la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
Modelo clínico counseling
1. Modelo Clínico (Counseling).-
También conocido con el nombre de Modelo de Atención Individualizada, el Modelo de
Consulta, tiene como referentes teóricos los enfoques clásicos de la orientación (rasgos y
factores, counseling no directivo).
Podemos identificar en el counseling, al menos cuatro fases (Bisquerra, 1998) que lo
caracterizan, y que consisten en:
La iniciativa del cliente de solicitar ayuda.
La realización de un diagnóstico, en función de la fase anterior.
Tratamiento de las necesidades detectadas en el diagnóstico.
Seguimiento.
El objetivo prioritario de la intervención es satisfacer las necesidades de carácter
personal, educativo y socio-profesional del individuo.
Este modelo se concreta en la entrevista como el procedimiento característico para
afrontar la intervención directa e individualizada, basada fundamentalmente en la relación
personal entre los diferentes participantes en el proceso, delegando la máxima
responsabilidad en el Orientador/Tutor.
Orientador Orientado
Padres
Tutor Alumnos
Padres
Este encuentro interpersonal basado en la relación implica que el orientador posea
determinadas destrezas que faciliten al cliente asumir los retos que puede exigir de él el
proceso de ayuda, por lo que nos parece interesante enumerar algunas de ellas. Fossati
Marzá y Benavent Oltra (1998) proponen las siguientes características:
Autenticidad Capacidad del entrevistador para ser él mismo, para que no haya
discrepancia entre lo que se dice y lo que se experimenta.
Respeto El entrevistador debe aceptar el hecho de que el orientado tiene
derecho a tomar sus propias decisiones.
Empatía Percibir correctamente lo que experimenta otra persona.
Concreción Habilidad para expresar las experiencias en términos específicos.
Confrontación
de las
incongruencias
Consiste en manifestar al orientado las discrepancias que va
manifestando.
2. Personalización Hacer que el orientado se vaya apropiando de su propio problema.
Auto-evaluación Compartir experiencias, aptitudes, reflexiones con el entrevistado, pero
siempre con discreción.
Relación al
momento
Cuando el orientador interpreta los sentimientos entre el entrevistado y
él mismo en un momento concreto.
Autorrealización Los orientadores deben saber expresarse libre y abiertamente sin
emitir juicios.
Destrezas del entrevistador.
La propuesta de este modelo, se realiza desde la intención de que pudiera considerarse
complementario a una acción orientadora grupal, ya que las necesidades que reclaman la
intervención del orientador, lo hacen imprescindible, pero a su vez, resulta inadecuado su
uso exclusivo por insuficiente en la realidad en que vivimos.
Modelo De Servicios.-
Muchos son los autores que han intentado esclarecer las diferencias entre el Modelo de
Servicios y el de Consulta, dado su parecido, por lo que puede llegar a considerarse éste
una generalización del modelo de Consulta en el sentido de que las intervenciones
pueden ser grupales.
El Modelo de Servicios, si no es el más utilizado, al menos el más conocido de los que
vamos a tratar a lo largo de este módulo, por su inherente vinculación a las instituciones
predominantemente públicas y/o con carácter social y educativo. Es precisamente este
hecho, el que lleva a este enfoque, a mostrar una línea muy jerarquizada con una fuerte
dependencia administrativa.
Las fases que lo definen vienen a ser básicamente:
La iniciativa por parte del cliente de pedir ayuda.
La atención por parte de la institución a dichas necesidades.
Con la reforma del Sistema Educativo se produce una reorganización de estos servicios
ya existentes, pasando a formar parte del nuevo modelo organizativo y funcional de la
Orientación, donde se contemplan tres niveles de intervención: Tutoría, Acción
orientadora a través del Departamento de Orientación en los centros y Equipos de
Orientación y Apoyo. Pero este nuevo planteamiento no está consolidado y sus funciones
y ámbitos de actuación se han de ir perfilando.
Entendemos que, para que este modelo pueda sobrevivir, y lo más importante, ser eficaz,
ha de adecuarse a la situación actual y saber convivir con el resto de modelos, teniendo
en cuenta no sólo los servicios educativos, sino también los servicios sociales y de ámbito
3. laboral. Respecto a estas carencias, la actual Reforma Educativa ha intentado darle un
nuevo impulso, pero la escasa conexión con los profesionales, con la institución educativa
a la que deben atender, y, sobre todo, a la falta de contextualización y a su carácter
terapéutico, hacen que no se sitúe como el más adecuado para este nuevo sistema
educativo.
