HACIA UNA ECONOMÍA DE IZQUIERDA: ¿ES THOMAS PIKETTY EL MODERNO MARX DEL SIGLO...Luis Carrillo Pinto
LA OBRA DE PIKETTY, CONTIENE UN FÉRREO ATAQUE AL MODELO CAPITALISTA Y UNA PECULIARIDAD QUE CONSIDERA CONSUBSTANCIAL A SU FUNCIONAMIENTO: UNA PROGRESIVA DESIGUALDAD QUE TARDE O TEMPRANO SERÍA OPRESIVAMENTE IMPLACABLE.
Piketty-El-capital-en-siglo-XXI.
Vía Luis C. Castiblanco.
En enero de 2016, Piketty, hizo una presentación de sus postulados en la Universidad Externado de Colombia (localizada en en centro de Bogotá), uno de los resultados mediáticos más importantes de su visita son este articulo publicado por el diario El Espectador: “La desigualdad en Colombia es una de las más altas del mundo”: Piketty (ver: http://goo.gl/Todrzq)
"Pese a que la desigualdad se ha tratado de explicar a partir de la teoría económica, lo cierto es que los determinantes políticos son muchos más importantes. El acceso a la educación y a plazas laborales es una responsabilidad que el Estado debe garantizar, sin embargo, las condiciones de acceso y la calidad tienen un impacto en el aumento de la desigualdad.
En todo caso, la solución a este meollo, en el que “hay fuerzas que empujan a que aumente o disminuya la desigualdad”, dependerá del sistema político, para ello es importante la gobernanza participativa."
¡Reflexionemos!
Nota adicional: ese mismo día, aunque el presidente Santos estaba invitado al evento, decidió no asistir para ir junto con la Ministra de Educación, y Humberto de la Calle (representante del Gobierno antes los Diálogos de la Habana), a hablar a la Universidad Nacional, en donde además de hacer propaganda al proceso de paz, recibieron un llamado a la coherencia de parte de la Estudiante Sara Abril.
PTR♫
PedroBCarrillo.
HACIA UNA ECONOMÍA DE IZQUIERDA: ¿ES THOMAS PIKETTY EL MODERNO MARX DEL SIGLO...Luis Carrillo Pinto
LA OBRA DE PIKETTY, CONTIENE UN FÉRREO ATAQUE AL MODELO CAPITALISTA Y UNA PECULIARIDAD QUE CONSIDERA CONSUBSTANCIAL A SU FUNCIONAMIENTO: UNA PROGRESIVA DESIGUALDAD QUE TARDE O TEMPRANO SERÍA OPRESIVAMENTE IMPLACABLE.
Piketty-El-capital-en-siglo-XXI.
Vía Luis C. Castiblanco.
En enero de 2016, Piketty, hizo una presentación de sus postulados en la Universidad Externado de Colombia (localizada en en centro de Bogotá), uno de los resultados mediáticos más importantes de su visita son este articulo publicado por el diario El Espectador: “La desigualdad en Colombia es una de las más altas del mundo”: Piketty (ver: http://goo.gl/Todrzq)
"Pese a que la desigualdad se ha tratado de explicar a partir de la teoría económica, lo cierto es que los determinantes políticos son muchos más importantes. El acceso a la educación y a plazas laborales es una responsabilidad que el Estado debe garantizar, sin embargo, las condiciones de acceso y la calidad tienen un impacto en el aumento de la desigualdad.
En todo caso, la solución a este meollo, en el que “hay fuerzas que empujan a que aumente o disminuya la desigualdad”, dependerá del sistema político, para ello es importante la gobernanza participativa."
¡Reflexionemos!
Nota adicional: ese mismo día, aunque el presidente Santos estaba invitado al evento, decidió no asistir para ir junto con la Ministra de Educación, y Humberto de la Calle (representante del Gobierno antes los Diálogos de la Habana), a hablar a la Universidad Nacional, en donde además de hacer propaganda al proceso de paz, recibieron un llamado a la coherencia de parte de la Estudiante Sara Abril.
PTR♫
PedroBCarrillo.
Piketty, primera parte de su libro: El capital en el siglo XXI. Resumen y presentación de los cuadros principales. Presentación para ayudarse en exposición de la obra.
Gestión Pública y Estado: El “tamaño”, …. ¿si importa?.Gobernaphenom
De Napoleón Bonaparte se cuentan muchas anécdotas, y de una ellas nos valdremos para introducirnos al tema del Estado y su tamaño relativo: “Un día entraba con sus generales a una biblioteca para ver los libros que había allí. Trataba de agarrar un libro que estaba en un estante alto y no podía alcanzarlo. Se acercó uno de sus generales de estatura gigantesca y le dijo: "Permítame, Majestad, que le ayude. Es que soy más grande". Napoleón le respondió: "Usted no es más grande, usted solo es más alto". Con esta aguda observación destacaba que su baja estatura era una medida relativa”. En este mismo plano relativo, el tamaño del Estado puede ser “medido” por su participación en el proceso productivo, o por la “satisfacción” de sus clientes-ciudadanos, o por la “percepción” que la comunidad internacional tenga de él según sea para invertir, para contrastar su carácter democrático, etc. Calidad no es cantidad, podría ser la frase final, pero y de sus “medidas”, cuál es la deseable y cuál es la actual? Pregunta difícil de más difícil respuesta. Intentaremos responder.
