La realimentación consiste en introducir parte de la señal de salida de un amplificador en su entrada. Esto mejora la distorsión, aumenta el ancho de banda, reduce el ruido y mejora las impedancias de entrada y salida. Existen cuatro tipos de realimentación dependiendo de si se utiliza tensión o corriente y si se acopla en serie o en paralelo. La realimentación negativa es la más utilizada en amplificadores para mejorar su rendimiento.