La simulación ofrece ventajas como probar cambios en los procesos sin implementarlos realmente, mejorar el conocimiento de cómo se comportan los procesos bajo diferentes escenarios, y ser más económica que realizar cambios en la realidad. Sin embargo, la simulación requiere tiempo para realizar un buen estudio, y quien la use debe dominar el software y tener conocimientos estadísticos para interpretar los resultados.