El retiro de los capitanes: los efectos de la convertibilidad sobre los grupo...IADERE
El artículo desarrolla una caracterización de las transformaciones que afectaron a la cúpula empresarial argentina a lo largo del período de vigencia de la Ley de Convertibilidad. La importancia de tratar ese período se asocia con la necesidad de entender cuál fue el desenvolvimiento en esos años, de los sectores del capital que dominaron el panorama económico argentino desde los inicios de la última dictadura militar y condicionaron las decisiones políticas de los gobiernos democráticos posteriores a 1983.
El trabajo se compone de un primer apartado que repasa el surgimiento y la consolidación de los grupos económicos. El segundo punto describe el comportamiento de los grupos luego de la recuperación democrática, así como el efecto del proceso hiperinflacionario sobre el poder político y económico. En el tercer punto se analiza su desempeño durante la Convertibilidad, a partir de la diferenciación entre el primer y el segundo lustros, en cuanto a la relación con los sectores económicamente dominantes y los efectos que produjo sobre la cúpula empresaria, distinguiendo todos los tipos de empresa. Por último, se presentan las principales conclusiones.
Piketty, primera parte de su libro: El capital en el siglo XXI. Resumen y presentación de los cuadros principales. Presentación para ayudarse en exposición de la obra.
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El retiro de los capitanes: los efectos de la convertibilidad sobre los grupo...IADERE
El artículo desarrolla una caracterización de las transformaciones que afectaron a la cúpula empresarial argentina a lo largo del período de vigencia de la Ley de Convertibilidad. La importancia de tratar ese período se asocia con la necesidad de entender cuál fue el desenvolvimiento en esos años, de los sectores del capital que dominaron el panorama económico argentino desde los inicios de la última dictadura militar y condicionaron las decisiones políticas de los gobiernos democráticos posteriores a 1983.
El trabajo se compone de un primer apartado que repasa el surgimiento y la consolidación de los grupos económicos. El segundo punto describe el comportamiento de los grupos luego de la recuperación democrática, así como el efecto del proceso hiperinflacionario sobre el poder político y económico. En el tercer punto se analiza su desempeño durante la Convertibilidad, a partir de la diferenciación entre el primer y el segundo lustros, en cuanto a la relación con los sectores económicamente dominantes y los efectos que produjo sobre la cúpula empresaria, distinguiendo todos los tipos de empresa. Por último, se presentan las principales conclusiones.
Usted y yo, Bill Gates, Amancio Ortega y un inmigrante que pretenda salvar la valla criminal de Melilla para entrar en Europa tenemos contraída una deuda de igual monto derivada de los préstamos solicitados y no devueltos todavía por nuestros gobiernos, comunidades regionales y municipios: 6.800 euros por cabeza. Parece absurdo y lo es. Así lo refleja la estadística de los economistas a sueldo de don capital.
La crisis que comenzó en 2007 no es una crisis cíclica del sistema capitalista. Es un fenómeno completamente nuevo que nos conduce a un cambio de paradigma social. Nada volverá a ser como fue.
“La teoría de la producción sostiene que en un proceso productivo que se caracteriza por tener factores fijos (corto plazo), al aumentar el uso del factor variable, a partir de cierta tasa de producción
EL MERCADO LABORAL EN EL SEMESTRE EUROPEO. COMPARATIVA.ManfredNolte
Hoy repasaremos a uña de caballo otro reciente documento de la Comisión (SWD-2024) que lleva por título ‘Análisis de países sobre la convergencia social en línea con las características del Marco de Convergencia Social (SCF)’.
CAPITALISMO, HISTORIA Y CARACTERÍSTICAS.remingtongar
El capitalismo se basa en los siguientes pilares: Propiedad privada, que permite a las personas poseer bienes tangibles, como tierras y viviendas, y activos intangibles, como acciones y bonos. Interés propio, por el cual las personas persiguen su propio bien, sin considerar las presiones sociopolíticas.
Piketty y el capital en el siglo xxi. ¿el marx de los nuevos tiempos (iv de iv)
1. 1
PIKETTY Y EL CAPITAL EN EL SIGLO XXI.
¿EL MARX DE LOS NUEVOS TIEMPOS? (IV de IV)
Francisco José Fernández-Cruz Sequera
Marzo 2015.
Publicado en: http://lagranpartida.blogspot.com.es
Las críticas de la izquierda a la obra de Piketty.
