3. Lectura
La connotación no es otra cosa que la respuesta emocional que las palabras producen en el lector, es decir, el
significado que sugieren, por contraste con su parte literal. Quizá el objetivo más importante de una buena
comunicación escrita sea para el escritor controlar la reacción que su escrito producirá en el lector. De ahí que
al escribir sea tan importante conocer las connotaciones de las palabras que se utilizan. Una cuidadosa
selección de voces con determinadas connotaciones puede añadir fuerza a un aspecto del escrito, teñirlo de
un determinado matiz, o cargar a la comunicación en general de un efecto emocional.
ORTEGA. Wenceslao
Redacción y composición
El objetivo del autor en el presente texto es
a) Contrastar las características de la connotación y denotación.
b) Fundamentar la relación existente entre la connotación y la respuesta emocional.
c) Explicar el significado de la connotación y su importancia en el arte de escribir.
d) Recomendar herramientas de redacción para futuros cultores de la literatura.
e) Aclarar el verdadero objetivo de una buena comunicación entre autor y lector.
4. Lectura
La connotación no es otra cosa que la respuesta emocional que las palabras producen en el lector, es decir, el
significado que sugieren, por contraste con su parte literal. Quizá el objetivo más importante de una buena
comunicación escrita sea para el escritor controlar la reacción que su escrito producirá en el lector. De ahí que
al escribir sea tan importante conocer las connotaciones de las palabras que se utilizan. Una cuidadosa
selección de voces con determinadas connotaciones puede añadir fuerza a un aspecto del escrito, teñirlo de
un determinado matiz, o cargar a la comunicación en general de un efecto emocional.
ORTEGA. Wenceslao
Redacción y composición
El objetivo del autor en el presente texto es
a) Contrastar las características de la connotación y denotación.
b) Fundamentar la relación existente entre la connotación y la respuesta emocional.
c) Explicar el significado de la connotación y su importancia en el arte de escribir.
d) Recomendar herramientas de redacción para futuros cultores de la literatura.
e) Aclarar el verdadero objetivo de una buena comunicación entre autor y lector.
5. Lectura
El empuje de los conquistadores españoles, después de trescientos años de lucha, los araucanos se replegaron hacia
aquellas regiones frías. Contra los indios, todas las armas se usaron con generosidad: el disparo de carabina, el
incendio de sus chozas, y luego, en forma más paternal, se empleó la ley y el alcohol. El abogado se hizo también
especialista en el despojo de sus tierras, el juez los condenó cuando protestaron, el sacerdote los amenazó con el
fuego eterno. La venta de aguardiente y las cantinas aumentaron de forma vertiginosa.
NERUDA, Pablo
Confieso que he vivido
La expresión que sintetiza el contenido textual es
a) De no haber sido por jueces y sacerdotes, la conquista de los araucanos hubiese resultado más difícil para España.
b) El sometimiento político y económico de los araucanos fue una tarea bastante difícil para los conquistadores
españoles.
c) La conquista de los araucanos por los españoles se basó en la aplicación de las leyes y en el consumo exorbitante
de alcohol.
d) Los araucanos se dedicaron al alcohol no por iniciativa propia sino por el sometimiento de los conquistadores
españoles.
e) En su afán de someter a los araucanos, los conquistadores utilizaron desde los medios más directos hasta los más
sutiles.
6. Lectura
El empuje de los conquistadores españoles, después de trescientos años de lucha, los araucanos se replegaron hacia
aquellas regiones frías. Contra los indios, todas las armas se usaron con generosidad: el disparo de carabina, el
incendio de sus chozas, y luego, en forma más paternal, se empleó la ley y el alcohol. El abogado se hizo también
especialista en el despojo de sus tierras, el juez los condenó cuando protestaron, el sacerdote los amenazó con el
fuego eterno. La venta de aguardiente y las cantinas aumentaron de forma vertiginosa.
NERUDA, Pablo
Confieso que he vivido
La expresión que sintetiza el contenido textual es
a) De no haber sido por jueces y sacerdotes, la conquista de los araucanos hubiese resultado más difícil para España.
b) El sometimiento político y económico de los araucanos fue una tarea bastante difícil para los conquistadores
españoles.
c) La conquista de los araucanos por los españoles se basó en la aplicación de las leyes y en el consumo exorbitante
de alcohol.
d) Los araucanos se dedicaron al alcohol no por iniciativa propia sino por el sometimiento de los conquistadores
españoles.
e) En su afán de someter a los araucanos, los conquistadores utilizaron desde los medios más directos hasta los más
sutiles.
7. Las tazas pequeñas para el café están en la verde alacena.
a)Tazas, café
b)Pequeñas, verde
c) Pequeñas, alacena
d)Para, están.
Identifique los adjetivos de la siguiente oración
8. Las tazas pequeñas para el café están en la verde alacena.
a)Tazas, café
b)Pequeñas, verde
c) Pequeñas, alacena
d)Para, están.
Identifique los adjetivos de la siguiente oración
9. La lectura promueve el fortalecimiento cognitivo. Si una persona lee más, crece
más.
a) Lectura, persona
b) Cognitivo, crece
c) La, el, una.
d) La, el, si
Identifique los determinantes de la siguiente oración
10. La lectura promueve el fortalecimiento cognitivo. Si una persona lee más, crece
más.
a) Lectura, persona
b) Cognitivo, crece
c) La, el, una.
d) La, el, si
Identifique los determinantes de la siguiente oración
11. El concepto de arte no puede estar sujeto al espectador. El arte implica un trabaja
demasiado duro.
a) Concepto, arte
b) No, demasiado
c) Puede, implica
d) Sujeto, duro.
Identifique los adverbios de la siguiente oración
12. El concepto de arte no puede estar sujeto al espectador. El arte implica un trabaja
demasiado duro.
a) Concepto, arte
b) No, demasiado
c) Puede, implica
d) Sujeto, duro.
Identifique los adverbios de la siguiente oración
14. REGLAS DE ORTOGRAFÍA
La ortografía son un conjunto de normas fijas que se usan para escribir
adecuadamente un texto en el sentido de la puntuación, acentuación y la
diferenciación entre letras que en el habla son parecidas.
15.
16. Reglas para el correcto uso de la “B”
Se escribe con be, después de la consonante m.
Se escribe con B las sílabas bra, bre, bri,bro,bru, bla,
ble, bli, blo, blu
Se escribe con B cuando esta letra va antes de una
consonante:
Se escribe con B al término de una sílaba
Se escribe con B los verbos terminados en aber, eber,
buir y sus derivados.
Se escribe con B los verbos infinitivos terminados en
bir y todos los tiempos de estos verbos.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –B-
17. Reglas para el correcto uso de la “B”
Se escribe con be, después de la consonante m. Ejemplo:
Sembrar, Ambrosio, Ámbar, Combatir, Ambiente.
Se escribe con B las sílabas bra, bre, bri,bro,bru, bla,
ble, bli, blo, blu
Ejemplo:
Cabra, Cabrera, Brigada, Bruma, Tablero, Bloque.
