2. 2.1 Recopilaciones bibliográficas: HERRERA RESTREPO, Daniel La filosofía en
Colombia. Bibliografía 1627- 1973 Cali: Universidad del Valle, 1973, 247 p.;
MARQUINEZ ARGOTE, Germán (ed.) La filosofía en Colombia. Bibliografía del Siglo
XX Bogotá: Universidad Santo Tomás, 1985, 222 p.; y PINZON GARZON, Rafael La
filosofía en Colombia. Bibliografía de los siglos XVI, XVII y 1ª Parte del XVIII Bogotá:
Universidad Santo Tomás, Biblioteca Colombiana de Filosofía, vol. 6, 1987, 107 p.
2.2 Estudios generales: La obra Filosofía en Colombia. Historia de las Ideas (1988,
1992)2 constituye la primera exposición de conjunto sobre el transcurrir del
pensamiento en nuestro medio. El libro incluye los siguientes capítulos
monográficos: "Problemática sobre la historia de las ideas filosóficas" (Eudoro
Rodríguez), "Los procesos ideológicos de la conquista" (Roberto Salazar), "Los
procesos ideológicos de la pacificación" (R. Salazar), La filosofía colonial: ¿nuestra
tardía Edad Media?" (Joaquín Zabalza), "Filosofía de la Ilustración" (G. Marquínez),
"Los procesos ideológicos de la emancipación" (G. Marquínez), "Benthamismo y
antibenthamismo" (G. Marquínez), "Romanticismo y positivismo" (R. Salazar),
"Tradicionalismo y neoescolástica" (Leonardo Tovar), "Sociedad y cultura: Hacia la
secularización de la filosofía" (G. Marquínez y E. Rodríguez), "La filosofía en la
Colombia contemporánea (1930-1988)" (Daniel Herrera), "El socialismo: praxis y
teorías" (E. Rodríguez), "La filosofía latinoamericana" (G. Marquínez) y "El futuro de
la filosofía en Colombia" (D. Herrera).
En julio de 2003 apareció el libro La filosofía en Colombia. Modernidad y conflicto3,
escrito por el pensador bogotano Manuel Guillermo Rodríguez Valbuena (n. 1947). En
contra del enfoque conservador que a su parecer tiene la obra de “El Búho”, el autor
busca profundizar en la función social de las ideas filosóficas en cada momento histórico
y destacar el papel de aquellos pensadores marginados de la historiografía filosófica
habitual que más han luchado por la modernización de la sociedad colombiana. Inspirado
en una visión de la historia de las ideas de ascendencia marxista, el volumen se
desenvuelve en cinco partes, a saber: 1) Historia y modernidad, 2) La batalla de la
modernidad en el siglo XIX, 3) Regeneración y filosofía, 4) Exilio de la filosofía moderna,
y 5) Proceso de normalización de la filosofía.
2.3 Recopilaciones y estudios parciales: SALAZAR RAMOS, Roberto (compilador)
Filosofía de la conquista en Colombia Bogotá: El Búho, 1983, 287 p.; SALAZAR
RAMOS, Roberto (comp.) Filosofía de la pacificación en Colombia Bogotá: El Búho,
1984, 298 p.; GARCIA BACCA, Juan David (introducción y compilación) Antología del
pensamiento filosófico en Colombia (1647-1761) Bogotá: Biblioteca de la Presidencia
de la República, 1955, 362 p ; DOMINGUEZ MIRANDA, Manuel (editor) Domínguez
2
MARQUINEZ ARGOTE, Germán et. al. La filosofía en Colombia. Historia de las ideas Bogotá: El
Búho, ( 1a. edición 1989), 2a. ed. 1992, 464 p.
3
RODRÍGUEZ VALBUENA, Manuel Guillermo La filosofía en Colombia. Modernidad y conflicto Rosario
(Argentina): Laborde, 2003, 360 p.
2
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3. Miranda, Manuel. 24 obras filosóficas del periodo colonial. Bogotá: Universidad
Javeriana, 2002. Edición en CDR. Colección Fuentes Filosóficas. Serie I. Volumen I,
cuatro tomos; HOUGHTON, Teresa (comp.) La Ilustración en Colombia Bogotá:
Universidad Santo Tomás, 1990, 382 p ; MARQUINEZ ARGOTE, Germán (comp.)
Filosofía de la Ilustración en Colombia Bogotá : El Búho, 1982, 203 p. ; PACHECO,
Juan Manuel Ciencia, filosofía y educación en Colombia (Siglo XVIII) Bogotà: ECOE,
1984, 190 p.; SILVA, Renán Los ilustrados de Nueva Granada. Genealogía de una
comunidad de interpretación Medellín: Banco de la República-Eafit, 2002, 674 p.:
MARQUINEZ ARGOTE, Germán (comp.) Filosofía de la emancipación en Colombia
Bogotá : El Búho, 1982, 203 p. JARAMILLO URIBE, Jaime El pensamiento
colombiano en el siglo XIX Bogotá: Temis, versión original de 1956, 2ª ed. 1974, 420
p.; MARQUINEZ ARGOTE, Germán (comp.) Benthamismo y antibenthamismo en
Colombia Bogotá: El Búho, 1983, 223 p. ; LOPEZ DOMINGUEZ, Luis Horacio
(comp.) La querella benthamista 1748- 1832 Bogotá : Fundación SantanderPresidencia de la República, 1993, 485 p. (prólogo de Jorge Eliécer Ruiz);
GONZALEZ ROJAS, Jorge Enrique (comp.) Positivismo y tradicionalismo en
Colombia Bogotá: El Búho, 1997, 294 p.; RAMIREZ, Edgar (comp.) Neoescolástica y
secularización de la filosofía en Colombia Bogotá : El Búho, 1997, 299 p. ; SIERRA
MEJIA, Rubén (comp.) La filosofía en Colombia (Siglo XX) (incluye textos de Danilo
Cruz Vélez, Rafael Carrillo, Estanislao Zuleta y otros) Bogotá: Procultura, 1985, 251 p.;
SIERRA MEJIA, Rubén "Temas y corrientes de la filosofía colombiana en el siglo XX"
Eco Bogotá, 1977, (194), 113- 145 ; Varios Tendencias Actuales de la Filosofía en
Colombia. Actas del IV Congreso Internacional de Filosofía Latinoamericana. 1986,
Bogotá: Universidad Santo Tomás, 1988, Biblioteca Colombiana de Filosofía vol. 7,
615 p; GIL; Numas Armando Reportaje a la filosofía vol. I Bogotá: Punto Inicial, 1993,
195 p., vol II Barranquilla: Universidad del Atlántico, 19994; RODRIGUEZ, Carolina La
filosofía analítica en Colombia Bogotá: El Búho, 2002, En la reseña histórica de cada
período, se amplía someramente esta muestra.
2.4 Información electrónica: El Instituto Pensar de la Universidad Javeriana en desarrollo
de la línea de investigación “Proyecto de Filosofía en Colombia”, ofrece en su página
electrónica datos de diferente índole sobre la historia y la situación actual del filosofar
en el país: http://www.javeriana.edu.co/pensar/Filosofia_colombia.htm.
3 Tres lecturas: Al abordar el estudio de la historia de las ideas filosóficas en Colombia,
se pueden seguir en términos generales dos tendencias interpretativas. De una parte,
con base en una concepción formal del filosofar, puede rastrearse el desarrollo de las
diferentes corrientes del pensamiento universal en nuestras academias. De otra, a partir
de una concepción orgánica de la filosofía, puede indagarse por su función ideológica en
nuestro proceso histórico cultural. La elección de cada perspectiva dependerá de las
características propias del período considerado así como del interés específico del
4
En esta obra, se recogen varias entrevistas celebradas por el autor a los filósofos colombianos más
connotados de las últimas décadas del siglo XX.
3
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4. investigador. Sin embargo, estas dos lecturas no deben impedir la posibilidad de una
lectura integrada, que reúna la concepción formal y la concepción orgánica del filosofar.
Dentro de un enfoque pragmático lingüístico, proponemos que esta tercera lectura se
dedique a la reconstrucción discursiva de los textos filosófico-ideológicos producidos a lo
largo de nuestra historia de las ideas5.
4 Los orígenes: ¿Cuándo comienza la historia de nuestra filosofía? Para algunos,
quizás debemos rastrear su origen en los mitos de las culturas nativas del territorio de la
actual Colombia. Así, Francisco Beltrán Peña6 ha analizado los elementos ideológicos
presentes en el pueblo muisca, y antropólogos como Gerardo Reichel-Dolmatoff (19121994)7, Fernando Urbina Rangel (n. 1939)8 y Guillermo Páramo Rocha9, han destacado
el valor conceptual de las cosmologías indígenas. En “Yurupary”, relato fundacional de lo
zona del Vaupés en la frontera colombo-brasileña, puede hallarse un ejemplo privilegiado
de este “pensamiento mítico”10. No obstante, y sin negar las enseñanzas filosóficas que
podemos obtener de la interpretación de estas expresiones culturales, consideramos que
los maestros que transmitieron el saber escolástico en los claustros coloniales, fueron los
iniciadores formales del filosofar en nuestro suelo. A partir de ese momento, entramos en
contacto con ese gran movimiento intelectual que, iniciado por los griegos y continuado
por diversas corrientes, puede caracterizarse como la tarea emprendida por el ser
humano para apropiarse de su mundo por medio de la razón. Desde entonces,
quedamos incorporados a la vasta tradición del filosofar occidental, o si se prefiere, la
filosofía quedó incorporada como posibilidad de sentido a nuestra historia.
