del siglo XVII y tendrá su reinado (en ciencias sociales y humanidades -sic) hasta bien entrada la segunda mitad de siglo XX; es el período en el que campea la trilogía: lucro (acumulación de riqueza), racionalidad positiva (iluminismo, ilustración, la razón, el enciclopedismo) y la idea de progreso (prometeico: dominarlo todo, apología a la tecnología [“… si se despoja a la riqueza de su limitada forma burguesa, ¿qué es la riqueza sino la universalidad de las necesidades, capacidades, goces, fuerzas productivas, etc., de los individuos creada en el intercambio universal… el desarrollo pleno del dominio sobre las fuerzas naturales… la elaboración absoluta de sus disposiciones creadoras… la cual no busca permanecer como algo devenido sino que está en el movimiento absoluto del devenir?” –Marx: Formen]; el “ansia de lucro” es una variable sobredeterminante del progreso histórico [“juicio de hecho”, no de “valor”]). En efecto, “saber absoluto”: la proyección de la tendencia del proceso de dominio intelectual del mundo
  • 16. 16 (la ciencia –y la técnica) conduce lógica e inevitablemente hacia allá (a la producción del saber total [el ser humano: ¡no tiene elección! {En la naturaleza –en la formación del ADN, en el que se hallan las instrucciones genéticas para la formación del neocórtex- se halla el curso del destino de la humanidad}]); de similar modo, la propensión en la formación del instrumento: la integración de todos los cerebros en interface con un centro poderoso de inteligencia artificial (concreto: cerebro natural-cerebro artificial –las 5G a portas), se insinúa de análoga forma como su soporte material. Para llegar a ser “Dios”, el ser humano tiene que comportarse primeramente como productivista (“Para dominar la naturaleza primero hay que aprender a obedecerla”: W. de Baskerville a Adso de Melk en El Nombre de la Rosa de U. Eco), extractivista, antrópico,…, en contradicción con la naturaleza) en una concreta fase de su existencia (o crear un momento mixto: progreso y equidad, esto es, pragmático materialista, colectivista [en verdad, Marx condujo su pensamiento de la impugnación radical al capital {humanismo antropológico hegeliano} a la comprensión del papel de este período: de la fase burguesa, en la historia]; en realidad, a la “teoría frankfurtiana de la praxis” debe hacérsela preceder de la “ontología” y suceder de la “teleología”). La conclusión general a la que se ha llegado, luego de realizar un recorrido analítico sobre la descripción histórica, ha sido que la primera tarea humana cumplida, ha consistido solamente en reproducirse: mantener este tipo de ADN (el último segmento evolutivo natural: el neocórtex) y crecer vegetativamente (replicarse), el proceso ha tenido en frente en pro (banco de recursos) y en contra (escenario adverso) a la naturaleza (propósito necesario, exitoso, lustroso, meritorio, en su momento: la inteligencia finalmente se ha enseñoreado y paulatinamente se impone sobre todo); la segunda fue desarrollar la ciencia y la técnica para preparar la base material del mundo nuevo, labor realizada en el marco de cruentas contradicciones a lo interno de la especie, el peso de cuyas secuelas soportó la mayoría de la población trabajadora (la fase capitalista, en especial); la nueva (última) misión consiste en sacudirse del pasado animal (“carne con necesidades” [Marx], “reino animal del espíritu” [Hegel]), tanto como del estado superior de la materia: “conciencia sensible”, para pasar a desarrollar el pensamiento y crear la conciencia (insensible) total (universal): autoproducir la “trascendencia”. Es verdad, que todavía queda una subtarea paralela en la coyuntura que realizar: cremar (literalmente) los restos del capitalismo (ascendiente perverso, sobre cuya tumba de todos modos se deben derramar lágrimas: [“me río para no llorar”] sentimientos encontrados de admiración y censura), puesto que el proletariado, la historia y los pueblos en general, no han cumplido totalmente la faena política: liquidar de una buena vez al sistema de free trade, pero la misma está en realización “de cajón” (“de oficio”) en los ajetreos globales en ciernes del género entero (en la globalización, la reproducción material humana y las formas de conciencia social se vuelven hemisféricas, mientras que la superestructura se queda formalmente en el estrecho marco de los Estados “nacionales”: los push políticos guardan coherencia). La nueva realidad que ha nacido, que se expresa en los procesos anotados, deposita la pulsión de ser reconocida en aquellas mentes que se atienen al curso de su “lógica”; dinamia inmanente, primigeniamente recogida por Marx (“determinismo histórico de Marx”: la máquina, el domino de la naturaleza, el desarrollo de la conciencia). De cara al carácter actual y futuro del movimiento del mundo, el pensamiento de Arrighi/Wallerstein (el hegemón dominante [EU] ha llegado a la cima: al otoño le va a seguir una nueva primavera; el capitalismo se bifurca, la confusión reina a su interior, pronto habrá un nuevo sistema que lo substituya y ponga orden en los hechos) capta una forma de ser, una determinación dinámica de la realidad de modo abstracto; Fiori, por su parte, da cuenta subjetiva de un frente significativo de los sucesos (núcleos conflictivos, que se expanden: acumulan en competencia y crean orden inestable en un marco potencial de guerra). El señor J. L. Fiori -como lo hacen A. Shaikh y D. Guerrero- considera, que explosión tras explosión el capitalismo se ha expandido en el Planeta hasta el presente (empero, el citado señor, proyecta esta imagen al futuro de modo espinocísticamente regular); no obstante, las evidencias advierten, que está por llegar al concreto el desarrollo de las fuerzas productivas (la mecanización, la automatización, la robótica inteligente [conclusión a priori, en cuanto la monta está puesta en la verdadera determinación del desarrollo humano: en el motor que mueve al conjunto {por oposición al codeterminismo sistémico de los “campos” de Dussel}, o sea, la esfera objetiva de reproducción de la vida]); ahora bien, si el capitalismo ya no se expande debido al freno y conclusión del desarrollo de la base material de su reproducción (el espectacular crecimiento del sector financiero, si bien coadyuva en el desarrollo de la ciencia y de la técnica, no implica paralelo incremento del valor), quiere decir, que la contradicción se ha detraído, que ha dejado de ser. ¿Cuál la razón? La Revolución de Octubre, el socialismo de Lenin–Stalin, las luchas populares planetarias y el desarrollo de las fuerzas productivas. Fiori pone las razones del proceso; Wallerstein describe el culmen del mismo (en el presente documento se adelanta esbozo de explicación). En una palabra, en la competencia intermonopólica global, en el tornasiglo, en el movimiento en curso de la humanidad, es un grupo económico con asiento en un específico lugar del mundo (Estados Unidos de América con su punto de apoyo: la Unión Europea –atlantismo [dixit S. Amín]- y Japón) el que es desplazado de la cima (Arrighi) y reemplazado por un nuevo sistema de gobernanza (“hegemón”). Esta vez la supremacía es variada y balanceada (Fiori, Amín): es la forma
  • 17. 17 precisamente en que todo poder se enrumba hacia su dilución (Wallerstein). Según enfoque formalista, la onda financiera kondratieff (financierización monetario/tecnológica) decae (burbuja especulativa): con los BRICS, no procede ya el inicio de una nueva onda larga (productiva, de crecimiento –Mora Henry: ¿Marx o Kondratieff?) ni intermedia (ciclo juglar) ni siquiera corta (ciclo comercial, ciclo kuznets, onda larga kondratieff, función de onda humana), puesto que concluye, más bien, la larga onda tecnológica –onda extensa clasista- una vez devenido el “ciclo transicional” (de la “revolución industrial” a la inteligencia artificial) e inicia la fase propiamente histórica del pensamiento (economía del conocimiento, sociedad de la inteligencia, era de la espiritualidad –sic-, según es el decir de la prospectiva eurocéntrica; en realidad, la formación humana simplemente comunista, equivalencial, democovivencial). Al interior de las citadas coordenadas y de dicho límite –señor Dussel (16 tesis de Economía Política: Tesis 1 –en la web)- van a proceder la práctica política y la ciencia futuras, no sobre quién debe (producir) manejar el excedente: si el sector privado (el capital), el comunitario (la “sociedad”) o el estatal (la burocracia -sic). En la conclusión general: los males humanos sólo cesan, cuando el ser humano deja de trabajar (onda de automatización); esa condición la pone