Piketty nos explica en su libro la enorme concentración del capital que se ha
producido desde la década de los setenta y la ofensiva neoliberal, hasta alcanza r
niveles sin precedentes, documentando de forma minuciosa cómo la
desigualdad social tanto en riqueza como en renta ha evolucionado a lo largo de
dos siglos. A lo largo de su obra, el galo explica detalladamente las
características que definen esta concentración de la riqueza en los países más
ricos, apoyando su afirmación en una masa verdaderamente abrumadora de
datos sobre la evolución de las distintas formas de riqueza y propiedad,
Fuenteilustración:informeurbano.com.ar
2. 2
señalando que tanto el nivel como la concentración de riqueza han alcanzado
una dimensión tal, que garantiza su propia reproducción por transmisión
hereditaria que perpetúa la existencia de una nueva oligarquía que se apoya en
los poderes del Estado para asegurar la continuidad del sistema en lo político,
económico y social. Piketty destruye la idea de que el capitalismo de libre
mercado extiende la riqueza y defiende los derechos individuales. El capitalismo
de libre mercado lo único que garantiza es la producción de oligarquías
antidemocráticas,
Al margen de la socialdemocracia burguesa parlamentaria, que se siente muy
cómoda en sus escaños alternando en su identificación con ricos y pobres según
sus particulares y coyunturales intereses, la izquierda europea que sobrevive
extramuros de los parlamentos, ha criticado la obra de Piketty por no someterse
éste a los dogmas canónicos del marxismo clásico. Desde esta posición
ideológica, y dejando al margen otras críticas de menor interés centradas en
cuestiones de carácter metodológico, como es la de la definición del capital,
realizadas por autores como James Galbraith, han surgido denuncias que ponen
de manifiesto la ausencia del factor trabajo en la explicación de la acumulación
del capital expuesta en la obra del francés, así como la acusación de que, lejos de
exagerar la realidad, Piketty subestima la verdadera extensión y profundidad de
la desigualdad en la sociedad actual.
La ausencia del factor trabajo en la obra de Piketty.
La primera acusación contra Piketty es, que no se puede entender el capital sin
el trabajo, ni comprender el fenómeno de la desigualdad, sin analizar cómo
trabajo y capital se relacionan entre sí, pues esta omisión limita la comprensión
del alcance de la desigualdad.
Piketty durante su visita a España con Pedro Sánchez líder del partido socialista español a
su izquierda
3. 3
Partiendo de que el crecimiento de la riqueza que hemos vivido estas décadas es
en gran parte el resultado del incremento de la actividad especulativa del capital
financiero, en una actividad en la que el dinero genera dinero sin que haya
ninguna resultado productivo de por medio, puede afirmarse que la relación del
capital con el trabajo no es directa, sino indirecta. La rentabilidad del capital
productivo de las últimas décadas, ha sido el resultado de la caída de la
demanda que se ha experimentado como consecuencia de la disminución de
salarios, lo que genera el aumento del crecimiento del capital especulativo, que
redunda en un crecimiento del capital financiero como respuesta a la necesidad
de endeudarse de los consumidores ante el retroceso de los salarios en los
tramos más bajos de retribución del trabajo. Por lo que cabe afirmar que la baja
rentabilidad del capital productivo es lo que genera el crecimiento de la
actividad financiera especulativa, del capitalismo financiero especulativo.
Obviamente, la relación entre trabajo y capital financiero es indirecta en el
mejor de los casos por no decir casi inexistente, porque donde la relación entre
trabajo y capital es directa, es en el capitalismo productivo, en el que los
beneficios del capital, tanto de accionistas como de directivos gestores,
dependen fundamentalmente de los costes de producción entres los que los
costes salariales son esenciales.
Desde que en la década de los setenta el neoliberalismo empezó a forzar el
retroceso de las políticas favorables a las rentas del trabajo y a las clases medias,
la participación de las rentas del capital en la renta nacional ha ido creciendo de
forma constante, mientras que las rentas del trabajo se han visto drásticamente
reducidas. Un fenómeno que se ha visto acelerado con la Gran Recesión de 2008
a nivel global, y especialmente en los países de la periferia de Europa que se
han visto abocados a una forzada devaluación interna. Este aumento de los
beneficios del capital en la economía productiva está relacionado directamente
con el descenso de los salarios de los trabajadores, y es el origen de la
acumulación necesaria de capital para su inversión en la especulación
4. 4
financiera, y esto es lo que se ha señalado desde la izquierda más alejada de las
posiciones académicas socialdemócratas de Krugman o Stiglitz. Pero el que
Piketty no señale la caída de las rentas del trabajo como la causa de la
concentración del capital y del aumento de la desigualdad, no invalida la tesis
principal de su obra, cuyo objeto de estudio no es determinar las causas del
fenómeno, sino su realidad y existencia. El economista francés consigue
demostrar con su abundante exposición de datos, que en su mayor parte el
destino final de esta riqueza son los instrumentos especulativos del capital, los
derivados1 por ejemplo, pero prescinde del conflicto entre el capital y el trabajo
1 Son un tipo de activos financieros llamados derivados o instrumentos financieros,
cuya principal cualidad es que su valor de cotización se basa en el precio de otro activo.