5 Conquista y evangelización: El encuentro de la cultura europea y la cultura aborigen
suscitó durante la época de la Conquista y los primeros años de la Colonia diversos
problemas de índole antropológica y moral. La dominación del Nuevo Mundo, que había
sido justificada como un medio para realizar la idea de un "Orbe Cristiano"11 y se
planteaba como una empresa evangelizadora, se desarrollaba en la práctica como una
campaña de enriquecimiento fácil montada sobre el despojo y reducción sistemática de
5
Para una ampliación de este tópico, cfr. ROIG, Arturo Andrés Historia de las ideas, teoría del discurso
y pensamiento latinoamericano Bogotá : Universidad Santo Tomás, 1993, pp. 23- 46 y 107- 113.
6
Cfr. BELTRAN PEÑA, Francisco Los muiscas: pensamiento y realizaciones Bogotá: Nueva América,
1980, 138 p.
7
Cfr entre otras REICHEL DOLMATOFF, Gerardo Indios de Colombia: momentos vividos, mundos
concebidos Bogotá: Villegas, 1991. 203 p.
8
Cfr entre otros URBINA RANGEL, Fernando Amazonia: naturaleza y cultura Bogotá: Banco de
Occidente, 1986, 194 p.
9
Cfr. PARAMO ROCHA, Guillermo “Lógica de los mitos, lógica paraconsistente” Ideas y Valores Bogotá,
Universidad Nacional, (79), abril 1989, pp. 27- 67.
10
Cfr. Yurupary (relato de José Roberto Maximiano a Ermano Stradelli, traducción española del italiano
de Susana Salessi) Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1993, pp. 81- 212; estudio introductorio de Héctor H.
Orjuela, pp. 5- 79.
11
Cfr. HERRERA RESTREPO, Daniel "La filosofía en la Colonia: elementos para una aproximación
histórica" Ideas y Valores Bogotá, Departamento de Filosofía, Universidad Nacional, 1979, (55-56), pp.
59- 81.
4
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5. los indígenas. Los conquistadores no reparaban en escrúpulos morales cuando se
trataba de satisfacer su codicia, y de ahí que algunos misioneros levantaran su voz de
protesta en defensa de los derechos de los nativos, pero a cambio eran acusados de
entrometerse en asuntos civiles y militares. Lo cierto era que con esa conducta, el clero
favorecía los intereses centralistas de la metrópoli española, opuesta a los deseos
'independentistas' que manifestaron desde temprano los adelantados y encomenderos.
Las medidas proteccionistas de la población indígena dictadas por la Corona, si bien
contenían indudables elementos humanistas, respondían ante todo al propósito de limitar
la acción de los conquistadores, aunque en el fondo eran estos quienes dominaban
debido a su gran riqueza. De allí la frase “Se obedece pero no se cumple”, pronunciada
por los conquistadores españoles para significar que reconocían su vasallaje al rey pero
no estaban dispuestos a seguir órdenes que disminuyesen su poder económico. Y a
pesar de las diferencias, no debe olvidarse que todos, gobierno español, conquistadores
y misioneros, coincidían en la legitimidad de la Conquista, convencidos de la superioridad
de sus instituciones, valores y creencias12.
6 Lascasianismo en Colombia: Como es sabido, el movimiento misionero en defensa
de la población aborigen tuvo en el dominico español Bartolomé de las Casas (14741566) a su principal inspirador13. Gracias en gran medida a su labor, en 1542 la Corona
promulgó las llamadas Nuevas Leyes, rechazadas de forma unánime por los
encomenderos porque impedían la esclavización indiscriminada de los indígenas. En la
Nueva Granada, sea por influencia de Las Casas o por coincidencia con su postura,
puede hablarse de la existencia de un grupo lascasiano, algunos de cuyos
representantes fueron: 1) Fr. Tomás Ortiz, Protector de Indios en la Provincia de Santa
Marta, quien fijó en unas "Ordenanzas" las normas para el trato y adoctrinamiento de los
indios14; 2) Fr. Tomás de Toro, quien a partir de textos de Santo Tomás y de la
escolástica española, refuta el derecho a someter a pueblos extraños so pretexto de su
infidelidad15: 3) Fr. Juan de Soto Filiberto Menor, quien denuncia las fallas de la
evangelización16 ; 4) Juan del Valle17, quien presenta las conclusiones del Sínodo
12
Para un análisis ideológico de la conquista neogranadina y latinoamericana cfr. CASTAÑEDA, Felipe y
VOLLET, Matías (editores) Concepciones de la conquista, aproximaciones interdisciplinarias Bogotá:
Universidad de los Andes, 2001, 414 p.
13
Entre la rica bibliografía sobre el insigne dominico, cfr. PEREZ FERNANDEZ, Isacio “Bartolomé de las
Casas” en ROBLES, Laureano (comp.) Filosofía iberoamericana en la época del encuentro Madrid :
Trotta, 1992, pp. 243- 259.
14
Cfr. ORTIZ VERLANGA, Tomás “Ordenanzas para el buen tratamiento y doctrina de los indios”, en
SALAZAR RAMOS, Roberto (compilador) Filosofía de la conquista en Colombia Bogotá: El Búho, 1983, pp.
155- 161.
15
TORO, Fray Tomás de “Informe sobre el tratamiento de los indios, la población de la tierra y el recaudo
de la hacienda real en la provincia de Cartagena”, en SALAZAR RAMOS, Roberto (compilador) Filosofía
de la conquista en Colombia Bogotá: El Búho, 1983, pp. 162. 172.
16
SOTO FILIBERTO MENOR, Fray Juan de “Descripción del estado de la conversión y el tratamiento de
los Indios en el Nuevo Reino de Granada” (1553), en SALAZAR RAMOS, Roberto (compilador) Filosofía de
la pacificación en Colombia Bogotá: El Búho, 1983, pp. 249- 262.
5
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6. Diocesano celebrado en Popayán en 1558, donde se niega la justicia de la guerra
emprendida por los españoles contra los indígenas18; y 5) Fr. Pedro de Azuaga, quien
solicita al monarca español la supresión del servicio personal de los americanos19. En
esta misma línea, merece citarse al indígena Diego de Torre, Cacique de Turmequé,
quien viajó a Madrid para denunciar personalmente ante el rey los atropellos cometidos
por los españoles20. En el siglo XVII, se gestó un movimiento paralelo de protección de
los esclavos africanos, encabezado por el jesuita Alonso de Sandoval21.
7 Escolástica colonial: Aun admitiendo que en la Colonia se desenvolvió una
actividad académica regular que constituye el origen formal de nuestro filosofar, la
historiografía habitual de nuestras ideas ha estimado que la filosofía colonial se
caracterizó por un rígido escolasticismo y por su resistencia a todo lo que oliese a
pensamiento moderno. De acuerdo con esta visión, la escolástica española después
del auge del siglo XVI, entró a partir de la siguiente centuria en franca decadencia,
convirtiéndose en un saber repetitivo, dogmático y artificioso. Volviendo de forma
mecánica sobre la doctrina tomista, utilizando de modo abusivo el silogismo en la
argumentación y apartándose por completo de cualquier fin práctico, la filosofía
enseñada en las universidades dominica, jesuita y la efímera agustina, se orientaba a
la formación ideológica de las autoridades civiles y eclesiásticas del Nuevo Reino. La
defensa de la Corona era del todo solidaria con la apología de la religión, hasta el
punto de que la rebeldía y la herejía se confundían en un solo delito. Sin embargo,
algunos analistas han refutado, o por lo menos matizado, tanto el juicio sobre el
antimodernismo como el juicio sobre el colonialismo de la escolástica americana. Para
comenzar, se ha revelado que en la Península y en las provincias indianas, los
contactos con la filosofía moderna se remontan al siglo XVII y determinan el tono
ecléctico adoptado desde entonces en algunos textos 22. En relación con el factor
político, no ha faltado quien afirme que ideas comunalistas y pro-tiranicidas oriundas de
la tradición tomista jesuita, fueron la verdadera fuente ideológica de la independencia
17
Cfr. FRIEDE, Juan Vida y luchas de don Juan del Valle, primer obispo de Popayán y protector de los
indios Popayán: Editorial Universitaria, 1961, 270 p.
18
Cfr. VALLE, Juan del “Conclusiones del Sínodo Diocesano celebrado en Popayán en 1558”, en
SALAZAR RAMOS, Roberto (compilador) Filosofía de la pacificación en Colombia Bogotá: El Búho, 1983,
pp. 271- 278.
19
Cfr. AZUAGA, Pedro de “Sobre algunas cosas que hay necesidad de remediar para el bien de estos
desventurados indios y descargo de la conciencia real” (1583), en SALAZAR RAMOS, Roberto
(compilador) Filosofía de la pacificación en Colombia Bogotá: El Búho, 1983, pp. 241-245.
20
Cfr. TORRE, Diego de “Información hecha por el cacique mestizo, Diego de Torre, en el Consejo, sobre
la situación de los indios en la Provincia de Tunja, Madrid, 1584”, en FRIEDE; Juan (editor) Fuentes
documentales para la historia del Nuevo Reino de Granada Bogotá: Banco Popular, 1975-1976, vol. VIII,
pp. 236- 273; reproducido parcialmente en SALAZAR RAMOS, Roberto (compilador) Filosofía de la
pacificación en Colombia Bogotá: El Búho, 1983, pp. 285- 298.
21
Cfr. SANDOVAL, Alonso de Un tratado sobre la esclavitud Madrid: Alianza, 1987, 614 p. Recoge “De
instauranda Aethiopum salute”, Sevilla, 1627.
22
Cfr. MARQUINEZ ARGOTE, Germán (editor) La filosofía escolástica de los siglos XVII y XVIII en el Nuevo
Reino de Granada Bogotá: El Búho, 156 p; “Introducción”, pp. 5- 29.
