Artículo de maridaje y su influencia en la elección del vino. Principios básicos de recomendaciones gourmet. Recomendado por Luis Fernando Heras Portillo.
Maridaje, la elección del vino - PDF rescatado por Luis Fernando Heras Portillo
1. LA ELECCIÓN DEL VINO
Pero...
¿POR DÓNDE EMPEZAMOS?
La pasta por sí sola es un alimento combinable
con cualquier vino.
Los aromas y sabores determinantes en un
plato de pasta son los ingredientes acompa-
ñantes y la salsa.
También las texturas (salsas más o menos
espesas, elementos crujientes…) pueden hacer
decantarnos por un vino u otro.
La armonía entre un plato de pasta y el vino que lo acompaña puede ser muy personal.
Y es que a veces es cuestión de gustos…
El vino que escojamos debe tener los
aromas, sabores y la intensidad adecua-
dos para que no choquen o anulen los del
plato.
La elección clásica de vino blanco para los
pescados y tinto para las carnes puede seguir
vigente, pero ante la variedad de matices que
podemos encontrar de cada variedad, vale la
pena hacer un análisis más completo.
Algunas buenas combinaciones…
Las ensaladas de pasta combinan bien con vinos
blancos jóvenes con notas afrutadas. También puede
ser acertado un vino rosado bien fresquito o un cava.
Si en la ensalada incorporamos sabores más fuertes
como anchoa o aceitunas puede ser acertado combi-
nar con un tinto joven con notas de frutos rojos.
Las pastas con pescados casan muy bien con vinos
blancos.
Una salsa intensa en sabor que incorpore pimentón o
sea muy especiada puede requerir de un vino blanco
envejecido.
Los mariscos se suelen maridar con blancos secos o
cava.
La salsa boloñesa y las salsas de queso combinan
muy bien con tintos crianza y con carácter.
Con las salsas de setas es acertado un blanco denso
y muy aromático, un Jerez o un tinto de media inten-
sidad.
2. LA ELECCIÓN DEL VINO
Maridando algunos clásicos…
Perfecto un Muscato d’Asti. Es un vino espumoso y dulce con
sabor fresco y a frutas maduras. Perfecto para una comida
de verano.
Tinto de Cádiz. Es un tinto con poca barrica para suavizar
su sabor terrenal. Tiene un toque de hierbas aromáticas y
amargura ligera.
También puede combinar con un vino blanco joven afrutado,
sidra o vino tipo txacolí.
Vinos blancos de Rueda, tipo de uva verdejo.
Rosado Navarro.
Tinto del Bierzo. Tinto crianza aromático y con notas de
frutas rojas maduras.
Cava Brut Nature o Champagne
Tinto de Ribera del Duero. Un tinto joven de crianza con
bastante barrica y maduración, lo que le confiere una larga
persistencia en el paladar y fuerza de fruta muy madura en
nariz.
También puede combinar con un Rioja de crianza o un
Somontano.
Vinos tintos del Priorat o Costers del Segre con toques
ahumados y olor a madera.
ENSALADA DE PASTA
PASTA AL PESTO
PASTA CARBONARA
Y OTRAS CREMAS
SUAVES
PASTA NAPOLITANA
PASTA BOLOÑESA
PASTA ALLE VONGOLE
PASTA CON SALSA DE
QUESOS
PASTA CON SETAS
O TRUFA
3. LA ELECCIÓN DEL VINO
Para tener en cuenta
Es muy acertado combinar el producto de la tierra
o un plato típico con el vino de la región.
No hay un vino para cada plato, las opciones son
múltiples y dependen también del gusto de los
comensales.
Si un vino es muy discreto, un plato muy aromático
o con sabores fuertes no permitirá apreciar los
matices del vino.
Lo más adecuado es combinar vinos suaves con
platos ligeros y vinos con carácter para platos de
sabores intensos.
Algunos elementos son difíciles de maridar:
Ingredientes con mucho vinagre, como por ejemplo
las ensaladas.
Una buena opción podría ser el cava,
un todoterreno que combina con casi
cualquier sabor.
Ajo y cebolla.
Alcachofas
Berros, rúcula y otras lechugas muy amargas.
4. El vocabulario del vino…
LA ELECCIÓN DEL VINO
Los términos que se manejan en la descripción de un vino hacen referencia:
AL COLOR: paja, dorado, cereza…
AL AROMA: balsámico, floral, frutos rojos…
a la sensación en boca, que incluye:
GUSTO: frutas, frutos secos, torrefacto…
DENSIDAD O “TEXTURA”: carnoso, untuoso…
Hay muchas más sensaciones que se pueden apreciar, pero este es un breve resumen.
Un ejemplo de nota de cata sería…
Vista: Intenso y vivo color picota con ribete marcado. Capa media alta. Limpio.
Nariz: Fruta madura. Recuerdo de casis. Notas lácteas. Mentol.
Boca: Entrada fresca. Buena estructura con alcohol bien integrado. Punto de astringencia. Carácter
jovial.
Cuando probamos un vino por primera vez es positivo hacer el ejercicio de realizar la cata sin tener
referencias externas.
Es mejor encontrar por uno mismo los aromas y sabores y después leer la etiqueta o dejarnos guiar por
un profesional.
El paladar se entrena a base de probar, así seremos cada vez más ágiles a la hora de detectar aromas y
sabores.
Desarrollaremos una ‘memoria gustativa’ que nos permitirá imaginarnos un sabor con sólo leer la
referencia de cata.
El siguiente paso y más complejo, es imaginarnos el sabor de un vino combinado con los ingredientes
de nuestro plato.