Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
Detección y actuación ante el acoso escolar
1. DETECCIÓN Y ACTUACIÓN ANTE EL ACOSO ESCOLAR
A- DETECCIÓN DEL ACOSO ESCOLAR
Cuando estamos ante los primeros indicios de acoso, lejos de minimizarlos, debemos
prestarles toda la atención para conseguir neutralizarlos causando el mínimo daño en las
personas implicadas y en el propio centro educativo.
Por tanto es necesario no sólo alertar a los adultos sobre la importancia de estos hechos para
que mantengan una actitud vigilante y atenta, sino también para concretar y definir con
claridad con los alumnos qué tipos de actitudes y de relaciones no son permisibles y, por
consiguiente, deberían comunicarse en caso de que se produzcan.
Entrenamiento en la observación de situaciones de maltrato para el profesorado y el
alumnado.
Para erradicar el acoso escolar es necesario reconocer que las condiciones que lo provocan son
múltiples y complejas. No posee una sola causa, sino que son una suma de circunstancias las
que favorecen su aparición ante la ausencia de condiciones protectoras suficientes que lo
eviten.
Al igual que en otras manifestaciones de violencia, las condiciones que conducen al acoso
escolar suelen situarse tanto en la trayectoria del individuo violento como en el entorno en el
que se produce, pudiendo responder a una amplia diversidad de factores: sociales, culturales,
familiares, escolares, grupales o personales.
El ambiente es un factor fundamental que es preciso analizar en los distintos niveles y
contextos en los que transcurre la vida de sus protagonistas.
¿Qué debe ponernos en alerta?
Podemos señalar varias conductas que, cuando se conjugan entre sí, se convierten en señales
de alarma que pueden conducir a la detección de un posible caso de acoso escolar:
- Poner a la víctima motes humillantes que lo señalan frente a los demás.
- Hacerle el vacío, no hablarle o decir a otros que no estén con él o que no le hablen.
- Reírse de él cuando se equivoca.
- Contar mentiras sobre él o acusarle de cosas que no ha dicho o no ha hecho.
- Meterse con él por su forma de ser, de vestir o de hablar.
- Burlarse de su apariencia física.
- No dejarle jugar con el grupo.
- Burlarse de él mediante imitaciones o gestos.
- Chillarle o gritarle.
- Criticarle por todo lo que hace.
- Cambiar el significado de lo que dice.
- Pegarle collejas, puñetazos y patadas.
- No dejarle hablar.
- Esconderle cosas.
2. - Ponerle en ridículo ante los demás.
- Insultarle o meterse con él para hacerle llorar.
- Robar sus cosas.
- Bombardearle con mensajes de móvil o en las redes sociales.
Para que exista acoso como tal se suelen producir varias de estas conductas y de forma
repetitiva pero cuando detectamos alguna de estas conductas de forma puntual también
debería servirnos de alarma. Si por ejemplo, vemos a un niño pegarle una colleja a otro de
forma puntual debemos tomar alguna medida para que ese niño comprenda que su actitud no
es correcta.
B- ACTUACIÓN ANTE UN CASO DE ACOSO
Tras observar y detectar hay que actuar. Hay que intervenir a la primera señal (que suele ser
un insulto, una humillación, una amenaza…) para que la violencia no se agrave ni se repita. De
lo contrario, por su propia naturaleza, existe el riesgo de que vaya a más, siendo cada vez
mayor el daño provocado y más difícil la intervención.
La actuación será proporcionada a la gravedad del hecho observado. Cualquiera que tenga
conocimiento de comportamientos que pudieran responder a un caso de acoso escolar deberá
comunicarlo de inmediato a la dirección del centro que pondrá en marcha el protocolo
prediseñado para estos casos. La razón por la que se debe hacer así es que un equipo docente
puede valorar mucho mejor la situación y el docente se verá respaldado en sus decisiones.
Seguir un protocolo de actuación concreto proporciona seguridad tanto al equipo docente
como a la víctima y al acosador. Las cosas se van a hacer bien.
El profesorado debe tomar medidas educativas y de protección inmediatas,
independientemente de que haya denuncias de las familias en la policía o en la Fiscalía de
Menores. Cuando sea oportuno, se deben adoptar medidas cautelares, que no son
contradictorias con las medidas educativas propuestas.
Como complemento de las medidas correctoras protocolarias, los especialistas en la
orientación de cada centro en colaboración con el profesor tutor y, si fuese conveniente, con la
implicación del resto del profesorado y de la familia, deberían elaborar y desarrollar un
programa adaptado a cada alumno que incurriese en conductas disruptivas con la finalidad de
mejorar su integración en el centro.
Aunque seguir el protocolo marcado es importante, como docentes y en nuestro contacto
diario directo con los alumnos, podemos emprender algunas actuaciones no protocolarias ya
que, una vez detectado un caso de acoso, este debe abordarse desde distintos ámbitos.
