1. ¿Qué dice y hace? ¿Qué piensa?
¿Qué ve? ¿Qué siente? ¿Qué escucha?
¿Qué le frustra?
¿Qué le motiva?
2. Mi alumno tiene 10 años y estudia 4º de Primaria. Lleva varios cursos recibiendo apoyo especializado por parte de la PT y de la AL del Centro para
trabajar sobre los aspectos en los que presenta dificultades; no obstante, en este momento, no tiene un desfase curricular significativo, por lo que va
siguiendo el ritmo de la clase, con alguna adaptación metodológica. Tiene una familia muy implicada que colabora activamente con el Centro, es
consciente de las necesidades que presenta el alumno e intenta ayudarle como puede. Asimismo, asiste, en horario extraescolar, a la consulta de una
psicóloga infantil que le ayuda a tomar conciencia de sus dificultades para poder afrontarlas con éxito, haciendo uso de distintas estrategias de
reflexión y control de impulsos. En la actualidad, el alumno toma medicación y va siendo consciente de lo que implica el TDAH (de sus dificultades y de
los esfuerzos que debe realizar para poder afrontar las tareas de manera adecuada).
¿Qué piensa y qué siente?
Piensa que tiene más dificultades que sus compañeros para
hacer algunas cosas, tales como centrarse en las tareas,
controlar algunos de sus comportamientos (hacer ruiditos en
clase, moverse, tocar las cosas sin parar, interrumpir las clases
para hacer comentarios que no vienen al caso, o para preguntar o
responder algo sin pensar…).
Siente que es difícil hacer las cosas bien, que siempre le están
poniendo normas o diciendo lo que hace mal o lo que tiene que
hacer bien. A veces, siente que le regañan y/o castigan más que
a sus compañeros, que los mayores (profesores y familia) no son
justos con él, que no le dejan hacer lo que le gusta; y no
entiende muy bien por qué.
Darse cuenta de esta situación e intentar hacer las cosas bien,
siendo consciente de que, aún así, en ocasiones sus esfuerzos no
son suficientes, le provoca malestar y ansiedad.
¿Qué dice y qué hace?
“Trabajo para concentrarme, para no estar loco, para no
distraerme”.
“El cerebro me mueve el cuerpo y yo no puedo pararlo”.
“Ayer, en vez de gritar, le dije: ¡mamá, ponme la consola un
ratito que ya he terminado todos los deberes!”.
Mientras hablamos, aunque está bastante controlado y formal (bien
sentado en la silla, con los brazos sobre la mesa y atendiendo a las
preguntas), desvía la mirada, se empieza a tocar las manos y a morder
las uñas, cambia el tema de conversación intentando dirigirla hacia
otro tema de su interés, exagera en sus explicaciones para intentar
darles importancia e impresionar al interlocutor (algo muy
característico de él) y porque no es capaz de organizar bien el
discurso y transmitir correctamente algunos hechos e ideas.
Algunos ejemplos:
“Lo que más me gusta es el pádel. Lo probé cuando tenía dos añitos, que
le daba a la pelota con los pies y de mayor quiero hacer pádel”.
- ¿Recuerdas cuánto tiempo llevas saliendo a Apoyo conmigo?
- Sí, diez años. Desde pequeñito, cuando no sabía ni hablar […]
3. ¿Qué ve?
Que sus padres se preocupan mucho por él: le llevan al cole y
a la psicóloga, hablan con los profes, le van a buscar a la
salida de las clases, hacen los deberes con él, le llevan con sus
amigos, juegan con él…
Que sus profesores, a veces, le regañan y/o le castigan pero
quieren que aprenda y que se porte bien; y que se lleve bien
con sus compañeros.
Que sus compañeros, a veces, le molestan o se meten con él y
luego no les regañan a ellos. En ocasiones, cuando habla en
clase sin pensar o interrumpe, se ríen o dicen que siempre
está igual o no le hacen caso (mientras que él lo hace por
llamar la atención y provocar la sonrisa y la admiración de
ellos).
