La escultura gótica se caracteriza por tener temática religiosa más humanizada que la románica, con figuras de proporciones humanas realistas y mayor movimiento. Los rostros están más individualizados y las ropas caen formando grandes pliegues naturalistas. Aparecen grupos dialogantes que se liberan del marco arquitectónico. Ejemplos importantes son las esculturas de la Catedral de Reims y el tímpano de Santa Ana de Notre Dame de París.