Crónica de la visita de Histolabet al Museo de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. Agradecimiento profundo por la misma al Prof. Juan Francisco Pastor Vázquez.
El Prof. Pastor y el Museo de Anatomía de Valladolid
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El Prof. Pastor Vázquez y el Museo de Anatomía de la
Universidad de Valladolid
Profesor Dr. Juan Francisco Pastor Vázquez, del Departamento de
Anatomía y Radiología de la UVa. “El alma de las figuras de cera del
Vasseur-Tramond”, La nueva crónica [en
https://www.lanuevacronica.com/el-alma-de-las-figuras-de-cera-del-
vasseur-tramond#!prettyPhoto, 03/12/2016].
Muchas veces me he planteado cuáles deberían ser las virtudes de un
buen profesor, pero esta semana pasada he tenido la oportunidad de
hablar con dos personas que comparten ese título, esa vocación. Uno
de ellos es el Prof. Pastor, de la Universidad de Valladolid, objeto
principal de las siguientes líneas, y otro es el Prof. Galdón,
catedrático de ética de la Universidad CEU San Pablo, cuyas palabras
me han ayudado en la redacción de este breve texto.
Si hablamos de la ética de la docencia y la investigación tenemos que
acabar hablando siempre de los trascendentales del ser: Unum,
Verum, Bonum, Pulcrum. Uno debe unir con humildad, prudencia y
estudio la búsqueda de la verdad y la belleza en pos del bien común,
un bien que escape a todos nosotros y nos trascienda, un legado que
dejar a las próximas generaciones.
En un buen profesor, además, la honestidad se pone de manifiesto
con la coherencia cada día, con una labor constante, que no hace
ruido pero que no cesa, independientemente de los apoyos externos
con los que se cuente, mimando el detalle, buscando el verdadero
sentido antropológico de la docencia, querer a cada uno de los
alumnos con igualdad y diferencia.
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En nuestros días, si hablamos de querer, de amar, podemos estar
hablando de términos que están algo desvirtuados, pero en su
verdadera esencia es imposible hablar de vocación en la transmisión
de conocimientos sólo por vanagloria, sin buscar el bien, y por esta
palabra no entiendo sólo la satisfacción del trabajo bien hecho, sino
procurar crear escuela, ser fiel a la verdad, ser un poco Quijote.
No se debe obviar, además, la curiosidad innata que hay que sentir y
la necesidad de aprender constantemente. Quien se dedique a la
docencia tiene que dedicarse también a la investigación. La primera
exige la segunda, y no al revés. Un profesor tiene que estar
continuamente investigando si quiere seguir siendo profesor. Para ser
docente antes hay que ser discente.
Todos estos pensamientos en voz alta pueden aplicarse al Prof. Dr.
Juan Francisco Pastor Vázquez, del Departamento de Anatomía de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. Esta persona
nos atendió el miércoles pasado, día 9 de mayo, desde las 16:30
hasta más allá de las 20:00, en un ejercicio de clase magistral
cercana, práctica, amena, que no queríamos que terminara. A un
grupo procedente de la Escuela Técnica de Enseñanzas
Especializadas, de Madrid nos mostró, explicó e implicó en el Museo
de Anatomía, redondeando la visita con las salas de disecciones y de
osteología, mostrándonos cosas a las que no tienen acceso otros
visitantes.
Nosotros nos sentimos honrados, agradecidos, estupefactos,
maravillados, encantados, pero, sobre todo, ilusionados. Yo siempre
he querido transmitir a mis alumnos la ilusión por aprender, la ilusión
por que nuestro trabajo nos trascienda, independientemente de que
nuestro saber sea poco, como el mío, o enorme, como el del Prof.
Pastor. Al salir del museo el pasado miércoles vi y oí a mis queridos
alumnos como nunca, desbordantes, queriendo quedarse allí, es
decir, queriendo alargar las horas y perpetuar lo sentido más allá del
espacio y el tiempo. Eso es la trascendencia.
El Prof. Pastor se sinceró en un momento dado con nosotros y nos
comentó que el museo, que su museo, tenía muy pocos o nulos
apoyos y que su continuidad estaba comprometida cuando él se
jubile. Nosotros poco podemos hacer al respecto, pero debemos
intentarlo, empezando por ponernos a disposición del profesor para
cualquier iniciativa que crea conveniente para que su trabajo y el de
sus colaboradores durante tantos y tantos años no se pierdan, para
que el museo tenga “más pinta de museo y menos de almacén
ordenado” como el mismo Dr. Pastor nos decía. Ayudar a la gestión
de este espacio, de una colección anatómica y de una ilusión de esas
características es algo que, tanto al que suscribe, como a sus
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alumnos-compañeros nos llenaría de orgullo. La semilla de la
trascendencia ya está en nosotros y, sin duda, dará fruto.
Quizá convendría crear una asociación sin ánimo de lucro de amigos
del Museo de Anatomía de Valladolid, quizá convendría hablar con los
medios de comunicación, quizá convendría colaborar en otros
términos distintos a los llevados a cabo hasta ahora, quizá se podría
poner en conocimiento del público internacional. Todo esto exige
trabajo, lo sé. Exige dinero, exige esfuerzo, pero ¿cómo se puede
pagar a un buen profesor?, ¿se le puede acaso pagar con dinero?
Luchemos todos para, en la medida de nuestras posibilidades, acercar
el extraordinario Museo de Anatomía de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Valladolid y a su alma mater, el Prof. Pastor, a todos
los interesados con la confianza de que ni la colección ni, por
supuesto, el docente, les defraudarán.
Joaquín García Mateo
Profesor de Anatomía Patológica y Citodiagnóstico
Escuela Técnica de Enseñanzas Especializadas