2. La asfixia se produce cuando deja de fluir oxígeno a los pulmones, por una obstrucción en la garganta o tráquea, habitualmente por fallos en la deglución de sólidos —atragantamiento—. Es posible evitar la misma eliminando la obstrucción de la garganta con los dedos, o en caso de que el objeto esté en la tráquea mediante la maniobra de Heimlich.
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4. La asfixia puede producirse también por inhalación de tóxicos que existan en el aire, por ejemplo humo o piretrina en grandes cantidades, o por la penetración de líquidos por boca o nariz —ahogamiento—, en este caso será necesario desalojar el líquido de las vías respiratorias
5. En los casos más graves puede ser necesaria la reanimación cardiopulmonar. Es conveniente que la realice personal calificado o personas que hayan recibido la formación adecuada. La asfixia puede causar la muerte, de hecho es la primera causa de fallecimiento en los incendios. Asimismo la falta de oxigenación de todo o parte del cuerpo puede producir hipoxia o anoxia.
6. Entre las causas de asfixia se encuentran el ahogamiento, el envenenamiento por gases, la sobredosis de narcóticos, la electrocución, la obstrucción de las vías respiratorias por cuerpos extraños y la estrangulación. Para evitar un daño cerebral irreparable al detenerse la oxigenación tisular, se debe instaurar inmediatamente algún tipo de respiración artificial.
7. La mayoría de las personas mueren cuatro a seis minutos después de la parada respiratoria si no se les ventila de forma artificial.