el capitalismo, y al lograrlo: muere (Las fuerzas productivas: ¿ya no necesitan del capitalismo [de la contradicción, de la competencia, de la guerra] a fin de continuar y completar sus desarrollo [el robot sapiens antropomorfo]? De ser así, este desarrollo se habría vuelto autónomo o un segmento hegemónico de la humanidad debe haber alcanzado el nivel de racionalidad, que permita continuar con ese progreso, en condiciones de “equivalencialidad”). Marx piensa al ser humano futuro fuera del trabajo, que sólo usufructúa de la máquina y de la naturaleza, a la cual somete a comprensión y a dominio; en suma, asigna la posición más elevada de la realidad toda a la historia: forjar la conciencia total. El contexto para el marxismo es la formación social capitalista (en su bagaje categorial no tiene lugar histórico de periodización la noción sobre eras: antigua, medieval, moderna, posmoderna, etc.); esta etapa ha llegado a su fin con la creación de las condiciones materiales del mundo nuevo (en realidad, Marx maneja el criterio histórico de “formaciones humanas” en el marco de la idea de progreso, no el formalista de eras [piedra, metales, industrial, tecnológica, digital], edades, hegemones [superestructurales de dominación], etc.; en el interior de estos grandes períodos advierte su fundamento: el modo de producción y a su interior los aspectos componentes pareados, contradictorios, en movimiento: las fuerzas productivas y relaciones de producción, la gestión y la conciencia; totalidad estructurada concreta, la que posee fenómenos colaterales, expresión y complemento funcional). Todas las corrientes (contrahegemonía intelectual, filosofía latinoamericana, descolonización epistemológica, filosofía de la liberación, epistemología del Sur, desglobalización [antiglobalización: S. George], contracultura, antieurocentrismo,…), que asumen formas pasadas a ser recuperadas como fórmula de tratamiento de fricciones actuales tanto de la humanidad como entre ésta y la naturaleza, se hallan descontextualizadas: del sistema que se va, de la estructura de mediación (la transición) y de la forma humana que se empieza a afirmar (no se niega el esfuerzo y la genialidad de sus más representativos exponentes [Benjamín, Dussel {quién más sabe sobre Marx}, Echeverría, Lowy, de Sousa Santos, Bartra, Kohan, Arismendi,…]: realmente son genios, formal y técnicamente lo son; lo que se impugna, es que su modelo mental se mantiene en premisas previas, cuando la intelección de la realidad y la praxis demandan realizar un giro radical, cambiar de frente en el objeto tras el concepto [y sobre todo la hostilidad contra Stalin, que se deriva de animosidades]). La mediación: ¿cambio de época?, ¿época de cambios? (En realidad, la época ha cambiado). Para las personas citadas en párrafo precedente, el estalinismo no fue más que terror, caricatura; no alcanzan a ver la función real de esta personalidad, de su pueblo y del período, en relación con la historia; en realidad, querer reducirlo (pretender subvalorar su personalidad), es una forma de demostrar, que no se ha comprendido la magnitud y significación del momento histórico aquel: mofarse del gran pueblo soviético, del proceso y de la coyuntura, al frente del cual estuvo este gigantesco líder proletario del mundo. La historia de forma natural creó al capitalismo como último modo de producción contradictorio, instrumento de su progreso. A la mitad del camino, la voluntad forja en una zona y para un segmento humano, el socialismo (1917-1956); el mismo enfrenta al capitalismo, se plantea la igualdad, pero amenaza con ralentizar o eliminar el desarrollo de las fuerzas productivas al inhibir la “lucha de clases” (la contradicción que mueve y dinamiza el proceso); la historia interviene: bloquea al socialismo como forma de acumulación paralela en importancia a la capitalista, pero este ensayo (el socialista) ya había operado (calado en la conciencia) y, en los hechos, convertido en “motor dual” (espuela en las posaderas del capitalismo) obligándole (contribución; aporte socialista al progreso de las fuerzas productivas, que es visto comúnmente como simple vía capitalista alterna a la principal burguesa) a acelerar el interrumpido proceso de desarrollo de las condiciones materiales de reproducción (Incluso sobre la globalización el proletariado, luego el seudo socialismo soviético de 1956-89, pusieron su impronta, puesto que EU para frenarlo [al “comunismo”; en Chile: “no se va a permitir que la irresponsabilidad de un pueblo permita el avance del comunismo” -sic], impulsó la formación de la “economía-mundo capitalista”). Toda vida es progreso: de otro modo no puede existir; progreso cíclico y repetitivo en el follaje y en las criaturas desprovistas de neocórtex, cíclico ascendente en el ser humano; la conciencia propendió
  • 18. 18 evadir la determinación-sacrificio del progreso, con la intención de realizar de otro modo ese mismo proceso de progreso (Stalin), empero la historia implacable “no se confió”: relegó a segundo plano al socialismo (el cual no está muerto, como el capitalismo no está del todo vivo), experiencia que aparece en la mente común insidiosa en cuanto fracaso, implosión, inviabilidad, etc., mientras que ratificó al capital (por un lapso efímero: hasta que la automatización se concrete) como la forma contradictoria moderna por excelencia forjadora del progreso con el sacrificio de las 9/10 partes del género (y en el presente: con afectación de la naturaleza). De modo coetáneo la realidad se halla inmersa en el hecho (cambio de época) y en su despliegue (época de cambios); momento y proceso, que no solamente involucran a la historia, sino también a la naturaleza: a eso se reduce la alharaca catastrofista respecto de las llamadas “crisis global del capitalismo” y de la naturaleza (crisis civilizatoria -sic). En realidad, en esta ocasión el cambio se produce en la historia y en su ontología (no se trata de “vino viejo en odres nuevos”, sino: nueva gente en casa nueva [La acción humana in abstracto, ha obligado a cambiar el “estilo de vida” a la naturaleza; esa mudanza rebota sobre el “ser”, proceso que produce metamorfosis de consuno]). ¿Se desprende de eso, la imagen de que este pensamiento se ha vuelto burgués, pro antrópico e irresponsable? En absoluto. Solamente se deja entrever, que no se condesciende con el catastrofismo ecologista, con el rechazo a ultranza al capitalismo y con la torpeza banal inscripta en la concepción hedonista de la vida; pero, sobre todo, que no se puede sacrificar el sino superior humano a la felicidad e intocabilidad de la naturaleza y, en su defecto, se preconiza el carácter sinérgico entre desarrollo material, transformación controlada de la paisajística natural y estructuración de la conciencia concreta: neopormeteia, percepción que no es igual a la trilogía “buen vivir, derechos de la naturaleza y justicia social”. El verdadero problema, la cuestión fundamental, la auténtica “crisis civilizatoria” se ubica en la dimensión de la historia: consiste en el bloqueo de parte del ser creado por la naturaleza para realizar de modo racional su movimiento, al progreso; en efecto: o ganan los que blanden la muletilla del ecocidio y los crímenes de lesa humanidad que perpetra el capitalismo y se liquida el progreso en cuanto proceso que realiza el neocórtex hacia la consecución de la dignidad superior humana en el conocimiento total, o un frente humano consciente (por sobre las condiciones inevitables de la realidad) niega a la burguesía y al hedonismo de izquierda, y asume la tarea de imponer la justicia como instrumento para dar continuidad al desarrollo de las fuerzas productivas, hecho en el que deben beneficiarse el sujeto, la historia, la naturaleza, el Universo, la materia, en fin: la realidad toda, con su representación. Transición (mutatis mutandis: 1917-2050). Las dos leyes fundamentales de la historia: la ley del valor de uso (reproducción natural: primera naturaleza –comunidad primitiva [uso de los bienes naturales y trabajo propio]) y la ley del valor de cambio (reproducción social: segunda naturaleza –formaciones humanas clasistas: esclavismo, feudalismo, capitalismo de modo concreto, sobre todo), está por dejar su lugar a la ley del usufructo (reproducción artificial: tercera naturaleza –la democovivencia: el comunismo [el Paraíso/el “Cielo”]); los factores y el proceso implicados en este colosal salto (equiparable al surgimiento de la vida orgánica, del neocórtex, de la división de la humanidad en clases y a la Revolución de Octubre) son la “lucha de clases” y el desarrollo de las