Se excluye la palabra Chevrolet puesto que no pertenece a la lengua española.
Se escribe con B cuando esta letra va antes de una
consonante:
Ejemplo:
Obsequio, Objeto, Abdicar, Obstáculo, Absorber.
Se escribe con B al término de una sílaba Ejemplo:
Club, Objeto, Obtener, Jacob, Subrayar.
Se escribe con B los verbos terminados en aber, eber,
buir y sus derivados.
Ejemplo:
Saber, Atribuir, Distribuir, Deber, Contribuir, Beber.
Se excluyen: precaver.
Se escribe con B los verbos infinitivos terminados en
bir y todos los tiempos de estos verbos.
Ejemplo:
Concebir, Recibir, Sucumbir, Percibir, Escribir, Subir, Prohibir.
Se excluyen: Vivir, servir y hervir
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –B-
18. Reglas para el correcto uso de la “V”
Los adjetivos y sustantivos terminados en: ivo – iva.
Se escriben con V formas del Presente
Indicativo, Presente de Subjuntivo e Imperativo del
verbo IR.
Se escriben con V los verbos estar, andar, tener y
sus compuestos en las formas del pretérito
indefinido o pretérito perfecto simple de indicativo,
pretérito imperfecto y futuro de subjuntivo.
Se escribe con v después de las sílabas sal, sel – sil
, sol.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –V-
19. Reglas para el correcto uso de la “V”
Los adjetivos y sustantivos terminados en: ivo – iva. Ejemplo:
Activo, festivo, efectivo
Se escriben con V formas del Presente
Indicativo, Presente de Subjuntivo e Imperativo del
verbo IR.
Ejemplo:
Voy, Vaya
Vas, Vayas, Ve
Va, Vaya, Vaya
Vamos, Vayamos, Vayamos
Vais, Vayáis
Van, Vayan, Vayan
Se excluyen los pretéritos imperfectos: iba, ibas, íbamos, etc.
Se escriben con V los verbos estar, andar, tener y
sus compuestos en las formas del pretérito
indefinido o pretérito perfecto simple de indicativo,
pretérito imperfecto y futuro de subjuntivo.
Estar: Estuve, estuviera, estuviere.
Andar: Anduve, anduviera, anduviere.
Tener: Tuve, tuviera, tuviere.
Se escribe con v después de las sílabas sal, sel – sil
, sol.
Ejemplo:
Salvar, selva, silva, solventar
Se excluyen: Silbar y todas sus formas verbales: silbo, silbas, silba, silbé
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –V-
20. Cultivar Curvar Depravado Derivar Desván
Todavía Desvanecer Desvelo Devastar Devoción
Diluvio Equivocar Favor Gaveta Gavilán
Gaviota Hilvanar Joven Jueves Levantar
Liviano Lívido Malévolo Malvado Maravilla
Natividad Perseverar Ovillo Pavimento Pervertir
Reventar Reverencia Revista Salvaje Travieso
Vacuna Vado Vago Vaina Vajilla
Vampiro Vehemencia Vejiga Vendaval Vestíbulo
Voraz Valer Vaselina Vena Várices
Vestigio Vaciar Velar Vesícula Vacilar
Variar Vaivén Valiente Vara Vidrio
Violencia Violín Viveza Vuelco Violentar
Vuelta Víspera Visita Venta Ventaja
Vómito Vulnerar Verruga Vegetación Vorágine
Vehículo Veracidad Veredicto Vigilante Veraz
Existen palabras que no se ajustan a ninguna regla vista anteriormente. A continuación, encontrará un listado de estas
palabras.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA
21. Reglas para el uso correcto de la “G”
Se escribirán con g las palabras que
contienen el grupo gen.
Las palabras que empiezan con geo, gest,
legi, legis.
Las palabras que empiecen con in y antes de
n o r.
Los verbos que terminan en sus infinitivos ger,
gir, igerar.
Las palabras terminadas en gio, gia, gion,
gioso, ógica, ógica.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –G-
22. Reglas para el uso correcto de la “G”
Se escribirán con g las palabras que
contienen el grupo gen.
Ejemplo:
Gente, agencia, vigente, urgente, inteligencia, virgen, margen.
Se excluyen: Berenjena, jengibre, ajeno, enajenar, ajenjo, Jenaro, Jenofonte.
Las palabras que empiezan con geo, gest,
legi, legis.
Ejemplo:
Geometría, Georgina, gestión, gesto, legislar, legión, geología.
Las palabras que empiecen con in y antes de
n o r.
Ejemplo:
Ingerir, ángel, vergel, diagnóstico, argentino, magnético, pugna.
Se excluyen: Injertar, injerto, canjear, canje, extranjero, monje, tarjeta.
Los verbos que terminan en sus infinitivos ger,
gir, igerar.
Ejemplo:
Coger, emerger, corregir, regir, mugir, aligerar, refrigerar.
Se excluyen: Crujir, tejer, y sus derivados: entretejer destejer tejedora.
Las palabras terminadas en gio, gia, gion,
gioso, ógica, ógica.
Ejemplo:
Colegio, magia, energía, prodigioso, lógico, biológica, región.
Se excluyen: Bujía, lejía, herejía, paradójico.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –G-
23. Reglas para el uso correcto de la “C”
Se escriben con c las palabras terminadas en
acion y cion.
Los adjetivos terminados en cioso, ciosa.
Los sustantivos terminados en cidio, cidia, ancia,
encia, icio e icia.
Las palabras terminadas en infinitivos ceder, cer,
ciar, cir.
Los diminutivos terminados en cito, cita, ecita,
cecito, cecilla, ecillo.
Las palabras terminadas en z al formar plurales
cambian por c.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –C-
24. Reglas para el uso correcto de la “C”
Se escriben con c las palabras terminadas en
acion y cion.
Ejemplo:
Conciliación, comunicación, dilación, citación, emoción, canción, facción.
Los adjetivos terminados en cioso, ciosa. Ejemplo:
Codicioso, ocioso, vicioso, juicioso, preciosa, ociosa, juiciosa.
Los sustantivos terminados en cidio, cidia, ancia,
encia, icio e icia.
Ejemplo:
Matricidio, suicidio, homicida, violencia, abundancia, Aparicio, pericia.
Las palabras terminadas en infinitivos ceder, cer,
ciar, cir.
Ejemplo:
Proceder, acceder, conocer, cáncer, codiciar, rociar, producir.
Los diminutivos terminados en cito, cita, ecita,
cecito, cecilla, ecillo.
Ejemplo:
Piecito, solcito, vocecita, mujercita, lucecilla, piececillo, peinecillo.
Las palabras terminadas en z al formar plurales
cambian por c.
Ejemplo:
Luz, luces; cruz, cruces; pez, peces; nariz, narices; maíz, maíces; tapiz, tapices;
nuez, nueces.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –C-
25. Reglas para el uso correcto de la “S”
Las palabras q inician con des, dis.
Las terminaciones de los adjetivos oso, osa,
isimo, isima.
Las palabras que terminan en ersa, erse, erso,
esta, este, esto.
