El documento describe un proyecto de una escuela secundaria para fortalecer las habilidades sociales y prevenir la participación de estudiantes en actividades de alto riesgo. El 98% de los estudiantes provienen de entornos desfavorecidos con altos niveles de delincuencia y consumo de drogas. El proyecto incluye talleres, monitoreo del tiempo fuera de clase, reuniones con padres y autoridades locales, y un encuentro de líderes juveniles para promover el desarrollo personal y prevenir comportamientos de riesgo.