Este documento habla sobre la importancia de contemplar la muerte desde la perspectiva de la fe en la resurrección durante la Cuaresma. Señala que la muerte es un tema central de este periodo y que debemos prepararnos para renovar nuestro compromiso bautismal de morir y resucitar con Cristo. También menciona que los santos aceptaron la realidad de la muerte y se prepararon para ella cada día, viéndola no como un misterio de oscuridad sino como la puerta hacia una nueva vida.