Descripción del caso del fundador de una empresa familiar, quien relata su experiencia y luego sugiere once aspectos que podrían tomar en cuenta las familias propietarias de empresas.
Publicado por Luis Scerpella
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Los Consejos de señor Eugenio "Tuvo"
1. Los consejos del señor “Eugenio Tuvo”
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Hace unas semanas, luego de un taller con un grupo de empresarios, se me acercó un señor quien
luego de saludarme amablemente, me indicó que creía que transmitir sus experiencias como
fundador de un grupo empresarial podría ser de interés para otros negocios familiares; “quizás con
mis humildes consejos, otros empresarios podrían no caer en la indeseada situación que a mi
me está tocando vivir”.
Luego de agradecerle por su actitud de colaboración, le pregunté cual era su nombre, a lo que me
respondió́, me llamo “Eugenio Tuvo”, a lo que respondí́, ¿Tubo con “b” labial; no me replicó, “Tuvo
con uve, pues Eugenio tuvo empresa, tuvo mucho dinero y tuvo una linda familia” (como
entenderán, solamente utilizó ese apellido para transmitir gráficamente su situación).
Inmediatamente comprendí́ que el señor “Tuvo” era parte de aquellos empresarios, lamentablemente
no son pocos, que habían tenido una mala experiencia, y en consecuencia malos resultados
originados por la interacción de la empresa que el fundó y su familia.
Como acordamos el día en que nos conocimos, me reuní́ con el señor “Tuvo” unos días después en
la cual me contó la historia de su emprendimiento y de su familia.
También me comentó que era un muy buen conocedor de la complejidad del negocio familiar, pues
desde hace cuatro anos era un asiduo asistente a eventos relacionados, que continuamente leía
notas relacionadas al tema y que en el ano 2010 había suscrito un Protocolo Familiar; al respecto,
mencionó que este instrumento, principalmente por su exclusiva responsabilidad, no había logrado
ningún cambio positivo en el desarrollo de su empresa y de su familia.
No viene al caso describir al detalle la historia del señor “Tuvo” pues la mayoría de sus situaciones
son comunes a todos los negocios de propiedad familiar, tales como incorporar a los hijos al negocio
sin planificación y preparación previa, atender todos los gastos de la familia con el flujo de caja de la
empresa, no tener un plan de negocios, no establecer reglas ni limites en la interacción entre su
familia y su empresa, no definir políticas estratégicas, no implantar el directorio con profesionales
independientes, y otros asuntos que suelen surgir involuntariamente cuando interaccionan dos
sistemas; familia y empresa; ambos con metas, valores y reglas diferentes e incluso contrarios.
Lo que si quisiera compartir, es su respuesta a cuales eran los humildes consejos que el quería
difundir, respuesta que muy bien organizada ya la tenia lista en una hoja de papel y que el me
comentó que todas correspondían a situaciones reales que el había vivido.
1. Participe del proceso de elaboración de un protocolo familiar solamente cuando sea de carácter
preventivo, sus miembros lo acepten voluntariamente y existan niveles mínimos de comunicación
en la familia; no lo haga por moda o porque le han comentado que es la salvación para su
negocio familiar.
2. No organice su empresa en función a las necesidades de la familia (empleo, dinero, estatus y
otros); recuerde que la competencia no lo hace y perderá́ competitividad paulatinamente.
2. Los consejos del señor “Eugenio Tuvo”
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3. Implante el Directorio como órgano de gobierno de su empresa y prepárese para tomar
decisiones colegiadas; es necesario para fomentar el trabajo en equipo; también designe como
directores independientes a profesionales que reúnan la tipología requerida y lo mas importante
que sean asertivos para no aprobar algo que consideran no es lo mejor para la empresa.
4. Adecue su estatuto social a efectos de prevenir situaciones indeseadas, pero que suelen tener
probabilidad de ocurrencia; es mejor estar protegido ante estos eventos.
5. No atienda todas las necesidades de sus hijos, eso destruye su iniciativa, su imagen ante su
familia nuclear, su autoestima y su inteligencia emocional; en caso de urgencia, vele por sus
necesidades básicas. Prepare a sus hijos para la vida, no para que necesariamente trabajen para
usted, y capacítelos y entrénelos para ser socios y no dueños, así́ entenderán y aceptaran las
diferencias existentes entre ser accionista, ser director, ser colaborador o ser parte de la familia.
6. Evite a toda costa “poner todos los huevos en una sola canasta”, por lo que debe promover el
desarrollo de nuevos negocios; esto no es sencillo, pero es absolutamente necesario en familias
en las que todos los miembros dependen económicamente de los resultados de un negocio.
7. Planifique los recursos financieros necesarios para sus tiempos de retiro; no corra el riesgo de
depender de los ingresos futuros de su negocio cuando usted ya no participe en su gestión.
8. No asuma que todas las decisiones que tome en la empresa para el beneficio de su familia le
retribuirán resultados positivos; “pretender ser buen padre en asuntos de la empresa, suele
implicar que uno termina siendo un mal empresario”.
9. Continúe con el proceso de profesionalización de sus negocios; es importante, entre otros
aspectos, contar con un plan de negocios, con una política meritocrática de compensaciones, con
políticas financieras y con un plan de desarrollo del capital humano de su organización.
10. Cultiven el dialogo y comunicación en su familia, toleren las diferencias, acepten que el conflicto
estará́ siempre presente, eduquen con el ejemplo y desarrollen habilidades de comunicación
efectiva y de trabajo en equipo, son necesarios para la formación de una familia empresaria.
11. Si no cuenta con protocolo familiar, o no existen las condiciones para prepararlo, o existen
diferencias con respecto al desarrollo del negocio de la familia; prepárese para implantar un
Directorio con participación de profesionales independientes, suele ser la mejor alternativa.
Luego de un par de horas, “Eugenio Tuvo” me entregó sus notas y se despidió́ comentando “Tengo
tres hijos, casi todos están peleados entre ellos y conmigo, mi esposa me recrimina continuamente;
esta Navidad no la pasaremos todos juntos por segunda ocasión y extraño a mis nietos. Nunca pensé́
que la empresa que con tanto cariño desarrollé para beneficio de mi familia, terminara destruyendo a
mi familia y afectando un patrimonio que demandó gran esfuerzo poder construir”.
Puede parecer exagerado el relato del señor “Tuvo”, pero aunque no lo crean ha sucedido en mas de
una ocasión y generalmente por no planificar la continuidad del negocio familiar; asunto que siempre
es una oportunidad y no una amenaza; quizás una de las sugerencias de “Eugenio Tuvo” sea de
utilidad para usted, su empresa y su familia.
Luis Scerpella Robinson