6
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7. americana23. Más allá de esta polémica apenas esbozada, citemos a los siguientes
representantes de la escolástica neogranadina: 1) el jesuita Mateo de Mimbela (16631736), autor del manuscrito “Breve tratado del cielo y los astros” (finales S. SVII),
donde se incluyen a manera de hipótesis algunos elementos de la astronomía
copernicana24; 2) el también jesuita Juan Martínez de Ripalda (1641- 1707), cuyo libro
“Del uso y del abuso de la doctrina tomista”, única obra filosófica de un residente de la
Nueva Granada que se imprimió durante aquel período (Lieja, 1704), ofrece rasgos
gnoseológicos modernizantes de inspiración suareciana 25; 3) Agustín Alarcón y Castro,
s.j.(n. 1713), de quien se conservan tratados de lógica y de dialéctica(1758)26; 4) el
dominico Jacinto de Buenaventura(1731- 1785), autor de un “Tratado de los actos
humanos según Santo Tomás (1759)27. La mencionada edición electrónica de los
textos coloniales emprendida por el Instituto Pensar (cfr. supra §2), sin duda contribuirá
a la difusión y el estudio de este importante capítulo de la historia de nuestro
pensamiento filosófico.
8 La ilustración neogranadina: Aunque se ha considerado al curso de matemáticas que
en 1761 dictó José Celestino Mutis (1732- 1808)28 en el Colegio del Rosario como el
inicio de la Ilustración en Colombia, ya en 1757 un anónimo jesuita (al parecer, Juan
Antonio Ferraro) había divulgado en una “Física especial y curiosa” el sistema
heliocéntrico29. Germán Marquínez, estudioso del período, destaca que se trató ante todo
de una filosofía del método, que en contra de los procedimientos especulativos de la
doctrina escolástica, defiende la necesidad de estudiar la naturaleza con base en la
experiencia y la razón. Este interés, sin embargo, no comportó los extremos en
ocasiones antirreligosos de la ilustración europea, y es así como Mutis se cuida en
declarar que el conocimiento de las ciencias no aleja sino acerca a los hombres a Dios.
En cuanto a las implicaciones políticas del movimiento, debe declararse que en principio
respondió a las orientaciones absolutistas de los monarcas borbones, pero pronto el
recurso a la razón, la investigación de las riquezas naturales y el impulso a los estudios
23
Cfr. GOMEZ HOYOS, Rafael La revolución granadina de 1810: Ideario de una generación y de una
época 1781- 1821 Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1982, 2 tomos.
24
Cfr estudio y traducción en MARQUÍNEZ ARGOTE, Germán Breve tratado del cielo y los astros del M.
Javeriano Mateo Mimbela Bogotá: Universidad Javeriana, San Cristóbal: Universidad Católica del
Táchira, 2000, 141 p.
25
Para un estudio y traducción parcial de esta obra cfr MARQUINEZ, Germán “Los principios de la
intelección humana del M. Javeriano Juan Martínez de Ripalda (1641- 1707)” Bogotá : Facultad de
Filosofía. Universidad Javeriana, 1998, 160 p.
26
Cfr. ALARCON Y CASTRO, Agustín Manuel “Tratado de dialéctica según la admirable doctrina del
Doctor Angélico y los preceptos de Aristóteles” (1758), fragmento en GARCIA BACCA, Juan David
(introducción y compilación) Antología del pensamiento filosófico en Colombia (1647-1761) Bogotá:
Biblioteca de la Presidencia de la República, 1955, pp. 73- 106.
27
Cfr. BUENAVENTURA, Jacinto Antonio de Tractatus de actibus humanis (ed. bilingüe preparada por
Rafael Pinzón) Bogotá: Universidad Santo Tomás, 1984, 258 p.
28
Cfr. entre otros HERNANDEZ DE ALBA, Gonzalo Pensamiento científico y filosófico de José
Celestino Mutis Bogotá: Fondo Cultural Cafetero, 1982, 167 p.
29
Cfr. ANONIMO Physica specialis et curiosa (1755) (ed. bilingüe, trad. Pedro Nel Ramírez) Bogotá:
Universidad Santo Tomás, 1988, 269 p.
7
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8. prácticos, crearon un inédito sentimiento nacionalista en los jóvenes criollos que
siguieron el proceso. Desde un punto de vista formal, merecen destacarse: 1) José
Celestino Mutis, cuyo texto Elementos de filosofía natural (1764) expone la filosofía del
método ilustrado30; 2) José Domingo Duquesne (1747- 1822), autor de la obra “Historia
de un congreso filosófico tenido en el Parnaso” (1791), donde se ridiculiza la filosofía
peripatética frente al pensamiento ecléctico31; y 3) José Félix de Restrepo (1760- 1832),
quien después de su conocida “Oración de estudios” de 179132, publicó en la segunda
década del siglo XIX lecciones de lógica, física y metafísica33. Bajo una perspectiva
ideológica, cabe recordar como típicos exponentes de este período a Francisco José de
Caldas (1768- 1816), gestor de ideas independentistas con base en el cultivo de las
ciencias naturales34 ; Camilo Torres (1766- 1816), líder de los sectores que deseaban
mayor injerencia de los criollos en la administración del Virreinato35 : y Antonio Nariño
(1760- 1823), desde la traducción de los Derechos del Hombre de la Revolución
Francesa hasta su muerte, infatigable luchador a favor de la libertad neogranadina36. En
el bando anti-ilustrado mencionemos a Joaquín de Finestrad, quien cuestionó la
inspiración hereje que según él había tenido la rebelión comunera de 178137
9 La ideología de la emancipación: Mientras la filosofía académica languidecía en
universidades y conventos, la crisis del Estado colonial junto con el ejemplo de la
independencia norteamericana (1770) y de la Revolución Francesa (1789),
desembocaron en el proceso independentista de 1810. Las ideas se convirtieron en
instrumento de lucha utilizado en los códigos, en los parlamentos y en la prensa. El
historiador Javier Ocampo López38 enumera así los motivos ideológicos de la
Independencia en la Nueva Granada: 1) recusación del dominio español sobre América,
basada en argumentos históricos, económicos y políticos39; 2) búsqueda de un régimen
30
Cfr. MUTIS, José Celestino “Elementos de filosofía natural” (1764), en HOUGHTON, Teresa (ed.) La
Ilustración en Colombia Bogotá: Universidad Santo Tomás, 1990, pp. 77- 95.
31
Cfr. DUQUESNE, José Domingo “Historia de un congreso filosófico tenido en el Parnaso por lo tocante
al imperio de Aristóteles” (1791), en HOUGHTON, Teresa (ed.) La Ilustración en Colombia Bogotá:
Universidad Santo Tomás, 1990, pp.13- 75.
32
Cfr. RESTREPO, Félix de “Los estudios de filosofía” (1791), en MARQUINEZ ARGOTE, Germán
(compilador) Filosofía de la Ilustración en Colombia Bogotá : El Búho, 1982, pp. 113- 125.
33
Cfr. RESTREPO, José Félix de Obras completas (edición de Daniel Herrera y Rafael Pinzón) Bogotá:
USTA, 2002, 475 p.
34
Cfr. CALDAS, Francisco José de Obras Completas Bogotá: Universidad Nacional, 1966, 529 p.
35
Cfr. TORRES, Camilo “Memorial de Agravios” (1809), en MARQUINEZ ARGOTE, Germán (comp.)
Filosofía de la Ilustración en Colombia Bogotá : El Búho, 1982, pp. 175- 201.
36
Cfr. NARIÑO, Antonio Archivo Nariño (compilación de Guillermo Hernández de Alba) Bogotá :
Fundación Francisco de Paula Santander, 1990. 6 volómenes.
37
Cfr. FINESTRAD, Joaquín de El vasallo instruido en el Nuevo Reino de Granada y en sus respectivas
obligaciones (original de 1789, edición de Margarita González) Bogotá: Universidad Nacional, 2000, 406
p.
38
Cfr. OCAMPO LOPEZ, Javier El proceso ideológico de la emancipación en Colombia Bogotá:
Planeta, 1999, 427 p.
39
Cfr. FERNANDEZ DE SOTOMAYOR Y PICÓN, Juan Catecismo o instrucción popular (1814), Bogotá:
Kelly, 1976, 29 p.; también en MARQUINEZ ARGOTE, Germán (comp.) Filosofía de la emancipación en
8
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9. representativo liberal, según las doctrinas estadounidenses, francesas e inglesas40; 3)
americanismo, con el objeto al decir del Libertador Simón Bolívar (1783- 1830) de
convertir al Continente en una gran nación soberana y libre41. Sin embargo, no debe
pensarse que se trató de un movimiento homogéneo, pues se suscitaron resistencias de
sectores afectos al gobierno colonial42, así como divisiones internas entre quienes en el
comienzo del proceso preferían un régimen centralista (Antonio Nariño43) o federalista
(Camilo Torres y Miguel de Pombo44), o después del triunfo militar sobre los realistas,
entre quienes sostenían la necesidad de un Estado fuerte o defendían el imperio de la
ley (bolivaristas vs. santanderistas45 respectivamente).
10 La conformación de la república: Con la muerte del Libertador, pereció el sueño
integracionista de la Gran Colombia y la Nueva Granada comenzó su vida como
república independiente46. Bajo la inspiración de Francisco de Paula Santander (17921840), la clase dirigente se agrupó en el partido liberal, que hacia 1849 se había dividido
en los liberales conservadores y los liberales rojos, respectivos orígenes de los actuales
partidos conservador y liberal. Por aquel entonces, se gestaba la llamada revolución de
medio siglo, que con el lema de la independencia mental se proponía romper de modo
definitivo con las instituciones y costumbres heredadas de la Colonia. La abolición de la
esclavitud, las reformas económicas de corte librecambista, la instauración del régimen
federalista, entre otras medidas, marcan la contribución de importantes figuras liberales
como Florentino González (1805- 1875), redactor de las constituciones de 1853 y 1858 y
uno de los más destacados ideólogos del siglo pasado47. Sin embargo, no debe
pensarse de modo simplista que ese tipo de programas marcaba nítidamente las
fronteras con el naciente conservatismo, pues desde entonces ya se daban límites
móviles entre las dos colectividades según los intereses del momento. La prueba reside
en que al ocurrir en 1854 el levantamiento del general Melo (1800- 1860) con el apoyo
Colombia Bogotá : El Búho, 1982, pp. 44- 57.
