(2024-25-04) Epilepsia, manejo el urgencias (ptt).pptx
Genu varo
1. GENU VARO
(también
llamado piernas
arqueadas y tibia
vara),
es
una peculiaridadfísica1 marcada por una inclinación hacia afuera de
la pierna en relación con el muslo, dando la apariencia de un arco. Por lo
general, la angulación medial de ambos el fémury la tibia está involucrada.
CAUSAS
Su presentación en niños de hasta
3 años de edad es considerado
normal, pero si un niño es
enfermizo,
padece raquitismo o
sufre de alguna enfermedad que
impide
laosificación debida
de
los huesos,
o
tiene
una
mala alimentación, el genu varo
puede persistir y permanecer más
allá de la infancia. Así pues, la
principal
causa
de
estadeformidad es
el raquitismo.2 Pero también, los
problemas óseos, las infecciones, y los tumores pueden afectar el crecimiento
de la pierna, algunas veces dando lugar a un crecimiento arqueado de un solo
lado de las piernas. Otras causas pueden ser ocupacionales, esto es
especialmente notorio entre los jockeys, o debido a un trauma físico, la
condición también puede ser muy probable que sobrevenga después de un
accidente que dañe los cóndilos del fémur.
Expectativas
En la mayoría de los casos en los que persiste después de la infancia, hay
poco o ningún efecto sobre la capacidad de caminar. Debido a la tensión y el
desgaste desigual en las rodillas, sin embargo, incluso las manifestaciones más
leves pueden ser síntoma de un inicio acelerado de la artritis. Los que tienen
las piernas arqueadas y una predisposición genética para el desarrollo de
la artritis es probable que empiecen a tener síntomas de la artritis a los 30
años.
Tratamiento
Por lo general, no se requiere tratamiento para su presentación idiopática, ya
que es una variante anatómica normal en niños pequeños. El tratamiento está
indicado cuando persiste más allá de los tres años y medio de edad. En el caso
de la presentación unilateral o empeoramiento progresivo de la curvatura,
cuando es causada por el raquitismo, lo más importante es tratar la
2. enfermedad constitucional, al mismo tiempo instruir al cuidador no colocar al
niño sobre sus pies. En muchos casos esto es suficiente para efectuar la cura,
pero también el proceso se puede acelerar un poco mediante el uso
de "splints" o férulas. Cuando la deformidad se presenta en pacientes de edad
avanzada, ya sea por causa de
un trauma o de la ocupación, el
único tratamiento permanente es
lacirugía (dentro de la cual la
más extendida y menos invasiva
es la que utiliza los fijadores
externos "ilizarov"),
aunque
también
refuerzos ortopédicos pueden
proporcionar alivio.
El genu varo y el genu valgo, si no son tratados, podrían causar osteoartritis en
las rodillas con el paso de los años.
El genu varo es frecuente en los niños pequeños y, habitualmente, se corrige a
los 18 meses de edad. Si el genu varo persiste o empeora, la causa puede ser
la osteocondrosis tibial (enfermedad de Blount) o raquitismo, anomalía del
desarrollo óseo causada por la carencia de vitamina D. La vitamina D es
necesaria para la incorporación normal de calcio en los huesos. La enfermedad
de Blount puede tratarse a veces mediante una tablilla que se utiliza por la
noche, pero a menudo se requiere cirugía. El raquitismo puede ser tratado
habitualmente con suplementos de vitamina D.
El genu valgo es menos frecuente. Incluso en casos graves, la enfermedad
habitualmente se corrige por sí misma a los 9 años de edad. Si persiste
después de los 10 años, puede ser necesario recurrir a la cirugía.
En los adolescentes, el cartílago bajo la rótula puede ablandarse por una
degeneración desconocida o por la mínima lesión debida a la mala posición de
la rótula. Este estado se denomina condromalacia patelar. Causa dolor,
especialmente al subir o bajar escaleras. El tratamiento consiste en realizar
ejercicios para fortalecer los músculos que rodean las rodillas, evitar las
actividades que producen dolor y administrar aspirina para aliviar dicho
síntoma.
¿Cómo saber si la deformidad o arqueamiento es normal?
En primer lugar por la edad: es una situación típica del niño por debajo
de dos años de vida. En segundo lugar por el hecho de que la presentación sea
3. bilateral y simétrica, la presencia de deformidad en una sola extremidad o en
diferentes grados o características entre ambas extremidades nos debe alertar
sobre las causas.
Otro dato importante es el grado de arqueamiento. En general, con los
tobillos juntos, la distancia entre rodillas no debería superar una distancia de 6
a 8cm, considerando la complexión, estatura y factores familiares del niño.