Las palabras que terminan en sion cuando
proceden de palabras terminadas en so, sor, sivo,
sible.
Los gentilicios que terminan en és, ense.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –S-
26. Reglas para el uso correcto de la “S”
Las palabras q inician con des, dis. Ejemplo:
Descarado, desabrido, desafío, desfile, disgusto, disco, disputa.
Las terminaciones de los adjetivos oso, osa,
isimo, isima.
Ejemplo:
Animoso, acoso, glorioso, agenciosa, graciosa, bonísimo, altísima.
Las palabras que terminan en ersa, erse, erso,
esta, este, esto.
Ejemplo:
Conversa, detenerse, anverso, reverso, siesta, conteste, incesto.
Las palabras que terminan en sion cuando
proceden de palabras terminadas en so, sor, sivo,
sible.
Ejemplo:
Difuso, iluso, tenso, emisor. Profesor, evasivo, divisible.
Los gentilicios que terminan en és, ense. Ejemplo:
Berlinés, camerunés, tailandés, danés, parisiense, estadounidense, rioplatense.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –S-
27. Reglas para el uso correcto de la “Z”
Las terminaciones de los aumentativos azo,
aza
Los adjetivos que terminan en az, oz, iza, izo.
Los sustantivos abstractos que termina en
anza, ez, eza.
.
Las palabras terminadas en los infinitivos
izar.
Las palabras que terminan en triz.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –Z-
28. Reglas para el uso correcto de la “Z”
Las terminaciones de los aumentativos azo,
aza
Ejemplo:
Pelotazo, manotazo, codazo, buenazo, bocaza, camaza, geniazo.
Los adjetivos que terminan en az, oz, iza, izo. Ejemplo:
Voraz, audaz, atroz, veloz, paliza, rojizo, macizo.
Los sustantivos abstractos que termina en
anza, ez, eza.
Ejemplo:
Bonanza, alabanza, doblez, lobreguez, niñez, fiereza, reza.
Las palabras terminadas en los infinitivos
izar.
Ejemplo:
Rizar, alizar, brizar, agilizar, bautizar, teorizar, aterrizar.
Las palabras que terminan en triz. Ejemplo:
Actriz, motriz, bisectriz, institutriz, Beatriz, cicatriz, automotriz.
REGLAS DE ORTOGRAFÍA –Z-
30. 1. Seleccione las oraciones que se encuentran escritas
correctamente, según las normas ortográficas de la RAE.
1) Se requiere poner más atención para percivir las cosas objetivamente
2) Es mucho más importante el servir a los demás que el tener posesiones
3) Ya es tarde y aún no has puesto a herbir todos los vegetales en la olla
4) Lo primero que hizo al redactar al relato fue describir a los personajes
a) 1, 2
b) 1, 3
c) 2, 4
d) 3, 4
31. 1. Seleccione las oraciones que se encuentran escritas
correctamente, según las normas ortográficas de la RAE.
1) Se requiere poner más atención para percivir las cosas objetivamente
2) Es mucho más importante el servir a los demás que el tener posesiones
3) Ya es tarde y aún no has puesto a herbir todos los vegetales en la olla
4) Lo primero que hizo al redactar al relato fue describir a los personajes
a) 1, 2
b) 1, 3
c) 2, 4
d) 3, 4
32. 2. Complete con las palabras que emplean correctamente los
grafemas v y b.
Smart city es un concepto que promueve una _______ respetuosa con nuestro
entorno. Es así que, la propuesta evidencia una alta _______ de reducción del
impacto medioambiental en la ciudad.
a) mobilidad - probavilidad
b) movilidad - probavilidad
c) movilidad - probabilidad
d) mobilidad – probabilidad
33. 2. Complete con las palabras que emplean correctamente los
grafemas v y b.
Smart city es un concepto que promueve una _______ respetuosa con nuestro
entorno. Es así que, la propuesta evidencia una alta _______ de reducción del
impacto medioambiental en la ciudad.
a) mobilidad - probavilidad
b) movilidad - probavilidad
c) movilidad - probabilidad
d) mobilidad – probabilidad
34. 3. Seleccione los enunciados que emplean correctamente las normas
ortográficas.
1) Una persona no puede ser inocente y culpable a la misma vez
2) Siento que mi efervescente corazón suspira otra vez por ti
3) Leer era lo más desente que podía hacer en tales circunstancias
4) Su vocerío no resultó convinsente al momento de una decisión
a) 1, 2
b) 1, 4
c) 2, 3
d) 3, 4
35. 3. Seleccione los enunciados que emplean correctamente las normas
ortográficas.
1) Una persona no puede ser inocente y culpable a la misma vez
2) Siento que mi efervescente corazón suspira otra vez por ti
3) Leer era lo más desente que podía hacer en tales circunstancias
4) Su vocerío no resultó convinsente al momento de una decisión
a) 1, 2
b) 1, 4
c) 2, 3
d) 3, 4
36. 4. Seleccione los enunciados que emplean adecuadamente las
normas ortográficas.
1) La gestión del concurso de poesía en Colombia estuvo a cargo del escritor mexicano Octavio
Paz
2) El docente enfatizó la necesidad de leer el Cantar de Mío Cid, una hermosa gesta literaria
3) El maestro de dicción exigía al grupo de estudiantes que mantengan una jesticulación adecuada
4) La ballena gris es una de las especies que tiene un periodo de jestación de 12 a 13 meses
a) 1, 2
b) 1, 4
c) 2, 3
d) 3, 4
37. 4. Seleccione los enunciados que emplean adecuadamente las
normas ortográficas.
1) La gestión del concurso de poesía en Colombia estuvo a cargo del escritor mexicano Octavio
Paz
2) El docente enfatizó la necesidad de leer el Cantar de Mío Cid, una hermosa gesta literaria
3) El maestro de dicción exigía al grupo de estudiantes que mantengan una jesticulación adecuada
4) La ballena gris es una de las especies que tiene un periodo de jestación de 12 a 13 meses
a) 1, 2
b) 1, 4
c) 2, 3
d) 3, 4
38. 5. Identifique la oración en la que se emplea de forma adecuada la
letra j.
a) Luis llegó ayer, tras varios años de vivir en el extranjero
b) El periodo de jestación varía mucho de una especie a otra
c) Sentía como si un ente malijno habitara en la casa
d) Tuvo que imprejnar el algodón con agua oxigenada
39. 5. Identifique la oración en la que se emplea de forma adecuada la
letra j.
a) Luis llegó ayer, tras varios años de vivir en el extranjero
b) El periodo de jestación varía mucho de una especie a otra
c) Sentía como si un ente malijno habitara en la casa
d) Tuvo que imprejnar el algodón con agua oxigenada
41. Según el diccionario de la Real Academia Española, la diéresis es un signo ortográfico auxiliar,
también llamado crema, representado por dos puntos (¨) que se disponen horizontalmente sobre
la vocal a la que afectan.
Reglas:
Debe colocarse sobre la u para indicar que esta vocal ha de pronunciarse obligatoriamente:
vergüenza, pingüino.