40
Cfr. una muestra de textos constitucionales del período en MARQUINEZ ARGOTE, Germán (comp.)
Filosofía de la emancipación en Colombia Bogotá : El Búho, 1982, pp. 115- 144.
41
Cfr, BOLIVAR, Simón “Carta de Jamaica” (1815), en MARQUINEZ ARGOTE, Germán (comp.) Filosofía
de la emancipación en Colombia Bogotá : El Búho, 1982, pp. 177- 202.
42
Cfr. LEON, Antonio de “Sobre la obediencia debida a los reyes” (1816), en MARQUINEZ ARGOTE,
Germán (comp.) Filosofía de la emancipación en Colombia Bogotá : El Búho, 1982, pp. 75- 113.
43
Cfr. NARIÑO, Antonio “Sobre el gobierno que conviene al reino de la Nueva Granada” ( “La Bagatela”,
1811), en MARQUINEZ ARGOTE, Germán (comp.) Filosofía de la emancipación en Colombia Bogotá :
El Búho, 1982, pp. 159- 173.
44
Cfr. POMBO, Miguel de “Discurso preliminar sobre los principios y ventajas del sistema federativo”
(1811), en MARQUINEZ ARGOTE, Germán (comp.) Filosofía de la emancipación en Colombia Bogotá :
El Búho, 1982, pp. 145- 158.
45
Cfr. SANTANDER, Francisco de Paula “Origen de las desavenencias entre el Presidente y el
Vicepresidente de la República” (1829), en DELGADO, OSCAR (comp.) Antología política. Francisco de
Paula Santander y Vicente Azuero Bogotá : Colcultura, 1981, pp. 41- 76.
46
Para una noticia global sobre la conformación política e ideológica de la República cfr. MOLINA,
Gerardo Las ideas liberales en Colombia Bogotá: Tercer Mundo, 1979, 3 vol.
47
Cfr. GONZALEZ, Florentino Escritos políticos, jurídicos y económicos (comp. de Oscar Delgado)
Bogotá : Colcultura, 1981, 782 p.
9
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10. de los artesanos agrupados en las Sociedades Democráticas, los sectores legitimistas de
los dos partidos se unieron para derrocarlo. Con la imposición de las ideas radicales en
la Convención de Rionegro de 1863, el conservatismo entró en el ostracismo político y el
país se vio sometido a instituciones cuyo valor todavía se discute. Además de González,
conviene mencionarse entre los ideólogos liberales a Manuel Murillo Toro (1816- 1880)48,
y entre los conservadores, a Mariano Ospina Rodríguez (1805- 1885)49 y José Eusebio
Caro (1817- 1853)50
11 La cuestión religiosa: Al rastrear las diferencias entre los dos partidos durante el
siglo XIX, los historiadores parecen concordar en que el tema religioso marcó la mayor
separación51. De un lado, los conservadores veían en la religión católica un elemento
esencial de la identidad del país y consideraban justo que esto se reconociera de forma
explícita en la legislación. Los liberales, en cambio, propugnaban por la instauración de
un estado laico basado en una clara separación entre los poderes civil y eclesiástico. En
verdad, propiamente no se suscitó cuestión religiosa, pues en ningún momento se
debatieron asuntos doctrinarios o de fe. Más bien, habría que hablar de una cuestión
clerical, pues la discusión se entabló entre una jerarquía eclesiástica dispuesta a no
perder su poder económico y político y un Estado decidido a no compartir la soberanía.
Al cabo, la gran influencia de la religión sobre las mentes de las gentes, determinó el
fracaso del proyecto secularizante de los ideólogos liberales del siglo XIX.
12 Benthamismo y antibenthamismo: Con seguridad, ninguna otra polémica intelectual
ha apasionado tanto el espíritu de los colombianos como la sostenida a través del siglo
XIX en torno a las ideas utilitaristas del jurista y pensador inglés Jeremías Bentham
(1748- 1832)52. Introducido el estudio de su obra Tratado de legislación civil por la
administración del General Santander en 1826, la presencia de Bentham en los
pénsumes académicos vive sucesivas etapas de prohibición y de imposición. Para los
benthamistas, la ética utilitarista contenía un fundamento racional para la vida individual y
colectiva, basado en criterios mundanos de felicidad. Sus detractores, en cambio,
acusaban a Bentham de difundir un craso hedonismo y de auspiciar la falta de moral y la
impiedad. No obstante, quienes impulsaron la doctrina utilitarista vieron en ella un medio
excelente para armonizar las libertades burguesas con el control del organismo social de
acuerdo con sus intereses, muy lejos de los extremos licenciosos que se les enrostraban.
48
Cfr, MURILLO TORO, Manuel Obras selectas (comp. de Jorge Mario Eastman) Bogotá : Camara de
Representantes, 1979, 387 p.
49
Cfr. OSPINA RODRIGUEZ, Mariano Antología del pensamiento de Mariano Ospina Rodríguez Bogotá:
Banco de la República, 1990, 2 vol.
50
Cfr. CARO, José Eusebio Escritos filosóficos (edición de Simón Aljure Chalela) Bogotá: Kelly, 1954,
276 p.
51
Cfr. GONZALEZ, Fernán Partidos políticos y poder eclesiástico Bogotá: CINEP, 1977, 211 p.
52
Cfr. MARQUINEZ ARGOTE, Germán (ed.) Benthamismo y antibenthamismo en Colombia Bogotá:
El Búho, 1983, 223 p. ; LOPEZ DOMINGUEZ, Luis Horacio (comp.) La querella benthamista 1748- 1832
Bogotá : Fundación Santander- Presidencia de la República, 1993, 485 p.
10
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11. Al atacarlos, los sectores tradicionalistas ponían de presente su contrariedad porque se
les arrebataba la definición del bien y de la verdad. Por supuesto, no desconocemos las
inconsistencias teóricas del utilitarismo, pero consideramos que la raíz de las críticas que
se le formularon procede de criterios eminentemente ideológicos. Entre los
representantes del benthamismo, merecen citarse Vicente Azuero (1787- 1844), quien
adelantó una célebre polémica con el presbítero Francisco Margallo en torno a la
introducción de Bentham en los estudios de Derecho53; Ezequiel Rojas (1804- 1874),
quien en su Filosofía moral (1870)54 elabora una exposición sistemática de la ética
utilitarista; y Francisco Eustaquio Alvarez (1827- 1897), cuya obra de defensa y
divulgación del sensualismo de Destutt de Tracy (1754- 1836) complementa la influencia
de Bentham55. En cuanto a los antibenthamistas, recordemos a José Eusebio Caro,
autor de la primera crítica filosófica de hondura contra el utilitarismo56; Ricardo de la
Parra, quien remitió a Rojas varias cartas donde ataca el principio de utilidad57; y Miguel
Antonio Caro (1843- 1909), cuyo Estudio sobre el utilitarismo de 1869 contiene tanto
argumentos filosóficos de estirpe racionalista como objeciones de inspiración
apologética58.
13 Filosofía de la historia: Las crisis que pronto surgieron en el proyecto político de
instaurar un régimen demoliberal, llevaron a algunos escritores públicos a explorar el
pasado del país con el fin de descubrir el carácter de la cultura nacional59. Así, José
María Samper (1828- 1888) en su obra Ensayo sobre las revoluciones políticas (1861)60
sondea en la naturaleza de la colonización hispana el origen del atraso económico y la
inestabilidad política de las repúblicas hispanoamericanas. En contra de esta opinión, el
ideólogo conservador Sergio Arboleda (1822- 1888) sostiene en su texto La república en
la América española (1869), que la independencia sólo tendría un desarrollo feliz si se
conservaba la herencia colonial en las instituciones, la religión y la educación de los
colombianos61. Por último, nombremos a Manuel María Madiedo (1815-1888), quien con
53
Cfr. AZUERO, Vicente “Contra el doctor Margallo” (1826), en MARQUINEZ ARGOTE, Germán (ed.)
Benthamismo y antibenthamismo en Colombia Bogotá: El Búho, 1983, pp. 59- 65.
54
Cfr. ROJAS, Ezequiel Escritos éticos Bogotá: Universidad Santo Tomás, 1982, 468 p.
55
Cfr. ALVAREZ, Francisco Eustaquio Manual de lógica. Extracto de autores de la escuela experimental
Bogotá : Imprenta de la Luz, 261 p.
56
Cfr. CARO, José Eusebio “Sobre el principio utilitario” (1842), en MARQUINEZ ARGOTE, Germán (ed.)
Benthamismo y antibenthamismo en Colombia Bogotá: El Búho, 1983, pp. 79- 124.
57
Cfr. PARRA, Ricardo de la “Cartas sobre filosofía moral” (1868) en MARQUINEZ ARGOTE, Germán
(ed.) Benthamismo y antibenthamismo en Colombia Bogotá: El Búho, 1983, pp. 154- 160.
58
Cfr. CARO, Miguel Antonio “Estudio sobre el utilitarismo” (1869) en Obras. Tomo I: Filosofía,
religión, pedagogía (ed. Carlos Valderrama Andrade) Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1961, pp. 7- 271.
59
Para una visión global del papel de algunos intelectuales del siglo XIX en la aclimitación de la
modernidad, cfr. RODRIGUEZ, Manuel Guillermo Colombia, intelectualidad y modernidad Bogotá,
Editorial Magisterio, 1995, 156p.
