Karl Marx analiza las relaciones entre la estructura económica (la base) y la superestructura ideológica. Sostiene que las formas jurídicas y políticas no se explican por sí mismas, sino que surgen de las relaciones materiales y económicas subyacentes. La historia es impulsada por las contradicciones entre las fuerzas productivas crecientes y las relaciones de producción existentes. Cuando estas contradicciones alcanzan su punto máximo, se produce una revolución que da lugar a una nueva formación social.