La forma esférica de la Tierra fue establecida por sabios griegos hace miles de años y corroborada por viajes de circunnavegación en los siglos XV y XVI. Hoy se sabe que la Tierra es una esferoide achatada en los polos debido a su rotación y atracción gravitatoria. La forma redondeada de la Tierra causa efectos como las zonas climáticas, el ciclo día-noche, y la curvatura del horizonte, los cuales son confirmados por satélites y fotografías.