60
Cfr. SAMPER, José María Ensayo sobre las revoluciones políticas Bogotá: Universidad Nacional,
1969, 343 p.
61
Cfr. ARBOLEDA, Sergio La República en la América española Bogotá: Banco Popular, 1972, 452 p.
11
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12. la propuesta de un socialismo cristiano intentaba deslindarse tanto del liberalismo radical
como del conservatismo tradicionalista62.
14 Neoescolástica y positivismo: Con la Regeneración, aparece un nuevo tipo de
ideología en la orientación de los destinos del país. Aunque se conservaron las formas
del sistema democrático representativo, los constitucionalistas de 1886 con el
tradicionalista Miguel Antonio Caro63 a la cabeza, aprobaron un régimen rígidamente
centralista y reconocieron a la Iglesia Católica como elemento esencial de la
nacionalidad, guía de la educación pública y garante del orden social. Curiosamente,
unido a esta reivindicación del poder eclesiástico, se dio un interés de signo positivizante
por alcanzar un nivel científico que impulsase el anhelado desarrollo nacional. Al
contrario de otros países latinoamericanos, las doctrinas positivistas no siempre se
extendieron entre nosotros en oposición a los dogmas de la religión, pues se presentó
cierta alianza de orden pragmático. Para comprobar este acuerdo larvado, baste recordar
que Monseñor Rafael María Carrasquilla (1857- 1930)64, quien como rector del Colegio
Mayor de Nuestra Señora del Rosario entre 1890 y 1930 actuó como el más ferviente
animador de la restauración tomista, en su temprano opúsculo La ciencia cristiana (1882)
busca demostrar que los avances más recientes de las ciencias naturales corresponden
por entero al sistema teológico-filosófico erigido por la escolástica tomista. En el mismo
sentido, cabe mencionar los trabajos El positivismo y la metafísica (1897), de Luis F.
Vergara; La filosofía positivista (1898) de Samuel Ramírez; y Santo Tomás de Aquino
ante la ciencia moderna (1913), de Francisco M. Rengifo65. En cuanto a los expositores
del positivismo en sentido estricto, citemos a Ignacio V. Espinosa (m. 1903), quien en un
folleto de 1893 expone las doctrinas de Spencer66; Salvador Camacho Roldán (18271900), cuyo discurso en la Universidad Nacional de 1882 está considerado como la carta
de fundación de la sociología científica en Colombia67; y Rafael Núñez (1825- 1894), de
quien cabe sospechar que incluso su adopción de políticas de corte tradicional respondía
a un criterio positivista en política68.
62
Cfr. MADIEDO, Manuel María Ciencia social o el socialismo filosófico (1863) Bogotá: Incunables, 1982,
477 p.
63
Sobre el papel ideológico de M.A. Caro en la cultura nacional, cfr. SIERRA MEJÍA, Rubén (editor)
Miguel Antonio Caro y la cultura de su época Bogotá: Universidad Nacional, 2002, 394 p.
64
Para el pensamiento filosófico de Monseñor Carrasquilla, cfr. CARRASQUILLA, Rafael María Obras
Completas (ed. José Eusebio Ricaurte) Tomo III, vols. I y II, Bogotá: Academia Colombiana de Historia,
1961.
65
Cfr. VALDERRAMA ANDRADE, Carlos El movimiento neotomista orientado por Mons. Rafael María
Carrasquilla en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1986,
21 p.
66
Cfr. ESPINOSA, Ignacio V. El positivismo Bogotá: Imprenta de Torres, 1893, 47 p.
67
Cfr. CAMACHO ROLDÁN, Salvador “Discurso leído por Salvador Camacho Roldán en la sesión
solemne de la Universidad Nacional, el 10 de diciembre de 1882”, en Cien años de la sociología en
Colombia Bogotá: Universidad Nacional, 1982, pp. 1- 32.
68
Sobre el positivismo del Regenerador, cfr. NÚÑEZ, Rafael “Sociología” (1883), en Cien años de la
sociología en Colombia Bogotá: Universidad Nacional, 1982, pp. 15- 22.
12
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13. 15 Los fundadores: Frente a la neoescolástica, se gestó desde las primeras décadas
del siglo XX un movimiento de secularización de la cultura nacional. Ya en 1910, el
escritor liberal Carlos Arturo Torres (1867- 1911) publica su obra Idola Fori, donde ataca
de forma acre la intolerancia política y religiosa69. Baldomero Sanín Cano (1861- 1957),
por su parte, contribuyó con su estilo ensayístico y la divulgación de las más novedosas
corrientes europeas, a la formación intelectual de tres generaciones de colombianos. El
profesor Luis López de Mesa (1884- 1967), a pesar de su lenguaje artificioso, se destaca
por su esfuerzo tendiente a explicar la génesis y conformación de la cultura colombiana.
El filósofo Fernando González (1895- 1964) sostuvo en alto durante toda su vida una
postura crítica frente a las costumbres e instituciones tradicionales y elaboró algunos
ensayos de original inspiración. Por último, mencionemos al barranquillero Julio Enrique
Blanco (1890- 1985), quien a partir de una formación autodidacta, se cuenta entre los
primeros en cultivar la filosofía moderna y contemporánea.
16 La normalización: Con este término, el filósofo argentino Francisco Romero (18911962) designa el momento en el cual la filosofía académica se convierte en una función
normal de la cultura. Aunque esto puede discutirse, se ha estimado que dicho
acontecimiento sucede en Colombia cuando se funda en 1946 el "Instituto de filosofía"
de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional por parte de un grupo de juristas
cuyo verdadero interés residía en el cultivo formal del filosofar70. Gracias a la labor
divulgativa de don José Ortega y Gasset en el mundo hispano, los pensadores
colombianos se habían puesto en contacto con el iuspositivismo de Hans Kelsen, la
fenomenología de Edmund Husserl, la axiología de Max Scheler, entre otras variantes
del pensamiento contemporáneo. Luis Eduardo Nieto Arteta (1913- 1956), Abel Naranjo
Villegas (1910- 1994), Rafael Carrillo (1909- 1996), Cayetano Betancur (1910- 1982),
Jaime Vélez Sáenz (1913- 1990), Danilo Cruz Vélez (n. 1920)71, entre otros, conforman
esta generación.
17 La filosofía en el siglo XX: La actividad filosófica en el siglo pasado, se caracterizó
por un gran rigor intelectual junto con una gran diversidad de corrientes72.
Comprometidos con la tarea de seleccionar algunos nombres representativos, debemos
nombrar de nuevo a Cruz Vélez, cuyo texto de 1970 Filosofía sin supuestos73 es ya
clásico por la claridad de su lenguaje y su hondura interpretativa en la comprensión de la
69
Cfr. TORRES, Carlos Arturo “Idola Fori” (1910), en Obras (edición de Rubén Sierra Mejía) Bogotá:
Instituto Caro y Cuervo, 2001, pp. 1- 198.
70
Cfr. TOVAR GONZALEZ, Leonardo “La normalización de la filosofía en Colombia” Cuadernos de
Filosofía Latinoamericana Bogotá, Universidad Santo Tomás, 1998, (72-73).
71
De esta época, cfr. CRUZ VÉLEZ, Danilo Nueva imagen del hombre y de la cultura Bogotá: Universidad
Nacional, 1948, 121 p.
72
Cfr. Varios Tendencias actuales de la filosofía en Colombia. Actas del IV Congreso Internacional de
Filosofía Latinoamericana Bogotá: Universidad Santo Tomás, 1988, 615 p.
73
Cfr. CRUZ VELEZ, Danilo Filosofía sin supuestos. De Husserl a Heidegger Buenos Aires:
Suramericana, 1970, 309 p., reimpresión en Manizales: Universidad de Caldas, 2001, 311 p.
13
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14. relación entre Husserl y Heidegger74. Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger han contado
con un brillante expositor en Ramón Pérez Mantilla (n. 1926), mientras el profesor Jorge
Aurelio Diaz (n. 1937) ha contribuido a los estudios sobre Hegel (1770- 1831). La
fenomenología ha tenido dos cultores excelentes en los pensadores Guillermo Hoyos
Vásquez (n. 1936)75, interesado en las relaciones de esa doctrina con la teoría crítica y
quien en los últimos años ha profundizado en la ética discursiva de Jürgen Habermas76, y
Daniel Herrera Restrepo77, investigador de los inéditos de Husserl en Lovaina e inclinado
a elaborar una crítica fenomenológica de la razón latinoamericana. A su turno, el profesor
Carlos B. Gutiérrez (n. 1938, Presidente de la Sociedad Colombiana de Filosofía hasta
2000) se ha encargado de propagar la hermenéutica de Heidegger y de su discípulo
Hans-Georg Gadamer78. El trabajo pionero de Rubén Sierra Mejía79 Adolfo León
Gómez80 (n. 1944) y Magdalena Holguín, ha alentado la preferencia por la filosofía
analítica y la filosofía de la ciencia entre los pensadores colombianos más jóvenes.
18 Pensamiento marxista : En tanto filosofía fundada en la praxis social, sólo por
criterios metodológicos pueden escindirse en el marxismo los aspectos relativos a la
teoría crítica de las formaciones capitalistas y los aspectos históricos vinculados con el
movimiento socialista81. Con antecedentes en el siglo XIX, los primeros grupos de
inspiración marxista se formaron entre el naciente proletariado urbano que surgió con la
primera hornada de industrialización en la segunda década del siglo XX82. En cuanto a
las ideas marxistas se refiere, nos atrevemos a sostener que la influencia se ha dado
más en términos ideológicos que intelectuales, pero puede nombrarse entre sus más
destacados representantes a Luis Eduardo Nieto Arteta83, pionero de la interpretación
74
Para un testimonio filosófico de su trayectoria intelectual, cfr. SIERRA MEJIA, Rubén La época de la
crisis. Conversaciones con Danilo Cruz Vélez Cali: Universidad del Valle, 1996, 171 p.
