El documento describe la regulación nerviosa de la circulación y el control rápido de la presión arterial. Explica que el sistema nervioso autónomo, compuesto por el sistema nervioso simpático y parasimpático, controla la circulación a través de fibras nerviosas que salen de la médula ósea e inervan los vasos sanguíneos y el corazón. La estimulación simpática aumenta la actividad cardiaca y la resistencia vascular, mientras que la estimulación parasimpática disminuye la frecuencia cardíaca.