El documento resume la filosofía de Descartes. Propuso un método para establecer un conocimiento cierto basado en la razón y la deducción. Consideraba que la mente y el cuerpo son sustancias distintas, y que Dios garantiza la veracidad de las ideas claras. Su método involucraba la duda metódica, el descubrimiento del "pienso luego existo" como primera verdad, y la deducción de otras realidades como Dios y el mundo material.
Descartes y el método filosófico para alcanzar el conocimiento cierto
1. DESCARTES (1596 – 1650)
La posibilidad de establecer un conocimiento cierto fuera de toda duda constituye la
preocupación dominante de la filosofía de Descartes. Por este motivo, se aplicará a la
elaboración de un método con el que se puedan demostrar las verdades según el
orden que impone la razón.
LA UNIDAD DEL SABER
Descartes parte de la idea de que la ciencia (la sabiduría humana) es única. La causa
fundamental de esta unicidad es que la razón también es única.
Su pretensión era, pues, dedicarse a la búsqueda de la verdad mediante el solo uso de
la razón, para así escapar al Escepticismo. En definitiva, se trata de estructurar un
sistema de proposiciones verdaderas en las que nada se admitiese que no suera
evidente e indudable. En este sistema, todas las partes debían estar conectadas y bien
fundamentadas.
Simboliza la universalidad de la ciencia mediante la imagen de un árbol, cuyas raíces
son la metafísica, su tronco, la física y la filosofía natural, y las ramas, las ciencias
prácticas (medicina, mecánica, moral). Así, todas las ciencias se fundan en la física y
ésta, a su vez, en la metafísica.
LA BÚSQUEDA DEL CONOCIMIENTO CIERTO
El tema del conocimiento (el análisis de nuestra capacidad de conocer para
determinar sus límites y saber hasta dónde se puede llegar) ocupa el centro de las
preocupaciones de Descartes.
EL PROBLEMA DE LAS IDEAS
El conocimiento es, para Descartes, una representación en la mente humana de lo que
se da fuera de ella. Lo que representa a las cosas en la mente son las ideas (recupera
así un término platónico que había sido abandonado por el conceptualismo
aristotélico y tomista).
De acuerdo con su exigencia de rigor, trata de establecer el uso de dicho término.
Para ello se plantea tres cuestiones que recuerdan la problemática platónica. Así, se
pregunta en primer lugar sobre qué se entiende por idea; en segundo término
investiga sobre qué clases de ideas hay, y finalmente, acerca de cual es su origen y
qué relación tienen con las cosas.
Descartes reserva el término idea para aquellos contenidos de la mente que se refieren
a cosas, que son imágenes o representación de las mismas.
Atendiendo a su origen, distingue entre ideas innatas (“nacidas conmigo”),
adventicias (“venidas de fuera”) y ficticias (“inventadas por mí mismo”). De estos
2. tres tipos de ideas, Descartes da importancia, sobre todo y casi exclusivamente, a las
ideas innatas en el proceso del conocimiento, pues los sentidos tienen para él escasa
fiabilidad.
Por ello, la idea de Dios pasa a ser para Descartes el fundamento del conocimiento
humano, la garantía de que no nos equivocamos de que las ideas se relacionan con las
cosas. Al valorar la función de la inteligencia o el pensamiento con el conocimiento
humano por encima del papel que desempeñan los sentidos, se sitúa en una
perspectiva intelectualista.
Establecidos los tres tipos de ideas por razón de su origen, Descartes utiliza el criterio
de cómo se presentan al sujeto que conoce. Distingue entre ideas claras y oscuras,
distintas y confusas. Esto determina su valor de verdad: solo serán verdaderas
aquellas ideas que se presentan “a un espíritu atento” como claras (es aquella que se
impone simplemente con su presencia a una mente atenta) y distintas (es aquella que
no puede confundirse con ninguna otra).
CLASIFICACIÓN DE LAS IDEAS
Tipos de ideas Origen Ejemplos
INNATAS
(verdaderas)
Razón El todo es mayor que la parte
Si pienso es que existo
A=A; A o no A
ADVENCICIAS
(poco fiables)
Experiencia La nieve es blanca
El agua hierve a 100ºC
Tengo un cuerpo material
FACTICIAS
(erróneas)
Imaginación Los cíclopes tienen un solo ojo
Los marcianos son verdes
Los gnomos viven en el bosque
EL METODO AL SERVICIO DE LA RAZÓN
A la vista de las contradicciones que encuentra en las opiniones generalmente
admitidas, Descartes plantea la conveniencia de reconstruir la estructura del saber en
forma de un proceso deductivo riguroso en el que no queden lagunas. Con ello
pretende obtener un conocimiento independiente de la experiencia, cuya garantía se
encontrará en la correcta aplicación de las deducciones.
Descartes decide buscar su propia manera de aplicar el método deductivo, ya que no
le satisface el uso que de éste hacen los lógicos y los matemáticos. Considera que este
uso es demasiado complejo y poco práctico para la finalidad que él pretende.