Al modelo de programas apoyado por un servicio en el centro, o lo que autores como
Álvarez Gonzáles (1995) y Rodríguez Espinar y otros (1993) denominan el Modelo de
Servicios actuando por Programas, es el modelo propuesto por la Reforma, y que intenta
superar las intervenciones orientadas a actuaciones puntuales, para abrir una concepción
de la orientación como proceso, concretándose en tres niveles de intervención: Tutoría,
Departamento de Orientación y Equipos de Sector.
Agentes de la Orientación Profesional.
Este modelo, intenta que la orientación parta de un análisis de necesidades que se
plantea en programas a desarrollar por los profesores, asesorados por el servicio o unidad
de orientación de cada institución. Se requiere la aplicación de los diferentes agentes
educativos, la optimización de los recursos y la creación de un servicio interno en el
centro, como ayuda técnica y de asesoramiento.
Modelo De Programas.-
Siguiendo los planteamientos actuales de nuestro sistema educativo, así como la
normativa que lo regula, creemos necesario determinar qué debemos enseñar respecto a
la Orientación, entendiendo que en el currículum deben incluirse una serie de objetivos
que vayan más allá de las materias estrictamente escolares.
Adoptamos el Modelo de Intervención por Programas, porque tal como se prescribe en el
Artículo 13.1 del Decreto 213/1995, la acción orientadora debe adoptar este tipo de
modelo:
"Los Equipos de Orientación Educativa adoptarán como criterios para la planificación y
desarrollo de sus actuaciones la intervención por programas integrados en los Proyectos
de Centro…"
4. "Los profesores y orientadores y los departamentos de Orientación han de realizar su
tarea en estrecha conexión con el Equipo Interdisciplinar de sector. De hecho, muchas de
las funciones y actividades ahora encomendadas a la Unidad de Orientación en los
centros son funciones y actividades antes desempeñadas, en otro nivel, por otros equipos
de sector. La introducción formal de programas de orientación, de apoyo educativo y de
intervención psicopedagógica especializada en los centros, sirve a la finalidad de una
mayor cercanía de estos programas a los propios alumnos." (MEC, 1990, 53).
Borders y Drury (1992, 488) establecen cuatro principios para fundamentar un programa:
o Independencia: Debe ser un componente integral pero a la vez
independiente del programa educativo total.
o Integración: La Orientación debe estar enmarcada en un programa
comprensivo.
o Evolución: Basándose en el desarrollo humano.
o Equidad: Deben servir equitativamente a todos los estudiantes, teniendo en
cuenta las diferencias de la población a la que va dirigido el programa.
Para Moreno Castellano y otros (1996), la Orientación conlleva un gran carácter práctico,
que se lleva a cabo interviniendo sobre realidades educativas concretas, por lo que el
Modelo de Programas se constituye como esa forma concreta de intervenir sobre la
realidad.
Este modelo surge como intento de superación del Modelo de Servicios. Numerosos
autores han venido evidenciando algunas de las lagunas que desde la práctica se hallan
bajo un enfoque eminentemente impuesto por y desde la propia Administración. Con el fin
de aclarar ciertas diferencias, y de justificar nuestra elección del Modelo de Programas
como el máximo exponente de la orientación profesional desde una perspectiva curricular,
señalamos algunas de las ventajas de éste, respecto al enfoque se servicios comentado
anteriormente, Bisquerra (1998):
Está pensados para la prevención y el desarrollo.
Permite el cambio de rol del orientador.
Parte de las competencias de los estudiantes, al considerar al individuo como un
elemento activo de su propio proceso.
Estimula el trabajo en equipo tomando como unidad básica de intervención el aula
como grupo clase y promoviendo la participación activa de los sujetos.
Optimizar los recursos.
Actúa sobre el ambiente socio-educativo, tomando en consideración lo social y lo
contextual.
Se desarrolla en función de las necesidades del centro.
Implica a todos los profesionales educativos estableciéndose relaciones con los
agentes de la comunidad.
Prevé la responsabilidad y coordinación de su ejecución y valoración.
5. Integra las actividades tradicionales de la orientación dentro de las actividades
regulares de los centros, aproximándose a la realidad a través de experiencias y
simulaciones.
Permite la evaluación conjuntamente con las demás actuaciones del centro al
mismo tiempo que promueve la autoevaluación por parte de los sujetos.