75
Cfr. HOYOS, Guillermo Los intereses de la vida cotidiana y las ciencias Bogotá: Universidad
Nacional, 1986, 104 p.
76
Cfr. HOYOS VÁSQUEZ, Guillermo y VARGAS GUILLÉN, Germán La Teoría de la Acción Comunicativa
como nuevo paradigma de investigación en ciencias sociales Bogotá: Corcas editores, 1997,
77
Cfr. HERRERA RESTREPO, Daniel Escritos sobre fenomenología Bogotá: Universidad Santo
Tomás, 1985.; y La persona y el mundo de su experiencia. Contribuciones para una ética fenomenológica
Bogotá: Universidad de San Buenaventura, 2002, 226 p.
78
Cfr. GUTIÉRREZ, Carlos B. Temas de filosofía hermenéutica Bogotá: Universidad de los Andes, 2002,
365 p.
79
Cfr. SIERRA MEJIA, Rubén Apreciación de la filosofía analítica Bogotá: Universidad Nacional, 1987,
134 p.
80
Entre la rica literatura de este autor, cfr. GÓMEZ GIRALDO, Adolfo León Seis conferencias sobre teoría
de la argumentación Bogotá: AC Editores, 2000, 124 p.; Descartes, ayer y hoy Cali: Alego, 2002, 237 p.
81
Para un balance histórico general hasta los años ochenta, cfr. JARAMILLO VELEZ, Rubén “Recepción
e incidencias del marxismo”, y RODRIGUEZ, Eudoro “Anotaciones criticas sobre la repepción del
marxismo en Colombia” en Varios Tendencias actuales de la filosofia en Colombia, Bogotá: USTA, 1987,
pp. 205- 247 y 248- 280. Del último autor, ver también Marx y América Latina Bogotá: El Búho, 1985.
82
Cfr el testimonio de TORRES GIRALDO, Ignacio Los inconformes. Historia de la rebeldía de las masas
en Colombia Bogotá: Latina, 1978, 5 volúmenes.
83
Cfr. NIETO ARTETA, Luis Eduardo Economía y cultura en la historia de Colombia 1936, con varias
ediciones.
14
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15. marxista de la historia colombiana; a Antonio García84, quien procuró adaptar el método
dialéctico a las particularidades propias de los modos de producción latinoamericanos; a
Mario Arrubla85, que en su obra mostró la conexión estructural del subdesarrollo nacional
con la dependencia del imperialismo; a Estanislao Zuleta (1935- 1990)86, justamente
apreciado por su capacidad para articular al marxismo con el psicoanálisis y otras
corrientes contemporáneas; a Orlando Fals Borda87, quien en su construcción de la I.A.P.
(Investigación-Acción Participativa) ha recogido el primado marxista de la transformación
del mundo; a Freddy Téllez, quien en su momento recogió los aportes estructuralistas de
Althusser88; a Jorge Gantiva89, divulgador del pensamiento de Gramsci, y a Rubén
Jaramillo Vélez (n. 1941), quien a través de la revista monográfica "Argumentos" ha
procurado contribuir a la modernización de la sociedad colombiana90. Mención especial
merece el filósofo cubano Pablo Guadarrama91, quien ha estrechado lazos académicos y
personales con la comunidad intelectual colombiana en procura de establecer los nexos
entre el marxismo y otras corrientes filosóficas cultivadas en el país. Durante la última
década del siglo XX, marcada como se sabe por la desaparición del campo socialista,
Renán Vega Cantor92 ha enarbolado como ningún otro la bandera por la vigencia del
pensamiento marxista frente a las nuevas formas de imperialismo derivadas del
neoliberalismo y la globalización93.
84
Cfr. GARCIA, Antonio La democracia en la teoría y la práctica Bogotá: Iqueima, 1951; La estructura del
atraso en la América Latina Buenos Aires: Pleamar, 1969; Hacia una teoría latinoamericana de las
ciencias sociales Tunja: Universidad Pedagógica y Tecnológica, 1972.
85
Cfr. ARRUBLA, Mario Estudios sobre el subdesarrollo colombiano Medellín: La Carreta, 1963.
86
Cfr entre otras ZULETA, Estanislao “Marxismo y psicoanálisis”, en SIERRA MEJIA, Rubén La filosofía
en Colombia Bogotá: Procultura, 1985; pp. 203- 228; Ensayos de economía e historia Medellín: La
Carreta, 1980. Colombia: Violencia, democracia y derechos humanos Bogotá: Altamir, 1991, 334 p.
87
Cfr. FALS BORDA, Orlando Ciencia propia y colonialismo intelectual Bogotá: Valencia editores, 1981;
“Por la praxis: el problema de cómo investigar la realidad para transformarla” “Conocimiento y poder
popular” Bogotá: Siglo XXI, 1986. Como editor, pueden consultarse entre otras Crítica y política en
ciencias sociales Bogotá: Punta de Lanza, 1978; y El marxismo en Colombia Bogotá: Universidad
Nacional, 1983.
88
Cfr. TELLEZ, Freddy De la praxis Bogotá: Universidad Nacional, 1985, 177 p.
89
Ver entre otras su participación en la obra colectiva Antonio Gramsci y la realidad colombiana Bogotá:
Foro Nacional por Colombia, 1991, 233 p.
90
Cfr. JARAMILLO VÉLEZ, Rubén Colombia: la modernidad postergada Bogotá: Argumentos-Temis,
1994, 234 p.
91
Ver entre otras obras GUADARRAMA GONZALEZ, Pablo Marxismo y antimarxismo en América Latina
Bogotá: INCCA, Marxismo y postmodernidad Bogotá: INCCA, Lo universal y lo específico en la cultura
Bogotá; INCCA, 1998, 327 p.: como editor Despojados de todo fetiche. Autenticidad del pensamiento
marxista en América Latina Bogotá: INCCA, 1999, 459 p.;
92
Ver en especial su labor como editor en VEGA CANTOR, Renán Marx y el siglo XXI. Una defensa de la
historia y del socialismo Bogotá: Antropos, 1999, 718 p.; y Marx y el siglo XXI. Hacia un marxismo
ecológico y crítico del progreso Bogotá: Antropos, 1998, 902 p. En estas obra colectivas, se incluyen
textos representativos de los más connotados pensadores marxistas de la actualidad en el mundo y
América Latina.
93
Sobre la actualidad post-soviética del marxismo, ver también CAYCEDO, Jaime y ESTRADA, Jairo
(editores) Marx vive: Siglo y medio del Manifiesto Comunista Bogotá: Universidad Nacional, 1999, 367 p.
15
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16. 19 Estado actual y proyección del filosofar en Colombia: Durante la última década
del siglo pasado, la participación de filósofos colombianos en eventos internacionales
como el XIII Congreso Interamericano de Filosofía (Bogotá, Julio de 1994), el XIV
Congreso Mundial de Filosofía (Boston, Agosto de 1998), el I Congreso Iberoamericano
de Filosofía (Cáceres-Madrid, septiembre de 1998), y el XIV Congreso Interamericano
de Filosofía (Puebla, Agosto de 1999), constituyó una excelente oportunidad para
evaluar la situación de los estudios filosóficos en el país con respecto al estado de la
disciplina en la región y el planeta94. En primer lugar, resalta la gran diversidad de temas,
corrientes y autores a los cuales se adscriben nuestros pensadores más connotados, así
como el alto grado de especialización que gracias a sus estudios en el extranjero han
alcanzado en sus respectivos campos. La filosofía práctica, en especial centrada en la
ética política de la democracia, seguida por la epistemología y la filosofía de la ciencia, y
luego los estudios parciales sobre autores, dominan en ese orden las preferencias
temáticas. A manera de guía por fuerza incompleta, mencionemos a Jean-Paul Margot95,
Rodrigo Romero y Angelo Papacchini de la Universidad del Valle; Darío Botero Uribe (n.
1938)96, Víctor Florián, Bernardo Correa, Luis Eduardo Hoyos97, Juan José Botero98
(presidente de la Sociedad Colombiana de Filosofía hasta diciembre de 2001), Gonzalo
Serrano y William Duica (actual presidente de la Sociedad Colombiana de Filosofía) de la
Universidad Nacional; Freddy Salazar99, José Olimpo Suárez, Jorge Mario Mejía (n.
1955)100 y Francisco Cortés101 del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia;
Sergio de Zubiría102, Oscar Mejía Quintana103, Felipe Castañeda y Angela Uribe de la
94
Para un estudio reciente, cfr. HOYOS VASQUEZ, Guillermo “Medio siglo de filosofía moderna en
Colombia. Reflexiones de un participante” Revista de Estudios Sociales Bogotá, Facultad de Ciencias
Sociales, Universidad de los Andes, Junio de 1999, (3), pp. 43- 58.
95
Entre otras obras véase MARGOT, Jean-Paul La modernidad, una ontología de lo incomprensible Cali:
Facultad de Humanidades, 1995, 136 p.
96
En la actualidad, posiblemente sea Darío Botero el pensador colombiano más prolífico y leído. Ver
entre otros sus libros El poder de la filosofía y la filosofía del poder Bogotá: Universidad Nacional, 1996,
514 p.; Teoría social del derecho Bogotá: Universidad Nacional, 1999, 204 p.; Manifiesto del pensamiento
latinoamericano Bogotá: Magisterio, 2000, 146 p.; Derecho a la utopía Bogotá: ECOE, 2000, 136 p.,
Vitalismo cósmico Bogotá: Universidad Nacional- Siglo del Hombre, 2002, 636 p.
