2. ¿Que es la responsabilidad
social?
La responsabilidad social es la obligación que los miembros
de una comunidad tienen para preservar las buenas
condiciones de su alrededor.
Este concepto se relaciona estrechamente con la ética y la
moral, dado que las decisiones que toman tanto los individuos
como las sociedades o grupos en general tienen
consecuencias sobre el resto y hay que desarrollar una
conciencia de conjunto.
En cuanto a aspecto legales, la responsabilidad social es
regulada de una forma informal por decretos, normas internas
y demás regulaciones en cuanto a la hora de obrar.
3. 1- Generación de empleos
Una determinada empresa o compañía es una razón social comercial,
la cual, tiene fundamentos éticos y legales.
Por consiguiente, una empresa privada o pública es una fuente de
ingresos y a la vez, otorga el recurso humano a través del empleo.
2- Respetar a los demás
La confraternidad y las diferencias pueden estar presentes dentro de
un grupo o colectivo social.
Sin embargo, los criterios y la libertad de expresión pueden existir,
teniendo mayor relevancia el respeto y los valores éticos-morales
dentro de la sociedad.
En efecto, los valores y principios no solo van encaminados hacia la
familia, sino, también al prójimo, sean compañeros, vecinos y
personas que nos rodean.
Ejemplos de
responsabilidad social
4. 3- consumo eficiente de los recursos
Otro ejemplo de responsabilidad dentro de un colectivo, es la eficiencia de los
recursos y distribución equitativa de los mismos en la población. A su vez,
ahorrar la energía eléctrica es tarea de todos, así contribuimos al medio
ambiente y a la duración de los equipos domésticos.
Por otro lado, el agua potable es uno de los recursos que en algunos países faltan
y es de vital relevancia el cuidado de la misma.
4- Donaciones
Cada empresa, estado e inclusive el colectivo, realiza donaciones a una institución
benéfica, organización sin fines de lucro o a un grupo determinado. Desde la
colaboración con recursos económicos, técnicos, humanos y otro tipo de apoyo,
es menester, la contribución dentro de las comunidades. De esta forma, los
individuos actúan como mejores ciudadanos y a la vez, prestan ayuda en
determinadas situaciones.
6. La Responsabilidad Social en las Instituciones y Organizaciones es un enfoque que
sebasa en el conjunto de políticas, prácticas y programas centrados en el respeto por
laética, las personas, las comunidades y el medio ambiente. Se emplea para describir
una variedad de iniciativas de orden económico, social y medioambiental tomadas por
empresas, y son, en su mayoría, de naturaleza voluntaria.Puede haber muchas
causas, por lo regular son la educación, salud y la ecología, peromás allá de ser
empresas “verdes” por sus acciones filantrópicas, la verdadera causason los principios
de desarrollo sostenible con aportaciones a la sociedad. Es decir, laresponsabilidad
social empresarial es la contribución voluntaria conforme a ciertosprincipios éticos,
destinada al mejoramiento social, económico y ambiental.
8. Desarrollos contemporáneos: la
emergencia de los “nuevos
institucionalismos”
Desde finales del siglo XX hasta la actualidad, ha resur- gido el interés por las instituciones en
diversas disciplinas y subdisciplinas sociales. Estas, con sus diferencias, incluyen a las instituciones
como variables endógenas del análisis, aceptan que el tejido institucional influye en las prácticas de
los individuos en diferentes niveles y, en última ins- tancia, dotan de direccionalidad y sentido a la
sociedad. Asimismo, la mayoría de sus representantes se distancian explícitamente de las
perspectivas institucionalistas ante- riores, con lo cual han emergido los neologismos nuevo
institucionalismo económico (nie), nuevo instituciona- lismo político (nip) y nuevo institucionalismo
sociológico (Goodin, 2003; Peters, 2003; Powell & DiMaggio, 1999), aunque para algunos autores es
cuestionable cuán “nuevas” pueden ser estas propuestas (Stichcombe, 1997). Los desarrollos
contemporáneos sobre las instituciones se relacionan estrechamente con el cuestionamiento o
rechazo a los modelos del actor racional y la formulación de un modelo de comportamiento humano
que acentúa la racionalidad limitada con la cual los hombres actúan en el mundo (Simon, 1989), el
alejamiento de las perspectivas hisperholísticas (como el funcional-estructuralismo) de utilidad
limitada para dar cuenta de los fenómenos micro y mesociales; y el creciente reconocimiento –en lo
cual la teoría de sistemas tuvo una importante influencia– de la creciente complejidad/diferenciación
del mundo.