fuerzas productivas: la automatización (el trabajo sale de escena histórica y el ser humano se dedica por entero a las faenas del pensamiento –luego de un período de concupiscencia generalizada del género, por supuesto). “El capitalismo encontrará sus límites cuando conquiste el mercado mundial” (D. Harvey); es una forma de advertir (con ubicación en el ámbito del intercambio, de la magnitud espacial de realización de la mercancía) la frontera del sistema; sin embargo, la perfecta visión debe ubicarse en la dimensión profunda: en la producción, por tanto, el capitalismo cae, cuando ésta (la producción) se haya vuelto automatizada (Marx en Los grundrisse). Dicho sea de modo esquemático: la mediación y todo el proceso comprehendido en el tránsito de la formación clasista a la no clasista de la humanidad, es la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, la cual reestructura y realza a la de la lucha de clases, esta última incide de modo directo en la de la composición orgánica absoluta del capital, la cual deriva en la automatización, la que deviene en base de la ley del usufructo y por la que se impone el régimen de democovivencia, o sea, el comunismo, orden en el que la humanidad se ha tornado espiritual, se ha vuelto trascendente; ahora bien, mientras el sustento material humano se realice con mediación necesaria del trabajo (producción, reproducción), la ley del valor se mantiene (dígase: como el socialismo es una fase de transición, la referida regularidad opera –operó- también en dicha experiencia). La renovación generacional humana y de la historia (grados de civilización), tiene sentido inmanente, sólo en el marco de realización ininterrumpida de la potencia de la inteligencia hacia el “saber absoluto” (en el marxismo, el “milenarismo” –sueño- lo forja el ser humano científico- revolucionariamente); aparte de esta misión, nada tiene razón en el Universo. En realidad, el objeto de la inteligencia, no reside (aunque sea su medio, su presupuesto necesario) en el diseño y aplicación de estrategias conducentes a formar riquezas, forjar aparatos de dominación y explotación globales (la Trilateral, la ONU, el FMI, el BM: nuevas determinaciones trasnacionales del capitalismo [Gramsci] o contratendencias dilatorias [Keynes/Nicolaus]), organizar harenes, mejorar la gastronomía, construir mitos religiosos o artísticos in abstracto (la anodina “civilización del deseo y
  • 19. 19 la creatividad” de B. Echeverría), incluso revoluciones sociales en interés de vivir simplemente con felicidad en igualdad en el “reino de la libertad”, encerrados en el status de desarrollo multifacético del individuo (desarrollo integral: únicamente modernos animales, formalmente racionales, en gozo de altos estándares equitativos de vida y de sensualismo, según parámetros de calidad; o sea, plantear el “comunismo” como la meta de la acción política –esa es la frontera de la conciencia en la actualidad); de conformidad con esta “filosofía optimista de la historia”: ella tiene el propósito superior de develar los misterios del Universo y permitir el gobierno de éste, por aquella. Tampoco reside en las preocupaciones parroquianas de momento; desgraciadamente es el caso del gran pensador ecuatoriano: don Juan Montalvo Fiallos, quién invirtió talentos sobre el tratamiento de problemas domésticos y sobre figuras de tercera, lo cual fue óbice para proyectarle a nivel mundial; lo que –a su vez- contrasta con la conducta de Nietzsche, el que se ocupó de los grandes temas de convicción global (los filosófico-religiosos), que le confirieron un lugar en el pensamiento universal (no obstante, un intelectual debe asumir las tareas teóricas de su tiempo y de su lugar; de allí procede su definición –¿si el gran cosmopolita ecuatoriano hubiese tenido como marco cotidiano de su vida al escenario más alto de desarrollo de Occidente por entonces?). El propósito de este documento es exponer los rudimentos de la ley, que mueve a la humanidad, a la naturaleza y al Universo (a la Materia toda), cuyo instrumento último y esencial es el neocórtex (la “teoría …[filosófica]… que explica todas las cosas”: la determinación última, que supone a las de orden física, química, biológica: la “socio”-conciencial [filosófica]). La explotación del ser humano por el ser humano es la ley darwiniana del progreso, del desarrollo de las fuerzas productivas, de la formación y despliegue de la conciencia, o sea, de realización de la historia (percepción [continuum temporal, teleológico, regular] ubicada: en clara oposición a la noción, que sobre la historia promueven Benjamín y Althusser): el cinetismo de la esencia material, que tiende a la creación de su alter ego: su representación simbólica, conceptual: su retrato hablado. La humanidad pudo rebasar la formación comunista primitiva: salirse de la armonía y de sólo marchar en el propio terreno, efecto del modelo de reproducción simple, para instituir las formaciones clasistas, en las que la contradicción inauguró la senda del desarrollo: la diferenciación “social”, la división del trabajo, la explotación, la acumulación; proceso que concluye con la forma de producción capitalista, una vez que ésta ha cumplido su misión con la creación de la base automatizada de reproducción, con lo cual llega a término el desarrollo de las fuerzas productivas por vía humana. Al sistema burgués toma la posta el comunismo. La diferencia entre el comunismo primitivo (primera forma de organización humana: inicio del camino racional) y el supramoderno comunismo ya en el horizonte (última forma de organización humana: conclusión del viaje de la inteligencia), radica en que el primero instauró relaciones fraternas, equivalenciales de colaboración efecto del exiguo grado de desarrollo de las fuerzas productivas (inteligencia colectiva generacionalmente ontologizada, acumulada y potenciada); el segundo hace lo mismo, pero como resultado del máximo desarrollo de las fuerzas productivas, que libera al ser humano de los conflictos “sociales” intrínsecos y le permite disponer de toda su vida para entregarse a la producción de la idea; la fraternidad, en este caso, emerge de la abundancia, faculta el imperio de la racionalidad, ésta (racionalidad) es el motor del movimiento cuando este último no proviene de la antinomia; sin embargo, la armonía lleva en potencia la cesación del movimiento: la muerte. ¿Es todavía temprano para pronunciarse de este modo? Es posible que estas hipótesis de muy largo aliento en la progresión humana, a pesar de que las mismas cuentan a su favor, con la evidencia contenida en el desplazamiento histórico tendencialmente progresivo de la ciencia y de la técnica (en la práctica y en el pensamiento prospectivo hasta ahora desarrollados: Marx, Engels, Sagan, Wallerstein, Moravec, Vinge, Kaku, Penrose, Hawking; en el mundo fantástico que viene, presentado por el espeluznante desarrollo de la ciencia y de la técnica: la nanotecnología, la robótica, la biotecnología (bebés a la carta; materiales autosaneables; la investigación y conquista espacial, la inteligencia artificial, Internet de la cosas, la creación del poshumano –singularidad tecnológica), para la mentalidad humana actual: no sean admisibles (plausibles), pues, “no se puede pedir a un ser, que haga …[piense en]… algo, que todavía no está en su naturaleza” (K. Marx dixit); en realidad, por el momento no existen condiciones para proceder a orientar a la humanidad con argumentos. No obstante, ellas tienen el mérito de apuntar una salida honorable para la especie, en cuanto la rescata de las garras de la depresión existencial, de la torpe inserción de la inteligencia insumida en la sola recirculación hedónico-teológica retardataria generación tras generación (en verdad, el arte, el deporte, la “cultura” [“formas elevadas del espíritu humano” {Ecuador tiene una Casa de la cultura; en realidad, Casa de la esfera sensorial, en la que opera el cerebro derecho de ciertos sujetos}] han sido otras tantas distracciones, que han impedido, que imposibilitan y sostienen el freno, para que la conciencia se vea inmersa en la depresión existencial). Si poseo la tecnología, puedo desarrollar la conciencia, pues, la tecnología es tanto más importante que defender mi posición espacial para vivir (demarcación del territorio), en tanto ella permite contar con la incidencia sobre la mente, de los substratos materiales y espirituales, que representan la acumulación de los resultados de la praxis de la inteligencia colectiva plasmada (conciencia superior: conocimiento sin la sensación [estados emocionales], es decir, la estática).