Mecanismos mentales del conocimiento racional
El método cartesiano se orienta a dirigir los mecanismos mentales que intervienen
en el proceso de organización del conocimiento.
Dos son para Descartes esos mecanismos mentales o procesos de conocimiento
3. racional: la intuición y la deducción.
a) la intuición es una especie de “luz natural” que permite que la razón capte
inmediatamente ideas simples sin que haya posibilidad de duda o error.
b) la deducción es el modo de conocimiento por el que la razón descubre las
conexiones que se dan entre ideas simples. En el sentido en que se emplea este
término en matemáticas, significa obtener unas verdades a partir de otras.
Según Descartes, éstos son los dos únicos modos de proceder en el conocimiento que
tiene el entendimiento. El método cartesiano quiere garantizar el recto uso de ambos.
La descripción del método es sencilla, consiste en partir de una primera verdad de
absoluta evidencia de la cual se deriven sucesivamente otras verdades, de tal manera
que cada una de ellas se apoye en la anterior, y se constituya en un encadenado de
verdades.
Las cuatro reglas del método
Descartes establece cuatro principios o reglas fundamentales para pasar con
seguridad de unas verdades a otras y verificar así los pasos sucesivos que se dan en
una deducción. La primera se refiere a la intuición y las tres restantes a la deducción.
– La primera regla es la de la evidencia intelectual. Prescribe que sólo hay que
admitir como ciertas las ideas que se presentan con claridad y distinción a la
mente. Este precepto excluye, por lo tanto, cualquier fuente de conocimiento
distinta de la “luz natural” de la razón.
– La segunda regla, en la que se habla de la división o análisis, prescribe reducir
un problema a los aspectos más simples, consiste en descomponer los múltiples
datos del conocimiento en sus elementos básicos.
– La tercera regla, o de síntesis, trata del paso de los simple a lo complejo. Se
refiere a la formación de estructuras cada vez más complejas: partiendo de los
principios conocidos intuitivamente, podemos deducir el reto de proposiciones, de
modo que cada una sigue necesariamente de la anterior.
– La cuarta regla o de revisión prescribe hacer enumeraciones de los pasos que se
van dando. Con ello se trata de no perder de vista ningún paso en la deducción y
garantizar que no hay saltos o lagunas en el misma.
El resultado de aplicar correctamente las reglas del método es la CERTEZA definida
como estado intelectual que excluye la posibilidad de toda duda en relación con el
objeto de demostración.
LA METAFÍSICA CARTESIANA
El concepto aristotélico de sustancia como “aquello a lo que corresponde ser en sí y
no en otro” determinó la concepción ontológica de la Edad Media. La filosofía
escolástica había distinguido dos órdenes de realidad: Dios (realidad infinita) y las
4. criaturas (realidad finita en la que, a su vez, distinguía el cosmos, como totalidad de
los seres creados, y el hombre, intermediario entre Dios y el cosmos, y compuesto de
materia y espíritu).
Esto equivalía a admitir la existencia de tres tipos de realidades:
– El mundo (cosmos), totalidad de la realidad material de cuyo estudio se ocupaba
la cosmología racional.
– El ser humano, compuesto de cuerpo y alma, del que se ocupaba la psicología
racional.
– Dios, ser supremo, objeto de estudio de la teología natural.
Los filósofos del s. XVII, formados en la tradición escolástica, tienen como trasfondo
esta manera de entender la realidad al tratar el tema de la sustancia.
La sustancia en Descartes
Los racionalistas mantienen una cierta continuidad con el pensamiento anterior y por
ello conservan el concepto de sustancia como una pieza fundamental de su ontología,
aunque modifican el contenido de este concepto e incluso su definición.
La definición que da Descartes de sustancia es “una cosa que existe de tal modo que
no necesita ninguna otra par existir”.
Esta definición constituye el punto de partida de las teorías sobre la sustancia de los
distintos pensadores racionalistas. La sustancia es entendida como aquello que existe
por sí, como el elemento estable y permanente de la realidad, que es soporte de los
accidentes y subyace a todos los cambios. El concepto de sustancia es una de las
ideas innatas.
Tipos de sustancia
Descartes es dualista, ya que distingue dos órdenes de realidad: la materia y el
espíritu. Sin embargo, habla de tres tipos de sustancia, una infinita (Dios) y dos
finitas: la sustancia pensante (yo o alma) y la sustancia extensa (los cuerpos
materiales). Cada una de estas sustancias se define por sus atributos
fundamentales: la infinitud para la sustancia divina, el pensamiento para el yo, y la
extensión en el caso de la materia.
Las sustancias finitas son autónomas y no necesitan la una de la otra para existir. Así,
Descartes garantiza la libertad del alma y su independencia respecto al cuerpo que,
por ser material, se encuentra sometido a las leyes deterministas del mundo físico, en
el que no cabe la libertad. Sin embargo, ambas dependen de la sustancia infinita que
las ha creado y las conserva.
Aunque Descartes mantiene el Dios creador, este Dios cartesiano ya no es el centro
de su preocupación filosófica, como lo era el Dios de la filosofía medieval, sino una
5. pieza necesaria de su sistema, el cual gira en torno al yo o sujeto cognoscente.
