La rúbrica evalúa el desempeño de actividades colaborativas en cinco categorías (capacidad de autogestión, cumplimiento de pautas, calidad de interacción, frecuencia de participación, y manejo de conflictos) con tres niveles de desempeño (poco satisfactorio, satisfactorio, y muy satisfactorio). El nivel más alto implica trabajo autónomo, seguimiento de pautas, interacción completa, participación frecuente, y resolución constructiva de desacuerdos.