Diversos autores, han intentado definir el concepto de programa, de los que a título
informativo, hemos seleccionado algunos:
"Experiencia de aprendizaje planificada, estructurada, diseñada a satisfacer las
necesidades de los estudiantes" (Morril, 1980, 332).
"Plan basado en una teoría, a partir del cual se emprende una acción hacia una meta."
(Barr et al., 1985, 3).
"Acción planificada encaminada a lograr unos objetivos con lo que se satisfacen unas
necesidades" (Bisquerra, 1990, 18).
"Acciones sistemáticas, cuidadosamente planificadas, orientadas a las necesidades
educativas de los alumnos, padres y profesores insertos en la realidad de un
centro." (Rodríguez Espinar y otros 1993, 233).
Según Rodríguez Espinar (1986), los programas suelen elaborarse en base a dos
criterios:
o El que asume la interrelación con el currículum.
o El que asume el carácter específico de los programas de orientación.
Para poder llevar a cabo intervenciones con el Modelo de Programas, es necesario que
las Instituciones Educativas reúnan unos requisitos mínimos, que para Álvarez González
(1995), se resumen en el siguiente cuadro:
Requisitos básicos para la implantación del Programa en
un Centro Educativo
Adquirir un compromiso por parte del centro y de los
responsables de orientación de potenciar programas
para todos los alumnos.
escolar.
suficiente para llevar a cabo ese programa.
la presencia de un especialista que
se encargue del asesoramiento.
suficientes.
6. a
Orientación con una explicación de las funciones de los
diferentes agentes implicados en el programa.
Requisitos básicos para la implantación de un Programa en un Centro Educativo.
Es también necesario, al realizar una Intervención por Programas, localizar las diferentes
áreas que compondrán los contenidos de dicho programa. Cada autor, lleva a cabo una
delimitación diferente, en función de su contexto determinado, pero nos gustaría resaltar,
la clasificación de Rodríguez Espinar (1995), en su Modelo de Orientación comprensiva
bajo un enfoque preventivo en el que localiza tres ámbitos de intervención:
1. Aprender a ser
1.1. Autoconcepto.
1.2. Relaciones
interpersonales.
1.3. Resolución de
problemas y toma de
decisiones.
1.4. Salud.
1.5. Sexualidad.
2. Aprender a aprender
2.1. Logro de buenos
resultados académicos.
2.2. Estudios
postsecundarios.
Educación permanente.
3. Aprender a trabajar
3.1. Papel de trabajador.
3.2. Papel de disfrute
formativo del ocio.
3.3. Papel de ciudadano.
3.4. Papel de consumidor.
Una vez aclarados nuestro motivos por los que creemos el Modelo de Intervención por
Programas, el que mejor se adapta al nuevo concepto de Sistema Educativo en España, y
expuestas sus características más importantes, pasamos a describir cada una de las
fases que deben llevarse a cabo en un plan de actuación. Aunque la mayoría de los
autores difieren a la hora de poner nombre a cada una de las fases a seguir en el diseño
de un programa, los pasos importantes vienen a consistir en las mismas acciones, por lo
que hemos realizado un compendios de diversos autores, con el fin de tener una visión lo
más amplia posible de la situación:
Bisquerra Alzina y Álvarez González (1996):
1. Analizar el contexto para detectar necesidades.
2. Formulación de objetivos.
3. Planificación de actividades.
4. Realización de actividades.
5. Evaluación del programa.
Rodríguez Espinar (1986):
1. Planteamiento del programa.
2. Diseño del programa.
7. 3. Ejecución del programa.
4. Evaluación del programa.
5. Coste del programa.
Álvarez Rojo y Hernández Fernández (1998):
1. Evaluación de necesidades.
2. Diseño del programa.
3. Aplicación del programa.
4. Evaluación del programa.
Morrill (1989):
1. Iniciar el programa.
2. Planificar los objetivos.
3. Presentar y evaluar un programa piloto.
4. Perfeccionamiento del programa.
Si revisamos la literatura sobre la intervención por programas (Rodríguez Espinar y otros,
1993; Álvarez Rojo, 1994; Álvarez González, 1995; Sobrado Fernández, 1993; Jiménez
Gámez, 1997; etc.), podemos encontrar una serie de condicionantes asignados para este
tipo de actuaciones, que es lo primero que tendríamos que plantearnos a la hora de
diseñar un programa:
¿ ? El diseño como programación – La evaluación como valoración.