Actuaciones de carácter tutorial:
- Con la víctima, es conveniente que el propio Departamento de Orientación inicie un
programa para reforzar su autoestima, además de que se le proporcione una atención
individualizada en las clases; se trabajen dinámicas de trabajo en grupo, se apliquen
3. programas de apoyo entre compañeros o se produzcan reuniones con la familia para
orientar su actuación y presentar posibles apoyos externos.
- Con los agresores es esencial fomentar el diálogo para concienciarles de su actitud
negativa. También desde el Departamento de Orientación resulta conveniente
ofrecer estrategias de modificación de conducta junto a programas de comunicación y
habilidades sociales.
En resumen, trabajar más y mejor la inteligencia emocional y las habilidades sociales con el
grupo de los niños implicados en el caso será de gran ayuda.
Actuaciones desde el ámbito organizativo del centro:
- Cambios en la organización del aula.
- Cambios de grupo.
- Reorganización de horarios.
- Incremento de vigilancia en los pasillos y patios.
Se trata de adaptarse de forma activa a las circunstancias que se van produciendo con el fin de
proteger al alumno afectado y a todos en.
En cualquier caso, todo ello requiere del acuerdo y coordinación del profesorado sobre su
actuación. De hecho, el equipo directivo tiene la opción de suspender la asistencia al centro de
algún alumno o suspender determinadas actividades o clases por un periodo determinado de
tiempo si lo considera necesario.
Existen muchas medidas que se pueden tomar pero es de vital importancia hacer una
valoración correcta de lo que está pasando, su alcance y gravedad para tomar las medidas
necesarias y proporcionadas en cada situación de ahí la necesidad de un protocolo formal y
objetivo.
C- PROTOCOLO FORMAL DE ACTUACIÓN
Antes de seguir hablando de la actuación ante un caso de acoso, vamos plantear la fase previa
que también debe protocolizarse: la prevención.
En el siguiente bloque trataremos la prevención del acoso escolar con detalle. Podemos
contemplar dos fases dentro del protocolo de prevención:
Prevención primaria
Que se aplicaría antes de que se detecte ningún indicio del problema. Su objetivo sería evitar
conductas de acoso mediante la información y la sensibilización, y en ella estarían implicados
todos los miembros de la comunidad educativa: alumnos, profesores, familia.
Prevención secundaria
Que se produciría cuando ya ha surgido algún episodio de acoso escolar susceptible de ser
detectado e identificado precozmente. Una intervención rápida cuando todavía es un proceso
4. incipiente podría evitar la consolidación del problema. Este nivel implicaría concretamente a
los tutores, familias y alumnos más próximos y aludiremos a él en la siguiente fase,
denominada “de detección”.
1- FASE DE COMUNICACIÓN:
Cuando algún miembro de la comunidad educativa tiene conocimiento de una posible
situación de Acoso Escolar, deberá comunicar la situación de acoso en el centro escolar, ante:
- Un profesor o profesora con el que pueda existir más confianza.
- El Tutor/a
- El Departamento de Orientación
- El Equipo Directivo.
Dicha comunicación deberá realizarse por escrito y el destino final de este documento será la
Dirección del centro. En cada centro existen formatos para hacer este escrito.
El Equipo de Valoración estudiará los hechos considerando las prioridades que vayan
surgiendo. Recabará información de la situación con la máxima confidencialidad y
garantizando la misma a cualquiera de los alumnos o alumnas de los que se reclame
información. Esta valoración se llevará a cabo de forma objetiva de manera que ni se minimice
lo sucedido, ni se alarme.
Se levantará acta de todas y cada una de las reuniones mantenidas durante este protocolo
tanto por el Equipo Directivo como por el Equipo de Valoración.
2- RECOGIDA DE INFORMACIÓN:
El protocolo a seguir para la recogida de la información será el siguiente:
1- Observación sistemática de las zonas de riesgo (patios, pasillos, entradas y salidas de clase,
cambios de clase, comedor, etc.) para seleccionar datos sobre el funcionamiento de los
alumnos en el centro, sus características de interacción, los niveles de agresión existentes, las
situaciones en las que se producen agresiones, etc.
2- Realización de entrevistas: El Equipo de Valoración realizará las entrevistas que estime
oportunas y en el orden que el citado Equipo determine, procurando la no coincidencia la
víctima del acoso y su acosador o acosadores.
Será necesario realizar las siguientes entrevistas:
- Entrevista con el alumno presuntamente acosado. Deberá garantizarse al alumno o
alumna la confidencialidad de sus informaciones.
- Entrevista con observadores no participantes. Estos son miembros de la comunidad
educativa que pueden conocer los hechos pero no participan activamente en los
mismos.
- Entrevista con los padres o representantes legales de los alumnos/as supuestamente
acosados. Se informará de los hechos que se investigan, de las medidas adoptadas, de
5. los pasos a seguir en la gestión del conflicto, en función de la gravedad del hecho y se
solicitará su colaboración para la solución del mismo.
