1. AFRONTAMIENTO E INTELIGENCIA EMOCIONAL
¿Cómo podemos ir aprendiendo a través de la inteligencia
emocional a afrontar lo que nos suceda en la vida y poder así
mejorar nuestra capacidad de adaptación?
Principalmente cuando hablamos de inteligencia emocional nos
referimos a:
1. Tomar conciencia de nuestras propias emociones.
2. Comprender las emociones ajenas (ello tiene que ver con la
empatía)
3. Ser capaz de controlar nuestras emociones con la finalidad de
superar las frustraciones propias del mundo en el que vivimos.
4. Saber relacionarnos adecuadamente con los demás.
5. Saber tomar decisiones de forma adaptativa y de la mejor manera
posible con el fin de minimizar nuestros errores.
2. ¿Qué es una emoción?
Las emociones son un conjunto complejo de sensaciones con
aspectos
mentales,
físicos
y
conductuales.
Mentalmente
experimentamos nuestras emociones como positivas (agradables) o
negativas (desagradables). Físicamente las experimentamos como
una fuerte activación o tensión. Y conductualmente las
experimentamos como un impulso a la acción (Clark, 2002)
La palabra emoción viene del latín e-movere, que quiere decir
"moverse hacia", sugiriendo de este modo que en toda emoción hay
implícita una tendencia a la acción (Calvo, 1995, 2008; Goleman,
1995)
¿Cuáles son las emociones básicas?
Las emociones básicas son principalmente cuatro: alegría, tristeza,
enfado y miedo, Luego existen otras dos que también son
universales: asco y sorpresa, el asco nos avisa para evitar la muerte
por ingesta de comida y la sorpresa nos prepara para las otras cuatro
anteriores. Las emociones cumplen una función adaptativa, son
universales y están presentes en todas las razas y culturas. Tienen
por tanto un origen biológico, tal como planteaba la hpótesis de
Charles Darwin. El superlativo de la alegría sería la euforia, la del
enfado la ira, la de la tristeza la depresión y la del miedo el pánico.
3. ¿Cuál es la diferencia entre emociones sanas (o funcionales) y
emociones insanas o disfuncionales.
En realidad no hay emociones "sanas" y emociones "insanas", todas
son humanas e igualmente válidas. Las emociones tienen un
significado personal (Sartre, 1939; Lazarus, R. y Lazarus, B. 1994) y
es una reacción ante el medio, fruto de nuestras creencias sobre la
realidad. Por tanto, en si mismas no podemos decir que una emoción
es sana o insana, sino en función de sus consecuencias para nuestros
objetivos personales a largo plazo.
Todas las emociones tienen un significado PERSONAL. Podríamos
decir por tanto que son sanas sin son funcionales en la obtención de
nuestras metas a largo plazo, mientras que son insanas si son
disfuncionales en relación al logro de las mismas a largo plazo
(Sorribes, F, y Lega, L. 2013)
A nivel práctico, es importante establecer la diferencia cualitativa
entre
emociones
sanas
(funcionales)
versus
las
insanas
(disfuncionales) porque nos permitirá distinguir entre aquellas que
nos ayudan y las que no (Ellis, 1975; 1994; 1998)
Cuando nos enfrentamos a un acontecimiento activador o "A" que va
en contra de nuestros deseos es normal que nuestra "C" o
consecuencia emocional sea de tipo negativo como tristeza, pena,
incomodidad, pudor, disgusto, molestia, enfado, pesar, decepción,
miedo e inquietud. Pero a pesar de que son negativas o
desagradables para nosotros nos permiten aceptar y afrontar ciertas
situaciones (la tristeza, por ejemplo, nos ayuda a elaborar el duelo)
Por eso decimos que son emociones sanas o funcionales, porque nos
ayudan a actuar de forma constructiva.
Sin embargo, cuando sentimos emociones negativas o "Cs" como
pánico, ansiedad, ira, depresión, vergüenza o culpa, no nos ayudan,
al contrario, nos perjudican porque además de ser desagradables
para nosotros nos impiden aceptar, tolerar o afrontar las dificultades
de la vida y nos causan además frustraciones, aparte de crearnos
más problemas. Las conductas que acompañan a estas emociones
son además derrotistas. Por eso hablamos de emociones insanas o
disfuncionales, porque nos conducen a realizar acciones destructivas
(Sorribes, F. y Lega, L. 2013)
4. Resumiendo: La inteligencia emocional es la capacidad de interactuar
con el mundo de forma receptiva y adecuada.
Es importante aprender a controlar nuestras emociones y evitar
asimismo que ellas nos controlen a nosotros. Que no dirijan nuestra
vida, porque el control emocional es síntoma de inteligencia. No
obstante, depende también de la forma en que nuestro sistema
nervioso responde y eso depende asimismo de nuestras experiencias
pasadas. De ahí de la importancia de ser capaces de aprender a
superar posibles traumas. Las personas que funcionan mejor por el
placer que por la evitación del dolor tendrán también más éxito, así
como las que evitan el principio de inmediatez, pues el esfuerzo
demorado es también más adaptativo. O sea que las variables de
inmediatez
serían
negativas
o
serían
poco
inteligentes
emocionalmente las personas que las poseen y las personas que
siempre evitan el sufrimiento también tendrían más posibilidades de
ser infelices que aquellas otras que intentan ver el mundo de una
manera más positiva y proactiva. Estos estilos de pensamiento
habitualmente se forjan en la infancia, a través de la educación por
parte de los padres. A partir de cómo uno aprende a enfrentarse al
mundo y a los problemas hace que sea más o menos probable el
poder enfrentarse a todo tipo de situaciones en un futuro, tener más
o menos miedo, tener más alegría y mejor o peor humor para
enfrentarse a los demás.
Pero conseguir el éxito comporta mucho trabajo, mucho esfuerazo y
el ser capaces de vencer ciertas dificultades que nos puedan surgir,
conocer nuestro potencial y saber cuáles son nuestros talentos y
también nuestras debilidades. Cuando aprendemos a regular nuestros
pensamientos la emoción tiende anormalizarse y también la
conducta.
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