Sólo se utiliza en combinaciones de las letras güe, güi
Debe escribirse también sobre las letras mayúsculas: BILINGÜE, LINGÜÍSTICA
LA DIÉRESIS
43. 1. De las siguientes opciones cuál de ellas no corresponde al uso
correcto de la diéresis:
a) Desagüe, plurilingüe, güero, enjagüe
b) Pingüino, cigüeña, agüa, desagüe
c) Enjagüe, sinvergüenza, yegüita
d) Güero, Sigüenza, desagüe, pingüino
44. 1. De las siguientes opciones cuál de ellas no corresponde al uso
correcto de la diéresis:
a) Desagüe, plurilingüe, güero, enjagüe
b) Pingüino, cigüeña, agüa, desagüe
c) Enjagüe, sinvergüenza, yegüita
d) Güero, Sigüenza, desagüe, pingüino
45. 2. Elija la oración que utilice correctamente la diéresis
a) En la comunidad de Zuleta se realizan finos bordados con hijos y agüjas
b) La güanábana es un anticancerígeno.
c) Pidieron güardar un minuto de silencio por las víctimas
d) El bilingüismo es la adquisición simultánea de las dos lenguas
46. 2. Elija la oración que utilice correctamente la diéresis
a) En la comunidad de Zuleta se realizan finos bordados con hijos y agüjas
b) La güanábana es un anticancerígeno.
c) Pidieron güardar un minuto de silencio por las víctimas
d) El bilingüismo es la adquisición simultánea de las dos lenguas
47. 3. Seleccione los enunciados que deban utilizar diéresis
a) Se conoce como aguaje, a las mareas que ocurren cada 14 días, durante las
fases de luna nueva y luna llena.
b) El guarango una opción agroindustrial y de explotación para la conservación
productiva.
c) A centros de atención de fauna silvestre en Quito llegaron más de 80 zarigueyas
heridas.
48. 3. Seleccione los enunciados que deban utilizar diéresis
a) Se conoce como aguaje, a las mareas que ocurren cada 14 días, durante las
fases de luna nueva y luna llena.
b) El guarango una opción agroindustrial y de explotación para la conservación
productiva.
c) A centros de atención de fauna silvestre en Quito llegaron más de 80 zarigueyas
heridas.
49. 4. Cuál de las siguientes palabras debe llevar diéresis
a) Aguado
b) Contiguidad
c) Antigualla
d) Augurio
50. 4. Cuál de las siguientes palabras debe llevar diéresis
a) Aguado
b) Contiguidad
c) Antigualla
d) Augurio
51. 5. De las siguientes palabras cuál de ellas no debe llevar diéresis
a) Lengüeta
b) Paragüitas
c) Paragüas
d) Vergüenza
52. 5. De las siguientes palabras cuál de ellas no debe llevar diéresis
a) Lengüeta
b) Paragüitas
c) Paragüas
d) Vergüenza
54. REGLAS DE ACENTUACIÓN
1. Las palabras se acentúan con tilde en
función de donde esté la sílaba fuerte
(tónica).
2. Todas las palabras tienen acento, pero no
todas llevan tilde.
3. Toda palabra española tiene una sílaba
con acento. La sílaba con acento se llama
sílaba tónica.
55. Reglas generales
Palabras agudas:
La fuerza de voz recae en la última sílaba (a excepción de las monosílabas).
Se tildan si terminan en N, S o vocal.
Ejemplo: dialogó, inglés, andén.
Palabras graves:
La fuerza de voz recae en la penúltima silaba.
Se tildan cuando no terminan en N, S o vocal.
Ejemplo: fácil, cárcel, lápiz
Palabras esdrújulas:
La fuerza de voz recae en la antepenúltima y tras antepenúltima sílaba respectivamente.
Se tildan siempre.
Ejemplo: diálogo, médico, cómetelo.
REGLAS DE ACENTUACIÓN
56.
57. La tilde diacrítica
Acento empleado para diferenciar palabras de igual escritura, pero de diferente significado. Se
emplea en monosílabos que pertenecen a diferentes categorías gramaticales.
Usos:
Se emplea en monosílabos
Ejemplo:
-Sí iré a tu casa hoy
-Si faltas, te pondré baja nota
Sirve para diferenciar palabras que suenan similar
Ejemplo:
-Ojalá me dé más tiempo
-Este libro es de María
REGLAS DE ACENTUACIÓN
58. Monosílabos Monosílabos
Con tilde diacrítica
Tu: adjetivo posesivo
Ejemplo: Tu perro es bonito
Tú: pronombre personal.
Ejemplo: Tú eres muy especial.
Te: Pronombre reflexivo o consonante
Ejemplo: Te traje un cuaderno
Té: sustantivo
Ejemplo: Me gusta el té con miel.
Mi: adjetivo posesivo
Ejemplo: Mi taza de café
Mí: pronombre personal
Ejemplo: A mí me encantan los videojuegos.
Si: conjunción subordinante de condición
Ejemplo: Si no lavas los platos te apago el wifi.
Sí: Pronombre personal o afirmación.
Ejemplo: Sí, te creo.
Ejemplo: Volvió en sí, tan pronto olió alcohol.
Monosílabos con tilde diacrítica
59. Monosílabos Monosílabos
Con tilde diacrítica
El: artículo masculino o femenino
Ejemplo: El armario es azul.
Él: Pronombre personal
Ejemplo: Él llegó temprano.
De: Preposición
Ejemplo: La casa de mi hermano.
Dé: conjugación del verbo dar
Ejemplo: Necesito que le dé una moneda.
Mas: Conjunción adversativa
Ejemplo: Me gusta el arroz, mas, no puedo comerlo.
Más: Adverbio de cantidad
Ejemplo: Uno más uno es igual a dos.
Se: Pronombre reflexivo
Ejemplo: Ella se peina.
Sé: conjugación del verbo saber y ser.
Ejemplo: Solo sé que nada sé.
Aun: Adverbio de modo o conector aditivo. Equivale a
también.
Ejemplo: Traje un pan, un queso, y aun, dos chetos.
Aún: Adverbio de tiempo, equivale a todavía
Ejemplo: Esperó mucho tiempo, aún cuando estaba
lloviendo.
Monosílabos con tilde diacrítica
60.
61. Consideraciones Especiales:
Los monosílabos nunca se acentúan: fue, vio, dios. Es necesario notar la diferencia entre vio,
que es monosílabo, y rió, que es bisílabo agudo, por tanto, lleva el acento
Los adverbios acabados en “mente” se acentúan según las reglas anteriores aplicadas a la
palabra que resulta de eliminar el sufijo: de fácil, fácilmente, de grave, gravemente.
No se acentúan el primer componente de palabras compuestas, salvo que vayan separadas por
un guion: asimismo, físico-químico.
REGLAS DE ACENTUACIÓN
63. “¡Que zurdo es y que débil ese viajero alado! El, antes tan
hermoso; ¡que comico en el suelo!”
a)2
b)3
c) 6
d)5
1. ¿Cuántas tildes faltan en el siguiente texto?
