Este documento discute los trastornos de conducta en la infancia, incluyendo rabietas y negativismo, y factores que pueden contribuir a estos comportamientos. Señala que una adecuada educación temprana puede influir en la expresión de conductas disruptivas, pero en algunos casos son consecuencia de trastornos genéticos. También explica la "hipótesis de coerción", donde los padres responden más a rabietas que a conductas apropiadas para la edad, reforzando así esos comportamientos disruptivos.