- Entrevista con el presunto agresor o agresores.
3- ACTUACIONES PARALELAS AL PROTOCOLO DE RECOGIDA DE INFORMACIÓN:
- Vigilancia por el profesorado en aquellos lugares donde pueda producirse el supuesto
acoso, siempre teniendo presente la imprescindible confidencialidad de todo el
proceso.
- Acompañamiento del alumno supuestamente acosado por varios compañeros/as de su
confianza durante el tiempo que se considere oportuno hasta que desaparezca el
sufrimiento (Grupo de Apoyo). Su labor será acompañar al alumno o alumna
presuntamente acosado/a y comunicar al profesorado cualquier incidencia que ocurra.
- Seguimiento diario por el profesor o profesora de confianza que el alumno o alumna
haya designado, por mayor empatía o cercanía comunicativa o afectiva. Cuando sea
oportuno, el Equipo de Valoración, podrá adoptar medidas cautelares, que no son
contradictorias con las medidas educativas propuestas y por lo tanto, pueden
realizarse ambas simultáneamente.
MEDIDAS CAUTELARES INDIVIDUALES:
Actuaciones con la persona/s acosada/s. Entre otras podemos sugerir las siguientes:
1. Asesoramiento en conductas de autoprotección, asertividad y ayuda para la recuperación de
la autoestima.
2. Propuesta de participación en cursos o programas específicos de habilidades sociales dentro
o fuera del horario lectivo con autorización familiar. Para esto, tiene que existir concienciación
previa en el centro de la importancia de enseñar inteligencia emocional y habilidades sociales
de forma transversal en todos los cursos.
3. Vigilancia específica de acosador/a o acosadores/as y acosado/a.
- Cambio de grupo, si fuera necesario.
- Método PIKAS: Método de preocupación.
Actuaciones con el alumnado agresor. Entre otras que pueda decidir el centro y en función de
la gravedad de los hechos podemos sugerir las siguientes:
1. Trabajo con cada una de las partes en el proceso de reparación del daño y de petición y
aceptación del perdón, preguntándole a cada parte si está conforme en iniciar este proceso:
- Petición de disculpas de forma oral y/o por escrito.
- Propuesta de soluciones, elaboración de compromisos escritos y revisión de los
mismos durante varias semanas.
- Realización de otras tareas compensatorias para el acosado/a, para el grupo o para el
centro. Mejor dejar de lado el concepto de castigo para que todo el proceso sea
constructivo tanto para el agresor como a la víctima.
- Participación en un proceso de mediación.
6. 2. Realización de tareas relacionadas con la mejora de la convivencia en el centro.
- Implicación en tareas socioeducativas.
- Prestación de ayuda en la búsqueda de alternativas ante las dificultades:
- Control de la ansiedad y de la ira
- Manejo de emociones
- Autocontrol
- Habilidades sociales y resolución de conflictos
- Método PIKAS: Método de preocupación compartida
- Cambio de grupo, si fuera necesario
- Amonestación privada del tutor o tutora.
- Amonestación privada por Jefatura de Estudio.
- Actuaciones con las familias.
3. Alimentar una actitud más de escucha que de acusación o juicio, con el fin de facilitar su
implicación en el problema y su cooperación para resolverlo.
Actuaciones con las familias:
1. Asegurar la confidencialidad de las actuaciones. Informarles periódicamente de las medidas
adoptadas y el progreso alcanzado en la solución del problema.
2. Elaboración de acuerdos con las familias para que entiendan que intentamos ayudar a cada
una de las alumnas o alumnos implicados, con el objetivo de parar el sufrimiento y de intentar
que esas situaciones no se repitan.
3. Orientaciones sobre cómo ayudar a sus hijos o hijas, sean víctimas o agresores.
4. Solicitar la colaboración familiar para la vigilancia y el control de sus hijos e hijas y establecer
pautas para coordinar la comunicación sobre el proceso socioeducativo.
5. Información sobre posibles apoyos externos y seguimiento de los mismos (derivación a
servicios externos de intervención psicológica, participación en cursos o programas
específicos de habilidades sociales, etc.).
MEDIDAS CAUTELARES COLECTIVAS:
Actuaciones con los compañeros y compañeras observadores/as:
- Realización de campañas de sensibilización durante la acción tutorial como son
visionado de vídeos o películas con debate o lectura comentada de cuentos,
elaboración de un decálogo contra el maltrato escolar, establecimiento de
compromisos escritos para no incurrir en este tipo conductas…etc.
- Identificación de falsas creencias sobre el acoso escolar y contraste con las ideas
adecuadas. Divulgación de sus derechos y sus responsabilidades.
- Revisión y posible organización del tiempo de recreo y patios…
- Programa de apoyo y/o mediación entre compañeros.
