lo que siento, lo que digo

1. Uno
Tanto que propones,
Una andanza por lo que hemos vivido,
Viniendo desde atrás, como siempre.
Hablando de no tener miedos,
De la modernidad,
De la liberalidad,
De violentar los cuerpos,
Con orgasmos de tres segundos.
Tanto que hemos propuesto una y mil maneras,
De ser siendo dos,
Para quedar en simple conmutativa de una
Por siete o por ocho.
Dos
Qué podíamos devenir en
Mejores condiciones inversas,
Desafiando la gravitación, de ahora.
En tanta caída libre tú y yo,
En estos días promeseros,
Anunciados en ampulosas palabras,
Largas, inanes.
De la noticia al vuelo frío,
Langaruto,
Atada tú y atado yo,
A esas violencias infames de los discursos saltarines,
Envolventes, melifluos,
Con la mentira incorporada, como base,
Como suprema estancia.

2. Tres
Los de las gilipollas,
En el Giuseppe Meazza,
Dándole vueltas al gol en porcelana empaquetado, vendido,
En ejercicio de tres mil euros por minuto.
Hasta correr los noventa,
Y buscar los otros treinta.
Engalanadas las blusas, con mil y una propuestas, ofertadas,
En ventas, en vuelos,
Encaletando la belleza, la plástica,
Embadurnando la pelota y la magia,
Con insípidas gambetas lineales, hechizas,
Más no voluptuosas,
Más, no limpias, libres
Más bien blindadas por las pautas y las cláusulas de los tramitadores.
Cuatro
Qué días estos,
Los de Salud columnista en lentejuelas,
Montada en motores escalera, y en motos de rueda rápida.
Convocando a leer y escuchar la verdad. La de ella,
Como cuando agredió, a nombre de lo mismo, a las mujeres pereiranas,
A las mujeres todas
Y la del vomitivo sujeto Procurador, y la de “Juancito Lozano”,
El hablante y escribiente, en palabra palabrita hechiza.
Y las de los neo ideólogos de la libertad de prensa,
Allá en “La España Benévola, Ahora”.
Y la del autoproclamado mago supremo del embeleso en moda.
Le veo, pues, acordando la versión,

3. Con los embaucadores, que han hecho de la revolución,
Mera cantinela, huera, hueca.