  • 20. 20 Como se podrá advertir, la temática tratada es muy sensible en los planos de la tradición filosófica, de las “fibras más íntimas” de la persona y en la dimensión política (negación –morigeración- de la esfera hedónica del “ser”, asunción de una postura conductual hierática; la constancia inferencial, que tanto el capitalismo de inspiración neoclásica como el socialismo radical han sido rebasados por la historia; empero, cuesta creer esta penosa verdad, a uno y otro sector, pues, el primero quiere eternizar la juventud: el capitalismo, el segundo hacer lo que ya fue hecho en un sitio y en un momento a nombre de la historia y del género: Octubre 1917 y la dictadura del proletariado 1917-1956 en el ex Bloque Oriental), de manera que la misma demanda de fundamento y justificación (el método en orden es la “tecnología inversa” [luego de haber hipotetizado el escenario futuro] en el laboratorio de la mente –teleologopraxeoontología-; dialéctica prospectiva [“valor futuro de una anualidad”]-retrospectiva [“valor presente”]: de la etapa superior simulada [omnisapiencia, omnipotencia, omnipresencia, humanovivencia {humanidad sin trabajo, sin clases, sin mitos, hermanada en sentido simplemente genético, cohesionada por la “actitud fuerza” de alcanzar el dominio subjetivo de la realidad: emulatividad sistémica}] camino de retorno al presente y al pasado –“valor pasado de una anualidad”- [Marx: elucidar el presente para entender el pasado: las formas que devienen “para sí” {la anatomía humana da la clave de la del mono}; conocer la coyuntura para suponer el futuro: las estructuras desplegadas “de sí”]). En suma: ¿cuál ha sido la entrada a partir de la que se ha producido la intelección esbozada de los hechos? De carácter prospectivo/retrospectivo. Naturalmente, la doctrina y la metodología marxistas están presentes en los dos momentos: con el primero (prospectiva) se formula la hipótesis sobre el escenario tope; con la otra (retrospectiva) se revalúa el proceso (el hacia atrás) y se pone las premisas (el hacia adelante: “deber ser”, denomina el pensamiento burgués) para la praxis (las que [premisas] de todos modos están dadas: sólo su racionalidad consciente representa el resultado del esfuerzo de reflexión). Para efecto de estimar las ideas prevalecientes en el plano sociofilosófico, fue impráctico dedicarse a leer a todo Holloway, Benjamín, Gramsci, Habermas, Arendt, Weber, Foucault, Lowy, Dussel, Echeverría, de Sousa Santos, Kohan, Mandel et al (cuando se tenía, además, la prioridad de adentrarse en el pensamiento de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Newton, Sagan, Penrose, Hawking, Asimov, Dobb, Cueva, Shaikh, Grossmann, Althusser, Castells, Biessonov, Leontiev, Garner, Garnier): sería imposible, una labor ímproba, la que de alcanzársela, pondría de pies en el manicomio (por tanto, para que no se diga que se es un farsante, este punto tiene que ser aclarado: de ningún modo se ha leído todo de todos, pues, son muchos y muy complejos); para el efecto, se buscó encontrar un atajo: “encorvar el Universo” –conseguir que el principio se ponga en contacto con el fin- (buscar una muralla, un agujero negro, que permita entrar e inmediatamente salir al otro lado del Cosmos). Y esa abreviación se encontró: 1) ir a la base del pensamiento de los exponentes más mediáticos del saber universal interdisciplinario, sea por descubrimiento propio mediante la lectura de sus principales obras y, de ellas: los acápites más significativos, o con el concurso del parecer de sus adherentes, difusores o críticos (entre tanta “información” [los desarrollo teóricos en las diferentes áreas del saber] encontrar la ruta corta y certera hacia la esencia). 2) Oponer a la médula de dichas propuestas paradígmicas, las posmisas avanzadas: la posaxiomática (centrarse en los puntales de esos discursos, más no caer en el ovillo de sus ideas desarrolladas ), o sea, la formulación hipotética de los fines últimos de la existencia humana: la configuración lógica deductiva del escenario superior de civilización por venir, más allá del cual no queda más que la nada: el comunismo en su máxima realización racional; caracterizar ese estado y armado con dicho material futurista, justipreciar la parte medular del pensamiento burgués y la del socialista/comunista. 3) Hacer intervenir en la evaluación el postulado: el ser humano debe producir la idea total; para el efecto dispone del producto evolutivo mayor: el neocórtex (categoría teórica absoluta), su realización se da en medio de la determinación del movimiento natural: la contradicción (Darwin/Hayek); las ideas avanzadas por la humanidad (por su intelligentzia) han sido advertidas, luego valuadas con el racero adelantado: si concuerdan o se distancian con y de este principio, con y de esta axiomática. Precisamente el haberse apartado del susodicho pensamiento, ha sido el giro nocional, que ha permitido no se continúe “la marcha en su propio terreno”, siempre en torno de “su centro de gravedad”, pues, los señores niegan la “ley del valor socialista”, disienten con la noción de “socialismo como sistema de acumulación” (progreso), mantienen gratuito furor antiestalineano (la planificación, el desarrollo proporcional y planificado, el Gosplan –“control consciente de la ley del valor”), aversión a la “dialéctica de la naturaleza” (con eso: a F. Engels), critican a la ciencia positiva y a la técnica (hacen maromas mentales por volver a Marx antiproductivista), trasuntan apego al atavismo práxico neoempirista de: “se hace camino al andar” (consideran absurda la idea de: “la historia como sentido”), la negación de la determinación “económica” (de la producción material) en cuanto base de todo el proceso humano (voluntarismo especulativo gramsciano; el “comunista sardo: negó la existencia de una “objetividad social” y subrayó el “papel de la voluntad humana”); en suma, no se ha dejado subyugar por los cantos de sirena hedonistas y, más bien, se ha retornado a Marx. En verdad, fue una tarea difícil entrar a categorizar, in abstracto, el pensamiento filosófico prevaleciente en la esfera toda (no se hace alusión directa al de tipo burgués y al religioso en particular, puesto que el mismo es de orden escatológico, finalista, de fe), pero se lo logró; luego