7. Actuaciones con el profesorado:
- Comentar a todo el profesorado las medidas que se deben adoptar de modo
inmediato al conocerse una situación de supuesto acoso escolar.
- Explicar las tareas por realizar en el seguimiento de esas situaciones.
- Orientaciones sobre indicadores de detección e intervención.
- Formación en programas de mediación.
4- FASE DE CONCLUSIONES:
¿Qué hay que hacer si NO se confirma la situación de acoso escolar?
Si no se confirma la existencia de acoso, puede ser un momento oportuno para revisar las
medidas de prevención y sensibilización que de forma ordinaria deben llevarse a cabo en los
centros educativos. Si ha habido comunicación previa a la familia de la sospecha de acoso,
deberá comunicársele que no se confirma tal sospecha.
¿Qué hay que hacer si se confirma la situación de acoso escolar?
La confirmación de acoso conlleva la adopción de varias actuaciones de forma paralela. Por un
lado valorar la necesidad de comunicar la situación a otras instituciones, y por otro, la puesta
en marcha, de forma inmediata de medidas disciplinarias.
1- Comunicación de la situación.
Una vez confirmada la situación de acoso, el Director informará a las familias, al Servicio de
Inspección Educativa y a la Unidad de Convivencia Escolar. Así mismo, se informará al tutor y
profesores de los alumnos implicados para evitar sembrar alarma en el centro y ofrecer una
información veraz.
Cuando las situaciones conflictivas (actos vandálicos, agresiones físicas, peleas, hurtos, etc)
superen las competencias del sistema educativo, o cuando los órganos competentes del centro
sientan que no pueden abordar el problema, es necesario solicitar ayuda externa y ponerlo en
conocimiento de los servicios competentes que en función de la situación podrán ser: Policía
Nacional, Guardia Civil, Fiscalía de Menores y Servicios Sociales.
Siempre que hay un menor implicado, la policía remite a la Fiscalía de Menores la información
recogida.
En ese caso, la Fiscalía de Menores será la responsable de dirigir la investigación para conocer
mejor las circunstancias del suceso, y tomar la decisión acerca de la necesidad de apertura o
no de expediente y de la judicialización del mismo.
Cuando alguno de los menores implicados en un caso de acoso o violencia escolar se
encontrara en alguna de las situaciones de desprotección infantil previstas en la legislación
vigente, el centro trasladará esa información a los servicios sociales de protección de menores.
8. En estos casos, desde los Servicios Sociales, se promoverá el desarrollo de una actuación
protectora coordinada con la que puedan estar desarrollando otras instituciones sociales.
2- Aplicación de medidas disciplinarias.
Cuando la situación se resuelva en el centro educativo, se aplicará el Reglamento de Régimen
Interior. En su aplicación deberán tenerse en cuenta las circunstancias personales, familiares o
sociales del alumno. Si entre las medidas que se van a tomar figura la apertura de expediente
disciplinario se seguirá lo establecido en el Real Decreto de derechos y deberes de los
alumnos.
Los agentes implicados que deberán conocer la situación existente son: consejo escolar,
instructor de expediente, inspección educativa, Unidad de Convivencia, familias y alumnos
implicados.
D- PAUTAS PARA ATENDER A LA VÍCTIMA DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL DOCENTE
Los estudios realizados sobre las consecuencias que distintos tipos de violencia produce en los
niños y en las niñas, incluido el acoso, reflejan que es importante proporcionar las siguientes
condiciones:
Escuchar con atención y serenidad lo que ha sucedido, de forma que pueda conocerse con
precisión qué ha pasado, y se trasmita al niño o niña que ha sido víctima de la violencia:
Que le creemos y que puede contar con nuestra ayuda. Una de las principales amenazas de
quienes abusan es decir a la víctima que si lo cuentan no le van a creer y le van a reñir, dos
respuestas que es preciso evitar.
Que no es culpable de lo sucedido, ni directa ni indirectamente.
Para lo cual hay que cuidar la forma de preguntarle sobre lo sucedido, evitando frases muy
frecuentes como:
“ya te había dicho yo.... “eso te pasa por no hacernos caso...”
Incluso cuando haya incurrido en conductas que incrementaron el riesgo y haya que
aconsejarle que no las repita, hay que decírselo de una forma tal que no parezca que le
culpamos por ello, sino que es para evitar que se repita.
Mantener la calma para no asustarle, y proporcionarle un modelo de regulación emocional
que pueda seguir. Para conseguirlo y evitar daños posteriores, conviene consensuar con la
víctima las acciones que vayan a llevarse a cabo.
Evitar tratar públicamente en el aula la situación de acoso de forma que pueda sentirse aludida
la víctima y experimentar vergüenza y humillación.
Llevar a cabo las acciones necesarias para detener la violencia y evitar que vuelva a
repetirse.
9. Acciones que exigen la colaboración con el contexto en el que se ha producido la violencia y las
personas encargadas de garantizar la seguridad en él.
