El documento describe las diferentes etapas del proceso de pensamiento, incluyendo la cognición sensorial, las representaciones, el intelecto y la razón. Explica que el intelecto se limita a las percepciones y conceptos empíricos, mientras que la razón trasciende esto mediante la reflexión filosófica y el uso de la lógica dialéctica para captar la esencia de los objetos. Finalmente, la razón especulativa alcanza el nivel más alto de pensamiento al ir más allá de los hechos concretos y usar completamente la
Las etapas del proceso de pensar: del intelecto a la razón especulativa
1. S
e atribuye falsamente
a Aristóteles el apotegma:
NihH est ¡n intellectu, quod
priusnon fueritinsensu(Uaáa hay
en el intelecto, que antes no
haya estado en los sentidos),
para sustentar una concepción
toscamente empirista del
pensamiento, en la cual éste es
un reflejo pasivo de las cosas
materiales. Como la imagen en
un espejo. Empero, el pensar es
un proceso m u c h o más
complicado. Aquí nos referiremos
tan sólo a su c a p a c i d a d de
conocimiento: es decir, el "reflejo
( j j c t i v ^ y orientado a un fin del
munao objetivo y de sus leyes en
_el cerebro humano". Este ocurre
en dos etapas de cognición:
sensorial y lógica; de aprehensión
¡ nrrie ai al áycJíre c t a del objeto
material, y de su reproducción
conceptual en el pensamiento,
respectivamente1.
De manera esquemática y si se
quiere indicar un "principio", éste
puede ser e f e c t i v a m e n t e la
sensibilidad: la c a p t a c i ó n de
estímulos por los órganos de los
sentidos, durante la práctica,
las actividades del metabolismo
entre los humanos y la
naturaleza. Cuando se juntan y
correlacionan ciertas
sensaciones en el cerebro,
constituyen la percepción: la
forma, textura, color ólÓrTsabor,
etc., que identifican a una cosa
y que, además, p u e d e n
producir un sentimiento
(disgusto, a t r a c c i ó n ,
indiferencia). Se realiza, así, un
análisis de ella: la distinción y
separación de los elementos,
características' o aspectos que
la constituyen.
Pero en tanto sensaciones,
sentimientos y percepciones no
pueden ser nombrados ni
comunicados, no son
pensamiento formal; son simples
materias primas para él, que al
ser discriminadas, seleccionadas
y comparadas por el cerebro,
producen representaciones; es
Cid
CtttXXiaNES
EL PROCESO DE PENSAR
lléctor Salazar llolguín*
decir, la unidad estructurada de
tales elementos, que forma la
mente al reflejar un objeto ante
su presencia real, en la memoria
o la imaginación. Mas, tales
intuiciones (la cognición senso-
riflll no' son sino el punto de
parfida, y aún muy lejano, de lo
que propiamente se denomina
pensar: desarrollar y operar con
conceptos, categorías, juicios e
ideas. Y éstos sólo se logran
mediante la reflexión, la
consideración consciente,
a t e n t a y detenida de las
representaciones, distin-guiendo
y precisando las
determinaciones o
características de un objeto, en
el curso de un proceso mental:
cualidad, cantidad, medida,
fenómeno, esencia, etc
(cognición lógica).
En principio, la cognición sensible
aparece como verdadera y, a
tal grado, que con base en ella
se han desarrollado sistemas
filosóficos y hasta científicos; no
sólo en la antigüedad, sino en
plena ilustración y hasta en el
siglo XX. Así, Berkeley considera
que las ideas no son
pensamientos abstractos, sino
"un conjunto de sensaciones".
Hume opina que " la mente
jamás tiene delante nada que no
sean las percepciones".
Avenarius y Mach sostenían: "El
A coyau¡0
2. cometido de la ciencia puede
consistir sólo en lo siguiente: 1 .-
Investigar las leyes de la conexión
entre las representaciones
(psicología). 2.- Descubrir las leyes
de la conexión entre las
sensaciones (física). 3.- Explicar
las leyes de la conexión entre las
sensaciones y Iqjs
representaciones (psicofísica) .