  • 21. 21 de lo que se pudo iniciar la exégesis: a.- dar con la substancia filosófica común del pensamiento llamado de “izquierda” (gramscismo, neomarxismo, trotskismo, socialdemócrata, latinoamericanista; b.- iniciar la contrastación con un cuerpo de nuevos supuestos; y, c.- exponer el distanciamiento y la crítica. ¿Cuál es, mutatis mutandis, el denominador común del estatuto ideológico de esta pléyade de pensadores (Holloway-Kohan [aunque este exponente del pensamiento trotskista-gramsciano: Kohan, como “leninista”, está lejos de Dussel] y del resto de personajes citados en parágrafo precedente, así como de otros del mismo género?): 1.- La historia no es concebida en términos de progreso (“esencialismo”, se dice peyorativamente), por tanto, no está dentro de su horizonte perceptivo, la noción sobre su desenlace (proclaman la existencia de varias opciones de futuro); 2.- No confieren importancia a la tesis coevolutiva: ser humano-naturaleza, de Marx (en referencia al ecocidio, al ecosocialismo, al decrecentismo); 3.- Desconocen el papel que desempeñan el ser humano en la historia y ésta, en el Universo (o sea, la tesis de que la persona se auto produce como sujeto de pensamiento, cuyo fin es dotarle de conciencia a la materia, en su orden); 4.- Impugnan al capitalismo: sostienen que su presencia no es necesaria en la historia (crisis capitalistas, crisis civilizatoria, fracaso capitalista,… [Pero el capitalismo ni está en crisis ni ha fracasado: sólo ha cumplido –sigue en esa tarea, aún en su etapa senil- su misión histórica]); 5.- Creen que el trabajo es esencialidad histórica (determinación concreta) eterna de la humanidad; 6.- Su percepción omite la noción hipotética sobre el momento cumbre de la evolución natural y el papel del neocórtex: la ley que preside el movimiento de la realidad; 7.- Sostienen que en la ex URSS, jamás se organizó el socialismo (la “revolución traicionada”); 8.- Carecen de la intelección sobre el papel del “socialismo real” y la razón de su “implosión” (La ley del valor socialista, la acumulación socialista [intento racional de compatibilizar progreso y equidad; la historia devolvió la primacía al capitalismo en la senda del progreso]); 9.- No está a su alcance la repuesta a la pregunta: ¿qué le pasa a la humanidad? (Transición hacia el sistema democovivencial: la historia marcha por rieles capitalista y socialista); 10.- Ignoran la progresión: instrumento mecánico, máquina, automatización, robot inteligente, y la razón y conclusión del proceso (esto es, la primacía de las condiciones materiales); 11.- Tienen la tendencia a plantear la felicidad humana en la vuelta al “valor de uso” (epistemología del Sur, Filosofía latinoamericana, ethos estético,…); y, 12.- Han dejado de lado, en el análisis de la historia, el papel modelador histórico de las fuerzas productivas (inteligencia objetualizada, positivamente alienante); el carácter regular de la historia (la ley general y las particulares de cada etapa). Para morigerar toda posición de valoración peyorativa a priori (de la legitimación dada) sobre estas líneas, se hace la advertencia en torno de que en el presente opúsculo se conviene en exponer las ideas de modo que contraríen el modelo sistemático de la “epistemología” burguesa (empirista, racionalista, positivista). En tal sentido, quién se interese por este manuscrito: por su trama y objetividad, debe darse el trabajo: dispensar el favor de descubrirlos, y éste es un requisito, anterior a cualquier recusación. El “efecto de verdad” (M. Foucault) de estas ideas reside en su coherencia argumental; su veracidad guarda relación con ello, pues, ningún miembro de las generaciones maduras actuales, estará presente para comprobar o “disprobar” lo dicho, esto es, para asistir al momento en el que la humanidad se vuelve “racionalmente totalitaria”. A de advertirse, por otra parte, que el abordaje discursivo de un tema a través de formular los contornos de la totalidad inscritos en una perspectiva histórica de largo plazo, puede incomodar; no obstante, quien tenga la bondad de seguir estas reflexiones, tiene que estar dispuesto a descender de lo general a lo particular, en la medida en la que –aquí- el método de exposición –se insiste- se halla invertido: se procede de lo concreto a lo abstracto, del futuro lógicamente hipotetizado se viene especulativamente al presente y se va al pasado (“sabemos quiénes somos, qué fuimos y ahora nos preguntamos: quiénes seremos”; la respuesta a esta última inquisición redefine el concepto vigente sobre el mundo). En la consideración coyuntural, las premisas del discurso son: la nueva contradicción imperante es entre la producción automatizada y la apropiación privada de los frutos del “trabajo” maquinizado; cada vez más el capital se automatiza, con lo cual mata al trabajo y a sí mismo; el capital se coloca fuera de la producción real, puesto que la sobreacumulación incrementa la producción que no tiene demanda; y, la emergencia de la forma “economía popular alternativa”, de la desconexión (“salirse del metabolismo capitalista”) definen el carácter devenido del modo de producción burgués (el proletariado ha herido de muerte al capital [la Revolución de Octubre], pero éste ha decesado a aquel: la automatización [se trata de una argumentación filosófica, que espera corroboración de parte de la realidad]).