64. “¡Que zurdo es y que débil ese viajero alado! El, antes tan
hermoso; ¡que comico en el suelo!”
a)2
b)3
c) 6
d)5
1. ¿Cuántas tildes faltan en el siguiente texto?
65. El celular de mi madre es mas bonito que el de mi tía.
a) Mi
b) Mas
c) De
d) El
2. Lea la frase e identifique la palabra que debe llevar tilde.
66. El celular de mi madre es mas bonito que el de mi tía.
a) Mi
b) Mas
c) De
d) El
2. Lea la frase e identifique la palabra que debe llevar tilde.
69. 1) Mi perro se comió la tarea
2) Le pedí que le de una manzana
3) Ayer te llevé a ver una película bonita
4) Trajimos unos cuadernos mas unos lápices.
a) 1, 2
b) 2, 4
c) 1, 3
d) 2, 3
4. Selecciona la oración que debería usar tilde diacrítica
70. 1) Mi perro se comió la tarea
2) Le pedí que le de una manzana
3) Ayer te llevé a ver una película bonita
4) Trajimos unos cuadernos mas unos lápices.
a) 1, 2
b) 2, 4
c) 1, 3
d) 2, 3
4. Selecciona la oración que debería usar tilde diacrítica
71. a) Ágil
b) Álto
c) Métros
d) Alégran
5. Indique la palabra correctamente tildada
72. a) Ágil
b) Álto
c) Métros
d) Alégran
5. Indique la palabra correctamente tildada
73. Dagón
H. P. Lovecraft
Escribo esto vajo una fuerte tención mental, ya que cuando llegué la noche habré dejado de existir. Sin dinero, y agotada mi
probisión de droga, qué es lo único que me hace tolerable la vida, no puedo seguir soportando mas esta tortura; me arrojaré desde
esta ventana de la buardilla a la sórdida calle de abajo. Pese a mi esclabitud a la morfina, no me considero un debil ni un
degenerado. Cuando hallan leído estas páginas atropelladamente garabateadas, quisá se hagan idea -aunque no del todo- de por qué
tengo que buscar el olvido o la muerte.
Fue en una de las zonas más abiertas y menos frecuentadas del anchuroso Pacífico donde el paquebote en el que iba yo de
sobrecargo calló apresado por un corsario alemán. La gran guerra estaba entonces en sus comienzos, y las fuerzas oceánicas de los
hunos aún no se habían undido en su degradación posterior; así que nuestro buque fue capturado legalmente, y nuestra tripulación
tratada con toda la deferencia y consideración debidas a unos prisioneros nabales. En efecto, tan liberal era la disiplina de nuestros
opresores, que cinco días más tarde conseguí escaparme en un pequeño bote, con agua y provisiones para bastante tiempo.
Cuando al fin me encontré libre y a la deriva, tenía muy poca idea de cuál era mi situación. Navegante poco experto, sólo sabía
calcular de manera muy vaga, por el sol y las estrellas, que estaba algo al sur del ecuador. No sabía en absoluto en qué lonjitud, y
no se divisaba isla ni costa algunas. El tiempo se mantenía bueno, y durante incontables días nabegué sin rumbo bajo un sol
abrasador, con la esperanza de que pasara algún barco, o de que me arrojaran las holas a alguna región habitable. Pero no
aparecían ni barcos ni tierra, y empecé a desesperar en mi soledad, en medio de aquella ondulante e ininterrumpida inmensidad
azul.
74. El cambio ocurrió mientras dormía. Nunca llegaré a conocer los pormenores; porque mi sueño, aunque poblado de pesadillas, fue
ininterrunpido. Cuando desperté finalmente, descubrí que me encontraba medio succionado en una especie de lodazal viscoso y
negruzco que se extendía a mi alrededor, con monótonas ondulaciones hasta donde alcanzaba la vista, en el cual se había adentrado
mi bote cierto trecho.
Aunque cabe suponer que mi primera reacción fuera de perplejidad ante una transformación del paisaje tan prodigiosa e
inesperada, en realidad sentí más horror que asombro; pues había en la atmósfera y en la superficie putrefacta una calidad siniestra
que me heló el corasón. La zona estaba corrompida de peces descompuestos y otros animales menos identificables que se veían
emerger en el cieno de la interminable llanura. Quizá no deba esperar transmitir con meras palabras la indecible repugnancia que
puede reinar en el absoluto cilencio y la estéril inmensidad. Nada alcansava a oírse; nada había a la vista, salvo una vasta extensión
de légamo negrusco; si bien la absoluta quietud y la uniformidad del paisaje me producían un terror nauseavundo.
El sol ardía en un cielo que me parecía casi negro por la cruel ausencia de nubes; era como si reflejase la ciénaga tenebrosa que
tenía bajo mis pies. Al meterme en el bote encallado, me di cuenta de que sólo una posibilidad podía explicar mi situación. Merced
a una conmoción volcánica el fondo oceánico abía emergido a la superficie, sacando a la luz regiones que durante millones de años
habían estado ocultas bajo insondables profundidades de agua. Tan grande era la extensión de esta nueva tierra emergida debajo de
mí, que no lograba percibir el más leve rumor de holeaje, por mucho que aguzaba el oído. Tampoco había abes marinas que se
alimentaran de aquellos peces muertos.
75. Durante varias horas estube pensando y meditando sentado en el bote, que se apoyaba sobre un costado y proporcionaba un poco
de sombra al desplazarse el sol en el cielo. A medida que el día avanzaba, el suelo iba perdiendo pegajosidad, por lo que en poco
tiempo estaría bastante seco para poderlo recorrer facilmente. Dormí poco esa noche, y al día siguiente me preparé una provisión
de agua y comida, a fin de emprender la marcha en busca del desaparecido mar, y de un posible rescate.
A la mañana del tercer día comprobé que el suelo estaba bastante seco para andar por el con comodidad. El hedor a pescado era
insoportable; pero me tenían preocupado cosas más grabes para que me molestase este desagradable inconveniente, y me puse en
marcha hacia una meta desconocida. Durante todo el día caminé constantemente en dirección hoeste guiado por una lejana colina
que descollaba por encima de las demás elevaciones del ondulado desierto. Acampé esa noche, y al día sigüiente proseguí la
marcha hacia la colina, aunque parecía escasamente más cerca que la primera vez que la descubrí. Al atardecer del cuarto día
llegué al pie de dicha elebación, que resultó ser mucho más alta de lo que me había parecido de lejos; tenía un balle delante que
hacía más pronunciado el relieve respecto del resto de la superficie. Demasiado cansado para emprender el ascenso, dormí a la
sombra de la colina.
76. No se por qué, mis sueños fueron extravagantes esa noche; pero antes que la luna menguante, fantásticamente gibosa, hubiese
subido muy alto por el este de la llanura, me desperté cubierto de un sudor frío, decidido a no dormir más. Las visiones que había
tenido eran excesivas para soportarlas otra vez. A la luz de la luna comprendí lo imprudente que había sido al viajar de día. Sin el
sol abrasador, la marcha me habría resultado menos fatigosa; de echo, me sentí de nuevo lo bastante fuerte como para acometer el
ascenso que por la tarde no había sido capas de emprender. Recogí mis cosas e inicié la subida a la cresta de la elebación.