Qué
IDENTIDAD
Naturaleza y alcance del Programa y de la Evaluación:
Referentes y tipologías
Por Qué
RAZONES
Antecedentes y génesis del Programa y de la Evaluación:
Justificación
Para qué
OBJETIVOS
Destino y perspectivas de la Acción y de la Evaluación:
Metas, finalidades, propósitos
Cómo
METODOLOGÍA
Estrategias y procedimientos metodológicos para conocer y
actuar:
Modelos, técnicas, actividades, tareas, instrumentos, datos
Dónde
ESPACIOS
Marco territorial, social y cultural:
Tipología y contextos
Quiénes
AGENTES
Personas que intervienen como agentes o participantes:
Profesionales, voluntarios, patrocinadores, evaluadores, etc
Cuándo Marco temporal:
8. TEMPORALIDAD Fases secuencias y ritmos cronológicos
Con qué
MEDIOS
Recursos y equipamientos:
Económicos, materiales, institucionales, documentales, etc
Qué tal
VALORACIÓN
Anticipación de consecuencias, valoración y/o adopción de
Decisiones: de la evaluación a la meta evaluación.
Diseño y evaluación de programas. Interrogantes y respuestas clave. Caride Gómez
(1999, 55).
Elegir el Modelo de Orientación por Programas, a nuestro parecer, exige un cambio de
actitud en los orientadores y/o tutores, ya que deja de ser factible esperar la aparición de
los problemas para intentar remediarlos. El nuevo planteamiento impone la anticipación a
los mismos. Así, debemos entender la importancia de llevar a cabo una evaluación o
diagnóstico de necesidades, que nos permitirá sustentar los pronósticos y escoger y
diseñar de manera adecuada las intervenciones más convenientes para cada ocasión.
El análisis de necesidades y la evaluación del contexto, supone un paso previo e
ineludible en la planificación y ejecución de los programas.
La limitación teórica más importante del concepto de programa para integrarse
plenamente en los procesos educativos es que, en numerosas ocasiones, lleva implícita la
idea de un currículum diferenciado de la orientación en la enseñanza obligatoria, en tanto
en cuanto que se suelen definir y promover desde y por los departamento de orientación
como algo claramente diferenciado de los contenidos académicos.
9. Los objetivos se van derivando de las necesidades y de aquellas competencias que hay
que desarrollar. Hay que procurar ser lo más claros posibles al formular estos objetivos,
que deben ser el resultado de la reflexión conjunta de todas las personas que van a llevar
a cabo el programa. Éstos pueden ser concretos y operativos, o como indican Jiménez y
Porras (1997), expresados en términos de principios de procedimientos que son
estrategias de acción que definen los fines educativos a la vez que especifican criterios de
actuación. Es entonces cuando los objetivos se centran en la actividad docente, no en lo
que los alumnos deben conseguir.
Al planificar el programa, debemos seleccionar y organizar los servicios y actividades para
conseguir los objetivos. La planificación finalizará con la concreción en soporte escrito de
la secuencia de actividades que se va a llevar a cabo.
La ejecución del programa se refiere a las actuaciones continuadas que pretenden
desarrollar el proceso de puesta en práctica del mismo. Es en este momento cuando se
suelen utilizar otros instrumentos como las entrevistas con los alumnos o con otros
usuarios del programa, las conversaciones con los monitores, atención a problemas
personales, etc... Se debe pretender siempre llegar a la máxima autonomía personal
(auto-orientación) de los destinatarios.
Por último, la evaluación de programas de intervención ha sido muy descuidada. Diversos
autores como Bishop y Trembley (1987), sugieren una serie de razones:
Los profesionales no están familiarizados con las técnicas cualitativas.
El mito de la subjetividad, por el que afirman que los resultados en la
orientación no pueden ser cuantificados ya que pertenecen al área afectiva
del ser humano.
Falta de tiempo y recursos materiales y humanos.
La evaluación de programas debe entenderse como algo más que el recuento delas
actividades. Debe estar conceptualizada como un proceso continuo y no como un hecho
aislado y que se limita a la parte final. En opinión de Moreno Castellano y Delgado
Sánchez (1996), la evaluación de programas deben cumplir los siguientes requisitos:
Los objetivos han de estar enunciados explícitamente en forma de
competencias.
Se han de establecer los indicadores de ejecución.
ha de estar prevista desde el inicio.
Podemos ver este proceso de evaluación, como el núcleo central de nuestro programa
que interactúa con todos los demás componentes del mismo. En este sentido, se
manifiestan Moreno Castellano y Delgado Sánchez (1996).