Puede haber gran cantidad de derivados financieros dependiendo de “el índice valor”
inicial del que se deriven, pueden ser: acciones, renta fija, renta variable, índices
bursátiles, bonos de deuda privada, índices macroeconómicos como el Euribor o los
tipos de interés, etc. Los derivados financieros suelen ser algunos de los productos
financieros más interesantes aunque habitualmente no son tan conocidos como el
resto. Normalmente cotizan en mercados de valores, aunque también pueden no
hacerlo. El precio de los derivados varía con respecto siempre al del llamado “activo
subyacente”, el valor al que está ligado dicho derivado. También puede ser referido a
productos no financieros ni económicos como las materias primas. Algunos de los
ejemplos más conocidos son el oro, el trigo o el arroz. Normalmente la inversión que
debes realizar es muy inferior a si compraras una acción o una parte del valor
subyacente por el que desees apostar. Los derivados financieros tienen que cumplir
una cualidad indispensable y es que siempre se liquidan de forma futura. En nuestro
país los derivados están regulados por dos órganos rectores fundamentalmente: MEEF
Renta Variable en Madrid y MEEF Renta Fija en Barcelona. Aunque parezca que su
función es poco importante, sí lo es, ya que no sólo regulan sino que además gestionan
las compras y ventas que se realizan a diario mediante una cámara de compensación
propia que ejecuta las liquidaciones entre todas las operaciones. Son activos que
permiten la especulación con el valor futuro de los activos subyacentes sin hacer un
gran desembolso. Un carácter especulativo que es muy grande debido a que no sólo se
puede hacer un uso normal de compra y venta de las acciones, sino que también se
puede comerciar con los derechos para comprar o vender los activos; con un mismo
capital inicial operando con la segunda opción de los derechos se pueden conseguir
muchos más beneficios. Dentro de los derivados financieros contamos con dos tipos: 1º
Futuros. No hay que pagar nada en el momento de su contratación, pero si hay que
predisponer una garantía ante el pago. La principal cualidad de este tipo, es que se
contrae una obligación de pago sobre los derivados adquiridos, el riesgo es grande,
pero también los beneficios posibles también; 2º Opciones: Al contratar una opción hay
que pagar una pequeña prima y en ocasiones suscribir también una garantía. Lo bueno
de las opciones es que realmente se fija un compromiso de beneficios y pérdidas; si se
pierde, siempre el límite será el valor de la prima previa y los beneficios de carácter
ilimitados. Cabe matizar que los derivados financieros son también un seguro cómo
ante una bajada inesperada del valor subyacente al que esté referido. De hecho hay dos
tipos de derivados financieros que toman el nombre de “seguro” por la capacidad
extrema de ofrecer dicha cualidad (los tipos de seguros son el de cambio y de cambio
múltiple). En definitiva podemos decir que los derivados financieros son un tipo de
activos los cuales fundamentan su valor en el futuro de otro, siendo su riesgo muy alto
o más moderado dependiendo de si la contratación es de futuros o de opciones de
acciones.
Fuente: www.elblogsalmon.com/conceptos-de-economia/que-son-los-derivados-
financieros
5. 5
en el reparto de la plusvalía, como elemento central para entender el
comportamiento del capital.
En las últimas décadas los beneficios del capital han sido obtenidos cada vez en
mayor medida de la especulación financiera y no de la actividad productiva, que
ha crecido espectacularmente por la baja rentabilidad de la inversión
productiva en comparación con la actividad especulativa, provocando una
inestabilidad financiera que ha repercutido tanto en los estados como en las
sociedades, sin que tenga ningún objetivo social. Y ello se ha debido de forma
muy importante a la desregulación del capital financiero promovida por el
neoliberalismo, resultando el capitalismo financiero absolutamente negativo
para los intereses generales de los pueblos.
La insuficiencia de la descripción de la desigualdad hecha por Piketty. El
desequilibrio de poder entre capital y trabajo.
Para el actual ministro de economía
griego, Yanis Varoufakis2, los datos
encontrados por Piketty en su
investigación confirman el hecho de
que la desigualdad creció de manera
exorbitante en el siglo XIX, pero
comenzó su reducción en la década
de 1910, continuando su
disminución durante las dos guerras
mundiales hasta que el sistema de
Bretton Woods se derrumbó en
1973, momento a partir del que
volvió su tendencia ascendente. Por
lo que si se acepta la idea de Piketty
de que la desigualdad en
circunstancias normales debe
continuar aumentando, la conclusión
entonces es, que se deben considerar
como una “aberración”, una
desviación de la tendencia “natural”
del capitalismo, las décadas del S. XX
en las que la desigualdad se redujo.