Se debe ser cauteloso en la aplicación de medidas y en la realización de algunas acciones para
no exponerlo a situaciones de riesgo.
En la mayoría de los casos, será suficiente con la colaboración familia-escuela a través de la
intervención del profesorado, modificando la conducta de los acosadores e incrementando la
colaboración de todos los compañeros y su identificación con los valores de la no-violencia.
Para lo cual conviene comunicarse cuanto antes con dicho contexto para iniciar la
colaboración.
En las situaciones extremas en los que estas acciones sean insuficientes, puede contarse
también con la ayuda de otros agentes e instituciones que puedan garantizar la seguridad
(como equipos psicopedagógicos especializados, la inspección educativa o la policía de
proximidad).
Proporcionar seguridad y protección a la víctima para que pueda recomponer el modelo del
mundo que la violencia ha podido dañar, su autoestima y un esquema de relación con los
demás, basado en el respeto mutuo.
En distintos contextos se ha observado que para conseguir dichos objetivos y paliar el daño
originado por la violencia es preciso que la víctima disponga de una relación de ayuda, de un
contexto que favorezca la recuperación de la confianza en uno mismo y en los demás.
Si el episodio violento ha supuesto una ruptura de las rutinas cotidianas, el hecho de
recuperarlas, siempre y cuando no supongan otros riesgos también suele dar seguridad.
Ayudar a construir una historia de lo sucedido, y de cómo responder a la violencia, que
contribuya a la recuperación y a la prevención de cualquier tipo de violencia posterior, cuyo
riesgo podría incrementarse por la violencia inicial.
La explicación que damos a lo que nos sucede tiene una gran influencia en cómo nos sentimos
y en cómo nos comportamos. El dolor que origina la violencia, sobre todo cuando es muy
grave, suele ir acompañado con frecuencia de una serie de reacciones emocionales (odio,
culpa, miedo, sentimiento de impotencia...) que aunque pueden ser normales en un primer
momento, hay que ayudar a superar después para reducir las secuelas y el riesgo de
reproducción de la violencia, que podría llevar a responder a los agresores con violencia o a
repetir con otra persona lo que uno ha sufrido.
Para prevenir dichos problemas es necesario. Poner en marcha una alternativa no violenta a
través de las cuales pueda desarrollar el compromiso de no comportarse como los agresores,
dejando muy claro que la agresión es inaceptable y responsabilidad del agresor, no de la
víctima.
Conviene recordar que la tendencia a responder con violencia a la violencia suele justificarse
cuando se considera como la única alternativa a la indefensión, y que es preciso poner en
marcha dicha alternativa paraprevenir la escalada de la violencia.
10. Establecer contextos en los que la víctima pueda expresar y elaborar lo que siente con la
ayuda que sea necesaria, a través de la comunicación directa o mediante otros recursos
expresivos adecuados a su edad (como los juegos, las dramatizaciones, los dibujos, las
redacciones...) y obtener el apoyo social necesario para su fortalecimiento. Cuando las
relaciones de ayuda habituales no resulten suficientes conviene completarlas con ayuda
psicológica especializada.
Reforzar sus habilidades sociales, para establecer relaciones basadas en el respeto mutuo, y
las habilidades de afrontamiento emocional, que ayudan a prevenir todo tipo de violencia.
E- ¿CASTIGAR AL ACOSADOR?
Nuestra máxima será que la imposición de sanciones tendrá finalidad y carácter educativo con
el fin de mejorar de la convivencia en el centro.
Debemos partir de establecer claramente los comportamientos que no se toleran
estableciendo los límites de lo permitido.
Las medidas educativas correctoras deben tener contenido y función esencialmente
educativos, recuperadores y de reconducción de la conducta.
Tratar de corregir únicamente mediante la sanción puede no ser efectivo si no va acompañado
de un proceso educativo. En cualquier caso, estas medidas no podrán implicar la privación del
derecho a la educación obligatoria ni atentar contra la dignidad de las personas menores y
garantizarán el respeto de los derechos del resto del alumnado y procurarán la mejora de la
convivencia en el centro docente.
Cuando sea necesario determinar una medida correctora deben tenerse en cuenta algunos
principios como:
- La proporcionalidad con la conducta del alumno.
- El grado de intencionalidad o negligencia.
- La reiteración de la conducta.
- Los perjuicios causados a las demás personas residentes, alpersonal o a los bienes o
instalaciones del centro.
- La perturbación del funcionamiento del centro.
- La petición de excusas a la persona ofendida, la restitución de los
- bienes o la subsanación de los daños.
Como conclusión podríamos destacar que el acoso no es ninguna broma, ni es cosa de niños,
sino una conducta grave y reiterada que puede dejar profundas secuelas en la mente de
cuantos toman parte en ella. Es muy importante que todo el proceso ayude a entender al
agresor como se siente el niño o niña agredido.
