Las esculturas de la Catedral de Reims del siglo XIII muestran una evolución desde el estilo románico hacia un mayor naturalismo y humanismo. Representan la Anunciación y la Visitación de forma más realista, con rostros individualizados y gestos que rompen con la frontalidad anterior. Se aprecia la influencia del arte clásico en el tratamiento de los paños y el contrapuesto, pero también una preocupación por expresar sentimientos humanos acorde a la nueva espiritualidad de la época.