El veneno de los escorpiones contiene varios péptidos que afectan los canales iónicos. Aunque la cantidad inyectada es pequeña, puede causar síntomas graves como dificultad respiratoria, convulsiones o parálisis. El tratamiento incluye inmovilizar la zona, aplicar frío, antihistamínicos y controlar convulsiones. Se están desarrollando sueros antiescorpión que contienen anticuerpos para neutralizar el veneno.