No le gustan las clases porque “se le pasan muy despacio”. Se da
cuenta de que le cuesta concentrarse y mantener la atención y
eso le supone un esfuerzo que necesita compensar de alguna
manera.
¿Qué escucha?
“Los profesores me dicen que no haga ruidos, que haga los
deberes, que no haga tonterías con el lápiz o con la goma, que
no moleste a los compañeros, que no me van a poner positivos,
que pare […]”.
“Mis compañeros dicen que pare y yo no puedo hacerlo porque
me desconcentro, miro a otro lado…”.
“Mi madre me dice que tengo que portarme bien en clase, que
me tengo que esforzar, que tengo que hacer caso a los
profesores, que tengo que hacer buena letra…”.
Sabe que existe una comunicación fluida entre los profesores (sobre todo
entre la tutora y la PT) y su familia; que nos preocupamos por él y nos
enteramos de cómo se comporta en los dos contextos. No obstante,
intentamos mandarle mensajes positivos y cuando tenemos que
transmitirnos información “más sensible” (sobre algún cambio en la toma
de medicación, algún conflicto que haya surgido o alguna situación más
complicada), si no es posible hacerlo en persona, lo hacemos a través del
teléfono o en sobre cerrado para evitar que el alumno reciba esta
información. Posteriormente, si es necesario, se trata el tema con él,
trasmitiéndole sólo lo que queremos que sepa y poniendo el énfasis en qué
ha pasado, por qué ha sucedido y cómo podríamos hacerlo mejor.
4. ¿Qué le frustra?
“Cuando me ponen una nota (“mala”) en el cole”.
“Cuando hago tonterías”.
“Cuando me pegan y luego me regañan a mí”.
“Cuando pierdo la atención, lo digo “a boleo”, no levanto la
mano, no pienso”.
“Cuando digo algo en clase sin pensar y los niños se ríen, me
siento mal; como si estuviera llorando en la mente”.
¿Qué le motiva?
En el cole…”me pongo muy contento cuando no hay deberes
porque así puedo jugar con mis amigos, con la Wii y estar con
mi madre”. “Me gusta cuando viene alguien a recogerme,
cuando me voy de viaje”. “Me gusta inglés porque siempre
hago los deberes y Ed. Física porque los lanzamientos los hago
más lejos”.
En casa…”me gusta cuando me quedo, algunas veces, con mis
primos porque mis padres trabajan”. “Cuando nos vamos el fin
de semana con amigos”. “Me gusta estar con mis padres y
jugar a las máquinas. Y el pádel”.
“Quiero sacar buenas notas y tener positivos y premios el fin
de semana”.
También quiere agradar y que su familia, profesores y amigos estén
contentos con él.
5. Esfuerzos que debe realizar
Tiene que intentar pensar antes de hablar y de hacer las
cosas.
Tiene que intentar transmitir sus preocupaciones,
dificultades y necesidades a los adultos para que podamos
ayudarle.
Tiene que intentar respirar y contar antes de molestar a un
compañero o contestar de mala manera.
Tiene que intentar decir la verdad (no exagerar las cosas ni
decir mentiras para ganarse la aceptación de los demás).
Tiene que intentar no dejarse llevar por los demás.
Resultados obtenidos a partir de los esfuerzos realizados
Conseguirá, poco a poco, ir ganando en autocontrol y
autoconfianza.
Conseguirá que las personas que le rodean le comprendan
mejor y puedan ayudarle. Y, así, se dará cuenta de la
importancia de pedir ayuda.
Conseguirá sentirse más tranquilo para tomar decisiones y que
sus compañeros le aprecien más.
Conseguirá mejorar su autoconcepto y su autoestima, al darse
cuenta de que le valoran y le quieren cuando dice la verdad.
Conseguirá más confianza en sí mismo y más independencia.