El capítulo describe la importancia de considerar la intencionalidad de los estudiantes en el proceso educativo. Explica que la educación solo puede mejorar cuando los contenidos y estímulos dados por el profesor toman en cuenta la atención, curiosidad, interés y creatividad de los alumnos. También destaca la necesidad de fomentar un horizonte axiológico que enfatice los valores, la dignidad humana y la autoevaluación para motivar a los estudiantes intrínsecamente.