El centro debe combinar en su tratamiento la firmeza y las medidas educativas, sin mostrarse
negligente en ningún caso a la hora de afrontar sus responsabilidades legales, poniendo en
conocimiento de la Fiscalía de menores los hechos que pudieran ser constitutivos de delito.
11. Sólo una implicación seria y constante del equipo directivo, los profesores y también del
alumnado y sus familias, serán suficientes para prevenir, detectar y corregir de manera
adecuada las posibles situaciones de acoso que puedan llegar a producirse en un centro.
F- EL MÉTODO PIKAS
El método PIKAS es un modelo de intervención creado por el psicólogo sueco Anatol Pikas que
tiene como objetivo que los miembros del grupo acosador tomen conciencia de forma
individual de la situación en la que han participado. Se plantean charlas individuales donde
afloran sus verdaderos sentimientos hacia el acoso y el daño que este ocasiona.
En la parte final del método se produce una reunión conjunta en la que los agresores y la
víctima se comprometen al cese y reparación de la situación violenta que se había creado
entre ellos.
Se puede aplicar desde los nueve años.
1- Hipótesis en la que se asienta el método:
Los pensamientos y sentimientos del grupo son más simples que los de los miembros que lo
constituyen. Existe un “denominador psicológico común” del grupo.
Cada individuo del grupo tiene miedo a nivel individual de ese denominador común que actúa
como presión para adaptarse a lo que haga el resto. A este proceso se le puede llamar
contagio social. La culpa o responsabilidad se difumina cuando se actúa amparado por un
grupo. Además, existe miedo a convertirse en la víctima del acoso si no se obedece al grupo.
OBJETIVOS
- Reindividualizar a los miembros del grupo.
- Conseguir un acuerdo sobre la situación de la víctima.
ETAPAS:
Primera etapa:
Entrevistas individuales a cada miembro del grupo con una duración de entre 7 y 10 minutos.
Se comienza por líder del grupo y se continúa entrevistando a cada uno de los demás
miembros. Se finaliza entrevistando a la víctima del acoso.
Antes de empezar las entrevistas, conviene recabar toda la información disponible sobre el
caso de acoso hablando con el tutor o tutora y con cualquier persona adulta que haya sido
testigo del hecho.
Disponer de toda la información posible sobre todas las personas implicadas será de gran
ayuda, cómo se comportan en clase, cómo es su familia, cómo es la relación con los
compañeros y dentro del grupo responsable del acoso.
12. Las entrevistas se realizarán en privado y sin interrupciones, eligiendo asientos de igual altura y
dispuestos formado un leve ángulo. Evitar cualquier posible distracción como que el alumno
pueda mirar por una ventana por ejemplo. El ambiente debe trasmitir seriedad pero también
tranquilidad y confianza.
La persona que haga las entrevistas debe ser un terapeuta, orientador o un docente muy
preparado y entrenado en la técnica. Así mismo, debe tener una autoridad aceptada por el
grupo y estar coordinado con el resto del profesorado.
Segunda etapa:
Entrevista de seguimiento con cada chico o chica con una duración de unos 3 minutos.
Tercera etapa:
Encuentro en grupo con una duración de media hora aproximadamente.
La duración de cada etapa es de una semana. El docente debe cuidarse de no enjuiciar y de
tener una actitud neutral frente a los agresores. No es adecuado expresar enfado o ira. Es
necesario cierto entrenamiento y conocer muy bien el guión para aplicar el método.
2- Aplicación del método:
ETAPA 1, PRIMERA ENTREVISTA:
Guion para la entrevista con el agresor:
- “Me gustaría hablar contigo porque he oído que (nombre de la víctima) está teniendo
problemas” o bien “Me gustaría hablar contigo porque he oído que te has estado metiendo
con (nombre de la víctima)”.
- “¿Qué sabes sobre esto que te he mencionado?”
- “De acuerdo, ya hemos hablado suficiente de todo ello”
- “¿Qué podemos hacer, que sugieres tú, que se te ocurre que se podría hacer para ayudar a
(nombre de la víctima)”
- “Eso está bien. Nos volveremos a ver dentro de una semana y me cuentas como ha ido todo”
El objetivo del diálogo es llegar a posibles soluciones para mejorar la situación. Se trata de que
los propios agresores sean capaces de entender el problema de manera individual y aportar
sus propias soluciones con la ayuda o guía del docente. Cada entrevista llevará a una solución
distinta que propia ser:
- “incluir (a la víctima) en nuestros juegos del recreo”
- “Centrarme en mi grupo de amigos y dejar en paz (a la víctima)”
- “decir a los demás que no insulten (a la víctima)”
- “llegaré a ser su amigo”
13. …etc.
Una vez concluida la entrevista se recomienda que el conserje acompañe al alumno o alumna
hasta clase y que vuelva acompañado del siguiente entrevistado. Es importante que los
entrevistados no tengan contacto entre sí ni fuera ni dentro del aula mientras dura esta
primera etapa.