Para explicar este hecho, Piketty
2 Yanis Varufakis (en griego Γιάνης Βαρουφάκης), nació en Atenas el 24 de marzo de
1961, y tiene la doble nacionalidad greco-australiana. Es profesor de Economía y
escritor. Fue elegido diputado al parlamento griego en las elecciones parlamentarias de
Grecia de 2015 representando SYRIZA y luego nombrado ministro de Finanzas de
Grecia en el Gobierno de Alexis Tsipras. Es un participante activo en los debates sobre
la crisis económica de 2008-2012 mundial y la crisis del euro o crisis económica
europea. Es autor de El minotauro global. Actualmente es profesor de Teoría
Económica en la Universidad de Atenas y colaborador, como economista, en la empresa
Valve Corporation.
Yanis Varoufakis
6. 6
apunta como causa a los estrictos controles sobre el capital establecidos por los
“New Dealers”3 en los Estados Unidos, extendidos por todo el mundo occidental
después de la última guerra mundial y los acuerdos de Bretton Woods, además
del efecto positivo de la presión sindical para la obtención de mejores salarios y
de políticas fiscales redistributivas en la sociedad mediante impuestos
progresivos. El ministro griego entiende que el declive constante en la
participación del trabajo en la renta nacional desde los años setenta se deriva de
la pérdida de poder político y económico por los trabajadores, mientras que el
capital movilizaba tecnología, desempleo, deslocalizaciones y políticas
contrarias a los intereses de los trabajadores, a través de la ofensiva neoliberal
liderada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Como reconoció Alan Budd,
un asesor de Margaret Thatcher, las políticas contra la inflación de los años
ochenta resultaron ser una:
“muy buena forma de aumentar el desempleo, y aumentar el desempleo fue una
forma extremadamente atractiva de reducir la fuerza de la clase trabajadora… lo
que se diseñó allí fue, en términos marxistas, una crisis del capitalismo que
recreaba un ejército de reserva del trabajo y que ha permitido a los capitalistas
generar grandes beneficios desde entonces”.
Lo que dijo Alan Budd puede constatarse comparando la diferencia de la
remuneración entre un trabajador promedio y un alto directivo en 1970, que
estaba alrededor de una proporción de 30:1, y la diferencia actual, que se halla
fácilmente en una proporción de 300:1, y en el caso de la multinacional
McDonald’s sobre los 1.200:14. Sin embargo, Piketty no ofrece una explicación
relativa al hecho de que estas políticas se aplicaran de 1949 a 1970 pero no
después. Varoufakis se pregunta:
“¿Por qué, por ejemplo los ‘New Dealers’ pudieron ser capaces de prevenir la
aparición de multimillonarios? ¿Por qué las administraciones republicanas de
EEUU o los gobiernos de los Tory en el Reino Unido (bajo Harold Macmillan)
tuvieron tan poco interés en hacer retroceder el descenso de la desigualdad y
adoptar las fantasías del ‘goteo’ que prevalecieron después de los setenta tanto
bajo los demócratas como los republicanos, los Tory y los Laboristas y parte de las
administraciones socialdemócratas? ¿Fueron los shocks exógenos que empujaron
3 Esta expresión hace referencia a los conocidos como los “nuevos distribuidores”.
Franklin Roosevelt trajo una nueva casta de funcionarios del gobierno a Washington.
Anteriormente a su presidencia, la mayoría de los administradores del gobierno eran
ricos, hombres de negocios o partidarios políticos. Roosevelt, buscaba nuevos talentos,
por lo que llevó a Washington un equipo de intelectuales de la Ivy League (La Liga de la
Hiedra es una conferencia deportiva de ocho universidades privadas del noreste de los
Estados Unidos, que tienen en común unas connotaciones académicas de excelencia, así
como de elitismo por su antigüedad y admisión selectiva) y a trabajadores sociales del
estado de Nueva York. Conocido como el "grupo de expertos", estos asesores aportaron
nuevas ideas económicas y argumentos para Roosevelt. Los “Nuevos Distribuidores”
fueron fuertemente influenciados por los reformadores de principios del siglo XX, que
creían que el gobierno tenía, no sólo un derecho, sino el deber de intervenir en todos
los aspectos de la vida económica con el fin de mejorar la calidad de vida
estadounidense.
4
Ibidem.