William James, uno de los
fundadores del pragmatismo:
"La única realidad que
conocemos es la realidad
sensible, el flujo de nuestras
sensaciones y emociones...
Detrás de los simples hechos
fenoménicos... no hay nada".3
Sin embargo, como indicara
Hegel, "el contenido concreto
de la certeza sensible hace que
ésta se manifieste de un
modo inmediato c o m o el
conocimiento más rico... el más
verdadero, pues aún no ha
dejado a un lado nada del
objeto, sino que lo tiene ante sí
en toda su plenitud. Pero, de
hecho, esta certeza se muestra
ante sí misma como la verdad
más abstracta y pobre"4. Este
pensamiento que es aún el
reflejo directo de la
realidad, que consta sólo
de percepciones y
representaciones y, cuando
más, de conceptos empíricos (los
que se refieren a los hechos, lo
existente, a "la singularidad de
los objetos reales, concretos"/
Althusser, 5) y que realiza
concretas (ligadas a la
"experiencia sensorial directa" /
Piaget ,6), se denomina intelecto.
Entonces, tal pensamiento se
limita a las cosas singulares y
particulares, paralizándolas en
un momento estático al margen
de su devenir; concibe sus
características y
determinaciones aisladas,
estrictas y rígidas; absolutiza sus
diferencias y las contrapone de
manera antagónica, anulando
Ció
artificialmente las
contradicciones reales que
contiene.
No obstante, la misma
cognición sensorial nos muestra
que el pensamiento no se limita
a la simple reproducción de las
sensaciones que provoca el
objeto; sino que las trasciende,
las transforma en conceptos. Y
se piensa con ellos, más que con
representaciones. En
consecuencia, debe obrar una
forma superior del pensar, la
cognición lógica; pues "el
edificio de la ciencia es
precisamente el resultado de un
proceso de construcción que,
procediendo más allá de las
determinaciones singulares
finitas que ha aislado el
intelecto, las reconoce como
momentos necesarios de una
totalidad orgánica que es la
propia verdad" 7, en un proceso
de génesis, desarrollo y
c a d u c i d a d , con muchas
contradicciones. Incluso, hasta
los neopositivistas, como Karl
Popper, han reconocido que "el
conocimiento no comienza con
percepciones u observación o
con la recopilación de datos o
de hechos, sino con problemas"
y, por ende "no hay ninguna
ciencia g puramenté
observacional". No obstante, en
las primeras etapas en el
desarrollo de las ciencias
empíricas y hasta en filosofías
modernas, no logra rebasarse
este nivel; por ejemplo "el
pensamiento kantiano se
mueve todavía en la dimensión
de la universalidad abstracta
del intelecto", al finalizar ya el
siglo XVIII7.
El avance hacia lo general y lo
universal, que hace posible la
consideración de los objetos
singulares y particulares en la
totalidad de la que forman
parte; la necesidad de abarcar
su proceso de origen, evolución
y fin; y de resolver
adecuadamente el cúmulo de
£T¡
contradicciones que surgen en
este curso, etc, obligan una
reflexión superior, que trascienda
al intelecto: es lo que Hegel
llama^razón.
Por medio de la reflexión
filosófica, se desarrollan
conceptos teóricos, (los que
"versan sobre determinaciones
y objetos abstracto-formales", a
fin de alcanzar "la dimensión
más general del conocimiento
de un objeto" /Althusser,5), para
la realización desperaciones
lógicas formnlfts. (''abstractas'
con principios generales,
teóricas"/ Piaget,6). Se trata de
la dialéctica, una lógica superior
a la formal aristotélica, que
distingue y separa lo objetivo (lo
propio de la cosa) de lo subjetivo
(lo propio del pensamiento); lo
singular y particular de lo general
y universal, para reconstruir
mentalmente la totalidad del
objeto individual (síntesis) y
poder encontrar la esencia tras
la apariencia de los fenómenos
que lo c o m p o n e n . Así, se
identifican y unifican lo ideal y lo
real, en el reflejo correcto y
preciso del objeto en la
conciencia del sujeto, para
lograr su fiel reproducción o
conocimiento verdadero y
exacto.
