La panificación implica cambios físico-químicos en los ingredientes. Al mezclar la harina, el agua y la levadura, se forman una masa que fermenta gracias a la acción enzimática de la levadura. Luego, el pan horneado presenta una estructura porosa y dorada debido a que el calor del horno hizo expandir el dióxido de carbono atrapado en la masa y doró su superficie.