1. Remedia Workshop
Los ecosistemas forestales en la captura y mitigación de CO2
José Alberto Pardos
El calentamiento global comienza a percibirse mediática y socialmente hacia la
mitad del siglo pasado y se relaciona con el aumento de la concentración de CO2 en
la atmósfera que, desde 265 ppm, al comienzo de la era industrial, se aupa hoy a 390
ppm, valor no alcanzado en los últimos 800.000 años, y considerado el mayor driver
del cambio climático. En aquel entonces, hacia 1950, se empezó a hablar de los
efectos negativos de los gases de efecto invernadero - GEI - si su concentración
superaba ciertos límites, con lo que su beneficio se trastocaría en un calentamiento
global excesivo para convertirse en amenaza para la vida en la biosfera, poniendo en
tela de juicio la teoría de Gaya de Lovelock y Margulis de la Tierra como sistema
autorregulado cuyas condiciones son favorables para la vida que en aquel momento la
pueble.
A tenor de estas percepciones la Ciencia del Clima cobra un fuerte impulso
con el desarrollo y aplicación de complejos modelos matemáticos para simular futuros
escenarios y la extensión en número y precisión de las mediciones de los parámetros
climáticos.
En la transparencia (1) se hace referencia al sistema carbon tracker -rastreador
de carbono – (2010, 2011) puesto en marcha para cuantificar el balance atmosférico de
emisiones y absorciones anuales de CO2. También figuran datos de House (2003) sobre
el balance global; y en la parte inferior se muestra el desglose de la absorción de CO2
en los ecosistemas terrestres y las sucesivas emisiones de carbono en la respiración,
desfronde, descomposición y perturbaciones desde su absorción por los vegetales, tras
las cuales se llega a una producción neta de ± 1 Gt año, que representaría la capacidad
potencial mundial de captura de carbono a largo plazo de los ecosistemas terrestres
(Watson et al, 2000).
La fijación del carbono en las plantas trascendió a su estudio en disciplinas
como Bioquímica, Fisiología Vegetal o Ecología, y la biomasa (con el 50% de su
2. peso seco en carbono) despertó un doble interés: como fuente de energía renovable -
con la reversión a los viejos tiempos de sustitución de la leña por el butano- para
reducir el consumo de combustibles fósiles, principales emisores del CO2 en su quema;
y, por otra parte, interés por la condición de sumideros de carbono de las masas
forestales, susceptibles por ello de mitigar el efecto de las emisiones, in crescendo,
de CO2 a la atmósfera.
El potencial mitigador de los bosques parece, en principio, importante. En la
transparencia (2) figuran los valores de contenido en carbono fijado en la biomasa
forestal en el mundo según FAO, y en España con datos de FAO, SECF y otros.
Puede apreciarse, asimismo, que el potencial de mitigación es muy variable
geográficamente como reflejan los valores de contenidos medios en t/ha, en suelo y
vegetación, con diferencias acusadas entre los valores medios de los diferentes biomas.
Para la biomasa forestal existen también amplios rangos de variación, lo que también
se produce para la PPN y el secuestro anual de C.
Los hechos y cifras mostrados han conducido a que los bosques y las
plantaciones forestales adquieran un protagonismo añadido al derivado de sus
conocidos servicios y beneficios y traducible en una puesta en valor susceptible de
compensación dineraria como soporte de su necesaria conservación. Sin embargo,
otras estimaciones califican la retención terrestre de carbono por los ecosistemas
forestales sólo como solución parcial (se ha empleado la expresión ganar tiempo); y
que no tiene sentido, se ha afirmado, basar todo el esfuerzo para mitigar los efectos del
cambio climático en la utilización de estos sumideros, que pueden no ser tan eficientes
como alternativa en la mitigación de los efectos del cambio climático.
Aún contando con la tasa de captura y el prolongado secuestro del carbono
que conlleva la longevidad de los árboles (prolongado en los productos manufacturados
con madera) cabe preguntarse hasta que punto y en qué forma se pueden maximizar
la producción (p.e. en madera) y la mitigación, o a qué opción, económica o
ecológicamente más rentable, debe encauzarse la gestión técnica. Cabe que el valor
dado a la mitigación de un monte no dependa estrictamente del carbono secuestrado
por unidad de superficie, y que esta cifra se module en relación con los otros posibles
3. usos y beneficios del monte, entre los cuales en ciertos casos (al menos en el Sur de
Europa) el aprovechamiento maderero no figura como prioritario.
