La evidencia disponible sobre los riesgos potenciales de la resonancia magnética no reporta efectos adversos significativos a corto plazo en seres humanos. Se han observado algunos efectos sensoriales leves como vértigo o magnetofosfenos, pero no se han encontrado efectos dañinos. La legislación europea sobre límites de exposición a campos electromagnéticos no se basa completamente en evidencia científica existente.