El documento describe la evolución de la televisión peruana desde sus primeras transmisiones experimentales en 1939 hasta su estado actual, argumentando que se ha ido degenerando con el tiempo debido a la influencia de programas con contenido nocivo. Señala que la "televisión basura" se ha popularizado a pesar del desagrado del público, caracterizándose por el morbo, sensacionalismo y escándalo para atraer audiencia. Concluye que este tipo de programas mediocres miden la incultura sin potenciar lo positivo.