  • 22. 22 Comienzo del discurso, inicio de la preocupación: si la revolución ya fue hecha por un segmento humano, si el socialismo resultó ser una casuística admitida por la historia como participación en ella del “ser” en cuanto divertimento y puesta de su impronta, si el “cambio de época” es precisamente el resultado visible de la política proletaria (¿Cambio epocal? Pero los que lo proclaman ignoran el porqué, quién [el sujeto-actor] y hacia dónde [la “historia como progreso”; el proletariado; al comunismo, en su orden]); si la mitología religiosa es eso: ilusoriedad; luego: ¿qué diantre queda hacer y cual la razón de la existencia del neocórtex? La exterioridad: el comienzo de esta reflexión (para discursear sobre la tópica en cuestión, por la dimensión absoluta de la misma, existen múltiples entradas hacia ella). Mirar la vida, no sólo la presente o la realizada, sino deducir la que viene, lo empezaron a hacer los clásicos. Marx y Engels formularon tesis, más allá de la historicidad (puesta a un costado el carácter epistemológico de la percepción: la correspondencia entre concepto y substrato); en efecto, la conciencia de que sus ideas iban a ser superadas (en el frente de las categorías [“economía” {proceso de reproducción material}, política e ideología, o sea, la cultura total], que aprehenden la realidad de un momento, debido al perpetuo cambio y transformación de ésta), pero no con la negación de las mismas, sino con su perfección y desarrollo teórico/real (en el caso de Marx: la noción visionaria en torno de que la realización de la vida humana consiste en volver espiritual la realidad toda; y, de Engels: la descripción de la operación dialéctica de la formación de esa realidad dual: hecho y representación, la que en un principio es sólo dialéctica, luego deviene dialéctico-histórica y, finalmente: racional, precisamente cuando la existencia ha saltado hacia su próxima condición: la divina. A continuación se cierra el ciclo y se da curso a un nuevo Big Rip. La tarea, de todos modos en la circunstancia presente, ha consistido en anotar puntos de vista, que en unos casos explican los hechos, en otros se contraponen a las comprensiones vigentes o que resuelven ciertas inquietudes, en terceros (El enfoque es ultramoderno en su postura frente a las “fuerzas productivas” [la ciencia y la técnica] y tozudamente arcaica en las “relaciones ´sociales´” [la comunidad primitiva]). Las hipótesis prospectivas científicas que se sostienen (strictu sensu, epistémicas; se sustentan: 1.- en la mecánica de las inferencias lógica y estadística, 2.- en el criterio de la totalidad y 3.- en el movimiento de las tendencias empíricas [“mantenerse siempre en el plano real”], se hallan revestidas de carácter objetivo; por ejemplo: que el ser humano va a llegar a ser el “regente del Universo”), se preasume: se cumplirán. En lo tocante al carácter gnoseológico formal inherente al proceso de aprehensión mental del curso de la vida que viene como con el que topa la realidad en su totalidad y su proyección, las presentes notas aluden al efecto de abstracción (“experimento del pensamiento”, lo llama Einstein), en cuanto condición de proceder, conducido de conformidad con la modalidad argumental de "pensamiento lateral": “provocación” (“proyecto filosófico desafiante”), esto es, en acto de “abrupto cambio de conceptos de aceptación universal”, sobre el cual opere el artificio de desbloqueo de la ruta por la que fluya la búsqueda del conocimiento –pues, “... la humanidad aún no ha parido un nuevo ´Manifiesto Comunista´”-; “nueva concepción de la historia” (“economía”: la automatización; “política”: la democovivencia; e, “ideología”: el saber objetivo universal), que un día experimentará también su trasformación como idea -J. Derridá). La comprensión del Universo no se formulará en los términos clásicos del lenguaje actual (Godel); será ideada una forma conjunta de representación entre imagen y sentido (nuevo lenguaje que supere a los conocidos, a los idiomas: a esas diferentes maneras de combinar los sonidos [fonemas] en subordinación al orden de los sentidos [contenidos, significados] por parte de un mismo neocórtex, inteligencia situada en diferentes geografías). En el cerco de las limitaciones pasadas, los grandes exponentes en su momento han pretendido ver el todo con la mirada: La Odisea, la Física Clásica, la Sinfonía Coral, Los grundrisse, la hipótesis del Universo oscilante y, ahora: la Teoría de las cuerdas cósmicas (Sin desmerecer las sesudas interpretaciones existentes y en mientes, sobre todo del momento geopolítico actual del mundo, este trabajo mira de otro modo la coyuntura y el proceso cósmico, natural e histórico). Las categorías del sistema filosófico implicado (con el cual –a su vez- se critica y niega el sistema teórico-filosófico oficial), son: categoría general, absoluta: ontopraxeologoteleología (Cosmología/Naturología, Historia [Antropología, Sociología, Economía; reproducción social, progreso prometeico –neoprometeia, metahistoria], Lógica, Telos [objetivo y término del proceso antropo/cósmico]); inteligencia, saber absoluto, “Dios”/ser humano (tercera naturaleza). 1) Inteligencia (necesidades [Humanología/”Teología”]/recursos del entorno [activos naturales, contabilidad ambiental, depreciación {“huella ecológica” -sic}]; neuronas intermedias –memoria adquirida-, neuronas del córtex nuevo –asociación, pensamiento [mesología, proceso ergódigo]). 2) Saber absoluto, racionalidad teleológica (Teleología, robot sapiens, posthumano, 5 interacciones [gravitación, electromagnetismo, atracción fuerte y débil de protones, e integración de estas cuatro]: Teoría M, racionalidad [campo de conciencia]). 3) “Dios”/ser humano (homo divinus: omnisapiencia, omnipotencia, omnipresencia, inmortalidad; universo oscilante: Big Bang, Big Crunch, Big Rip; “gerencia” cósmica; libertad: decisión sobre la vigencia del “Dios”/posthumano; negación absoluta: el proceso racional ha devenido). Categorías específicas: automatización [segunda naturaleza], “valor” de usufructo (base económica –modelo esraffiano), democovivencia (“superestructura”), saber objetivo (forma de conciencia -ideología). El principio de funcionalidad
  • 23. 23 del discurso, por su parte es: allí donde viven seres humanos hay desarrollo de las fuerzas productivas; allí donde hay desarrollo de las fuerzas productivas, existen sistemas humanos clasistas y, de modo especial: capitalismo; y, allí donde hay sistemas clasistas (fluye contradictoria, asimétricamente la vida) hay historia, progreso (El esbozo más general del discurso propende formular una teoría filosófica, una cosmológica, una histórica, una política, una “económica” –de reproducción humana). La heurística marxista deriva, que no es producto de la inspiración, de la genialidad, de la imaginación o de la creatividad espontánea, arbitraria de persona alguna, el aparecimiento de los pensamientos, de las formaciones ideológico-teóricas, de los enfoques; pues, toda reflexión surge por determinación, por necesidad de la realidad (Marx-Lenin); para entenderla, es necesario inteligirse las condiciones materiales, que fueron su fuente y su impulso. El presente criterio, no se aparta de esa ley. Por tanto, existen supuestos reales que columbran su formulación (ese fundamento, grosso modo, es: el ser humano ha generado ya la inteligencia artificial -el desempleo actual, no es únicamente efecto de la política de reestructuración de costos de los empresarios ni consecuencia automática de la crisis capitalista [o en EU el impacto del traslado de las empresas a países con mano de obra barata, lo cual ha llevado a duplicar la producción y a exacerbar la crisis de sobreinversión {el exceso de producción debido al salto del proceso hacia un nuevo nivel de productividad de orden automatizado, es la forma más alta y final de la razón de la crisis: la sobreproducción}], es, más bien, una determinación abstracta predecesora [la juventud se queda sin profesión y sin trabajo: why?; porque se acerca cada vez más la hora de la clausura de la “civilización del trabajo” y de su reemplazo por la “civilización del robot” {o sea, la clausura de la “civilización”, pues, la “civilización” empieza una vez que el ser