Si la situación persiste en el niño mayor, si es asimétrico o si la
apariencia es marcada conviene consultar con el especialista en ortopedia
pediátrica. El especialista realizará una cuidadosa exploración física de las
extremidades, las características y detalles del niño durante la marcha y en
algunas ocasiones, según lo considere él médico, será preciso acompañar el
examen físico de algún estudio radiológico para confirmar la normalidad y
descartar patología.
Algunas causas de deformidad que no se resolverán de manera
espontánea y que por tanto resulta importante descartar, se relacionan con las
siguientes enfermedades:
Enfermedad de Blount: Se trata de una alteración de uno de los cartílagos de
crecimiento de la tibia, a nivel de la rodilla, que provoca una deformidad
progresiva.
Enfermedades metabólicas que cursan con trastornos en la osificación. Entre
ellas destaca el raquitismo hipofosfatémico, tanto de origen renal como por
deficiencia nutricional.
Displasias óseas o esqueléticas. Son trastornos congénitos del desarrollo óseo.
Suelen ser niños de baja estatura con afectación ósea múltiple.
GENU VALGO, GENU VARO
Otra de las preocupaciones habituales de los padres es la alineación que
presentan las piernas al mirarlas desde el frente, lo que conocemos como
patrón angular. Esta alineación presenta gran variabilidad dentro de la
normalidad, pudiendo encontrarnos con piernas arqueadas (genu varo, cuando
las rodillas se separan y los tobillos se juntan), rectas o con forma de X (genu
valgo, cuando las rodillas se juntan y los tobillos se separan)
4. Y esta alineación va cambiando a medida que el niño crece: desde el
nacimiento hasta los 18 meses-2 años lo normal es observar un genu varo, a
partir de esta edad las piernas se van alineando hasta que aparece un genu
valgo que aumenta progresivamente hasta los 3-4 años y posteriormente
disminuye de nuevo hasta los 7-9 años en que ya presentará la forma que se
va a mantener el resto de la vida.
Al llegar al final de este proceso evolutivo la situación habitual es un leve genu
valgo, aunque la presencia de un leve genu varo o de un moderado genu valgo
también son normales. Lo importante de esto no es la estética, que nos guste
más o menos la forma de las piernas, sino las consecuencias que esta forma
pueda traer en el futuro sobre las rodillas. Mientras la forma de las piernas
permita que la transmisión del peso desde la cadera al tobillo pase centrada
por la rodilla la alineación es correcta. Si esta transmisión de carga se realiza
por fuera o por dentro de la rodilla la alineación no es correcta.
En alguna ocasión, aunque poco habitual, la mala alineación sobre todo en
genu varo puede deberse a patologías como enfermedad de Blount,
emfermedades metabólicas , displasias óseas, secuelas de fracturas o
infecciones.
Para valorar si la alineación es correcta o no y si puede deberse a patología
5. generalmente es suficiente con la exploración física del niño. Y como he
comentado es fundamental tener en cuenta la edad y la alineación que
corresponde a esa edad. Ante la posibilidad clínica de que exista una
alineación inadecuada se realizan radiografías para valorar si es correcta o no
y descartar patología. Debemos sospechar de la existencia de alteraciones si
vemos un genu varo que persiste más allá de los 3 años y es progresivo, un
genu valgo con separación de tobillos mayor de 9 cm después de los 8-10
años,
o
si
existe
asimetría
entre
ambas
piernas.
En la mayoría de las ocasiones por lo tanto la evolución a lo largo de los
primeros años de vida nos lleva a una alineación normal, por lo que no es
necesario ningún tipo de tratamiento más que la observación periódica.
Además el uso de aparatos ortopédicos, plantillas,... no consigue modificar esta
evolución. En los casos en que exista alguna patología causante de la
deformidad, o que el varo o el valgo sobrepasen los valores normales, el
tratamiento
indicado
normalmente
es
la
cirugía.
Si el niño ya ha llegado al final del crecimiento se necesita realizar osteotomías
correctoras, es decir, cortar el hueso para modificar su alineación. Esta es una
cirugía agresiva y que puede presentar complicaciones. Sin embargo si al niño
le queda todavía crecimiento suficiente por delante se puede realizar lo que
llamamos crecimiento guiado, una técnica sencilla que modula el crecimiento
del hueso para que progresivamente corrija su alineación.
Así que antes de recurrir a tratamientos innecesarios e ineficaces consultad
con vuestro pediatra o con un especialista en Ortopedia Infantil; lo más
probable es que vuestro hijo no necesite ningún tratamiento, pero si lo necesita
es importante que no haya finalizado el crecimiento para poderlo corregirlo de
la forma más sencilla posible.