La legítima defensa solo procede frente a una conducta injustificada. Por ejemplo, si Arnulfo golpea a Domiro sin justificación y Domiro responde para repeler la agresión, las lesiones que cause Arnulfo con un martillo posteriormente no podrán justificarse porque él fue el agresor original. La conducta justificada de Domiro excluye el carácter injusto de la agresión, por lo que cualquier acción para defenderse dentro de los límites razonables también se considera justificada.