Por su carácter subjetivista, la metafísica cartesiana inaugura una nueva forma de
entender el problema del conocimiento, que tendrá gran influencia en los filósofos
posteriores.
LA SUSTANCIA EN DESCARTES
TIPO ATRIBUTO MODOS
INFINITA DIOS Infinitud Todos los posibles
FINITA
PENSANTE:
Yo o alma
Pensamiento Pensar
Sentir
Imaginar
Afirmar
Dudar, etc.
EXTENSA:
Cuerpo
Extensión Tamaño
Figura
Movimiento
6. EL PROCESO DEDUCTIVO CARTESIANO
El método cartesiano consiste en el uso de la intuición y de la deducción. Mediante el
primero conocemos aquellas verdades que son evidentes e inmediatas (los axiomas);
con la segunda alcanzamos aquellas verdades que, sin ser inmediatamente evidentes,
alcanzan una evidencia mediata gracias a que llegamos a ellas partiendo de los
axiomas y a través de una cadena de razones, es decir, de pasos sucesivos que son
evidentes (análisis y síntesis).
Armado de este método, que tan fecundo se ha mostrado en las matemáticas,
Descartes intentará edificar una filosofía a modo de una ciencia universal que pueda
elevar nuestra naturaleza a su más alto grado de perfección.
PASOS DEL PROCESO DEDUCTIVO
1.- Planteamiento de la duda metódica
2.- Descubrimiento del cogito “pienso, luego existo” como primera evidencia
3.- Demostración de la existencia de Dios
4.- Garantía de la veracidad de las ideas claras y distintas
5.- La certeza de que la esencia del alma, del yo, es el pensamiento y la esencia del cuerpo es la
extensión
6.- La certeza de la existencia de cosas materiales
Desarrollo del proceso deductivo
1.- El punto de partida que establece es, pues, la duda universal, que consiste en
poner entre paréntesis todos los conocimientos anteriores, a la vista de la
incertidumbre de muchos de ellos. Esta duda universal, a diferencia de la duda
escéptica, que niega la posibilidad de conocer algo como verdadero, es una duda
metódica, que consiste en no admitir la verdad de ninguna cosa mientras no se
alcance una certeza absoluta.
Los motivos que encuentra Descartes para dudar son los siguientes: los engaños de
los sentidos, los errores en el razonamiento, la dificultad que nos afecta, a veces, de
distinguir los pensamientos que tenemos estando despiertos de aquellos que puedan
ocurrírsenos en sueños, y, por último, la posibilidad de ser engañados por aglún dios
o genio maligno, que nos haga creer que hay realidades que no son tales.
2.- En el proceso de la duda metódica encuentra, por intuición intelectual, la primera
evidencia incuestionable: “pienso”, de la cual se desprende la existencia de su yo
personal, su propia existencia como sustancia pensante “luego existo”, que el es
segundo paso de los indicados.
De esta conciencia de la existencia del propio yo, Descartes irá deduciendo las demás
realidades: las sustancias infinita y extensa.
7. 3.- A la vez que se encuentra a sí mismo como sustancia limitada, por ser capaz de
cometer errores, Descartes comprende la necesidad de la existencia de Dios, sustancia
infinita, sin limitaciones de ningún tipo. Demuestra a continuación su existencia
recurriendo al argumento ontológico siguiente: si puedo dudar es que no soy perfecto,
pues hay más perfección en conocer que en dudar. Si yo no soy perfecto, esta idea de
perfección que encuentro en mi mente tiene que proceder de alguien distinto de mí y
más perfecto que yo. Tiene que proceder de alguien que sea Dios. Por consiguiente,
tiene que existir un ser más perfecto que yo, y ese es Dios.
4.- Esta existencia de Dios garantiza la verdad de las ideas claras y distintas, “pues no
sería posible que Dios, que es enteramente perfecto y verdadero, las hubiera puesto
en nosotros si fueran falsas”. Las ideas falsas lo son por tener en ellas algo confuso y
oscuro; confusión y oscuridad de la que somos responsables nosotros, que no somos
perfectos. Con esto, Dios resulta garante de la verdad de nuestro conocimiento,
siendo el error el resultado evitable de un uso incorrecto de nuestras facultades
mentales y no la consecuencia fatal del engaño de un “genio maligno”.
5.- En el doble paso siguiente se ocupa de demostrar cuál es la esencia de las dos
sustancias finitas: afirma que el pensamiento es la esencia del yo, o alma, mientras
que la extensión es la esencia del cuerpo.
6,- Finaliza su exposición demostrando la existencia de las cosas materiales o
sustancia extensa.
LA DUDA CARTESIANA
La duda practicada por Descartes es universal en cuanto que se aplica universalmente a toda
proposición acerca de cuya verdad se pueda dudar.
Por otro lado, es una duda metódica en el sentido de que es practicada no por amor a la duda
misma, sino como una etapa preliminar en la búsqueda de la certeza.