Ningún objeto revela
sensorialmente su esencia a un
pensamiento del sentido
común. De ser así, la ciencia y
la filosofía no hubieran sido
históricamente necesarias.
Ningún objeto existe acabado,
incambiable y eterno; todos
están sujetos a génesis,
desarrollo, transformación,
caducidad y fin. Ninguno hay
realmente aislado y
absolutamente autónomo.
Entonces, para captar su
esencia, en contradicción con
sus fenómenos, su ser en
proceso, el universo del que
forma parte, etc.: es indispens-
able la razón dialéctica. Por eso,
afirmó Hegel: "la verdad en sí y
Acoywh^
3. por sí que es la razón, es simple
identidad de la subjetividad del
concepto y de su objetividad y
universalidad... La razón es la
certeza de toda realidad"?
Pietro Rossi, siguiendo a Hegel,
define la distinción y el paso del
intelecto a la razón: "El
pensamiento, como intelecto,
permanece sujeto a la
determinación rígida
y a su diferencia
frente a las otras
d e t e r m i n a c i o n e s ,
acogiendo la
realidad como una
serie de
d e t e r m i n a c i o n e s
i n m e d i a t a m e n t e
dadas y aisladas
recíprocamente; el
proceso dialéctico
reconduce estas
determinaciones, a
su unidad, al
reconocer en ellas los
m o m e n t o s
necesarios de la
totalidad orgánica
de la realidad... La
razón es negativa y
dialéctica porque
resuelve las
determinaciones del
intelecto, y es
positiva porque
produce el elemento
universal y abarca
con él el particular...
El paso del intelecto
a la razón se lleva a
cabo por medio de la
reflexión filosófica,
especulativa, de las
m a n i f e s t a c i o n e s
individuales a una unidad-
totalidad orgánica"7 »
Finalmente, el desarrollo. del
nfinsnmiñnto alcanza su
culminación en la raz£
e s p g ^ l a t i y q : ~ es decir,
uítraempírica, que trasciende los
objetos y hechos concretos y la
experiencia. rVo oósfanfe,
persigue precisamente penetrar
su esencia misma, llegar al fondo
Cid
de las cosas, lo que es imposible
de alcanzar por el sólo intelecto.
Y para lograrlo, ya no sólo debe
superar la lógica formal
aristotélica, propia de éste; sino
desplegar completamente la
lógica dialéctica, echando
mano de todo sus recursos. Ella
constituye " el método de la
razón especulativa ... y debe
modelarse de forma tal, que se
conforme necesariamente a la
estructura del objeto y
reproduzca su movimiento
intrínseco". De tal manera,
afirma Hegel: "La razón
ftsfrftculativa es. eJL óraano
supremo del conocimiento" 9
Tal manera y grado del pensar
la ejemplifican las teorías
científicas, como: la evolución de
las especies de Darwin, el
— m
desarrollo histórico de la
sociedad de Marx o la relatividad
de Einstein; pues en ellas, al
momento de ser formularlas, no
podían ser verificados
(experimentalmente o por otro
método) todos sus elementos y
pasos. Incluían, entonces, y aún
lo hacen, pensamientos
"especulativos"; es decir, que
hasta hoy no pueden ser
c o m p r o b a d o s
empíricamente. Lejos
de no ser "científicos"
y verdaderos por ello,
es precisamente la
culminación y
finalidad de la
ciencia prever los
fenómenos y ¿cómo
puede preverse
nada sin especular,
sin teorizar?
