El documento describe tres puertas de entrada para implementar la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas: 1) La reflexión sobre los propios prejuicios y representaciones, 2) La enseñanza de la ESI a través del desarrollo curricular, la organización institucional y la atención de episodios disruptivos, y 3) El trabajo con las familias y la comunidad. La escuela debe garantizar el derecho a la ESI para los estudiantes mientras encuentra espacios de diálogo con las familias.