El documento describe las características generales del arte románico, que floreció entre los siglos XI y XII. Se centra principalmente en la arquitectura religiosa, incluyendo iglesias rurales pequeñas, grandes iglesias de peregrinación y monasterios. También cubre la escultura y pintura románicas, que tenían una función didáctica para explicar historias bíblicas a través de escenas esculpidas y pintadas muralmente con colores vivos.