1. Niños autónomos, padres
felices
“No hay padres perfectos ni hijos perfectos, pero todos los padres pueden ser buenos
padres”.
Bruno Bettelheim
DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN
COLEGIO VAMAR
26/03/2012
2. ASÍ SON LOS NIÑOS Y NIÑAS A
LOS DOS AÑOS
“Los padres sois las personas que mejor conocéis a vuestros hijos y los que
mejor podéis ayudarlos a crecer”
Así piensan
Comienzan a asociar ideas.
Empiezan a distinguir entre seguro y peligroso.
Todo les atrae, pero todavía su capacidad de centrar
la atención es débil; pocas veces fijan la atención
durante cierto tiempo.
Más que el resultado final, les gusta la actividad.
Exploran, observan e investigan.
Son capaces de planificar una actividad.
3. Así actúan
►Se dirigen con preferencia al adulto más que
a otros niños.
►Saben expresar sus necesidades básicas.
►Disfrutan imitando a los adultos en sus
juegos.
►Les gusta la rutina, reclaman varias veces las
mismas cosas.
►Empiezan a vestirse y desvestirse solos.
4. Así se comunican
Utilizan frases de tres palabras.
Conceden mucha importancia a su nombre,
que les permite construir su identidad.
Se interesan por escuchar cuentos.
Emplean los pronombres yo, mí, tú.
Utilizan la conjugación lógica de los verbos;
por ello a veces, cometen errores.
Pueden seguir instrucciones sencillas.
5. Así se mueven
Poco a poco, van adquiriendo movimientos
más precisos, pero aún son muy globales.
Necesitan el movimiento como vía de
expresión.
Corren bien, y suben y bajan las escaleras
con ambos pies.
Sus trazos son pocos precisos, aunque van
siendo capaces de hacer líneas horizontales,
verticales y circulares.
Son capaces de caminar arrastrando un
juguete.
6. Así se relacionan
Juegan a gusto con otros niños, aunque
hablen poco con ellos.
Tienen mucho apego a sus juguetes;
todavía les cuesta compartir.
Comienzan a jugar con otros niños.
Empiezan a aprender las normas sociales,
aunque todavía les cuesta mucho.
7. Uno de los grandes logros de esta edad es la adquisición de
determinados hábitos y rutinas que los niños necesitan para ir
rompiendo progresivamente la dependencia que mantienen
con los adultos. Para ello, debemos darles las pautas
necesarias, tener paciencia y dejarles que se equivoquen; solo
así aprenderán y adquirirán la autonomía necesaria para
desenvolverse en su entorno más cercano.
8. Es hora de…
Para llevar una buena rutina con los pequeños debemos:
•Establecer límites precisos y ser consecuentes. Es importante
darles normas sencillas y formularlas claramente.
•Las rutinas tienen que estar siempre adaptadas a sus
capacidades.
•Es bueno establecer normas con la participación de los niños,
pero siendo siempre los adultos los responsables.
•Es positivo alabar los esfuerzos y transmitir que no pasa nada
al equivocarse. Ayúdalo a intentarlo de nuevo.
9. RUTINAS PARA ...
DESPERTARSE: Entrar en la habitación con alegría,
levantar la persiana, sacar al niño de la cama y darle los
buenos días.
COMER: Servir la comida aproximadamente a la misma
hora todos los días. Establecer rutinas previas y posteriores
a la comida. Darle autonomía paulatinamente y sin prisas.
JUGAR: Jugar al principio con él en la habitación y, poco a
poco, dejar que el tiempo de juego individual sea cada vez
mayor.
RECOGER: Enseñarle a recoger y a ordenar sus juguetes
después de jugar en su habitación. Hacerlo con él al
principio y dejarle, poco a poco, que lo vaya haciendo él
solo.
10. RUTINAS PARA ...
BAÑARSE: Anunciar la hora del baño y prepararlo juntos:
coger la esponja y el jabón, meter los juguetes en la
bañera, etc. Cuando el niño esté dentro, cantarle una
canción o hacer algún juego. Hay que tomarse el tiempo
que sea necesario, que sea un momento relajante. El
desvestirse y ponerse el pijama debe de hacerlo en niño
solo paulatinamente
DESPEDIRSE: Comunicar al niño que os vais a ir, en
lugar de marcharos sin decir nada. En el momento de la
despedida, conviene utilizar las mismas palabras y gestos
y acompañarlos de un beso y un abrazo. No hay que
dramatizar y alargar en exceso la situación.
IRSE A LA CAMA: Finalizar las actividades estimulantes
un rato antes de ir a la cama. Realizar una serie de
rutinas previas: cantar una canción, bajar las persianas,
correr las cortinas. Es recomendable que se le lea un
cuento al lado de la cama, sin eternizar la situación.