7. 7
al capitalismo a una posición más igualitaria ocasionados por la visita de un
espíritu ético ‘exógeno’ sobre los poderosos y grandes, tal vez provocado por la
guerra? ¿O puede que la respuesta esté, por el contrario, en alguna dinámica
obrante más profunda que es endógena al capitalismo como la tendencia de este
último de enriquecer más a los que ya son ricos? ¿Y puede argumentarse que la
mencionada dinámica se evaporó en los setenta por razones que no son en ningún
sentido ‘naturales’?”5
Varoufakis evidencia que Piketty no aborda la respuesta a estas cuestiones, sino
que asume que todos los factores que provocaron esta reducción de la
desigualdad eran de carácter coyuntural, y que una vez que dichos factores
desaparecieron la desigualdad vuelve a su punto de equilibrio a largo plazo. La
mera existencia de este período “aberrante” del capitalismo, entra en
contradicción con la ley de inexorable cumplimiento formulada por Piketty,
sobre la incesante acumulación de riqueza por parte de una minoría, que es
debida según el galo, a que la tasa de retorno del capital (r) siempre supera a la
tasa de crecimiento de renta (g), lo que constituye la “contradicción central” del
capitalismo.
Piketty tampoco responde al interrogante de, ¿qué fuerzas producen y
mantienen dicha contradicción central del capitalismo? Históricamente el
5
www.rotekeil.com/2014/10/24/el-ultimo-enemigo-del-igualitarismo-una-resena-critica-de-el-capital-
en-el-siglo-xxi-de-thomas-piketty-por-yanis-varoufakis/
Fuente ilustración: espresso.repubblica.it
8. 8
capital ha tendido a crear niveles cada vez mayores de desigualdad, lo que ya
apuntaba Marx en el primer volumen de “El Capital”, por lo que la afirmación de
Piketty no es novedosa para la izquierda marxista, pero lo que sí es diferente en
la obra del francés respecto de los cánones de Marx, es en partir de una
explicación estadística de los datos recabados, para la formulación de una ley
que explique este proceso de acumulación de riqueza, sin atribuir el origen de
los mismos, en coincidencia con el judío alemán, a la existencia de un
desequilibrio de poder entre capital y trabajo, sobre lo que Piketty guarda
silencio para desagrado de sus críticos marxistas.
El error de Piketty en la descripción del capital.
Como hemos visto, el origen de la desigualdad actual, está en la acumulación de
capital producida por el aumento de los beneficios empresariales, ¿pero cómo se
pasó del escenario de redistribución de la riqueza y reducción de la desigualdad
de los treinta gloriosos a la situación presente? En el Volumen Segundo de “El
Capital”, Marx señaló que la tendencia del capital a la depresión salarial en algún
momento llegaría a restringir la capacidad del mercado de absorber el producto
del propio capital. Henry Ford, que supo reconocer esta doble condición de
trabajador y de consumidor de los obreros, instituyó el fabuloso salario para su
época de cinco dólares por día, para aumentar la demanda de los consumidores,
y que, como decía entonces, pudieran adquirir su famoso modelo Ford T,
invirtiendo la tendencia
descrita por Marx. Entonces
muchos pensaron que la falta
de demanda efectiva era lo
que se hallaba tras la Gran
Depresión de los años
treinta, lo que llevó al
abandono del patrón oro y a
las políticas expansivas
keynesianas posteriores a la
Segunda Guerra Mundial, que
desde su perspectiva de
conservación del capitalismo
tuvieron un resultado
eficiente en la reducción en las desigualdades de renta entre el capital y el
trabajo, hasta el final de la vigencia de los acuerdos de Breton Woods y la crisis
del 73. Hacia el final de los años sesenta, los capitalistas buscaban reducir el
peso del trabajo en el reparto de la riqueza, y de este interés surgió el
pensamiento de Milton Friedman y la Escuela de Chicago, que dieron comienzo
a la ofensiva neoliberal a nivel mundial, que fue consiguiendo reducir los
impuestos, en paralelo al desmantelamiento del estado social y de las fuerzas
defensoras del trabajo. Este fenómeno se producía bajo las tesis neoliberales y
friedmanitas de que el aumento de la riqueza entre los más ricos retornaría a los
más pobres en forma de “goteo” o trickle down6. Con el triunfo de Thatcher y
1 “Trickle down economics” es un término utilizado en los Estados Unidos para referirse,
en sentido peyorativo, a las políticas económicas que sostienen que, beneficiando a los
9. 9
Reagan y el establecimiento de dictaduras en diversos países y la aplicación de
las políticas de “shock” para aplicar el programa neoliberal, comenzó la década
de los 80, con unos tipos impositivos máximos para el capital en descenso y las
ganancias de capital aumentando y acumulándose entre los capitalistas de los
Estados Unidos, que comenzaron a canalizar el flujo de beneficios del capital de
forma intensa hacia la inversión en el capitalismo financiero especulativo.