No siempre se puede seguir este guion, cada chico o chica actuará de una manera diferente.
Algunos no quieren hablar, otros se niegan a colaborar incluso de forma violenta o burlándose
de la entrevista. Si la entrevista está yendo mal debe interrumpirse: “Vale. Yo creo que
podemos dejarlo aquí y seguir otro día. Nos vemos...” y se fija otra cita.
Si la persona que entrevista no tiene una actitud acusatoria y si conciliadora fijándose el
objetivo de buscar soluciones a la situación de acoso y no sancionar al acosador, el método
suele funcionar bien.
Recordar que:
- Si el chico o chica permanece en silencio debemos esperar algunos minutos dándole la
oportunidad de pensar para luego hablar. Si no se consigue, “parece que no quieres hablar
hoy.
Quizá lo mejor es que vuelvas a clase” a veces es entonces cuando comienzan a hablar.
- Si no se les ocurre ninguna solución, hay que dejarles pensar sin intervenir y si realmente no
encuentran ninguna respuesta se les puede hacer alguna sugerencia pero siempre pidiendo
permiso al alumno o alumna para hacerla “tengo una idea, ¿te la cuento?”
- Pueden ofrecer una solución ridícula o imposible. No hay que desecharla directamente sino
preguntar “si eso sucediera, ¿pararía el acoso?” De esa forma permitimos que el chico o chica
pueda seguir argumentando y buscando otras posibilidades. No se rinde.
- Si se propone una solución que depende de lo hagan otras personas, se le reconduce “Yo me
refería a qué puedes hacer tú para solucionar el problema”. Se le anima a que sea protagonista
de la solución.
- Si niega estar involucrado “yo no he sido” ”no sé de qué me hablas”, Se debe revisar de
forma pausada el contexto social en el que se produce la agresión y aproximarse a la situación
de la víctima, buscar empatía. Al menor signo de admitir su participación se debe volver al
guion.
- Si se echa la culpa a la víctima justificando la propia conducta porque ha sido provocado/a, no
hay que rechazar la ira y la frustración del agresor hacia la víctima. Hay que aceptar esos
sentimientos y analizarlos, intentar que comprenda que la víctima está pasando un mal
momento y dirigir todo el proceso hacia la búsqueda de soluciones positivas tanto para él/ella
como agresor como para la víctima.
Guion para entrevistar a la víctima:
Puede ser una víctima pasiva:
14. El entrevistador/a debe proporcionar ánimo, apoyo y consejo. Hay que dejar hablar a la
víctima, que exprese cómo se siente y que cuente lo que ocurre.
Muchas veces está será la primera vez que se habla del tema tan directamente y suele suponer
un alivio. El siguiente paso es buscar soluciones para la situación en la que la víctima sea
protagonista. “¿Qué puedes hacer para mejorar la situación?” También se repasan qué
actitudes personales pueden colaborar a disparar una agresión. Se trata de ayudar al chico o
chica a desahogarse, a entender lo ocurrido y a buscar soluciones que hagan que se sienta con
cierto control sobre su situación.
Puede ser una víctima provocativa:
Hay que ayudarla intentando que tome conciencia de que su propia conducta también puede
cambiar. El encargado/a de hacer la entrevista debe tener una personalidad lo suficientemente
fuerte como para ganarse la confianza de la víctima e intentar redirigir su conducta así como
buscar soluciones al conflicto. La víctima provocativa suele ser miembro del grupo de
agresores.
ETAPA 2, ENTREVISTA DE SEGUIMIENTO.
Son encuentros individuales que se llevan a cabo una semana después y en el mismo orden
que en las entrevistas iniciales.
En la primera etapa se ha conseguido un cierto compromiso por parte de todos en poner en
práctica soluciones al problema. Los implicados no siempre habrán hecho lo que dijeron. Si la
situación de acoso continua se pasa a la tercera etapa convocando la reunión grupal y se
continuará el trabajo individual hasta que se encuentre una solución a la situación que sea
aceptada y llevada a cabo. Debemos asegurarnos que la víctima está preparada para la
entrevista en grupo. Si no fuera así, no se debe hacer.
ETAPA 3, ENTREVISTA DE GRUPO.
Esta entrevista es necesaria siempre pero sobre todo cuando la víctima es provocativa.
En primer lugar, nos reunimos con el grupo agresor y se pregunta cómo ha ido con la víctima.
Se escucha todo lo que tengan que decir para conocer las dificultades que han encontrado y se
les pregunta sobre posibles soluciones.
Se les conciencia de la importancia de encontrar una solución final al problema. Deben
entender que la situación de acoso es inadmisible y que tiene una solución que deben
encontrar ellos mismos. Será importante que salgan en la conversación las características
positivas de la víctima y la voluntad de cambio del grupo agresor.