9. En el ámbito de la sociología, la teoría social mantiene la preocupación por las instituciones
y su capacidad para modelar la acción social. Así, son vistas como los engra- najes a
nivel mesosocial que articulan los procesos macro y microsociales, y tienen como
finalidad la internaliza- ción, la transmisión y la permanencia de determinadas pautas de
representación y acción. En la medida en que los actores sociales son agentes; es
decir, son capaces de comprender el mundo, reflexionarlo y transformarlo con su acción
(Bourdieu, 2002; Giddens, 1993), el impacto de las instituciones no siempre es
unilateral: los actores sociales son capaces de desplegar procesos de resistencia
abiertos o larvados, de corta o larga duración; incluso, pueden generar altos grados de
oposición en (y en contra de) los marcos institucionales. Si nos desplazamos a los
análisis institucionales de la economía, el neoinstitucionalismo económico (nie) se
caracteriza por transformar los supuestos de la teoría económica neoclásica estándar
para, desde una diversidad de miradas, acentuar la validez heurística del concepto
“institución”, en el análisis del intercambio económico y político.
10. Al tener en cuenta la noción de racionalidad limitada (Simon, 1989), el concepto de costos de
transacción (Coase, 1994) y la teoría de la agencia (Alchian & Dem- setz, 1972; Alchian,
1977), puede afirmarse que esta perspectiva ancla la centralidad de las instituciones en
ciertas concepciones sobre el comportamiento humano (racionalidad limitada/oportunismo),
y en las condiciones en que tienen lugar los intercambios entre los individuos
(complejidad/incertidumbre del ambiente, costos de transacción).
Por costos de transacción se comprenden aquellos costos que no emergen directamente del
proceso de producción de bienes y servicios: costos de informa- ción; negociación; diseño,
vigilancia y cumplimiento de contratos; y protección de los derechos de propiedad de las
partes en el intercambio. Según el nie, los costos de transacción siempre son positivos
(Ayala, 1996; North, 1990; Williamson, 1991).
11. La sociedad civil en México ha tenido un largo proceso de desarrollo, el cual se puede dividir en
tres etapas:
Primera etapa: Se desarrolla entre 1850 y 1919, en la cual la Iglesia Católica fue el principal
actor que realizaba labores caritativas o asistenciales; mismas que continúan hasta la fecha,
aunque de manera paralela a una sociedad civil secular. Estas fueron las primeras muestras
de una acción social organizada.
Segunda etapa: Corresponde al periodo posrevolucionario. En esta fase, la consolidación del
régimen del Partido Revolucionario Institucional estableció una relación de centralización,
represión política y cooptación de las actividades de desarrollo social, por lo que se puede
sostener que el arreglo institucional posrevolucionario realmente no permitió el desarrollo de
canales genuinos de participación ciudadana. Había espacio para llevar a cabo ciertas
actividades, pero siempre con la venia del poder político.
Cómo y cuándo surgen las
organizaciones de la sociedad civil
en México?
12. Tercera etapa: El proceso de nacimiento y consolidación de la sociedad civil
contemporánea es paralelo a la propia transición democrática, la cual fue marcada
por ciertos momentos clave, tales como la represión estudiantil de 1968, la respuesta
al terremoto de 1985 y el levantamiento del EZLN en 1994.
Con la llegada del Partido Acción Nacional a la presidencia en el 2000, se creó la
coyuntura ideal para reconocer a la sociedad civil y la necesidad de contar con un
marco legal para su funcionamiento, a través de la Ley Federal de Fomento a las
Actividades de las Organizaciones de la Sociedad Civil. Esta ley representó un
parteaguas en la relación del Estado con la sociedad civil. Adicionalmente, cabe
destacar que hasta el momento (2019), 17 Estados mexicanos han adoptado leyes
similares para promover y regular las actividades de la sociedad civil a nivel local.