El documento destaca la importancia de la lectura de la Biblia. Señala que la Biblia es la palabra de Dios dirigida a los seres humanos, y que a través de ella Dios habla. Cita al Concilio Vaticano II resaltando la necesidad de fomentar los estudios bíblicos y hacer que la Biblia sea el libro principal de los cristianos. Finalmente, enfatiza la importancia de leer la Biblia de forma meditada y orante para comprender el mensaje que Dios quiere transmitir.