La motivación puede ser intrínseca u extrínseca. La motivación intrínseca surge del placer de realizar una actividad por sí misma, mientras que la extrínseca proviene de recompensas externas. El interés se refiere al amor propio y puede motivar la actividad aunque no es el único factor que regula las acciones ni fundamenta todas las relaciones económicas. La motivación dirige el comportamiento impulsado por el interés.