Ya he dicho que la ininterrumpida monotonía de la ondulada llanura era fuente de un vago horror para mí; pero creo que mi horror
aumentó cuando llegué a lo alto del monte y vi, al otro lado, una inmensa sima o cañón, culla oscura concavidad aún no iluminaba
la luna. Me pareció que me encontraba en el borde del mundo, escrutando desde el mismo canto hacia un caos insondable de noche
eterna. En mi terror se mezclaban extraños recuerdos del Paraíso perdido, y la espantosa ascensión de Satanás a través de remotas
regiones de tinievlaz.
Al elevarse más la luna en el cielo, empecé a observar que las laderas del valle no eran tan completamente perpendiculares como
había imaginado. La roca formaba cornisas y salientes que proporcionaban apoyos relativamente cómodos para el descenso; y a
partir de unos centenares de pies, el declive se hacía más gradual. Mobido por un impulso que no me es posible analizar con
precisión, bajé trabajosamente por las rocas, hasta él declive más suave, sin dejar de mirar hacia las profundidades estigias donde
aún no había penetrado la lus.
77. De repente, me llamó la atención un objeto singular que había en la ladera opuesta, el cual se erguía enhiesto como a un centenar
de yardas de donde estaba yo; objeto que brillo con un resplandor blanquecino al recibir de pronto los primeros rayos de la luna
ascendente. No tardé en comprobar que era tan sólo una piedra gigantesca; pero tuve la clara impresión de que su posición y su
contorno no eran enteramente obra de la Naturaleza. Un examen más detenido me llenó de sensaziones imposibles de expresar;
pues pese a su enorme magnitud, y su situación en un abismo abierto en el fondo del mar cuando el mundo era jobén, me di
cuenta, sin posibilidad de duda, de que el extraño objeto era un monolito perfectamente tallado, cuya imponente masa había
conocido el arte y quisá el culto de criaturas vivas y pensantes.
Confuso y asustado, aunque no sin cierta emoción de científico o de arqueólogo, examiné mis alrededores con atención. La luna,
ahora casi en su cenit, asomaba espectral y vívida por encima de los gigantescos peldaños que rodeaban el abismo, y reveló un
hancho curso de agua que discurría por el fondo formando meandros, perdiéndose en ambas direcciones, y casi lamiéndome los
pies donde me había detenido. Al otro lado del abismo, las pequeñas olas bañaban la base del ciclópeo monolito, en cuya
superficie podía distinguir haora inscripciones y toscos relieves. La escritura pertenecía a un cistema de geroglíficos desconocido
para mi, distinto de cuantos yó había visto en los libros, y consistente en su mayor parte en símbolos acuáticos esquematisados
tales como peces, anguilas, pulpos, crustáceos, moluscos, vallenas y demás. Algunos de los caracteres representaban
evidentemente seres marinos desconocidos para el mundo moderno, pero cuyos cuerpos en descomposición había visto yo en la
llanura surgida del océano.
78. Sinembargo, fueron los relieves los que más me fascinaron. Claramente visibles al otro lado del curso de agua, a causa de sus
enormes proporciones, había una serie de bajorrelieves cuyos temas habrían despertado la envidia de un Doré. Creo que estos seres
pretendían representar hombres… al menos, cierta clase de ombres; aunque aparecían retozando como peces en las aguas de
alguna gruta marina, o rindiendo homenaje a algún monumento monolítico, bajo el agua también. No me atrevo a descubrir con
detalle sus rostros y sus cuerpos, ya que el mero recuerdo me produce vahídos. Más grotescos de lo que podría concebir la
imaginación de un Poe o de un Bulwer, eran detestablemente humanos en general, a pesar de sus manos y pies palmeados, sus
lavios espantosamente anchos y flácidos, sus ojos abultados y vidriosos, y demás rasgos de recuerdo menos agradable.
Curiosamente, parecían cincelados sin la debida proporción con los escenarios que servían de fondo, ya que uno de los seres estaba
en actitud de matar una ballena de tamaño ligeramente mayor que el. Observé, como digo, sus formas grotescas y sus extrañas
dimensiones; pero un momento después decidí que se trataba de dioses imaginarios de alguna tribú pescadora o marinera; de una
tribú cullos ultimos descendientes debieron de perecer antes que naciera el primer antepasado del hombre de Piltdown o de
Neanderthal. Aterado ante esta visión inesperada y fugaz de un pasado que rebasaba la concepción del más atrevido antropólogo,
me quedé pensativo, mientras la luna bañava con misterioso resplandor el silencioso canal que tenía ante mi.
Entonces, de repente, lo vi. Tras una leve agitación que delataba su ascensión a la superficie, la entidad surgió a la vista sobre las
aguas oscuras. Inmenso, repugnante, aquella especie de Polifemo saltó hacia el monolito como un monstruo formidable y
pesadillesco, y lo rodeó con sus brazos enormes y escamosos, al tiempo que inclinaba la cabeza y profería ciertos gritos
acompasados. Creo que enloquecí entonces.
79. No recuerdo muy bien los detayes de mi frenética subida por la ladera y el acantilado, ni de mi delirante regreso al bote varado…
Creo que canté mucho, y que reí insensatamente cuando no podía cantar. Tengo el vago recuerdo de una tormenta, poco después de
llegar al vote; en todo caso, se que oí el estampido de los truenos y demás ruidos que la Naturaleza profiere en sus momentos de
mayor hirritación.
Cuando salí de las sombras, estaba en un ospital de San Francisco; me había llevado alli el capitán del barco norteamericano que
había recogido mi bote en medio del océano. Ablé de muchas cosas en mis delirios, pero averigué que nadie había hecho caso de
las palabras. Los que me habían rescatado no sabían nada sobre la aparición de una zona de fondo oceánico en medio del Pacífico,
y no juzgué necesario insistir en algo que sabía que no iban a creer. Un día fui a ver a un famoso etnólogo, y lo divertí haciéndole
ecstrañas preguntas sobre la antigüa leyenda filistea en torno a Dagón, el Dios-Pes; pero en seguida me di cuenta de que era un
hombre irremediablemente conbencional, y dejé de preguntar.
80. Es de noche, especialmente cuando la luna se vuelve gibosa y menguante, cuando veo a ese ser. He intentado olvidarlo con la
morfina, pero la droga sólo me proporciona una censación transitoria, y me ha atrapado en sus garras, convirtiéndome
irremisiblemente en su esclabo. Así que voy a poner fin a todo esto, ahora que he contado lo ocurrido para información o diversión
desdeñosa de mis semejantes. Muchas veces me pregunto si no será una fantasmagoría, un producto de la fiebre que sufrí en el
bote a causa de la insolasión, cuando escapé del barco de guerra áleman. Me lo pregunto muchas veces; pero siempre se me
aparece, en respuesta, una visión monstruosamente víbida. No puedo pensar en las profundidades del mar sin estremecerme ante
las espantosas entidades que quizá en este instante se arrastran y se agitan en su lecho fangoso, adorando a sus antiguos ídolos de
piedra y esculpiendo sus propias imágenes detestables en obeliscos suvmarinos de mojado granito. Pienso en el día que emerjan de
las olas, y se lleben entre sus garras de vapor humeantes a los endebles restos de una humanidad exhausta por la guerra… en el día
en que se hunda la tierra, y emerja el fondo del océano en medio del universal pandemonio.