humano produce el primer instrumento: el palo que toma directamente de la naturaleza al cual incorpora modificaciones para que cumpla una función y al que lo guarda para su reutilización modificada, y concluye –la “civilización”- con la producción del último instrumento: el robot sapiens, esto es, cuando el ser humano deja de producir instrumentos}]-, el sistema burgués se halla en el momento de descomposición senil [por primera vez la humanidad está políticamente informada, despierta: advierte la pobreza, la desigualdad {“la crisis actual ha hecho evidente el mecanismo del poder”}: el poder mundial no puede someterla –dixit Z. Brzezinski], ya existe una forma humana que propende crear “otro mundo posible y necesario”, se percibe el objetivo que debe enmarcar la vida: la producción de la conciencia total; se cuenta, por tanto, con las premisas de programación para generar lineamientos de regulación de la actuación humana, en este momento histórico y en proyección teleológica). La reflexión –en el frente operativo- se centra –por su parte- en la categoría “fuerzas productivas” (civilización [en realidad, el principal eje de análisis es el aspecto atinente al desarrollo de las fuerzas productivas, concebidas como pensamiento materializado y progresivamente cualificado {aspecto que establece las relaciones de producción}]), en la de inteligencia (neocórtex) y, en suma: en la de “inteligencia ontologizada” (“vida objetivada”): la ciencia y la técnica (como, en verdad, la categoría materia-propiedades [arjé hilozoísta] -contradicción-movimiento-, es la filosófica general). En realidad, las fuerzas productivas no consisten en simples substratos materiales alienantes u objetualización de la idea surgida por presión de necesidades en ascenso permanente; constituyen, más bien, el reflejo del grado de conciencia (“cultura”) de un momento. Por tanto, si la productividad del trabajo mide, expresa, es el verdadero índice de desarrollo humano, el estado de las fuerzas productivas es el indicador del avance en el proceso de hominización (A. Leontiev); la flecha, por ejemplo, revela un grado de conciencia, la máquina lo hace con otro, la inteligencia artificial trasunta el nivel cuasi completo del status de la mente: el poder de la inteligencia presente objetualizada (Contrario sensu que el amor. “Haz el amor y no la guerra”. El amor se ubica en la esfera del hedonismo [amor: cerebro izquierdo –táctica- del macho sobre el cerebro derecho de la hembra, para que el cerebro izquierdo –estrategia- de ésta, se someta al cerebro derecho –logística- de aquel y de ésta: la reproducción mediada por el placer]; la guerra lo hace en la dimensión de la “racionalidad”. Fornicar implica tan sólo acomodarse; la guerra involucra: colectivos, objetivo, reflexión, estrategia, táctica [arte], estratagema, logística, ejercitamiento, disciplina, complejo industrial, simulacros operativos, negociación, esto es, paradójicamente desarrollo civilizatorio y cultural [algo análogo debe decirse del patriarcado y del machismo {Las enfermedades, las plagas, los siniestros, las guerras fratricidas, verbi gracia, no tienen sólo función negativa en la vida del género –a los monos en los zoológicos se los engaña, si no se fastidian; tanto peor la inteligencia: guerras, disputas, lobbies, acuerdos, expresión del movimiento de la historia-; por el contrario, su papel prometeico hace avanzar el saber, la técnica, con lo cual empujan al ser humano a conocer y a dominar a la naturaleza: a saltar de la hominización a la divinización}]; en efecto, de Arpanet a Internet y a la cibersociedad, producto de la “guerra fría”). Hay una gran diferencia entre la Lagarde y Dilma: pero las dos son necesarias para el itinerario histórico. Si se trabaja con la premisa, de que en el ser humano la propiedad máxima efecto directo del desarrollo culmen de la materia (el neocórtex) preestablece su misión en tanto productor de la idea total, mientras pasa ésta a ser la tarea central y final de su existencia, el concepto vernáculo sobre el ser humano se ve forzado a dar un giro de 180 grados (el hedonismo salta hecho
  • 24. 24 añicos y la racionalidad se enseñorea de modo absoluto; por supuesto, la imagen negativa clásica del capitalismo en la percepción de la izquierda se suaviza, mientras que los desvelos revolucionarios antiburgueses palidecen). Si EU se ha convertido en una economía desindustrializada, no real, no productiva (sólo monetaria, especulativa, únicamente de “reproducción de utilidades”, retroalimentada por los “diezmos” monopólicos modernos), la locomotora imperialista se ha convertido en una auténtica “economía de papel” y “tiene los días contados” (la tecnología y el conocimiento, con toda su versatilidad, importancia y signo archí moderno, no tienen la catadura para sostener al poder efectivo); por fortuna los BRICS han tomado la posta del desarrollo científico- técnico ligado a la economía real (la que satisface las necesidades primarias, básicas, demandas que siempre estarán presentes aunque se reduzcan en proporción) y por esa vía continúa el desarrollo material y, por tanto: la historia se substancia. Infame, irónico tener que pensar de este modo: las manifestaciones populares masivas en Nueva York, Londres, París, Atenas,… que propenden hacer caer el capitalismo son peligrosas para la historia, puesto que si bien son “bien intencionadas” socialmente, pueden hacer fracasar (o por lo menos postergar) el propósito de la historia (aquello que ésta tiene reservado como misión para el ser humano: llevar la objetividad al plano de la subjetividad), debido a que el desorden y la toma del poder por fuerzas que promueven objetivos de coyuntura, que no tienen conciencia sobre el papel del capitalismo, sobre la razón del ser humano en el Cosmos y de su directa relación con el progreso de las fuerzas productivas, puede castrar los propósitos de la vida. En materia cosmovisiva se insiste, el momento indica proceder reflexivamente de modo heterodoxo sui géneris, pues, si se razona en la “continuidad del objeto” de la metafísica, del marxismo clásico, del gramscismo, del neomarxismo o del postmarxismo, no es posible romper el círculo vicioso de la Teología, de la simple coyuntura: del sociologicismo (etnicismo culturalista), del revisionismo marxista academicista panpoliticista (Teoría de la praxis frankfurtiana), del hedonismo (Reubicar la reflexión en el frente del marxismoleninismo [de Marx, Engels, Lenin y Stalin], esto es, lejos de los marxismos oriental y occidental [por más connotados que sean sus exponentes], del eurocentrismo y del panlatinoamericanismo de consuno, y seguir la perspectiva de la vida en el pensamiento). A menester posarse, más bien, sobre los hombros de K. Marx (de Homero, Herodoto, Hegel, Engels, Lenin, Newton, Darwin, de Chardin, Sagan, A. Cueva, A. Leontiev, I. Stalin, Dobb, Biessonov, O´Connors, Shaikh, R. Penrose, A. de Janvry, Venter, Harnecker); sin Ud., insigne Maestro: “me sentiría derrotado” (que disculpe el profesor R. A. Carcanholo). En realidad, son las condiciones ontológicas las que determinan la calidad de los gnoseólogos, de los práxicos, de los axiólogos, de la presunción teleológica. El capitalismo es la fase cimera contradictoria de la historia; como en ningún otro momento en el pasado y en el futuro, se necesitaba de la mente más genial para elucidarlo: para formular el marco teórico que lo reconoce; proeza espoleada por la marcialidad apoteósica de L. van Beethoven, H. von Karajan (abstracción hecha de su proclividad nazi) y la Filarmónica de Berlín: la obertura Egmont de la ópera Fidelio ([música incidental al Drama de Goethe] esa magnífica explosión de acordes, “campo” -de Beethoven- que induce la “visibilización” del Bosón de Higgs: “partícula que da la masa a la materia”), música racional, henchida de carácter, madura, de todos los tiempos, patrimonio espiritual de la humanidad. Se demuestra, luego, que los modelos filosóficos dejan su trono, cuando otro sistema alcanza ese sitial y los sustituye; la simple crítica o el ignorarlo, no anula a una cosmovisión anterior, “pasada” (B. N. Biessonov); en el instante en el que la humanidad dispone del paradigma filosófico alternativo más completo y de mejor contenido