Si bien los factores desencadenantes del fracaso de un Protocolo Familiar son perfectamente corregibles; la necesidad que una familia empresaria cuente con este documento es análoga a la decisión de por ejemplo, contratar un seguro medico, “es preferible tenerlo y no utilizarlo, que necesitarlo y no tenerlo”.
Publicado por Luis Scerpella
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clase de Mercados financieros - lectura importante
Por qué podría fallar un Protocolo Familiar: 8 razones
1. ¿Por qué podria fallar el Protocolo Familiar?
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Hace un par de semanas asistí al seminario
de Gestión de Empresas Familiares que
dictó el profesor Joan Amat en Lima; uno de
los asuntos que me llamo la atención fue la
estadística de fracasos en la implantación
del Protocolo.
Luego de revisar diversas investigaciones
sobre el asunto y de acuerdo a mi propia
experiencia, independientemente del tiempo
dedicado a su elaboración, considero que un
Protocolo esta condenado a fracasar
cuando:
1. Solo se ve al Protocolo como un fin: ¡ya
tengo Protocolo!; siendo todo lo
contrario, contar con Protocolo es iniciar
una nueva etapa en la relación Familia y
Empresa.
En este asunto, es especialmente
necesario implantar los órganos de
gobierno que correspondan: Junta de
Familia, Junta de Accionistas y
Directorio.
2. Se incluyen temas que corresponden a
otros órganos de gobierno; por ejemplo
se fija la política de dividendos, cuando
esta es una atribución de la junta de
accionistas, o, se establecen los criterios
para la transferencia de acciones,
cuando es un asunto a resolver
mediante un convenio de socios.
La principales desventajas de estas
prácticas son: (i) implica duplicidad de
contenidos en más de un documento, (ii)
obliga a modificaciones continuas del
Protocolo; por ejemplo, si la junta de
accionistas modifica la política de
dividendos (algo posible), también
debemos proceder a modificar el
Protocolo, y, (iii) se pierde una ocasión
valiosa para formalizar en el estatuto o
convenios entre accionistas los
acuerdos que han sido recientemente
discutidos y aprobados por la familia.
3. Se diseña a medida del fundador o de
un grupo pequeño de miembros de la
familia, incluso en detrimento de las
capacidades de la empresa.
4. No se acuerdan los lineamientos para
asegurar las necesidades económicas
del fundador para su retiro.
5. No se formaliza en el estatuto o
convenio entre socios, los acuerdos que
pueden y deben ser de obligado
cumplimiento (arbitraje, mecanismos
para trasferencias de acciones, etc.).
6. Es muy rígido, poco flexible, requiere de
continuas revisiones y cambios, pues no
considera opciones para atender
asuntos que suelen evolucionar por
factores coyunturales.
7. Da excesiva prioridad a alguna de sus
dimensiones (societaria, legal, de
gestión, afectiva, ética, patrimonial, etc.);
el protocolo debe atender en forma
equilibrada cada una de estas
dimensiones.
8. No se implantan las prácticas de gestión
con las que debe contar una familia
empresaria: Plan Estratégico, Sistema
de Compensaciones, entre otras.
Si bien los factores desencadenantes del
fracaso de un Protocolo Familiar son
perfectamente corregibles; la necesidad que
una familia empresaria cuente con este
documento es análoga a la decisión de por
ejemplo, contratar un seguro medico, “es
preferible tenerlo y no utilizarlo, que
necesitarlo y no tenerlo”.