Este texto argumenta que el uso excesivo de Internet por parte de los adolescentes puede conducir a la adicción y tiene perjuicios como la pérdida de vida social activa. Señala que aunque Internet sea una herramienta útil, los adolescentes a menudo lo usan más como forma de entretenimiento y ocio que para la educación. El autor concluye que el abuso de Internet puede acarrear consecuencias negativas como el aislamiento de amigos cercanos y una mayor dependencia de amigos virtuales.