Llegada la década de los noventa, estas políticas habían hecho caer
drásticamente las rentas del trabajo y deprimido la demanda, y para mantener
ésta en alza y ante la abundancia de capitales de nueva inversión en el
capitalismo financiero, se produjo una gigantesca expansión del crédito,
incluyendo la extensión de los créditos hipotecarios sin apenas garantías o sin
ninguna garantía en los mercados sub-prime, creando de esta manera una
burbuja financiera que cuando estalló en 2008 provocó el desplome del sistema
de crédito mundial, lo que no impidió que recuperado el sistema de crédito con
el dinero de los Estados, los índices de beneficios y la concentración de la
riqueza continuasen en aumento a partir del año 2009. En este momento, las
empresas han aumentado exponencialmente sus beneficios y acumulan cada vez
más riqueza, que no reinvierten porque las condiciones del mercado son
altamente volátiles. Se comprende que el financiero multimillonario
norteamericano Warren Buffet dijera que: “por supuesto que hay una lucha de
clases, y es mi clase, la de los ricos, los que la están librando, y vamos ganando”.
Y aquí llegamos a otro aspecto de la crítica marxista de la formulación de la ley
matemática que hace Piketty, que es la definición que hace del capital como una
cosa, que a juicio de sus críticos, y no sólo marxistas sino también liberales, es
errónea. Para éstos, el capital no es una cosa, sino un proceso de circulación en
el cual el dinero se utiliza para crear más dinero a menudo, pero no
exclusivamente, a través de la explotación del trabajo. Piketty define el capital
como el conjunto de todos los valores que son propiedad privada de los
individuos, corporaciones y gobiernos, que pueden ser objeto de comercio en el
miembros más ricos de la sociedad, en particular mediante la eliminación de impuestos,
su riqueza “goteará” o “calará” hacia las capas más bajas de la sociedad. A menudo
suelen asociarse con las ideas que se engloban en el término amplio de “Reaganomics”,
o políticas económicas iniciadas en la época Reagan.
Fuente: http://www.investopedia.com/terms/t/trickledowntheory.asp
10. 10
mercado, sin importar si estos valores están siendo utilizados o no, ya sean
estos físicos o intelectuales. Si aplicamos a este concepto de capital la ley de
Piketty, que dice que la tasa de retorno del capital (r) siempre supera a la tasa
de crecimiento de renta (g), nos encontramos que para poder calcular la tasa de
retorno (r) tenemos que conocer el valor inicial del capital, lo que es de una
extraordinaria complejidad técnica, dado que no se puede valorar de forma
independiente del valor de los bienes y servicios que se usan para producir o de
su precio en el mercado. Siendo así, la tasa de retorno del capital (r) depende en
el índice de crecimiento porque el capital se valora con base en lo que se
produce y no según lo que se ha utilizado para su producción, por lo que su
valor está influenciado por las condiciones especulativas del mercado. Si se
quita de la definición de capital de Piketty la propiedad inmobiliaria, entonces
las desigualdades crecientes de riqueza y renta no se sostienen, sin perjuicio de
que su descripción de la desigualdad en el pasado y en el presente pueda seguir
siendo válida.
Para los marxistas críticos de Piketty, el dinero y los inmuebles así como las
infraestructuras y maquinaría que no intervienen en la producción no son
capital, por lo que si la tasa de retorno del capital que se utiliza es alta, es
porque parte del capital se retira de la circulación, con lo que a efectos prácticos
no existe, provocando una escasez artificial garantizando así una alta tasa de
retorno. Es esta escasez artificial de capital en el proceso productivo, lo que
motiva que la tasa de retorno del capital supere a la tasa de crecimiento de la
renta, garantizando así su propia reproducción. Para los marxistas, Piketty se
equivoca en su explicación del origen de la desigualdad y de la tendencia
oligárquica de los capitalistas, por lo que, sin perjuicio del valor documental de
la obra, Piketty ha fracasado en establecer un modelo que explique las políticas
que adopta el capital en este S. XXI.
Conclusiones.
El aumento de la desigualdad en la distribución de la riqueza y de la renta,
forma parte de nuestra realidad cotidiana, lo que la obra de Thomas Piketty nos
aporta, más allá de unas u otras discrepancias o errores, es la base documental
que permite afirmarlo con fundamento.
La desigualdad es inherente a la naturaleza en todos los órdenes de la
existencia, pero la desigualdad que estudia Piketty no es la natural resultado del
esfuerzo o la capacidad, del mérito, sino otra de naturaleza muy distinta que se
deriva de una tendencia oligárquica del capital que coloca en la cúspide social
no a quién más vale, sino a quién más tiene, que unido a los restantes tenedores
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se constituyen en jauría, en casta depredadora que secuestra el poder político,
económico y social para su exclusivo beneficio. La desigualdad en estos
términos, reduce la movilidad en la sociedad, conduce a la perpetuación de la
estratificación social y a la puesta al servicio de los capitalistas del Estado, con la
consecuente reducción del sistema de bienestar social conocida como
“austeridad”.
Thomas Piketty desde su ideología socialdemócrata aporta varias soluciones
para corregir esta deriva del capitalismo, desarrollando una defensa del
impuesto de sucesiones, de la tributación progresiva y un impuesto global a la
riqueza inviable políticamente, sin advertir que el problema no es la política que
se aplique en la gestión del sistema capitalista, sino el capitalismo en sí.
