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La interlocución en bioética en el marco de la investigación científica
1. LA INTERLOCUCIÓN EN BIOÉTICA EN EL MARCO DE LA
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Wílmer Casasola R.
La interlocución en bioética en el marco de la investigación científica (2012).
Perspectivas. InformaTEC. N° 320.
La noción de interdisciplinariedad alude al hecho de reconocer la imposibilidad
de un conocimiento aislado de los demás. Muchas disciplinas en la actualidad y
de gran impacto a nivel social son la confluencia de otros saberes de añeja
prosapia. Todo saber ayuda a edificar otros saberes y en su conjunto a
comprender la realidad que nos cobija.
Gilbert Hottois emplea la expresión riesgo biofísico para referirse a una ética de la
responsabilidad. Esta ética de la responsabilidad consiste, grosso modo, en la
pericia técnica que tiene el científico en su quehacer cotidiano, con lo que, si bien
es cierto tiene una dimensión ética, puede, en su lugar, llamarse perfectamente
responsabilidad técnica. Con la expresión riesgo simbólico, por su parte, intenta
dibujar toda esa envoltura social en la que estamos inmersos, y en la que
cualquier intervención afecta nuestro universo simbólico. Esto es, los riesgos
simbólicos atañen a nuestra dimensión política, cultural, religiosa, educativa,
psicológica; en una palabra a nuestra dimensión espiritual, esa otra dimensión
que trasciende nuestra determinación biológica y se posa en nuestro mundo
emocional.
Hoy día es frecuente hablar de comités de bioética en el marco de la investigación
científica. Éstos, no obstante, distan mucho de ser comités de bioética realmente.
La expresión bioética, desde el momento mismo que viene al mundo, alude en
todo momento a la interdisciplinariedad. Y si bien es cierto que la orientación de
la bioética ha sido fundamentalmente biomédica, o si se quiere, bioclínica, no
obstante lo anterior, existen otras orientaciones teórico-prácticas que intentan
acercar la bioética a otras formas de conocimiento, a fin de que el saber bioético
no quede reducido a estas prácticas bioclínicas.
2. Si trasladamos las expresiones usadas por Hottois al campo de la bioética,
tenemos un desenlace nada esperanzador. ¿Quiénes conforman un comité de
bioética? La conformación de un comité de bioética está estrechamente
relacionada con la legitimación epistemológica de un determinado saber. Pese al
mundo multidisciplinar en el que vivimos, el velo del positivismo sigue presente
en el imaginario técnico de los que realizan la llamada Ciencia. En este sentido,
un comité de bioética conformado por especialistas en ciencias de la salud no es,
en sentido estricto, un comité de bioética, como tampoco lo sería un comité de
bioética conformado solo por biotecnólogos, biólogos, entre otros. Sería a lo
mucho un comité de especialistas en ciencias de la salud o en biotecnología, pero
en modo alguno un comité interdisciplinar de bioética. La función de este comité
sería la de advertir las implicaciones biofísicas que tendría la ejecución de
terminada práctica; es decir, las implicaciones a nivel técnico, con lo que la
función del llamado comité de bioética sería la de advertir las limitaciones
técnicas con las que se cuenta para intervenir sobre determinada persona u objeto
de estudio. ¿Ética? Sí claro, la ética de la responsabilidad técnica, que es necesaria
pero no suficiente para una adecuada investigación en las que existen
implicaciones de todo orden.
Los riesgos simbólicos que podría tomar este comité, es posible que sean de orden
jurídico. Y cabe la posibilidad que no en función del objeto o sujeto de estudio,
en cuanto a su bienestar, sino en protección del médico, de los investigadores o
de alguna institución en general. El riesgo simbólico aludirá desde luego a la
dimensión penal (prever la copa amarga antes de que pueda ser tomada). Los
riesgos simbólicos devienen en riesgos jurídicos.
Los riesgos simbólicos tienen que ver también con el derecho a consentir
informadamente. Un procedimiento, que puede ser diagnostico, pronóstico,
tratamiento o investigación, requiere de una cierta información precisa. En un
ambiente bioético sano, el consentimiento informado es parte esencial de una
comunicación transparente. Pero la connotación jurídica que tiene el
consentimiento informado en nuestro medio es notable. El consentimiento, por
el contrario, debería ser la interlocución entre el paciente y el médico como ideal
de la puesta en práctica del principio de autonomía y beneficencia conjuntamente
en un diálogo horizontal, si tuviésemos que acudir al marco ético principialista.
Pero el consentimiento informado deviene en el principio de exoneración responsable
o principio de previsión penal. El servicio médico se cura en salud. El consentimiento
informado no significa el deseo de hacer entender a la otra persona, interlocutor
ético en desventaja, los alcances e implicaciones que tiene tal procedimiento, sino
3. el álgido tramite formal (expresado a través de un formulario cuyo punto
neurálgico constituye dejar en él impreso una firma con un número de cédula)
que exime de responsabilidad al practicante o los practicantes del procedimiento.
Por dicha esto no es así. Una firma de aceptación de un procedimiento no exime
a aquellos de la recurrida mala praxis.
Pero lo mismo se puede decir de otro tipo de quehacer científico y tecnológico.
No es suficiente con la buena intención investigativa. Es necesario que todo
proyecto de investigación sea valorado interdisciplinarmente a fin de que su
puesta en marcha sea avalado desde un punto de vista ético-social, y en este
contexto, la bioética cumple tales exigencias. Cuando el sujeto de estudio deviene
en objeto, informar sobre la finalidad que se persigue con la investigación a una
comunidad interdisciplinar garantiza una mayor trasparencia, pero a la vez, una
mayor riqueza de puntos de vista. Creer ingenuamente que la verdad reposa en
un solo saber es caer en un dogmatismo enfermo.
Y claro, dogmatismos epistemológicos ingenuos pueden representar exclusión
de aportes de otras áreas del saber humano. La bioética, saber interdisciplinar
por excelencia, viene a fundamentar una quehacer científico más comprometido
con los procedimientos de la investigación. Es necesario que toda investigación
científica pase por la observación meticulosa de un comité ético-científico, pero
también es de suma importancia que vayamos abandonando ese solipsismo
investigativo al margen de la opinión de otros especialistas en diversos campos
del saber e instauremos las discusiones bioéticas entre la comunidad académica
para ponderar las implicaciones y consecuencias de determinada investigación.
En la actualidad toda investigación científica requiere de un comité de bioética
examinador. Y desde luego, dicho comité necesariamente deberá ser
interdisciplinario.