Existe, entonces, una
correlación ^ntre io«¡
momentos del
proceso del
pensamiftnfa v los
componentes de la
ideología. En el
folklore predominan
sus formas más
simples y
elementales: las
limitadas a las
sensaciones y
percepciones. Al
sentido común lo
caracterizan las
representaciones. Las
filosofías y las ciencias
empíricas recientes,
inmaduras o
subdesarrolladas,
las elaboran
reflexivamente en forma de
intelecto.
La religión conjuga
sincréticamente todas esas
modalidades. Y por último, las
teorías y los sistemas científicos y
filosóficos alcanzan, con la razón
especulativa, su máximo
desarropo y recurren.
necesariamente, a la dialéctica.
10,11
4. nrrtTxioNCs
(Nada hay en las sensaciones,
que antes no haya estado en el
intelecto ).
* Doctor en Sociología. Asesor de
¡a maestría del Centro de
Investigación y Docencia
lAfanasiev Víctor: Teoría del
conocimiento del materialismo
dialéctico; en Fundamentos de
filosofía. Ediciones de Cultura
Popular. México, D.F. 1979.
2llich Vladimir: Materialismo y
empiriocriticismo. Editorial
Progreso. Moscú, s.f.
3James 'Williams: Pragmatismo.
Aguiiar Argentina S. A. De
Ediciones. Buenos Aires, 1975.
4Hegel Georg: Fenomenología del
espíritu. Fondo de Cultura
Económica. México, D.F. 1976.
¿Althusser Louis: Acerca del trabajo
teórico, en La filosofía como arma
de la revolución. Siglo XXI Editores.
México, D.F. 1977.
óSwenson Le/and: Jean Piaget: una
teoría maduracionai cognitiva, en
Teorías de aprendizaje. Editorial
Paidós, S.A. Buenos Aires, 1984.
7 Rossi Pietro: L a dialéctica
hegeliana, en La evolución de la
dialéctica. Ediciones Martínez
Roca, Barcelona, 1977.
8 Pop per Karí:
La lógica de ia
investigación
científica.
Editorial Tecnos.
Madrid, 1983.
9 Hegel Georg:
Enciclopedia de
las ciencias
filosóficas.
Editorial Porrúa,
S.A. México, D.F.
1983.
10 Gramsci
Antonio:
Conexión entre
ei sentido
común, la
religión y ia
filosofía; en El
materialismo
histórico y la
filosofía de
Benedetto
Croce.
Cuadernos de
la cárcel, vol. 3.
Juan Pablo
Editores;
México, D.F.
11 Portelli
Hugues:
Gramsci y el
bloque
histórico. Siglo
XXI Editores;
México, D.F. 1979.
Empero, no bastó el
sentido común para
descubrir que un
hecho que puede
v e r i f i c a r s e
exactamente con los sentidos,
como es que el sol gira
alrededor de la tierra... era
falso. Toda observación, y
aún las percepciones y
representaciones, están
dirigidas y asimiladas por el
intelecto y la razón; máxime
cuando se trata de
investigaciones científicas. Ante
ello, con Hegel, "es preciso
afirmar: Nihil est in sensu, quod
prius non fuerit in intellecto"9
No obstante, persisten al final de
nuestro siglo los intentos por
limitar ciencia y filosofía al
sentido común y a la lógica for-
mal. Tal es el caso del
pragmatismo estadounidense.
Dice James: puesto que "por
realidades u objetos
entendemos cosas del sentido
común, sensiblemente
presentes... se debe
perturbar lo menos
posible al sentido
común... y conducir a
algún término sensible
que pueda verificarse
exactamente" en los
hechos. Según él, "en
este estadio de la
filosofía han
permanecido, sin
excepción, todos los
pueblos no europeos.
Es suficiente para todos
los fines prácticos
necesarios de la vida...
y sólo algunos
t e m p e r a m e n t o s
sofistas, espíritus
pervertidos por el
saber, como Berkeley
los llama, han podido
sospechar que el
sentido común no es
absolutamente cierto"
(sic:3).
Cid O
A-Coyauf?