Las posibilidades de que una mujer sufra quemaduras durante el embarazo son muy bajas por el cuidado especial que se les brinda a estas, pero cuando ocurren es necesario contar con un manejo claro de la situación para así poder proporcionar un tratamiento óptimo y a tiempo que pueda funcionar tanto al feto como a la madre. Un factor importante que se trata es la diferencia de tratamiento a seguir dependiendo del por ciento de superficie quemada, el trimestre de embarazo en el que ocurra la quemadura y la causa de la quemadura. Y por último otra factor también importante que hay que tomar en cuenta son las alteraciones que pueden originarse tanto fetales como maternas.