2. Aceptación y comprensión por parte de las familias.
Coordinación y participación conjunta con el entorno
educativo.
Seguimiento diario del niño/a en el colegio, a través de
agendas, correos, blog etc.
Colaboración en casa de lo que se hace en clase, para
motivar, anticipar, reforzar para que se sientan más seguros
y sientan más curiosidad por lo que se realiza en el colegio.
3.
4. Coordinación de todos los docentes que atienden al alumno/a.
Intervención multidisciplinar en el centro.
Si el ratio de clase es muy grande, para poder funcionar mejor,
lo ideal es hacer desdobles cuando sea posible.
Sentar al niño/a cerca del docente, en un lugar tranquilo que
no tenga estímulos y así no pueda distraerse fácilmente.
Trabajar por rutinas para que el pequeño/a pueda organizarse y
anticipar lo que se va a hacer.
Instrucciones sencillas y claras, cerciorando que lo ha
comprendido correctamente.
Actividades atractivas que despierten su curiosidad.
5. A ser posible actividades cortas y dinámicas.
El uso de horarios, agendas y ayudas visuales que ayuden al
alumno organizarse y planificar las diferentes tareas escolares.
Trabajar las normas de aula y centro para que tenga un mayor
autocontrol de sus emociones
Técnicas de modificación de conducta, economía de fichas,
contrato de contingencias, tiempo fuera.
Trabajo con agrupamientos pequeños, para fomentar el trabajo
cooperativo y de modelado.
Ofrecerle pequeñas responsabilidades, ser el encargado de
recoger el material, de organizar las filas etc.
Utilizar otro tipo de evaluación adaptado al alumno/a (oral,
mayor tiempo, actividades más breves).