El documento describe cómo el juego y el arte pueden usarse como estrategias para promover el pensamiento crítico en niños, especialmente en los primeros años de la escuela primaria. Sugieren actividades como elaborar juegos, escuchar canciones, realizar obras de arte y organizar dramatizaciones sobre temas sociales para provocar la reflexión de los niños. También enfatiza la importancia de que los maestros desarrollen experiencia en estas técnicas a través de la práctica.