97
Cfr. HOYOS, Luis Eduardo El escepticismo y la filosofía trascendental. Estudios sobre el pensamiento
alemán a fines del siglo XVIII Bogotá: Siglo del Hombre, 2001, 393 p.
98
Cfr. BOTERO, Juan José, RAMOS, Jaime y ROSAS, Alejandro (comp.) Mentes reales. La ciencia
cognitiva y la naturalización de la mente Bogotá: Siglo del Hombre, 2000, 244 p.
99
Entre otros escritos, véase SALAZAR PANIAGUA, Freddy Marx y Spinoza: problemas del método y del
conocimiento Medellín. Universidad de Antioquia, 1986, 448 p.
100
Entre otros escritos, véase MEJIA, Jorge Mario Nietzsche y Dostoievsky: filosofía y novela Medellín:
Universidad de Antioquia, 2000, 219 p.
101
Entre otros escritos, véanse CORTES RODAS, Francisco De la política de la libertad a la política de la
igualdad Bogotá: Siglo del Hombre- Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia, 1999, 178 p.; La
verdad en el infierno. Diálogo filosófico en las voces de Hobbes, Kant y Maquiavelo Bogotá: Siglo del
Hombre, 2002, 220 p.
102
Cfr. ABELLO, Ignacio, ZUBIRÍA, Sergio de y SÁNCHEZ, Silvio Cultura: teorías y gestión Pasto:
Universidad de Nariño, 1998, 293 p.
16
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17. Universidad de los Andes; Alejandro Patiño y Juan Manuel Jaramillo104 de la Universidad
de Caldas; Mónica Marcela Jaramillo de la Universidad Industrial de Santander; Vicente
Durán, Francisco Sierra, Luis Fernando Cardona, Jaime Rubio y Alfonso Flórez105 de la
Universidad Javeriana; Numas Armando Gil de la Universidad del Atlántico; Christian
Schumacher y Adolfo Chaparro de la Universidad del Rosario: Bruno Mazzoldi106 de la
Universidad de Pasto; Luis Villar Borda de la Universidad Externado de Colombia; Publio
Restrepo, o.f.m. de la Universidad de San Buenaventura; Germán Vargas Guillén de la
Universidad Pedagógica, etc. En instituciones extranjeras han desarrollado su trabajo
filosófico Rafael Gutérrez Girardot107, en Alemania: Alfredo Gómez Müller108 en Francia;
y Eduardo Mendieta y Pablo de Greiff109 en Estados Unidos.
20 Hacia un pensamiento latinoamericano: La preocupación de los filósofos
colombianos por adquirir una sólida formación en las doctrinas y métodos del filosofar
occidental, ha llevado a que algunos observadores dictaminen el carácter exegético de la
actividad filosófica en el país y cuestionen su despreocupación por la cultura nacional y
continental. Conscientes de esta problemática, a mediados de la década del setenta un
grupo de pensadores vinculados a la Universidad Santo Tomás liderado por el entonces
Decano de la Facultad de Filosofía, Joaquín Zabalza Iriarte, O.P. (n. 1933), diseñó el
proyecto de una filosofía latinoamericana, que a partir de una crítica más o menos radical
de la filosofía tradicional, se ocupara de la explicitación conceptual de las prácticas
populares. Bajo la influencia del autor argentino Enrique Dussel (n. 1934), se concibió al
filosofar latinoamericano como una filosofía de la liberación, encargada de inspirar los
procesos emancipatorios del pueblo latinoamericano. Como frutos de esta orientación
podemos enumerar publicaciones como la revista "Cuadernos de Filosofía
Latinoamericana" y eventos como los Congresos Internacionales de Filosofía
Latinoamericana, celebrados bienalmente entre 1980 y 1994 y reanudados en su novena
versión en junio de 2001, dedicada a la filosofía de la religión El X Congreso se celebró
en junio de 2003 sobre el tema arte, literatura y filosofía en América Latina. En cuanto a
los pensadores afiliados a esta línea, mencionemos a Germán Marquínez, quien trató de
articular con base en categorías tomadas de Xavier Zubiri los fundamentos de un
103
Entre otros escritos, véase MEJIA QUINTANA, Oscar La problemática iusfilosófica de la obediencia al
derecho y la justificación constitucional de la desobediencia civil Bogotá: Universidad Nacional, 2001, 293
p.
104
Cfr. JARAMILLO, Juan Manuel ¿Es la ciencia una rama de la literatura fantástica? Pretexto para una
reflexión sobre el realismo número monográfico de Cuadernos filosófico-literarios Manizales, Universidad
de Caldas, 2001, 94 p.
105
Entre otros escritos, véase FLOREZ, Alfonso La ética de Meister Eckhart Bogotá: Universidad
Javeriana, 1983, 120 p.
106
MAZZOLDI, Bruno Derrida desde las Indias. Antropología y deconstrucción Pasto, 2000, 185 h.
107
Entre muchos otros textos, véase GUTIERREZ GIRARDOT, Rafael Nietzsche y la filología clásica
Bogotá: Panemericana, 2000, 222 p.
108
Cfr. GOMEZ MÜLLER, Alfredo Chemins d´Aristote París: Félin, 1991, 163 p.; Alteridad y ética desde el
descubrimiento de América Madrid: Akal, 1997, 64 p.
109
GREIFF, Pablo de Temporal aspects of the representation of the moral point of view Ann Arbol:
University Microfilms International, 1993, 229 p.
17
07/08/12
18. pensamiento liberador; Luis José González (n. 1945), quien propuso una ética de estirpe
personalista como previa concienciación para una praxis liberadora110; y Eudoro
Rodríguez (n. 1955), quien ha dedicado gran parte de su prolífica pluma a explorar
desarrollos filosóficos y teológicos del pensamiento latinoamericano. No obstante, en
1986 Roberto Salazar (n. 1958, actualmente vinculado a la Unversidad Luis Amigó de
Medellín), uno de los más fervorosos partidarios de la tendencia latinoamericana en sus
inicios, denunció las limitaciones del proyecto liberacionista, fincadas en inconsistencias
teóricas y reduccionismos ideológicos111. Desde entonces, sin abandonar el sentido
liberador profundo del filosofar, los integrantes de este grupo han combinado la
investigación en historia de las ideas con la apropiación de variados modelos del filosofar
contemporáneo, tales como la hermenéutica en Angel María Sopó (n. 1955), la filosofía
zubiriana aplicada a la educación en Fideligno Niño (n. 1958, Decano de la Facultad de
Filosofía de la USTA de 1999 a 2001), la arqueología de Michel Foucault en R. Salazar.
La crítica de Santiago Castro (n. 1958) a la filosofía latinoamericana de la liberación112,
así como los cursos, investigaciones y publicaciones que él y otros especialistas han
adelantado en el Instituto Pensar dentro del enfoque de los nuevos estudios culturales en
América Latina113, abren nuevas perspectivas a este filosofar en la actualidad. El
simposio sobre la postmodernidad celebrado por la USTA en noviembre de 1998 con la
participación de Gianni Vattimo, Enrique Dussel e importantes pensadores colombianos
encabezados por Guillermo Hoyos, precisamente permitió una sana confrontación entre
diferentes líneas del pensamiento latinoamericano y de la llamada filosofía universal.
21 Entrando en el siglo XXI : perspectivas de la actividad filosófica en Colombia :
Después de cuatro siglos de relación con el filosofar occidental y de cinco décadas de
normalización, la actividad filosófica ha alcanzado una relativa consolidación en nuestro
país. De acuerdo con la información consignada en la base de datos sobre educación
superior del Ministerio de Educación Nacional (SNIES), a julio de 2005 se contaba con
81 programas de formación de pregrado en filosofía, divididos entre 28 programas
centrados en la disciplina filosófica (F) y 53 programas de licenciatura en filosofía (L).
El 68% de estos programas corresponde a la metodología escolarizada, mientras el
resto opera por medio de metodologías semipresencial o a distancia. 31 de los
programas de formación filosófica funcionan en o desde Bogotá, entre los cuales 20
son licenciaturas; los demás se desarrollan en otras localidades del país, así: Armenia
110
Cfr. GONZÁLEZ, Luis José Etica Bogotá: El Búho, 1996, 328 p.
SALAZAR, R. “Acerca de la filosofía latinoamericana en la última década en Colombia”, en Varios
Tendencias actuales de la filosofía en Colombia. IV Congreso Internacional de Filosofía Latinoamericana
Bogotá: Universidad Santo Tomás, 1987, pp. 368- 415.
112
Cfr. CASTRO, Santiago Crítica de la razón latinoamericana Barcelona: Puvill Libros, 1996, 170 p.
113
Como ejemplos, cfr. CASTRO, Santiago y MENDIETA, Eduardo (editores) Teorías sin disciplina.
Latinoamericanismo, poscolonialidad y globalización en debate México: Universidad de San FranciscoPorrúa, 1998, 294 p.: y CASTRO, Santiago; GUARDIOLA, Oscar; MILLÁN, Carmen (editores) Pensar
(en) los intersticios. Teoría y práctica de la crítica poscolonial Bogotá: Instituto Pensar, Universidad
Javeriana, 1999, 206 p.
111
18
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19. (1F), Barranquilla (2F y 2L) Bucaramanga (2F), Cali (1F y 3L), Cartagena (1F), Cartago
en Valle (1L), Espinal en el Tolima (1L), Itsmina en Chocó (1L), Manizales (1F y 1L),
Medellín (4F y 8L), Montería (1F), Pamplona en Norte de Santander (1F), Pasto (2L),
Pereira (1F y 1L), Popayán (2F y 1L), Rionegro en Antioquia (3L), San Gil en
Santander (1L), Santa Marta (4L), Santa Rosa de Osos en Antioquia (2L), Tunja (1L) y
Valledupar (1L). Asimismo, el 46% los programas se centran en el filosofar (22
programas de filosofía y 37 de licenciatura en filosofía), en tanto que 44 combinan la
educación filosófica con otros saberes: ciencias religiosas, literatura, estudios políticos,
humanidades, ciencias sociales. Las instituciones que mayor variedad de programas
en filosofía ofrecen son la Universidad Católica del Norte, con once programas en
diferentes sedes, y la Universidad Santo Tomás con nueve programas, todos desde
Bogotá.
