El documento habla sobre la educación y la vivencia de los derechos humanos. Propone que la educación debe ser un proyecto personal y colectivo que garantice el acceso y permanencia en el sistema educativo. También señala que las escuelas deben fomentar la identidad, costumbres y tradiciones a través de las experiencias y conocimientos personales y colectivos. Finalmente, resalta que los derechos humanos no son conceptos estáticos, sino que deben ser una realidad vivida y practicada en la sociedad.