La epiqueya permite al hombre interpretar las leyes de forma moderada y prudente considerando la intención del legislador y las circunstancias. Se entiende como una interpretación de la ley que sigue su espíritu más que su letra estricta. Platón y Aristóteles discutieron sobre si la epiqueya desvía o corrige la ley. Los manuales de teología moral ven la epiqueya como un instrumento para evitar la gravedad de la ley aunque también puede llevar a asumir responsabilidad para vivir plenamente
Epiqueya: interpretación prudente de la ley según las circunstancias
1. Es un acto o hábito moral que permite al hombre eexxiimmiirrssee ddee llaa oobbsseerrvvaanncciiaa
lliitteerraall eexxtteerrnnaa ddee uunnaa lleeyy ppoossiittiivvaa ccoonn eell ffiinn ddee sseerr ffiieell aall sseennttiiddoo ddee eellllaa oo aa ssuu
eessppíírriittuu aauuttéénnttiiccoo..
PPuueeddee ddeeffiinniirrssee ccoommoo «iinntteerrpprreettaacciióónn mmooddeerraaddaa yy pprruuddeennttee ddee llaa lleeyy,, eenn
ccoonnttrraa ddee ssuu sseennttiiddoo lliitteerraall,, ppeerroo ssiigguuiieennddoo llaa mmeennttee ddeell lleeggiissllaaddoorr,, sseeggúúnn
llaass cciirrccuunnssttaanncciiaass ddee ttiieemmppoo,, lluuggaarr yy ppeerrssoonnaa».. SSee eennttiieennddee qquuee ssóólloo
ppuueeddee aapplliiccaarrssee aa llaass lleeyyeess hhuummaannaass,, yy nnoo aa ttooddaass..
2. Etimologia
La etimología de la palabra e. (épieíkeia, épieikés) es difícil (L. Meyer, Handbuch der
griechischen Etymolgie II, 1901, 23). Significa, en primer lugar, lo que es justo,
conveniente, habitual (equidad). De ahí pasó después a designar lo que es
mesurado, comedido, suave, condescendiente. Se manifiesta sobre todo en los que
tienen el poder. Por lo demás, a lo largo de la historia, se ha usado esta palabra con
diversos sentidos, como veremos.
3. Epiqueya y Equidad
Epiqueya y equidad (v.) tienen el mismo origen etimológico. Pero los dos vocablos,
aunque parecidos, responden a dos diversos conceptos. La epiqueya dice especial
relación a la ciencia moral y al fuero interno; la equidad se refiere al campo del
derecho positivo y al fuero externo, como una justicia superior, correctora del
derecho existente y creadora de un derecho particular. Hay, de todos modos, sobre
todo en el lenguaje común, quienes confunden los dos términos, pero parece que, al
menos en el campo del Derecho y de la Moral, es necesario mantener la distinción.
4. Significado Biblico
Significado bíblico. La palabra e. o sus derivados aparece en la traducción griega
bíblica de los Setenta. Fuera de 1 Sam 12,22; 2 Reg 6,3 y Ps 85,5, sólo se
encuentra en los últimos libros del A. T. Expresa prevalentemente la conducta
señorial de Dios: su mansedumbre y condescendencia (Ps 85,5; 1 Sam 12,22; Sap
12,18; Bar 2,27; Dan 3,42; 2 Mach 2,22; 10,4). De aquí pasó a significar también la
condescendencia del rey (Est 3,13; 8,13; 2 Mach 9,27) y la de los hombres que
están más cerca de Dios, como los profetas (2 Reg 6,3) y los justos (Sap 2,19).
Sólo quien tiene un poder infinito puede poseer la verdadera epiqueya. La e. es una
especie de resplandor de la gloria celestial y de la majestad adquirida por el Señor
Jesús en su resurrección.
5. Platon y Aristoteles
sobre la Epiqueya
Platón, manifiesta a lo largo de su vida una cierta evolución. En la República y el
Hombre político opina que la sabiduría práctica del hombre al frente de los asuntos
públicos está sobre las leyes. El hombre político, dotado de sabiduría y prudencia
puede juzgar en cada caso concreto lo que es más conveniente hacer, mientras que
las leyes, han de mantenerse necesariamente en un plano abstracto y general, en el
que no se pueden tener en cuenta las situaciones concretas.
6. Platon y Aristoteles
sobre la Epiqueya
Al final de la vida, sin embargo, Platón piensa que de hecho es muy difícil encontrar
un hombre político sabio y recto, y por eso opina en las Leyes que la comunidad
política debe regirse por leyes generales, a las cuales también los políticos deben
someterse. Pero la ley no es el sistema ideal, ya que no puede tener en cuenta los
casos concretos. El ideal sigue siendo el hombre político sabio y prudente. Por eso
las leyes son sólo una especie de sustituto suyo y deben ser lo más absolutas
posibles para asemejarse a las decisiones concretas del hombre político.
7. Platon y Aristoteles
sobre la Epiqueya
De ahí que la e. sea considerada en esta concepción como una debilidad, un salirse
del campo jurídico para dar lugar a una misericordia de carácter humano y
sentimental. En el fondo esta depreciación de la e. radica en el concepto que Platón
tiene del individuo. Para él lo que importa es la idea general, mientras que el
individuo es un concepto negativo, una limitación de las ideas generales. De ahí que
la e. aparezca en él como una desviación de la justicia general.
8. Platon y Aristoteles
sobre la Epiqueya
Aristóteles hace una crítica constructiva de la doctrina de Platón sobre la epiqueya.
Para ambos la ley general no puede prever todos los casos posibles, sino que ha de
atender sólo a lo que ocurre en la mayoría de ellos. Lo universal no puede incluir
todos los casos concretos. La e., según Aristóteles, no aparece como una
desviación o excepción de la ley, sino como una corrección de la misma. Las
piedras para edificar los muros de Lesbos son desiguales. No pueden por eso
medirse si la regla no es flexible.
9. Platon y Aristoteles
sobre la Epiqueya
Es sobre todo Aristóteles el que desarrolla una teoría de la epiqueya, por la que ésta
constituye el criterio. último de valoración de la ley positiva, a la luz de las
exigencias superiores de la ley natural. La epiqueya es entonces como una forma
de excepción a la ley positiva cuando esta ley entra en conflicto con los dictámenes
de la ley natural. Se dirige por tanto a la consecución de una justicia mejor, no
siempre expresada correctamente en la letra de la ley.
10. Según los Manuales de
Teologia Moral
El concepto de epiqueva ha adquirido un valor eminentemente jurídico,
reduciéndose a una actitud indulgente respecto a la ley, motivada por
razones de interés personal. Se la entiende, por tanto, como
instrumento para evitar el carácter gravoso de la ley con el riesgo
evidente de caer en el laxismo.
En la reflexión ética contemporánea se ha recuperado a la epiqueya
en su significado original, poniéndola en relación con los derechos de
la conciencia. Se trata de una actitud inspirada en la conciencia del
valor y del límite de la ley, y por consiguiente proyectada a la asunción
de una responsabilidad personal concreta para con la misma:
responsabilidad que puede llevar consigo tanto la renuncia a actuar
sus contenidos, por ser injustos, como el compromiso de ir más allá de
la ley para vivir plenamente el valor expresado insuficientemente por
ella. Para el cristiano esto tiene su fundamento en la afirmación de
Jesús: «El sábado está hecho para el hombre, y no el hombre para el
sábado".