Se acerca el fin. Oigo ruido en la puerta, como si forzejeara en ella un cuerpo inmenso y resbaladizo. No me encontrará. ¡Dios
mío, eza mano! ¡La ventana! ¡La ventana!
81. Dagón
H. P. Lovecraft
Escribo esto vajo una fuerte tención mental, ya que cuando llegué la noche habré dejado de existir. Sin dinero, y agotada mi
probisión de droga, qué es lo único que me hace tolerable la vida, no puedo seguir soportando mas esta tortura; me arrojaré desde
esta ventana de la buardilla a la sórdida calle de abajo. Pese a mi esclabitud a la morfina, no me considero un debil ni un
degenerado. Cuando hallan leído estas páginas atropelladamente garabateadas, quisá se hagan idea -aunque no del todo- de por qué
tengo que buscar el olvido o la muerte.
Fue en una de las zonas más abiertas y menos frecuentadas del anchuroso Pacífico donde el paquebote en el que iba yo de
sobrecargo calló apresado por un corsario alemán. La gran guerra estaba entonces en sus comienzos, y las fuerzas oceánicas de los
hunos aún no se habían undido en su degradación posterior; así que nuestro buque fue capturado legalmente, y nuestra tripulación
tratada con toda la deferencia y consideración debidas a unos prisioneros nabales. En efecto, tan liberal era la disiplina de nuestros
opresores, que cinco días más tarde conseguí escaparme en un pequeño bote, con agua y provisiones para bastante tiempo.
Cuando al fin me encontré libre y a la deriva, tenía muy poca idea de cuál era mi situación. Navegante poco experto, sólo sabía
calcular de manera muy vaga, por el sol y las estrellas, que estaba algo al sur del ecuador. No sabía en absoluto en qué lonjitud, y
no se divisaba isla ni costa algunas. El tiempo se mantenía bueno, y durante incontables días nabegué sin rumbo bajo un sol
abrasador, con la esperanza de que pasara algún barco, o de que me arrojaran las holas a alguna región habitable. Pero no
aparecían ni barcos ni tierra, y empecé a desesperar en mi soledad, en medio de aquella ondulante e ininterrumpida inmensidad
azul.
82. El cambio ocurrió mientras dormía. Nunca llegaré a conocer los pormenores; porque mi sueño, aunque poblado de pesadillas, fue
ininterrunpido. Cuando desperté finalmente, descubrí que me encontraba medio succionado en una especie de lodazal viscoso y
negruzco que se extendía a mi alrededor, con monótonas ondulaciones hasta donde alcanzaba la vista, en el cual se había adentrado
mi bote cierto trecho.
Aunque cabe suponer que mi primera reacción fuera de perplejidad ante una transformación del paisaje tan prodigiosa e
inesperada, en realidad sentí más horror que asombro; pues había en la atmósfera y en la superficie putrefacta una calidad siniestra
que me heló el corasón. La zona estaba corrompida de peces descompuestos y otros animales menos identificables que se veían
emerger en el cieno de la interminable llanura. Quizá no deba esperar transmitir con meras palabras la indecible repugnancia que
puede reinar en el absoluto cilencio y la estéril inmensidad. Nada alcansava a oírse; nada había a la vista, salvo una vasta extensión
de légamo negrusco; si bien la absoluta quietud y la uniformidad del paisaje me producían un terror nauseavundo.
El sol ardía en un cielo que me parecía casi negro por la cruel ausencia de nubes; era como si reflejase la ciénaga tenebrosa que
tenía bajo mis pies. Al meterme en el bote encallado, me di cuenta de que sólo una posibilidad podía explicar mi situación. Merced
a una conmoción volcánica el fondo oceánico abía emergido a la superficie, sacando a la luz regiones que durante millones de años
habían estado ocultas bajo insondables profundidades de agua. Tan grande era la extensión de esta nueva tierra emergida debajo de
mí, que no lograba percibir el más leve rumor de holeaje, por mucho que aguzaba el oído. Tampoco había abes marinas que se
alimentaran de aquellos peces muertos.
83. Durante varias horas estube pensando y meditando sentado en el bote, que se apoyaba sobre un costado y proporcionaba un poco
de sombra al desplazarse el sol en el cielo. A medida que el día avanzaba, el suelo iba perdiendo pegajosidad, por lo que en poco
tiempo estaría bastante seco para poderlo recorrer facilmente. Dormí poco esa noche, y al día siguiente me preparé una provisión
de agua y comida, a fin de emprender la marcha en busca del desaparecido mar, y de un posible rescate.
A la mañana del tercer día comprobé que el suelo estaba bastante seco para andar por el con comodidad. El hedor a pescado era
insoportable; pero me tenían preocupado cosas más grabes para que me molestase este desagradable inconveniente, y me puse en
marcha hacia una meta desconocida. Durante todo el día caminé constantemente en dirección hoeste guiado por una lejana colina
que descollaba por encima de las demás elevaciones del ondulado desierto. Acampé esa noche, y al día sigüiente proseguí la
marcha hacia la colina, aunque parecía escasamente más cerca que la primera vez que la descubrí. Al atardecer del cuarto día
llegué al pie de dicha elebación, que resultó ser mucho más alta de lo que me había parecido de lejos; tenía un balle delante que
hacía más pronunciado el relieve respecto del resto de la superficie. Demasiado cansado para emprender el ascenso, dormí a la
sombra de la colina.
84. No se por qué, mis sueños fueron extravagantes esa noche; pero antes que la luna menguante, fantásticamente gibosa, hubiese
subido muy alto por el este de la llanura, me desperté cubierto de un sudor frío, decidido a no dormir más. Las visiones que había
tenido eran excesivas para soportarlas otra vez. A la luz de la luna comprendí lo imprudente que había sido al viajar de día. Sin el
sol abrasador, la marcha me habría resultado menos fatigosa; de echo, me sentí de nuevo lo bastante fuerte como para acometer el
ascenso que por la tarde no había sido capas de emprender. Recogí mis cosas e inicié la subida a la cresta de la elebación.
Ya he dicho que la ininterrumpida monotonía de la ondulada llanura era fuente de un vago horror para mí; pero creo que mi horror
aumentó cuando llegué a lo alto del monte y vi, al otro lado, una inmensa sima o cañón, culla oscura concavidad aún no iluminaba
la luna. Me pareció que me encontraba en el borde del mundo, escrutando desde el mismo canto hacia un caos insondable de noche
eterna. En mi terror se mezclaban extraños recuerdos del Paraíso perdido, y la espantosa ascensión de Satanás a través de remotas
regiones de tinievlaz.