En el siguiente cuadro se sinterizan estos y otros datos:
19
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20. Programas
disciplinarios
en Filosofía
28
34.57%
Programas de Programas de
Licenciatura
educación
en Filosofía
superior
en
Filosofía
53
65.43% 81
100%
Presencial
Semi-presencial
A distancia
27
0
1
28
96.42%
------3.58%
100%
28
11
14
53
52.83%
20.75%
26.42%
100%
55
11
15
81
67.9%
13.58%
18.52%
100%
Bogotá
Medellín
Fuera de Bogotá
11
4
13
28
39.28%
14.28%
46.44%
100%
20
8
25
53
37.73%
15.09%
47.18%
100%
31
12
38
81
38.27%
14.81%
46.92%
100%
Centrados en filosofía
Combinados con otros saberes
22
6
28
78.57%
21.43%
100%
15
38
53
28.3%
71.7%
100%
37
44
81
45.67%
54.33%
100%
Universidad Católica de Oriente
Universidad Santo Tomás
Otras instituciones
28
28
100%
100%
11
9
33
53
20.75%
16.98%
62.27%
100%
11
9
61
81
13.58%
11.11%
75.31%
100%
1
27
28
3.58%
96.42%
100%
18
35
53
33.96%
66.04%
100%
19
62
81
23.45%
76.55%
100%
6
22
28
21.43%
78.57%
100%
36
17
53
67.92%
32.08%
100%
42
39
81
51.85%
48.15%
100%
Totales
Metodología
Totales
Sede
Totales
Saberes
Totales
Institución
Totales
Estado
programa
Totales
Acreditación
del Inactivos
Registrados
Con registro calificado
Sin registro calificado
Totales
Datos a julio de 2005.
Como se observa en el cuadro, de los 81 programas incluidos en la base de datos, en
efecto funcionan 62 programas, 27 disciplinarios en filosofía y 35 de licenciatura en
filosofía. Por medio del programa a distancia en filosofía ofrecido por la UNAD y los
programas de licenciatura a distancia, la formación universitaria en filosofía virtualmente
se extiende a todo el territorio nacional. La participación de los más connotados
profesores de filosofía en eventos filosóficos especializados llevados a cabo en el
extranjero, corrobora el alto nivel de su labor intelectual. Sirva como la más reciente
prueba de ello la nutrida y cualificada delegación colombiana al XV Congreso
Interamericano de Filosofía, realizado en Lima entre el 12 y el 16 de enero de 2004. El
Foro Nacional de Filosofía, iniciado en 1975 en Pasto y cuya decimocuarta versión se
celebró entre el 5 y el 8 de noviembre de 2003 en la Universidad del Valle en Cali, ha
permitido el intercambio periódico de ideas entre los pensadores colombianos. Además
del ya mencionado Congreso Internacional de Filosofía Latinoamericana y de diversos
20
07/08/12
21. eventos circunstanciales, podemos destacar que en noviembre de 2001 volvió a
celebrarse después de varios años de receso el “Simposio de la Sociedad Colombiana
de Filosofía”, orientado en dicha versión a reflexionar sobre la crisis política del país. Las
revista “Ideas y Valores” de la Universidad Nacional, fundada en 1951, junto con
“Estudios de Filosofía” de la Universidad de Antioquia, “Praxis Filosófica” de la
Universidad del Valle, “Universitas Philosophica” de la Universidad Javeriana,
“Franciscanum” de la Universidad de San Buenaventura, “Cuadernos de Filosofía
Latinoamericana”, y publicaciones seriadas independientes como “Ensayo y error” y
“Carpe Diem”, entre otras, han contribuido a la divulgación de trabajos filosóficos de
especial relevancia. Aunque minoritaria en el porcentaje de la producción bibliográfica
colombiana, la edición de libros relativos a la filosofía se ha incrementado en los últimos
años, y sobre todo, los contenidos poseen cada vez mejor calidad114.
22. A manera de conclusión: Con todo, estimamos que la presencia de la filosofía en
Colombia no debe medirse tanto por estas y otras manifestaciones de punta, sino por
sus expresiones más rutinarias en las cátedras de secundaria y de humanidades en
diversos programas universitarios. Al fin de cuentas, allí es donde el grueso de la
población se pone en contacto con las disciplinas filosóficas. Sin embargo, la resistencia
que a menudo demuestran los estudiantes hacia el componente filosófico de su
formación, por contrapartida sirve de indicio de la difícil recepción del filosofar en nuestra
sociedad. Nuestra impresión general se dirige a que en los diferentes medios
académicos e institucionales, se tolera el trabajo desarrollado por los filósofos, dado que
nadie se atreve a cuestionar su valor disciplinario ni su aporte educativo, pero no se lo
respeta, ya que no se asume en la práctica el sentido de sus reflexiones en los diferentes
campos. Como señalaba en una entrevista reciente Guillermo Hoyos115, los líderes de la
opinión nacional en los diferentes sectores, no demuestran mayor interés en las
recomendaciones de los intelectuales y de los filósofos, y esto se repite en todos los
escenarios. Una excepción a esta relegación del filosofar al escenario académico se
halla en el trabajo desarrollado por algunos magistrados de la Corte Constitucional como
Carlos Gaviria Díaz, Eduardo Montealegre y Rodolfo Arango, quienes han articulado los
desarrollos contemporáneos en filosofía y teoría jurídicas, con su labor en la protección
jurisdiccional de los derechos fundamentales. No obstante, la inminente amenaza del
desmonte de la acción de tutela en la actual administración de Álvaro Uribe, demuestra
cuán marginal es la acogida de la filosofía, en especial en sus manifestaciones críticas.
Ahora bien, como anota Kant116, cuando la teoría no tiene efectos sobre la práctica, el
114
En la USTA, el autor de este documento orienta desde 1999 una investigación bibliográfica dedicada a
crear una página electrónica donde se reseñe la producción filosófica en Colombia desde 1901 hasta el
presente. Amén de las propias limitaciones, dificultades institucionales en la prestación del apoyo técnico
requerido, junto con la lentitud de los estudiantes de la Facultad de Filosofía que laboran como coinvestigadores en este proyecto, han impedido un mayor avance en la investigación.
115
TOVAR GONZALEZ, Leonardo “El compromiso histórico del pensar. Entrevista al profesor Guillermo
Hoyos Vásquez” Cuadernos de Filosofía Latinoamericana Bogotá, Universidad Santo Tomás, 1998, (72-73),
p. 61.
116
Cfr. KANT, Immanuel Teoría y práctica (1793, trad. Juan Manuel Palacios) Madrid : Tecnos, 1986, p.
21
07/08/12
22. problema parte de insuficiencias internas dentro de la misma teoría. En el caso del
filosofar en Colombia, sugerimos que estos problemas intrínsecos radican ante todo en la
incapacidad de los filósofos para pensar las circunstancias del país, no ciertamente como
analistas sociopolíticos, sino precisamente en tanto que filósofos117. La obra colectiva “La
filosofía y la crisis colombiana” , coordinada por Rubén Sierra Mejía y Alfredo GómezMüller118, constituye tal vez el mayor logro hasta el momento en esta línea de crítica
filosófica del presente, como lo reflejaran en contrapartida las mismas reacciones que
despertó en un sector de la opinión académica e institucional119. Así mismo, esfuerzos
como los adelantados por el propio G. Hoyos, Francisco Cortés, Alfonso Monsalve,
Angela Uribe, Oscar Mejía, Angelo Papacchini, Delfín Grueso y otros colegas, tendientes
a situar los debates internacionales sobre ética política en el conflictivo contexto
colombiano, constituyen un valioso pero todavía insuficiente avance120. Por eso, sin
descuidar la imprescindible ilustración sobre la tradición filosófica y los desarrollos
actuales de la disciplina en las distintas áreas, nuestro compromiso como filósofos
apunta a profundizar cada vez más en la comprensión crítica de nuestra conflictiva
realidad.
Nota: Este texto ha estado en permanente actualización con el fin de incorporar los
nuevos datos que aporte la investigación y los nuevos desarrollos del filosofar en
Colombia.
Bogotá, miércoles 17 de agosto de 2005
6.
117
Para una sustentación de esta postura, cfr. SALAZAR PANIAGUA, Freddy “Filosofía y realidad”
Estudios de filosofía Medellín, Universidad de Antioquia, Instituto de Filosofía, agosto de 1994.
118
Véase SIERRA MEJÍA, Rubén y GÓMEZ-MÜLLER, Alfredo La filosofía y la crisis colombiana Bogotá:
Sociedad Colombiana de Filosofía- Taurus- Universidad Nacional, 2002, 311 p. El libro incluye ensayos
de Rodolfo Arango, Aquiles Arrieta, Juan José Botero, Francisco Cortés, Magdalena Holguín, Luis
Eduardo Hoyos, Freddy Salazar, Leonardo Tovar, Ángela Uribe y de los dos editores.
119
Véase KALMANOVITZ, Salomón “Los filósofos piensan la crisis” El malpensante Bogotá, mayo y junio
de 2003, (46), pp. 86- 95.
120
Entre otros textos, veánse HOYOS, Guillermo y URIBE, Angela Convergencia entre ética y política
Bogotá: Siglo del Hombre, 1998, 225 p.
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