El teatro surgió en la antigua Grecia como parte de ceremonias religiosas en honor al dios Dionisos. Se caracterizaba por representaciones con actores masculinos usando máscaras y pelucas, divididos en tres personajes principales como máximo en escena. Existían dos géneros principales, la tragedia con final desgraciado basada en leyendas heroicas, y la comedia de tono más festivo y paródico. Ambos alcanzaron su máxima expresión en dramaturgos griegos como Esquilo, Sófocles y Aristófanes