La microbiota intestinal está formada por bacterias que ayudan a digerir los alimentos. Factores como la falta de fibra en la dieta occidental, el uso excesivo de antibióticos y los conservantes en los alimentos procesados pueden desequilibrar la microbiota e causar síntomas como gases, síndrome de intestino irritable e inflamación intestinal. Los probióticos, que son bacterias vivas, pueden ayudar a mantener o recuperar una microbiota saludable.