Al elevarse más la luna en el cielo, empecé a observar que las laderas del valle no eran tan completamente perpendiculares como
había imaginado. La roca formaba cornisas y salientes que proporcionaban apoyos relativamente cómodos para el descenso; y a
partir de unos centenares de pies, el declive se hacía más gradual. Mobido por un impulso que no me es posible analizar con
precisión, bajé trabajosamente por las rocas, hasta él declive más suave, sin dejar de mirar hacia las profundidades estigias donde
aún no había penetrado la lus.
85. De repente, me llamó la atención un objeto singular que había en la ladera opuesta, el cual se erguía enhiesto como a un centenar
de yardas de donde estaba yo; objeto que brillo con un resplandor blanquecino al recibir de pronto los primeros rayos de la luna
ascendente. No tardé en comprobar que era tan sólo una piedra gigantesca; pero tuve la clara impresión de que su posición y su
contorno no eran enteramente obra de la Naturaleza. Un examen más detenido me llenó de sensaziones imposibles de expresar;
pues pese a su enorme magnitud, y su situación en un abismo abierto en el fondo del mar cuando el mundo era jobén, me di
cuenta, sin posibilidad de duda, de que el extraño objeto era un monolito perfectamente tallado, cuya imponente masa había
conocido el arte y quisá el culto de criaturas vivas y pensantes.
Confuso y asustado, aunque no sin cierta emoción de científico o de arqueólogo, examiné mis alrededores con atención. La luna,
ahora casi en su cenit, asomaba espectral y vívida por encima de los gigantescos peldaños que rodeaban el abismo, y reveló un
hancho curso de agua que discurría por el fondo formando meandros, perdiéndose en ambas direcciones, y casi lamiéndome los
pies donde me había detenido. Al otro lado del abismo, las pequeñas olas bañaban la base del ciclópeo monolito, en cuya
superficie podía distinguir haora inscripciones y toscos relieves. La escritura pertenecía a un cistema de geroglíficos desconocido
para mi, distinto de cuantos yó había visto en los libros, y consistente en su mayor parte en símbolos acuáticos esquematisados
tales como peces, anguilas, pulpos, crustáceos, moluscos, vallenas y demás. Algunos de los caracteres representaban
evidentemente seres marinos desconocidos para el mundo moderno, pero cuyos cuerpos en descomposición había visto yo en la
llanura surgida del océano.
86. Sinembargo, fueron los relieves los que más me fascinaron. Claramente visibles al otro lado del curso de agua, a causa de sus
enormes proporciones, había una serie de bajorrelieves cuyos temas habrían despertado la envidia de un Doré. Creo que estos seres
pretendían representar hombres… al menos, cierta clase de ombres; aunque aparecían retozando como peces en las aguas de
alguna gruta marina, o rindiendo homenaje a algún monumento monolítico, bajo el agua también. No me atrevo a descubrir con
detalle sus rostros y sus cuerpos, ya que el mero recuerdo me produce vahídos. Más grotescos de lo que podría concebir la
imaginación de un Poe o de un Bulwer, eran detestablemente humanos en general, a pesar de sus manos y pies palmeados, sus
lavios espantosamente anchos y flácidos, sus ojos abultados y vidriosos, y demás rasgos de recuerdo menos agradable.
Curiosamente, parecían cincelados sin la debida proporción con los escenarios que servían de fondo, ya que uno de los seres estaba
en actitud de matar una ballena de tamaño ligeramente mayor que el. Observé, como digo, sus formas grotescas y sus extrañas
dimensiones; pero un momento después decidí que se trataba de dioses imaginarios de alguna tribú pescadora o marinera; de una
tribú cullos ultimos descendientes debieron de perecer antes que naciera el primer antepasado del hombre de Piltdown o de
Neanderthal. Aterado ante esta visión inesperada y fugaz de un pasado que rebasaba la concepción del más atrevido antropólogo,
me quedé pensativo, mientras la luna bañava con misterioso resplandor el silencioso canal que tenía ante mi.
Entonces, de repente, lo vi. Tras una leve agitación que delataba su ascensión a la superficie, la entidad surgió a la vista sobre las
aguas oscuras. Inmenso, repugnante, aquella especie de Polifemo saltó hacia el monolito como un monstruo formidable y
pesadillesco, y lo rodeó con sus brazos enormes y escamosos, al tiempo que inclinaba la cabeza y profería ciertos gritos
acompasados. Creo que enloquecí entonces.
87. No recuerdo muy bien los detayes de mi frenética subida por la ladera y el acantilado, ni de mi delirante regreso al bote varado…
Creo que canté mucho, y que reí insensatamente cuando no podía cantar. Tengo el vago recuerdo de una tormenta, poco después de
llegar al vote; en todo caso, se que oí el estampido de los truenos y demás ruidos que la Naturaleza profiere en sus momentos de
mayor hirritación.
Cuando salí de las sombras, estaba en un ospital de San Francisco; me había llevado alli el capitán del barco norteamericano que
había recogido mi bote en medio del océano. Ablé de muchas cosas en mis delirios, pero averigué que nadie había hecho caso de
las palabras. Los que me habían rescatado no sabían nada sobre la aparición de una zona de fondo oceánico en medio del Pacífico,
y no juzgué necesario insistir en algo que sabía que no iban a creer. Un día fui a ver a un famoso etnólogo, y lo divertí haciéndole
ecstrañas preguntas sobre la antigüa leyenda filistea en torno a Dagón, el Dios-Pes; pero en seguida me di cuenta de que era un
hombre irremediablemente conbencional, y dejé de preguntar.
88. Es de noche, especialmente cuando la luna se vuelve gibosa y menguante, cuando veo a ese ser. He intentado olvidarlo con la
morfina, pero la droga sólo me proporciona una censación transitoria, y me ha atrapado en sus garras, convirtiéndome
irremisiblemente en su esclabo. Así que voy a poner fin a todo esto, ahora que he contado lo ocurrido para información o diversión
desdeñosa de mis semejantes. Muchas veces me pregunto si no será una fantasmagoría, un producto de la fiebre que sufrí en el
bote a causa de la insolasión, cuando escapé del barco de guerra áleman. Me lo pregunto muchas veces; pero siempre se me
aparece, en respuesta, una visión monstruosamente víbida. No puedo pensar en las profundidades del mar sin estremecerme ante
las espantosas entidades que quizá en este instante se arrastran y se agitan en su lecho fangoso, adorando a sus antiguos ídolos de
piedra y esculpiendo sus propias imágenes detestables en obeliscos suvmarinos de mojado granito. Pienso en el día que emerjan de
las olas, y se lleben entre sus garras de vapor humeantes a los endebles restos de una humanidad exhausta por la guerra… en el día
en que se hunda la tierra, y emerja el fondo del océano en medio del universal pandemonio.
Se acerca el fin. Oigo ruido en la puerta, como si forzejeara en ella un cuerpo inmenso y resbaladizo. No me encontrará. ¡Dios
mío, eza mano! ¡La ventana! ¡La ventana!