que el vigente (lo cual indica que un nuevo sujeto ha saltado a escena histórica, es decir, que el proletariado se ha vuelto humanidad, por lo que ésta constituye la superior y definitiva actora de la historia), este último automáticamente cae en desgracia. El suceso descrito no ha ocurrido en el marxismo. Respecto de él se han levantado voces aisladas en su contra, pero nada más. El supuesto “error práctico” de una vía de aplicación de sus premisas políticas, no anula su vigencia filosófico-teórica. El marxismo tampoco ha entrado en crisis, como ciertos teóricos de entre “sus filas”, practicándose hara-kiri, suelen afirmar. El marxismo debe desplegarse mucho más a tono con el movimiento objetivo de los hechos; en verdad, la formación filosófica marxista es de tipo procesual: pensamiento rumbo a la totalización y a la objetividad. El marxismo se desarrolla, sobre todo en la dimensión subjetiva, en la entera geografía del Planeta, no solamente en cuanto “conciencia de sí, de la etapa burguesa” (J. P. Sartre), se expande, sobre todo, como forma de conciencia filosófica coextensiva con el movimiento de la entera realidad (dixit Agustín Cueva Dávila). Se prevé, como consecuencia, que quién no reflexione sobre las tesis en proposición: puede resignarse a vivir y morir, en significativos niveles de oscuridad. Las presentes ideas van encaminadas a demoler la acción de la mayor colusión maligna que se cierne sobre la historia presente y la que viene: los hedonismos ecologista (que plantean, que no hay que tocar a la naturaleza, que el ser humano es un elemento más del entorno, que hay que volver a la naturaleza), culturalista (etnicista, de las diversidades nacionales, culturales, etc.), socialista (ortodoxia: equivalencialismo sensualista ilustrado) y religioso (convertir a la vida presente, sometida al poder y legitimada por éste, en instrumento masoquista de la felicidad en la “otra vida”); peligro, que si bien por su conformación dialéctica, por una parte propende precautelar la vida del ser
  • 25. 25 humano, la base de sustento material de ésta y del impacto nocivo de la zozobra que sobre la conciencia pone la noción sobre la finitud de la existencia (bálsamo: la explicación mitológica religiosa); por otra, se opone a la idea del progreso: salto de formas inferiores a superiores (las trágicas evidencias de la brecha entre seres humanos, bloquea la comprensión de las razones reales de la vida) y la tribulación existencial es procesada en la propuesta de la ilusoria felicidad posmoderna, la cual es aliada y se hace de lealtades con la conciencia común (Un brillante profesor de la persona que borronea los presentes pensamientos [Econ. René Báez], sostuvo en una ocasión, que no solamente se hace [participa en] la revolución con las armas, sino también mediante la creación de ideas, su difusión y recirculación). En suma, este opúsculo es un “guante que se hecha” a la mente -con las ideas en desarrollo: “no se deja títere con cabeza” (En el circo de las elecciones burguesas, los candidatos se esfuerzan “por quedar bien con todo el mundo”; este pensamiento, por el contrario, se pelea con todo el mundo)-; esto es, sobre el esfuerzo, se podrá incluso pensar, que consiste en un intento de forjar una de las “teorías” –hipótesis- más ambiciosas de la historia, puesto que “desde tiempos inmemoriales el ser humano ha tratado de contestar las impresionantes preguntas filosóficas consabidas y no lo ha conseguido” (dixit Sr. Econ. Claudio Katz [Pascal ha dicho, que “era ridículo a través de la razón pretender encontrar las respuestas a las preguntas filosóficas fundamentales”; pues bien, este documento: “¡hace el ridículo!”]). “Honestidad intelectual”, se dice: la reflexión está encasillada en el marxismoleninismo (sujeción y fidelidad, estricta consecuencia con la doctrina [“Se debe ser objetivo, sincero, auténtico; no por ganarse la simpatía, la aprobación, el apoyo de alguien, se tiene que hablar mal {suavizamiento, alteración u omisión de los hechos, sobre Stalin}, por ejemplo”]). Si se asumen las tesis, de que el concepto es la realidad traspuesta en la mente y allí elaborada (teoría del reflejo dinámico de Lenin); la de la “unidad material del mundo”; y, que el marxismo es la doctrina que busca mantenerse siempre en el plano real, la citada es la Escuela acertada. Todo marxistaleninista que respira, es un “clon” de Marx; en el presente: un clon de clones (concreto de clones [Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mariátegui, Dimitrov, Cueva]; clon concreto: “síntesis de múltiples determinaciones” desarrolladas). La conciencia es la penetración de los mundos natural, social y espiritual, mediante la fijación de esta información en las zonas específicas neuronales de la memoria, en el hardware humano; vive en cada cerebro en el que se ha asentado (Newton sostuvo haberse subido sobre los hombros de los mejores [que para el eran dos: Galileo y Descartes]; Marx tuvo como fuentes a Hegel [idealismo alemán], a Feuerbach [materialismo] y al socialismo utópico francés; Einstein declaró [pero más bien Mileva Maric], que apareció en la historia [requerimiento], cuando en el rompecabezas [mampostería] de la ciencia le faltaba una pieza [un bloque]; estas ideas, en cambio, emergen en momentos en que es necesario arrimar el hombro para redescubrir al marxismo). El “alumno” no puede superar al maestro; ontológicamente la estructura cerebral es la misma siempre; es la experiencia acumulada en instrumentos (no es lo mismo con ábaco, que con ordenador), métodos, conocimientos, quienes consiguen que una mente actual se desempeñe cualitativamente mejor que las anteriores (ahora bien, la experiencia no es algo distinto al conocimiento; en verdad: las dos son lo mismo). Pero hay cerebros, por cuanto se han precipitado para ellos las condiciones que permean la realización de sus potencialidades, que se proyectan al futuro y atalayan de modo más profundo el presente, lo cual produce la sensación de superioridad. Luego de haber leído a varios pensadores de izquierda se ha llegado a la conclusión de que después de Lenin (la “teoría del imperialismo”, la del “eslabón más débil”, las de la “revolución proletaria” y del “socialismo en un solo país”) el verdadero continuador de Marx y de Engels (aunque muy poco de Engels) ha sido Louis Althusser (algo han hecho Gramsci y Habermas; mientras que G. Lukács personifica una de tantas posiciones marxistas veleidosas); el resto (Marcuse, Benjamín, Echeverría, Lechner, Morín, de Sousa Santos et al, muchos de los cuales ya no son marxistas), han promovido ciertos aspectos del marxismo, centrados en sí mismos. En efecto, Habermas ha desarrollado la teoría de la “táctica defensiva” de Lenin: saber operar en el interior de toda organización burguesa con fines de cambio, mientras las condiciones para la revolución no se hallen a punto (alcanzar la hegemonía no solamente en los movimientos sociales, políticos, etc., en el seno de la clase obrera y el campesinado, sino en el conjunto de la “nuevas determinaciones del Estado”: la institucionalidad burguesa [“instituciones políticas de la racionalidad instrumental del derecho positivo de la modernidad” ], o sea, operar en el momento del reflujo revolucionario [y esto es verdad, tanto que en Economía se hable de institucionalismo y neoinstitucionalismo]); Gramsci: ha desplegado el lado hegemónico de la “dominación” de Lenin (coerción y consenso [el defecto al que ha llevado Gramsci: pensar que la “sociedad civil” está desconectada de la “sociedad política” {Para Gramsci, la dominación es equivalente a hegemonía; para Lenin, la dominación es sinónimo de sometimiento político-ideológico, o sea, la supeditación, sea por coerción –fuerza- o por hegemonía –supremacía subjetiva-, o por la fuerza y el consenso, a la vez}]); Foucault: la teoría del “control y el disciplinamiento” (la parte concreta, disgregada práctica de la dominación). El pensamiento- Althusser, es el auténtico despliegue del marxismo (aunque no de la parte ontológica, a la cual más bien objeta): el estudio de la sociedad mediante la metáfora del edificio, que constituye una de las conceptualizaciones teóricas más ricas (verdadera contribución científica, antidemagógica) del