A continuación, se prepara con el grupo agresor la reunión con la víctima concretando un plan
de actuación consensuado. En este momento, se recibe a la víctima. Lo mejor es que se siente
cerca del docente y que no tenga que pasar por el medio del grupo.
Cada agresor por turno expresará de forma sincera su opinión sobre la víctima que por el
momento sólo escucha. Luego le preguntaremos a la víctima que tiene que decir. Después se
15. puede dejar debatir libremente a los implicados siempre con la mediación del docente, el
moderador, y en el contexto de buscar soluciones y llegar al entendimiento.
Cuando las partes hayan llegado a una reconciliación final y a un compromiso con las
soluciones propuestas se pregunta “¿Qué haremos si alguien no mantiene su palabra?” Con
frecuencia el propio grupo sugiere una sanción. Se anima a que entre todos observen y
controlen los errores de los demás. También es momento de comentar que si la situación de
acoso escolar continuara, se tendrían que tomar otras medidas más drásticas, situación a la
que nadie quiere llegar.
G- CONSECUENCIAS DEL ACOSO ESCOLAR
Todos los protagonistas del proceso de acoso escolar sufren alguna consecuencia en alguna
medida, es decir, todas las personas que están involucradas, ya sean de manera activa o pasiva
en un proceso de acoso, son víctimas de este proceso. Los acosadores, los espectadores y, por
supuesto, las víctimas directas son las que más secuelas negativas sufrirán tanto físicas como
emocionales y psicológicas.
Consecuencias para la víctima
El acoso escolar, al igual que otras formas de maltrato psicológico, deja secuelas por estrés
postraumático. Investigaciones científicas realizadas sobre el estrés humano sugieren que las
víctimas de acoso escolar son más vulnerables a padecer problemas de conducta, como
trastorno por estrés postraumático, depresión y trastornos del ánimo a medida que pasan los
años.
Cuando los sentimientos del niño o niña no están siendo bien encauzados y se quedan sin
resolver, pueden desarrollarse modificaciones en su comportamiento diario y rutinario como
insomnio, pérdida de apetito, ataques de ira, etc. Es común que el niño víctima viva
aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y, por ello, intenta aparentar estar enfermo en la
mañana, o pueden aparecer síntomas psicosomáticos como vómitos, dolores abdominales o
de cabeza sin causa aparente, o puede cambiar de camino para ir al centro. En definitiva,
Consecuencias para el espectador/a
A la mayoría de los espectadores no les gusta ser testigo de cómo otra persona está siendo
intimidada. La observación de una agresión coloca a la persona en un estado psicológico
incómodo conocido como “disonancia cognitiva”; disonancia porque uno presencia una acción
moralmente repudiada y, al mismo tiempo, no hace nada al respecto.
La disonancia cognitiva se produce cuando nuestras acciones no coinciden con el código
interno de ética y moral.
La consecuencia que sufren los espectadores es la posibilidad de llegar a insensibilizarse ante
otros acosos o agresiones y a aprender a no reaccionar ante las injusticias.
16. El método utilizado en el programa KiVa, puesto en marcha en Finlandia, consiste en no
centrarse en la dialéctica de la confrontación entre víctima y acosador (ni tratar a la víctima
para que sea más extravertida ni intentar cambiar al acosador para que desarrolle empatía)
sino que se basa en la actuación sobre los alumnos testigos que se ríen de tal situación.
En muchos casos, estos espectadores interiorizan que lo que pasa es normal, incluso divertido,
aunque tengan una opinión subyacente diferente. Lo que se pretende hacer a través del
método es influir en dichos espectadores para que no participen indirectamente en el acoso.
Si esto se consigue, el acosador, que necesita de reconocimiento para proseguir con el
bullying, deja de acosar a causa de que no le aporta ningún beneficio.
En resumen, el programa de basa en intentar que los espectadores no les rían las gracias a los
jóvenes que son la parte agresora en el acoso. Sencillo, pero eficaz.
Consecuencia para el agresor/a
Para los agresores, acosar puede convertirse en su forma de conseguir sus objetivos incluso en
la edad adulta, por lo que pueden tener dificultades para establecer relaciones positivas en el
Es importante diferenciar el acoso escolar de agresiones esporádicas y otras manifestaciones
violentas que no suponen inferioridad de uno de los participantes en el suceso. Para
considerar que se da acoso escolar deben cumplirse simultáneamente los siguientes criterios:
- Desequilibrio de poder: Se produce una desigualdad de poder físico, psicológico y
social que genera un desequilibrio de fuerzas en las relaciones interpersonales.
- Intencionalidad/repetición: La intencionalidad se expresa en una acción agresiva que
se repite en el tiempo y que genera en la víctima la expectativa de ser blanco de
futuros ataques.
- Indefensión/Personalización: El objetivo del maltrato suele ser normalmente un solo
alumno o alumna, que es colocado de esta manera en una situación de indefensión.