El impuesto mundial que grave el
capital a nivel internacional, para
impedir la concentración de
capital propuesto por el galo, es a
todas luces una solución
políticamente inviable,
técnicamente compleja y
discutiblemente deseable. Es lo
que podría llamarse una solución
mundialista. Para aplicar un
impuesto de estas características,
debería existir una autoridad
supranacional, mundial, que
supervisara su aplicación por
encima de los Estados, las
dificultades técnicas para su
regulación son casi insuperables,
se requeriría un cambio profundo
de los niveles de transparencia e
información entre Estados, la
erradicación de los paraísos
fiscales en los que se encuentra
refugiada la mayor parte de la riqueza existente en el mundo, y todo ello con el
beneplácito y las bendiciones de los mismos capitalistas a los que se les va a
imponer el impuesto. Absurdo.
Ahora bien, tanto a nivel estatal como de región económica europea, sí sería
posible avanzar en la imposición de las rentas del capital, a condición claro de
excluir de Europa a la cueva de piratas asentada en la City londinense, que
debería ser erradicada de la economía europea. Se debería imponer el objetivo
de recuperar el control de la regulación de la circulación de capitales, bien a
nivel europeo o bien a nivel estatal, para de esta manera hacer posible que el
capital tribute, al menos, como las rentas del trabajo. Y si de verdad se quiere
reducir la desigualdad a sus términos racionales, a estas medidas debería
sumarse el incremento de las rentas del trabajo, restituyendo la tensión entre
capital y trabajo a una situación de justo equilibrio. Y por supuesto, no debemos
olvidar el papel que está jugando la economía especulativa, el capitalismo
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financiero, en la generación de todos los desequilibrios que nos conducen
reiteradamente a las distintas crisis de carácter financiero que nos han venido
asolando, burbuja inmobiliaria, crisis de deuda soberana la actual guerra de
divisas, etc. que perjudican gravemente la llamada economía real. Es necesario,
crear una deuda pública europea, por mucho que la codicia y el egoísmo alemán
se opongan. La existencia de una moneda única con 18 deudas públicas y 18
tipos de interés asociados a esa deuda, no es económicamente viable. Sólo si
existe un fondo común de deuda pública con un solo tipo de interés y un Banco
Central Europeo con capacidad real de intervención, centrado no sólo en el
control de la inflación, sino también en la generación de empleo, podremos
estabilizar el tipo de interés de la deuda europea y salir de la actual crisis
controlando el déficit común. Ahora bien, si queremos gestionar esta nueva
realidad económica de forma eficaz, necesitamos un poder político centralizado
y real a nivel europeo, que tome decisiones a todos los niveles. Y ello supone la
independencia política europea respecto de EE.UU. y de su estructura política y
militar. O esto es así, o los españoles debemos volvernos para casa, denunciar el
Tratado de Lisboa y de Mastrique abandonando el euro, asumir el desastre
económico que esto supondría en este momento para la sociedad española,
como precio por recuperar la independencia, asumir el “corralito” y la fuga de
capitales que nos aguardaría al día siguiente de salir del euro, devaluar nuestra
nueva peseta para recuperar competitividad y volver a empezar de cero.
La necesidad de cambiar y salir del impasse en el que nos encontramos es
acuciante. En Europa seguimos fantaseando con la idea imposible de mantener
un crecimiento económico del 3% anual, como si lo que ha sido excepcional
durante un período de tiempo, se fuera a perpetuar. La obra de pIketty ha
demostrado que sólo las economías que están en una fase correctiva
recuperando un retraso respecto de los restantes países económicamente
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desarrollados o en fase de reconstrucción tras una gran catástrofe esto es
posible. Así lo vemos en India, China o Brasil, que crece por encima incluso de
ese 3% ó 5% tan deseados en Europa. Piketty ha demostrado que un
crecimiento del 1% o 1,5% sostenido en el tiempo es muy elevado. Pero para
lograrlo hay que rectificar las políticas de austeridad europeas e invertir en
nuevas fuentes de energía renovable, el precio del petróleo actual obedece a una
situación de excepcionalidad política en el tablero del poder y no a la relación
entre volumen de producción y coste de la misma, y por encima de cualquier
consideración hay que invertir en formación superior y especializada que haga
del factor trabajo en España y Europa algo especialmente valioso.
Pero sobre todas estas cuestiones de orden político Piketty no dice nada en su
libro, y este es su gran defecto y, quizás, su gran virtud, que lo que calla es tan
importante como lo que cuenta. Lo que se expone en la obra de Piketty no sólo
es un estado de cosas económico, sino la plasmación de las decisiones políticas
que se vienen adoptando en las últimas décadas en contra de los intereses
generales de los trabajadores y de los pueblos. No es un problema económico, es
un problema político. Y en este orden de cosas, la disyuntiva no es capitalismo o
marxismo, sino la superación de ambos.