En cualquier caso, la conservación de los bosques no está incluida en el
Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kioto, aunque sí se reconoce el
importante valor de los bosques. Es el sector LULUCF (Land Use, Land Use
Exchange and Forestry) quien cubre el inventario de emisiones y retenciones de GEI
derivadas del uso de la tierra, cambio de uso y actividades forestales. Y aunque en el
acuerdo firmado por la Comisión en el pasado mes de Marzo se refuerza la capacidad de
los bosques para preservar y capturar CO2 no se establece como objetivo la reducción
(leamos mitigación) de emisiones en el sector LULUCF. Cabe añadir que aunque
CO2equiv, se usa, en ocasiones, como unidad para expresar el potencial de captura de CO2
en una masa forestal, el concepto se refiere a la concentración de cualquiera de los
gases GEI que dé lugar al mismo RF -forzamiento radiativo- del CO2 ( función de la
concentración atmosférica medida y de la concentración preindustrial) y que se utiliza
en los mercados de carbono. También cabe aludir a que las emisiones de los GEI -
metano en ganadería y óxido nitroso en agricultura - que no fueron objeto de
compensación por créditos de carbono en Kioto, suponen cantidades importantes, que
van en aumento. En Europa, dichas emisiones son compensadas por la absorción de
CO2 en los bosques y pastizales, con lo que el efecto invernadero de los GEI de la
biosfera terrestre en Europa es casi neutro a pesar del secuestro de los bosques.
A tenor de estos hechos y cifras, un sin fin de trabajos de investigación se han
dirigido al análisis de las condiciones de habitación de los bosques, actuales y
pretéritas, en relación con cambios climáticos pasados (las llamadas cronosecuencias
del clima); y, especialmente también, con la simulación de su comportamiento en
escenarios climáticos futuros.
Uno de los primeros pasos a indagar en ese papel mitigador se ha centrado en
conocer los contenidos de carbono en suelo y vegetación y estimar la capacidad de
captura de CO2 por ha, así como su dinámica, temporal y espacial; lo que impulsará el
trabajo en las disciplinas necesarias para generar dichos conocimientos y a la postre
redundará en mejor gestión técnica. Pero creo que la puesta en valor, en términos
dinerarios, de los montes como herramientas de mitigación del carbono atmosférico va
4. a tener, per se, escaso recorrido. En cada país se asignan cupos de emisión de CO2 a
sus empresas y existe un comercio de derechos de emisión con créditos por toneladas
de CO2 equiv , objeto de subastas con un volumen que determina la UE, pero en cuyo
contexto no juegan ningún papel los bosques. Este comercio perderá fuelle cuando se
desarrollen nuevas tecnologías más eficaces y rentables en las que no se emita, o se
reduzca la emisión, o se almacene el CO2 emitido.
Los bosques seguirán inexorablemente secuestrando carbono de la atmósfera, si
otros factores del medioambiente no lo dificultan; dicho secuestro será incluso mayor si
la concentración en la atmósfera sigue aumentando, lo que al decir de los expertos
sucederá durante muchos años aunque se detuviesen las emisiones; pero creo que nadie
pueda asegurar que dicha mayor captura va a reducir (mitigar) significativamente la
concentración global de CO2 en la atmósfera, lo que, si así fuera, concedería un valor
más tangible a la mitigación.
En líneas generales, pienso que la mitigación de carbono en el ámbito forestal
debe considerarse como un beneficio medioambiental adicional a sus reconocidos
servicios ecológicos, económicos y sociales, a los que puede dar mayor valor, con
importantes repercusiones en la economía rural, en combinación con la biomasa como
fuente de energía renovable; y usarse como estandarte político, autonómico en el
ámbito nacional, y nacional en el ámbito Europeo. De ello cabe obtener mayores
inversiones en los montes, en aras de su conservación y mejora selvícola, y, por
supuesto, en el de su mayor conocimiento científico. El mensaje puede tener respuestas
muy favorables en la Sociedad, en los Medios de Comunicación y como bandera que
aúne ideologías diferentes.
En la transparencia (3) se formulan una serie de preguntas sobre los diversos
factores y circunstancias que inciden en la capacidad de mitigación de los bosques.
En la siguiente transparencia (4) se muestran los trabajos presentados en este
workshop distribuidos en tres grupos según objetivos: captura de carbono y biomasa,
contenido en carbono en el suelo y flujos de GEI y capacidad de mitigación ante
cambios en el clima. Cabe destacar la mayor presencia de trabajos en los dos primeros
(13 de 17) frente a solo 4 sobre el previsible impacto y acciones a tomar ante cambios
en el clima, temas a los que pienso se debería prestar más atención.
5. A continuación, mediante las transparencias 5 a 13, se enumeran líneas
actuales de trabajo que inciden en el papel de mitigación de los bosques y pueden
contribuir a dar respuesta a las preguntas anteriormente formuladas: Biomasa y carbono
y sus implicaciones en la gestión forestal, El carbono orgánico en el suelo y flujos de
GEI, Perspectivas ante el cambio climático y el incremento de CO2, Efectos e
interacciones, Bosques y plantaciones y Mitigación y potencial económico ante el
incremento de CO2.
6. A continuación, mediante las transparencias 5 a 13, se enumeran líneas
actuales de trabajo que inciden en el papel de mitigación de los bosques y pueden
contribuir a dar respuesta a las preguntas anteriormente formuladas: Biomasa y carbono
y sus implicaciones en la gestión forestal, El carbono orgánico en el suelo y flujos de
GEI, Perspectivas ante el cambio climático y el incremento de CO2, Efectos e
interacciones, Bosques y plantaciones y Mitigación y potencial económico ante el
incremento de CO2.